Por
favor, clic en cada nombre o título, para leer: |
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| Presentación:
En días pasados, por iniciativa personal, escribí al doctor Guido
Pérez Arévalo, director de esta página Web, con el propósito
de dar a conocer sobre los escritores y poetas del Norte de Santander, y una vez
más, gracias a su generosidad fui atendido en mi solicitud, mas teniendo
en cuenta la magnitud de esta publicación, y atendiendo sus sugerencias,
me he propuesto hacerlo específicamente centrado en la región de
Ocaña y su provincia y dar a conocer ANTOLOGÍA DE ESCRITORES Y POETAS
DE OCAÑA Y SU PROVINCIA. Antología,
según su significado etimológico Anthos, flor; y légein,
escoger, nos sitúa en la dificultad de seleccionar entre las flores; es
decir, entre lo que consideramos hermoso o digno de mostrarse, y esta tarea es
difícil y más cuando se pretende presentar esta colección
de escritores y poetas para la apreciación de otros; en este caso, de los
usuarios de esta página Web. No
obstante lo anterior, lejos de ubicar a los poetas y escritores en orden secuencial
que muestre su importancia en el acervo cultural como bardos o escritores de Ocaña
y su provincia, la selección se hace, desde esta primera entrega en forma
totalmente informal. El
propósito fundamental es rescatar escritos para el gusto estético,
que puedan ser conocidos por los amantes de la belleza de la palabra y/ o sirvan
de emulación para la juventud que sabe que cada palabra lanzada al papel
puede contener el mundo entero. En
ocasiones; y de darse el caso, se harán observaciones pertinentes acerca
de algunos párrafos o versos publicados. Al
presentar a los diferentes escritores y poetas haré una semblanza de cada
uno de ellos, absteniéndome, en lo posible, de hacer crítica alguna
de su contribución literaria. Corresponde en definitiva a los usuarios
de la presente página dar a cada uno de quienes figuren la verdadera dimensión
en el sentir literario de la ocañeridad.
Las flores son conscientes de embellecer el mundo y no se disputan entre ellas
la atención de quienes las admiran o cultivan. Medellín,
octubre 16 de 2005 | |
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BOLETÍN
LITERARIO No. 10 - EMMANUEL CAÑARETE Poeta,
educador y académico nacido en Ocaña el 24 de diciembre de 1919
y fallecido en Bogotá el 5 de agosto de 1994. Con
su hermano Pedro Antonio, desde muy niño busca escribir poesía y
en ambos hay esa realidad lingüística propia de la estructura y lenguaje
que distingue a los que tienen confianza en el poder de las palabras para contribuir
en la belleza del mundo. Emmanuel
se destacó especialmente en la producción de hermosos sonetos. En
esta forma con estructura interna bien definida escribió sobre los más
variados temas y sentimientos. Su libro de sonetos DADOS ROJOS que el autor me
obsequió y que conservo autografiado es una obra meritoria en que Emmanuel
muestra su talento poético en esta expresión literaria que inmortalizaran
Petrarca, en Italia; Shakespeare en Inglaterra; y que en España cultivaran
con esmero Garcilaso, y cuya forma se conserva hasta hoy. En los dos cuartetos
expone la idea que en los dos tercetos se condensa y redobla su sentido. En
esta composición de catorce versos, dispuestos en dos cuartetos que tienen
la misma rima y dos tercetos con rima independiente logró su exquisita
producción literaria; realidad transfigurada de su mundo cotidiano que
él supo compartir con sus lectores, en donde prevalecen las condiciones
ineludibles del talento poético
Sus versos se dieron a conocer en especial en los suplementos literarios de el
diario El Tiempo; también en diferentes publicaciones en revistas y periódicos,
en especial de Ocaña que registra su nombre como uno de sus meritorios
hacedores de cultura. A
continuación, dos sonetos de su producción literaria: |
NO
ESTOY SOLO Yo
no me siento solo donde una planta vive, la planta es sensitiva del riego
y de la herida, en pétalos y en hojas tiene sabor de vida y a lo
ancho del ambiente su aliento se percibe. En
el instante mismo que en su verdor recibe el riego de mi mano, se muestra
agradecida, y si alguien la golpea se siente compungida coqueta a los
insectos, su casto amor exhibe. Hacia
la luz se asoma por la ventana abierta perfumes y colores en plenitud concierta:
una pasión de polen parece que la inspira. Desde
mi sitio, inmóvil yo siento que me mira, que mi presencia gusta, que
mi existir convive, yo no me siento solo donde una planta vive. |
EN
SU PROPIA AROMA Huele
a jardines y a presentimientos. Huele a amor, azucenas y artemisas, y
sabe su manojo de sonrisas, como sabían en la niñez los cuentos. Tienen
olor a sol sus pensamientos; y a canciones y a música, y a brisas
florecidas, y a rutas imprecisas, como huele la rosa de los vientos. Canta
en azul, si piensa enamorada. Vaga un fuego de amor en su mirada y por
sus manos un perfil de rezos. Tras
de haberla querido, ella se asoma, por los jardines, en su propia aroma,
y en los perfumes, con sus mismos besos. Medellín,
octubre 31 de 2005 |
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BOLETÍN
LITERARIO No. 09 - JOSÉ EUSEBIO CARO
Nació
en Ocaña el 5 de marzo de 1817 y falleció en Santa Marta el 28 de
enero de 1853. En su meritoria existencia (Treinta y seis años) se le recuerda
como excelente poeta, innovador de la métrica española que lo hacen
predecesor de Rubén Darío, el poeta nicaragüense. Fue además
filósofo, matemático, militar notable periodista.
Fundador,
con Mariano Ospina Rodríguez, de uno de los partidos políticos tradicionales
de Colombia. El
Círculo de lectores, en la colección Joyas de la Literatura Colombiana
en el año de 1986 publicó: José Eusebio Caro, poesías
con prólogo de Germán Arciniegas. En este precioso libro de 233
páginas encuentro gran parte de su maravillosa producción poética;
versos que críticos literarios de renombre aún elogian.
Entre
los colombianos que exaltan su obra me permito citar a Eduardo Carranza, que refiriéndose
a Caro escribe: "sobre su obra poética reposa la poesía colombiana.
"El poeta boyacense José Joaquín Ortiz, refiriéndose
a José E. Caro lo compara con los mejores literatos del nuevo mundo; inclusive
afirma que Caro aventaja al descriptivo y purista Andrés Bello; al sublime
Olmedo, cantor de Junín
El crítico español Menéndez
y Pelayo que lo admiró como poeta escribió: "No hay duda que
era un hombre y uno de aquellos que honran y ennoblecen a la especie humana".
Su padre fue el español José Antonio Caro, que en condición
de prisionero le fue entregado al Libertador Simón Bolívar. Al realista
lo habían enviado de Santa Marta a Mompós; con éste y otros
prisioneros, llegó Bolívar a Ocaña en 1813 en donde organizó
la campaña Admirable. La bella Nicolasa Ibáñez, se enamoró
del español cautivo y suplicó a Bolívar por la Liberación
del prisionero, que posteriormente fue su esposo. De esta unión nació
en Ocaña J. E. Caro. El más lírico de los colombianos, en
la opinión de Menéndez y Pelayo.
Caro
se destacó como periodista que utilizó en sus escritos una prosa
vibrante y combativa. En vida no publicó ninguna de sus hermosas poesías.
La primera edición de éstas fue realizada después de su muerte
en el año 1857 por José J. Ortiz. Posteriormente en el año
de 1885 en la ciudad de Madrid (España) se dieron a conocer "Obras
escogidas en prosa y en verso" en donde J. E. Caro emerge como un poeta de
gran inspiración y alto vuelo lírico. "Poeta tan grande que
vale toda una literatura dijo de él, Gerardo Diego, académico español.
Por motivos de la gesta emancipadora su familia materna viajó a la Capital
de la República. Por lo anterior, desde Ocaña, su ciudad natal,
Caro partió desde muy niño y sólo regresó en 1841,
como combatiente a las órdenes del general Pedro Alcántara Herrán.
En
Ocaña a José Eusebio Caro se admira y se le identifica con la ciudad
misma. Recién creado el Departamento Norte de Santander, (Ley 25 de 1910),
al año siguiente en la primera Asamblea Departamental se acordó
el nombre de "José Eusebio Caro" para el colegio provincial más
importantes de la ciudad, plantel educativo que posteriormente fue regentado por
los padres Jesuitas. En
1961, el hoy Colegio Nacional José Eusebio Caro celebró con gran
solemnidad sus BODAS DE ORO.
Próximamente,
en el año 2011, este meritorio plantel cumplirá 100 años
de vida jurídica. En
ediciones Mapache, número 9, (1993) el Dr. Mario Javier Pacheco García,
presenta amplia información del anteproyecto sobre el DEPARTAMENTO CARO,
filosofía política, económica para el sur del Cesar, sur
de Bolívar y provincia de Ocaña; lo anterior, corresponde al estudio
de la Comisión Regional del Ordenamiento Territorial en Colombia.
José
Eusebio Caro, en su inmensa sensibilidad de poeta recordó con amor a Ocaña,
no sólo en el poema que lleva este nombre sino además en: DESPEDIDA
A LA PATRIA, en donde se refiere al sacro techo con sublime expresión de
dolor, en su salida en exilio de Colombia hacia los Estados Unidos en el año
de 1850. A su regreso, en 1853 contrajo la fiebre amarilla y murió en la
ciudad de Santa Marta. Hay
muchos y hermosos poemas de Caro para la amable audiencia de www.laplayadebelen.com
de este nuestro inmenso poeta nacional, presento dos de ellos:
| EN
BOCA DEL ÚLTIMO INCA Ya
de los blancos el cañón huyendo, hoy a las faldas del Pichincha
vine, como el sol vago, como el sol ardiente, Como el sol libre. ¡Padre
sol, oye! Por el polvo yace De Manco el trono; profanadas gimen tus santas
aras: yo te ensalzo solo, Solo, mas libre. Hoy
podrás verme desde el mar lejano, cuando comiences en ocaso a hundirte,
sobre la cima del volcán tus himnos Cantando libre. Mañana
solo, cuando ya de nuevo por el oriente tu corona brille, tu primer rayo
dorará mi tumba, Mi tumba libre. Sobre
ella el cóndor bajará del cielo; sobre ella el cóndor,
que en las cumbres vive, pondrá sus huevos y armará su nido,
Ignoto y libre. DESPEDIDA
DE LA PATRIA Lejos
¡ay! Del sacro techo Que mecer mi cuna vio, Yo, infeliz proscrito,
arrastro Mi miseria y mi dolor. Reclinado en la alta popa Del bajel
que huye veloz, Nuestros montes irse miro Alumbrados por el sol; ¡Adiós,
adiós, patria mía! ¡Aún no puedo odiarte, adiós! |
A
tu manto, cual un niño, Me agarraba en mi aflicción; Mas
colérica tu mano De mis manos la arrancó; Y en tu saña
desoyendo Mi sollozo y mi clamor, Más allá del mar tu brazo
De gigante me lanzó. ¡Adiós, adiós, patria mía!
¡Aún no puedo odiarte, adiós! De hoy ya más,
vagando triste Por antípoda región, Con mi llanto al pasajero
Pediré el pan del dolor; De una en otra puerta el golpe Sonará
de mi bastón ¡Ay! ¡en balde! ¿En tierra extraña
Quién conocerá mi voz? ¡Adiós, adiós, patria
mía! ¡Aún no puedo odiarte, adiós! ¡Ay!
de ti solo una tumba Demandaba humilde yo. Cada tarde la excavaba
Al postrer rayo del sol. "Ve a pedirla al extranjero" Fue tu
réplica feroz; Y llenándola de piedras Tu planta la destruyó.
¡Adiós, adiós, patria mía! ¡Aún
no puedo odiarte, adiós! En un vaso un tierno ramo Llevo de
un naranjo en flor; El perfume de la patria Aún aspiro en su botón.
El mi huesa con su sombra Cubrirá; y entonces yo Dormiré
mi último sueño De sus hojas al rumor. ¡Adiós,
adiós, patria mía! ¡Aún no puedo odiarte, adiós!
G.A.P.T. Medellín, 22 de octubre de 2005 |
JOSÉ
EUSEBIO CARO (1.817 - 1.853) - A
continuación se copia apartes de una carta que en defensa de la Educación
Pública Industrial escribió en los albores de la República,
con destino al señor presidente Dr. José Ignacio de Márquez.
"Señor:
Un aviso publicado en una de las pasadas gacetas por el señor José
M. Groot, director de la segunda casa de educación en esta capital, me
ha dado la idea de dirigiros esta carta. Este
aviso señor, me ha hecho reflexionar con amargura sobre el lastimoso sistema
de educación, seguido entre nosotros, y, con amargura me ha hecho recordar
que la administración a cuya cabeza os encontráis, poco o nada ha
hecho para modificarlo o corregirlo. Uniendo los dos cabos de vuestra administración,
comparando su fin con su principio, veo, en efecto, que en 1840, al acercarse
la época en que debe cesar vuestro mandato, la educación pública
en la Nueva Granada se haya en el mismo pie precisamente que se hallaba en 1837,
cuando fuiste elegido jefe de la administración y primer magistrado de
nuestra patria. Convengo,
señor, que para hacer el bien entre nosotros, un presidente dispone de
un tiempo demasiado corto y de poderes en extremo limitados. Convengo, por fin,
en que, teniendo que vigilar ante todo en conservar la tranquilidad o restablecer
el orden, no habéis podido hallar en vos mismo toda la calma que se requiere
para consagrarse a grandes proyectos e introducir grandes reformas. ¿Queréis
obtener la prueba evidente de la ninguna educación industrial que a los
granadinos se nos da? Llamad
a ese joven de veinte años, vestido de casaca, robusto de cuerpo que acaba
de salir del Colegio de San Bartolomé de Bogotá, llenos los cascos
de tantas cosas como ha aprendido; llamadle a la discusión; ponedlo en
su terreno. ¡Oh!
como sabe ¡qué aprovechado está! Capaz de refutar a Sayn de
comentar a Benthan, de renovar a tracy; es un economista profundo, un legislador
consumado, un ideólogo incomparable; ¡oh! Es un maravilloso muchacho
Pero después que hayáis bebido en sus raudales que salen de su boca,
preguntadle qué es lo qué piensa hacer con aquellas manos. Preguntadle
qué es lo que piensa hacer, en qué piensa trabajar, de qué
piensa vivir.Y ese instruido e infeliz muchacho, que acaso es honrado y sensible
responderá con dos lágrimas que asomarán a sus ojos. Os dirá
que piensa mendigar un empleo porque no puede hacer otra cosa. Decidle que por
qué no ejerce la abogacía. Y os dirá que cualquier miserable
tinterillo lo eclipsará en las escribanías y lo enredará
y lo derrotará en los tribunales. Y no le digáis que se
dedique a un oficio, porque él os replicará que ninguno le ha enseñado.
La situación de ese pobre muchacho es la situación de centenares
más. Centenares de doctores que salen de nuestras universidades
" Al
final de su extensa y motivada carta en defensa de la educación, escribe:
"Sin duda que en nuestros legisladores está el primitivo, el verdadero
mal. Pero yo veo entre nosotros el presidente participa en gran parte del poder
legislador. ¡Respuesta!
Una magnífica os queda: Vuestro mensaje al Congreso de 1841. Pedid
en ese mensaje todo lo que podéis pedir; hablad francamente, hablad sin
reboso, hablad sin temor; haced todo lo que podéis hacer; y todavía
hay tiempo para que la Nueva Granada os quede tan agradecida como personalmente
lo está por vos". Vuestro verdadero amigo,
El redactor del Granadino (1) (1). José Eusebio Caro era el redactor
del periódico El Granadino. Esta misiva se publicó en la edición
número 3. Fecha: octubre 3 de 1840.
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BOLETÍN
LITERARIO No. 08 - MARCO A. CARVAJALINO |
Sus
nombres y apellidos: Marco Aurelio Carvajalino Caballero; firmó sus poemas
como MARCO A CARVAJALINO. Poeta,
educador y académico de gran sensibilidad. Nació en Ocaña
el 13 de agosto de 1896. Murió en la misma ciudad el 20 de marzo de 1966.
Cursó
estudios en su ciudad natal en el Colegio de la Presentación y en la ciudad
de Bogotá en el colegio de San Bartolomé. Fue
concejal, personero, alcalde y ocupó otros meritorios empleos públicos
en la ciudad de Ocaña. Hizo
parte del grupo fundador del CENTRO DE HISTORIA DE OCAÑA. Sus
poemas, especialmente los sonetos los elaboraba con dedicación especial,
ceñido a la medida de los versos los cuales pulía con esmero; esto,
según el académico Ciro Lobo Serna, en ocasiones le quitó
vuelo a su inspiración. No obstante lo anterior, el doctor Lucio Pabón
Núñez, refiriéndose a la poesía de este vate ocañero
dijo que Carvajalino era un poeta cabal, inspirado por la fe, los encantos de
su tierra, los júbilos y tristezas de su hogar; y la indignación
ante el desfile de caciques y truhanes comarcanos. Escribió
hacia los últimos años de su vida sentida Poesía Social que
tradujo en crítica del más fino humor. Sus
poemas, conceptuó Pabón Núñez, no se olvidan, por
la pureza del sentimiento, la brillantez de las imágenes, la dulzura de
la música y la transparencia del idioma. En
su distinguida familia han continuado el cultivo esmerado de la literatura su
sobrina la inspirada poetisa: Felisa Escobar Carvajalino y su hijo, el médico
y ameno escritor Marco Aurelio Carvajalino Cabrales. A
continuación uno de sus poemas más hermosos realizados en prosa;
y un soneto, poco conocido, de Marco A. Carvajalino. |
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LA
HERMANA LUISA Ha
mucho tiempo que la Hermana Luisa se alejó del convento, y ha mucho
tiempo que su grato acento no se confunde con la voz del viento ni con
los trinos del nidal su risa
Ha
mucho tiempo que la casta Hermana, dulce maestra de los tiernos niños,
no les prodiga místicos cariños ni les abre la entrada en la
mañana
Ya
no su faz angelical se asoma al brocal del aljibe silencioso, ni mira
proyectada la paloma que cruza por el cielo misterioso en las aguas
tranquilas, en las aguas que vieron el precioso y suave resplandor de
sus pupilas!
Triste
está el claustro y el jardín muy triste, triste está
el templo y triste la campana, ya la alegría juvenil no existe
y el aria está, del ruiseñor, lejana..! El
colibrí dejó los corredores ornados de campánulas y
flores por do la blanca Hermana transitaba, cuando al caer los vésperos
fulgores, el cielo, cual de sangre, se llenaba. Ya
no acude, al llamar el campanario, a entonar el rosario al pie de los
altares; ya no reza en las hojas del breviario ni en el coro se escuchan
sus cantares
Ya
sobre el ara no coloca el lirio tronchado por el lirio de su mano, ni
enciende fervorosa el blanco cirio ni quema orando del incienso el grano
| Ya
no congrega en su redor las rubias cabezas infantiles, cual pastora divina;
ya no llora, cuando de junio entre las leves lluvias y bajo el palio del pensil
fragante, se evoca la ejemplar y encantadora historia de San Luis, pura
y radiante
Parece
que el convento está vacío; falta el alma sonriente del encanto
en almas como en rosas
Cuán sombrío está en recinto
de la clase muda; hay en los ojos de los niños llanto y las lágrimas
albas del rocío ruedan temblando por la flor desnuda
LLAVE
EXCELSA Cuando
escruto las sombras de la ilímite senda, de la ilímite senda
del misterio infinito, me parece que vienes, que me llama tu grito y me
quedo esperando que tu lumbre se encienda. Mas
tu lumbre es perpetua. Cuando mi alma comprenda el secreto profundo de tu
místico rito, ya verá que es la carne que me tiene proscrito
y que tu luz me oculta como lúgubre venda. El
misterio no existe, ni la senda es oscura; son los ojos humanos que no alcanzan
a verte; y aunque en todas las cosas tu presencia fulgura, Las
cosas no han podido nunca poseerte: la llave que abre al alma tu esplendorosa
altura, vedada a la materia, se la diste a la muerte.
Medellín, 8 de octubre de 2005 |
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BOLETÍN
LITERARIO 07 - LOS FELIBRES A
principios del siglo XX, por allá en los años de 1902 a 1904, funcionó
en Bogotá una tertulia de literatos, principalmente de poetas, bautizada
con el nombre de LA GRUTA SIMBÓLICA.
No
constituyó este movimiento cultural una escuela literaria, en el sentido
estricto de la palabra, pero juntamente con LA LIRA NUEVA, fue ante todo una sincera
expresión de amigos de la cultura y del arte: periodistas, músicos,
poetas; también otros aficionados a las letras. Entre los más representativos:
Julio Flórez, Diego Uribe, Clímaco Soto Borda, Víctor M.
Londoño, Luis María Mora y Max Grillo. En
Ocaña, en los albores del siglo XX aparecen LOS FELIBRES, grupo formado
por Enrique Pardo Farelo (LUIS TABLANCA); Euquerio Amaya (ADOLFO MILANÉS);
y Santiago Rizo Rodríguez (EDMUNDO VELÁSQUEZ). A estos literatos,
al igual que la GRUTA SIMBÓLICA se unió un notable grupo de trovadores;
los hermanos: Carlos y Luis Felipe Molina López, Alfredo Sánchez
Fajardo y Víctor M. Pava, entre otros. En
el poema COPLAS DE NAVIDAD el poeta Adolfo Milanés nombra a algunos de
estos amigos: "En
el barrio del Torito están dando serenatas al son de un alegre
tiple y de una triste guitarra; versos de Carlos Molina y coplas de
Víctor Paba cuando ellos estaban jóvenes y entonces nochebueneaba".
De
los escritores y poetas LUIS TABLANCA Y ADOLFO MILANÉS, ya he hecho mención
especial en boletines 2 y 6, respectivamente. En el presente BOLETÍN LITERARIO
07:
- Santiago Rizo Rodríguez (EDMUNDO VELÁSQUEZ)
Escritor y poeta que hizo parte del grupo LOS FELIBRES. Nació en Ocaña*
el 22 de mayo de 1881 y falleció en Costa Rica, el 11 de diciembre de 1954. Hizo
parte de LOS FELIBRES el grupo anteriormente citado al que pertenecieron MILANÉS
y TABLANCA. De estos escritores del grupo, EDMUNDO VELÁSQUEZ es el menos
conocido; tal vez por que desde años antes del deceso trágico de
su amigo el poeta Euquerio Amaya, optó por el ostracismo voluntario de
radicarse en San José de Costa Rica. Desde este país centroamericano,
el poeta VELÁSQUEZ continuó su obra de hacedor de cultura. En el
año 1927, cuatro años de la muerte de MILANÉS, había
escrito un comentario de reflexión de la vida provinciana de Ocaña
y en donde exalta la contribución literaria de MILANÉS. Este documento
se publicó en Colombia en el diario LA OPINIÓN en el año
1948. A
continuación cito tres de los primeros párrafos y el último
de este sentido e importante documento que traduce la admiración de EDMUNDO
VELÁSQUEZ por MILANÉS y nos cuenta detalles muy importantes; entre
otros de los seudónimos que los FELIBRES utilizaron en sus escritos. "Hace
años, no sé cuántos, tal vez muchos, estoy en deuda de admiración
con Adolfo Milanés. No es una admiración retributaria, puesto que
el poeta nunca ha escrito una línea que pueda halagar mi vanidad, que ya
en estas alturas otoñales no calientan los elogios con el mismo ardor y
vehemencia que a los años veinte, pero sí con la misma sinceridad
cuando se tiene el corazón en alto
Mas esa deuda ha de quedar saldada
en esta ocasión para que el público de América conozca a
un verdadero poeta, el menos aparatoso y descoyuntado en estos tiempos de porfía
por toda suerte de extravagancias, pero también el más sencillo
y original con relieves muy acentuados". "En
un medio esencialmente impropio, en Ocaña, una pequeña ciudad de
Colombia, enclavada en una risueña hondonada y circuida por una cadena
de montañas de la estribación andina que va a morir en Venezuela,
con un clima delicioso y un cielo siempre azul, el poeta Milanés se ha
impuesto por su indiscutible talento y por la fuerza y entereza de sus convicciones
artísticas como filosóficas, entre al incomprensión de los
unos, la envidia de los otros y el corrosivo y malévolo fanatismo religioso
de todos (el caso de protesta contra Luis Tablanca por la publicación de
su última TIERRA ENCANTADA comprueba este aserto)". "En
los comienzos de sus aspiraciones literarias, junto con otros compañeros,
hubo de apelar al disimulo del seudónimo para esquivar los golpes de la
crítica rastrera de campanario, y así el escritor contradijo el
refrán castellano de que ninguno es profeta en su tierra".
"Si
todavía no estoy dado al olvido, estas ingenuas reminiscencias irán
a decirle cuánta es mi admiración por el poeta y el cariño
fraternal por el óptimo camarada, cuyo recuerdo se alza perenne por entre
la clara lejanía de la tierra nativa al conjuro de una amistad inextinguible". *
Ocañero por adopción, nació en Nueva York. Fue
EDMUNDO VELASQUEZ un poeta de alta sensibilidad. A continuación sus cuartetos
románticos: | |
LA
CANCIÓN DE LAS CIGARRAS Una
canción monocorde cantan las viejas cigarras, viejas como mi tristeza,
honda, incansable y amarga. Cantan
la siesta y las flores con una acerba nostalgia, cantan el mes de María
en las notas de su escala. Canta
el viento, canta el río, cantan las viejas cigarras y una canción
entretejen, triste, monótona y larga. En
sus cantos uniformes pasa fugaz toda el alma de nuestra progenie, y hay
las tristezas de una raza. De
la mañana a la tarde las mismas notas desgarran, y cuando el sol
se ha fugado, callan
callan
|
Permanecen
once meses sin prodigar sus cantatas, y envueltas en el misterio
ocultan sus viejas plantas. Con
insinuación de seda la tarde en silencio avanza; hay una paz infinita
en las cosas y en las almas. En
el arroyo cercano fulge una estrella de plata. cual un azahar que flota
sobre el cristal de las aguas. Y,
enamoradas fervientes de aquella estrella argentada, en el álamo
frondoso cantan las viejas cigarras La
serenata unicorde que tienen sus viejas gamas, viejas como mi tristeza,
honda incansable y amarga.
Medellín, 1 de octubre de 2005 |
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BOLETÍN
LITERARIO No. 6
EUQUERIO AMAYA (Adolfo Milanés)
Nació
en Ocaña en 1883 y murió en la misma ciudad el domingo 22 de febrero
de 1931, bien entrada la tarde, según nos relata su amigo Felipe Antonio
Molina en una de sus crónicas memorables. Paradójicamente
este pensador de la dulzura que había cantado al agua e interrogado a Dios,
en su poema LIED, sobre la efímera existencia del hombre sobre la tierra,
se quitó la vida con áspero pedazo de plomo que rompió su
cabeza de soñador y de poeta. La
crítica literaria reconoce en Milanés, no obstante su escasa producción
en el mundo del verso, uno de los poetas más auténticos que hayan
enriquecido la literatura del país. Manuel
Roca Castellanos, comentando el suicidio de Milanés expresa: "Nunca
imaginamos que a nuestro poeta se lo llevara la tragedia". Sin embargo, más
adelante escribe: "
Dentro de la configuración mental de Euquerio
Amaya no resulta ilógico el final." La
noticia de la muerte de MILANÉS tuvo repercusión nacional y en la
conventual Ocaña de la época, su tragedia debió mover los
cimientos de la crítica en todas las dimensiones; desde la más humana
y sensible del quehacer literario y filosófico que aún interroga
a la mente sus determinaciones, hasta aquella crítica perversa y anticristiana
que se ensaña en los muertos para zaherir e irrespetar su recuerdo. La
modesta tumba de MILANÉS siempre me ha conmovido, con su sencillo recordatorio
de un cántaro y epitafio, a la puerta falsa del cementerio de Ocaña.
Por esta puerta falsa entraron el ataúd de un hombre íntegro y auténtico,
el lunes 23 de febrero de 1931; por allí, era la norma, se entraran los
cadáveres de los suicidas, práctica que por fortuna nuestra iglesia
católica ha corregido, porque era en antaño una forma de afrenta
para mortificar y golpear aún más a la familia del fallecido.
Opino
que en el cementerio central debe levantarse un mausoleo para los restos del gran
escritor; de modo que su nombre y periodo de su meritoria existencia (1883 - 1931),
queden grabados en bronce o en mármol, como imperecedero recuerdo de la
intelectualidad de Ocaña a su poeta. Euquerio
Amaya, o mejor ADOLFO MILANÉS, seudónimo con que firmó sus
diferentes escritos en verso o en prosa, por los años veinte, perteneció
en Ocaña a un movimiento literario llamado LOS FELIBRES, grupo formado
con Edmundo Velásquez y Enrique Pardo Farelo (Luis Tablanca). A
la muerte de MILANÉS, el grupo LOS FELIBRES se disgregó: a su deceso,
esta triada de la cultura literaria de la ocañeridad de los años
veinte, también dejo de existir entre nosotros
El
doctor Luis Eduardo Páez Courvel, con su castiza prosa compuso la interpretación
estética y lírica del poeta suicida. En este escrito se hace exaltación
de MILANÉS, uno de los poetas más representativos de Colombia. Milanés
escribió un poemario con el nombre de CURVAS Y RECTAS que tuvo acogida
entre la intelectualidad ocañera y de la provincia y difusión en
el ámbito nacional. A
su muerte se editó su álbum: OCAÑA POR DENTRO en donde aparecen
exquisitos dibujos y escritos realizados con esa ternura que caracterizaron su
dedicación al mundo del arte. |
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LIED
Los
hombres nos vamos y las cosas quedan; queda lo insensible, queda la
materia. Y
se esfuma la célula activa que piensa; y se desbarata el cordaje
divino que vibra y que sueña; y desaparece la lengua que canta
y el ojo que vela. Los
hombres se van y no vuelven nunca, mas las cosas quedan
Los hombres
vivimos unos pocos soles, y siglos y siglos perduran las piedras. ¡Señor!
¿Por qué viven menos las cosas que viven, y por qué más
viven las cosas ya muertas? Linda
mujercita que el ámbito oscuro de mi vida alegras, dame pronto
el licor que del labio es miel que se acendra, porque yo me voy, me voy
y no vuelvo, y las cosas quedan
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ANIMA
ACUAE Sobre
el lecho arenoso de las fuentes exhaustas rezo, ¡quien lo creyera!,
por el alma del agua. Las
fuentes se durmieron rumorosas y mansas
¿Qué sentirán
los cántaros por las fuentes exhaustas? En
mi espíritu enfermo una tristeza canta
¿Qué
soñarán los musgos por las fuentes exhaustas?
Y en mi interior Una tristeza llora y canta, Una tristeza ingenua.
¿Será el alma del agua? |
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BOLETÍN
LITERARIO No. 5 - LUCIO PABÓN NÚÑEZ | | | Durante
mucho tiempo se creyó que el doctor Lucio Pabón Núñez
había nacido en Villacaro, N de S; así aparece registrado en la
importante obra PERIODISMO Y PERIODISTAS DE OCAÑA, página 444; Publicado
en el año 1974 por la Escuela de Bellas Artes; texto que tiene selección
y notas de su hermano el doctor Ciro Pabón Núñez; pero realmente,
en esa población el Dr. Lucio, sólo pasó su niñez
y cursó su educación básica primaria. Lucio
Pabón Núñez nació en Convención (Norte de Santander)
el 21 de octubre de 1913 y falleció en Bogotá, el 19 de julio de
1988. Durante
su meritoria existencia se destacó como escritor, periodista y humanista
notable, dueño de vastísima cultura que le facilitaron, gracias
a su facilidad de políglota, traducir escritos en prosa y en verso tomados
directamente de los idiomas : Inglés, francés, portugués;
y otros, inclusive de las lenguas latina y griega, respectivamente. Sin
embargo, la actividad más conocida del doctor Pabón Núñez
fue el de político y de su liderazgo y éxito en las altas posiciones
del Estado. En
la política tuvo éxitos resonantes en donde llegó a ocupar
las más altas posiciones de la democracia participativa, también
sufrió las incomprensiones y la animadversión por parte de sus adversarios
políticos, incluso de una de las corrientes de su misma colectividad proselitista;
de allí que la pasión por la política no le permitieron dedicarse
a la actividad literaria en la que de haberlo querido: hubiese sido uno de los
hombres más representativos de la literatura nacional. En
esta sucinta biografía es necesario deslindar los dos aspectos de la personalidad
de Lucio Pabón: el político y el literario, porque no pocas veces
la consideración del uno ha interferido sobre la apreciación del
otro para desviar el juicio crítico sobre este hijo de Ocaña por
adopción; y por extensión: representativo de la ocañeridad
culta de todos los tiempos. |
|
De
este personaje es importante destacar entre sus múltiples facetas: el historiador,
filólogo, literato y político. En
la apreciación común de las gentes persiste la de que fue una persona
inteligente y culta que gracias a sus méritos logró colocarse en
vida a la altura de los grandes jefes políticos de Colombia, líder
de tareas y de acción a la que sólo le faltó ocupar la primera
magistratura de la Nación. Pero
el común de las gentes olvida de que fue ante todo un humanista, en donde
a la cordial simpatía de su temperamento unía su don de gentes personificando
al político intelectual y hacedor de cultura con amplias resonancias que
exaltaron en su nombre a Ocaña y su provincia. Estudió
su bachillerato en el Colegio Nacional "José Eusebio Caro" de
Ocaña y en el Colegio de san Bartolomé, regido por los padres jesuitas,
en la ciudad de Bogotá; posteriormente, adelantó estudios universitarios
en la Universidad Javeriana, en donde se doctoró en derecho y economía
en el año de 1941. Luego
de ejercer importantes posiciones en la ciudad de Bogotá, fue gobernador
del Departamento Norte de Santander, durante el periodo 1949 a 1950; posteriormente
ministro plenipotenciario de Colombia en Portugal; ministro de Educación
Nacional; ministro de guerra, embajador extraordinario y plenipotenciario de Colombia
en Argentina. En
el campo cultural fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, miembro
de la Sociedad Bolivariana de Colombia y obtuvo otras múltiples distinciones
como hacedor de cultura. Es
autor de numerosas obras: Alberto de Mun; Quevedo, Político de la oposición;
Muestras Folclóricas del Norte de Santander; La Tridivisión del
Poder Público; El pensamiento Político del Libertador; Por la mancha
de Cervantes y Quevedo; La linterna del búho; Tres intervenciones en el
Senado de la República; La acción europea en Íbero América;
Sancho o la exaltación del pueblo español y Tres meditaciones sobre
Fray Luis de León, entre otras obras. Escribió
también poesía en verso y en prosa. Por
ser la faceta menos conocida del importante hombre público, presento dos
de sus poemas; en estos puede apreciarse la concentración imaginativa del
lenguaje sometido a la regulación rítmica de la poesía. |
| EL
IBIS Todo tiene sus aves. GUILLERMO VALENCIA Regando
la monótona y cálida llanura del arenoso Chemi, se ve pasar
el Nilo, por cuya linfa arrastra su pávida figura el escamoso dios
llamado cocodrilo. Y
en las orillas vese el ibis adorado mirando las corrientes con un inmenso
hastío; dijérese un filósofo, en ave transformado,
que quiere -cabe el loto - interrogar el río. Cuando
se cierne el ibis luciendo sus blancuras sobre altas datileras, granados y
la mies, parécese a un nenúfar que se abre en las alturas,
o a la triunfal bandera que enarboló Ransés. A
veces en sus alas obsérvase un negror, que indica los lamentos por
tiempos fenecidos; y a veces en las aguas, de Osiris al fulgor, ¡semeja
el gran monarca de todos los vencidos! LAS
LIBÉLULAS Parece
que sus alas superfinas fueran obra de un hada de ventura; y muestran en
sus vuelos tal soltura que semejan etéreas bailarinas. Sobre
las claras fuentes saltarinas que pasan fecundando la llanura las libélulas
lucen su hermosura oyendo la canción de las ondinas Mostrando
de sus ojos los primores, de la ciudad se apartan presurosas para ir al
campo a contemplar las flores. Adoptan
el silencio con fervor; consagran a las fuentes rumorosas, en vez de cantos,
ósculos de amor. Medellín,
2006 | |
BOLETÍN
LITERARIO No.
4 - JUAN ROCA LEMUS (Rubayata)
Nació
en Ocaña en 1908 y falleció en Medellín en el año
de 1981. Poeta, diplomático, cuentista, pintor figurativo, biógrafo,
impresionista, ensayista, panfletario y novelista. Desde el año de 1932
utilizó el seudónimo de Rubayata. Dedicó
su vida en especial al periodismo destacándose como culto y aguerrido comunicador.
Fue redactor de El País, El Siglo, El Debate, El Espectador, El Nuevo Tiempo,
El Colombiano, entre otros. Fue miembro de la Academia de Historia de Antioquia
y de la Sociedad Bolivariana. Se desempeñó con éxito en condición
de Cónsul general de Colombia en Francia. El
cronista, Jaime Barrera Parra, en sus escritos comentó con admiración
que Juan Roca Lemus era una inteligencia poliédrica, ya que para él
no han sido esquivos los más diversos géneros periodísticos
ni literarios, estéticos o artísticos. Capaz de pergeñar
una novela, suspirar un soneto, redactar velozmente el más interesante
memorial de agravios sobre cualquier tema a su consideración. Su
hijo, el también reconocido y laureado poeta, Juan Manuel Roca, refiriéndose
a Rubayata dice: " De mi padre lo que más resuena en la memoria es
su risa franca, abierta como las gentes ocañeras. Y, claro, su voz, ese
sesgo burlón con el cual contaba sus fabulosas historias
" Viajero
infatigable. Rubayata, viajó por todos los ángulos del planeta,
con sus pies viajeros y ecuménicos, errabundos como su prodigiosa imaginación
Finalmente
se radicó en la capital de Antioquia; y en esta ciudad, según afirmo,
tuvo sus principales cuarteles de primavera, de verano, de otoño y de invierno.
El Departamento de Antioquia lo valoró en su justa dimensión de
hacedor de cultura. Entre otros homenajes tributados en vida: La Asamblea de Antioquia
lo declaró "persona maicera" y por Decreto especial le dio el
título de " Antioqueño Vitalicio"; y el Concejo de Medellín
lo declaró "medellinense emérito" . ´ Entre
sus numerosas obras se cuentan: "En la República de los vagabundos";
"Molinos al viento", "Galaxia Bolivariana"; "El camino
de Damasco"; "Presencia de un pueblo"; "37 biografías
de personalidades antioqueñas"; "Atanasio Bandera", (biografía
de Atanasio Girardot); "Bolívar entre el cielo y la tierra",
"Crónicas de tipo político
". Conocí
personalmente a Rubayata en Medellín, el 18 de noviembre, antes de su deceso
el año de 1981. Me fue presentado por el periodista y educador Alberto
Upegui Benítez. Por la época, este notable paisano, al que sólo
conocía por referencias, el año inmediatamente anterior había
realizado la segunda edición de su novela "El Diablo tiene la vela",
obra editada por la Imprenta Departamental de Antioquia, libro que me autografió
luego de intercambiar conmigo reminiscencias de Ocaña, el terrón
nativo que recordaba con especial cariño. Pude
constatar como, a sus casi 70 años, aún era una persona plena de
carisma y don de gentes, con su charla amena cargada de imágenes y de ingeniosos
apuntes. Un excelente narrador y una persona grata para todos los que se honraban
en ser sus amigos. En
su condición de periodista entrevistó a numerosos personalidades:
Charles de Gaulle, al generalísimo Franco; a Ortega y Gasset, a Pío
Baroja; a Salvador Dalí
De allí que no me extraña que
Rubayata entrevistara a Dios en Providencia.
En relación con la novela, "El diablo tiene la vela", me llamó
la atención su dedicatoria: "Esta obra mundana se la dedico a Dios".
EL
DIABLO TIENE LA VELA De
esta novela, que conservo con la firma autógrafa de Juan M . Roca L. (Rubayata),
trascribo apartes del último párrafo de la página 20 y la
totalidad de la página 21, hasta el tercer párrafo de la página
22. "A
la puerta del cementerio de San Lorenzo el sacerdote dijo los responsos, batió
el hisopo y abandonó el sitio, con los monaguillos. "Había
que caminar más, para llegar en donde Mote iba a ser consignado a la voracidad
de la bóveda. "Hubo
descanso. "Que
fue cuando una mujer del pueblo, agitadísima, histérica, llegó
gritando para pedir que abrieran el ataúd. El cuadro era demasiado patético.
La mujer abrazaba el féretro, colocado sobre un arrume de ladrillos, y
lo bamboleaba como a una barca. "Los
amigos alzaron nuevamente en sus hombros la caja y siguió la andanza, La
recién llegada insistía en sus clamores y solicitudes. Llegados
ya al pie de la tumba asignada para Mote, la mujer clamante insistió en
agudizar su grito y su llanto. "Como
no quisieran complacer a la plañidera, Judit intervino. Sentía un
pálpito que le empujaba a creer en cómo en todo aquello había
algo de misterio. "La cruz y el diablo", se decía. "Abran
el ataúd, gritó. "El
cronista había bajado hasta la taberna que existe al pie del cementerio,
con dos o tres personas más, a alzar las copas. Judit le buscó con
la mirada, para pedirle apoyo en cuanto solicitaba, pero, al no encontrarlo, insistió
en su gesto, en forma impositiva. "Que
abran el ataúd! "Fue
tan energético aquello que, al natural silencio del caso siguió
la apertura de la caja. "Y
el rostro de Mote sudaba
De la frente y las mejillas brotaban perlas de
sudor. Había perdido la lividez cadavérica y su cutis ganaba el
color de lo vital. "Mote
está vivoooo! Que traigan un médico, dijo doña Laura. Judit
soltó las lágrimas y sintió cómo se le atascaban las
palabras en la garganta. Quiso rezar y no pudo. "Todos
se empinaban, con el ánimo de mirar con mejor precisión a Mote.
Algunos se encaramaban en piedras o en caballetes de madera para albañilería
o en las carretillas para la mezcla. "En
medio de aquél revuelo, un borracho enfático, compañero de
Mote y llamado Moña, conocedor como nadie de las angustias en la vida paupérrima
de aquél, exclamó en tono dramático, implorante pero sugestionador: "-
No ¡No le hagamos ese daño a Mote
¡Ha sufrido tanto
Está tan varado
, tan pobre
Métanlo!
Medellín, septiembre 9 de 2005 |
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BOLETÍN
LITERARIO No. 3 - JORGE PACHECO QUINTERO (1911 - 1982)
Poeta,
historiador y periodista, nacido en Ocaña. De sus escritos y poemas tuvo
a lo largo de su meritoria existencia los mejores comentarios de la crítica
especializada. El
doctor Lucio Pabón Núñez, refiriéndose en una oportunidad
a la poesía de Pacheco Quintero, en admirable prólogo para uno de
sus libros de versos, escribió: " Los cirios que ha encendido Jorge
ante nuestra Señora la Poesía, son los cantos en que ha alzado su
voz hacia los astros" Benigno
Acosta Polo, leyendo las valoraciones de Lucio y analizando la exquisita poesía
que aparece en sus producciones: Entre sombras y espacio: libro I Andeles, Libro
II Raíz Desnuda y libro III, ( obra que lo ha colocado en sitio preeminente
dentro de la lírica colombiana), llegó a considerar a Jorge Pacheco
como el sucesor del insigne escritor y poeta José Eusebio Caro. Inclusive;
en su admiración, llegó a sostener que Pacheco superaba a Caro,
en el vigor lírico, el la pureza del verso y en el embrujo de las imágenes,
especialmente en la levedad de las metáforas.
Jorge Pacheco fue además miembro de diversas academias de la lengua y de
la historia. Escribió diferentes obras de gran valor literario e histórico
que destacó, además, por su amor por todo cuanto se refiriera con
Ocaña y su provincia, región a quien dedicó hermosos y sentidos
poemas en verso y en prosa literaria. Hacedor
del arte y la cultura en sus diferentes manifestaciones. En unión del maestro
Rafael Contreras Navarro, en los años sesenta impulsó con notable
entusiasmo La Escuela de Bellas Artes adscrita al MEN ; todo lo anterior para
que hubiera en nuestra ciudad de Ocaña un espacio para la pintura, la música,
la escultura, el teatro y la danza, manifestaciones que exaltan el espíritu
humano. Después
del deceso del poeta, alma y nervio de este espacio significativo para el arte
y la cultura regional, el Departamento Norte de Santander, honró su memoria
por medio de la Ordenanza 024 del 7 de diciembre de 1987 creando el Instituto
departamental de cultura y bellas artes " Jorge Pacheco Quintero". El
Instituto departamental a la fecha no existe, por la falta de estímulos
de los diferentes gobiernos para apoyar la cultura y el arte; sin embargo, LA
ESCUELA DE BELLAS ARTES " JORGE PACHECO QUINTERO" continúa y
es patrimonio que la ocañeridad de todas las épocas está
llamado a defender en su vigencia y proyección.
Hay hermosos poemas de este cultor literario: El retorno, El Molino, Pez, Canción
Morena, Pasión y Gozo, Hacaritama y otros tantos plenos de musicalidad,
ritmo, dominio del espacio y trabajo de la palabra.
Elijo
HACARITAMA, poema corto, pero de hermosa factura, para compartirlo con la comunidad
culta que visita esta página Web. | HACARITAMA Quiero
sentirte, oh tierra, en las pupilas; sentirte en las pupilas y en los pasos;
volver a tus paisajes y reintegrarme a tus perdidos campos. Yo
soy como el espíritu del agua, y soy como la fuga de tus pájaros;
pero quiero sentirme en las raíces más profundas y negras de
tus guácimos Acógeme
en tu seno, Hacaritama, como la tierra al agua en el verano; como acoge
la madre al niño enfermo; como la hembra acoge al rudo macho, o
la fuente a los peces sorprendidos por el alma morena de los cántaros. Acógeme
en tu seno Hacaritama, y en tus ríos, tus sierras y tus llanos;
que en tus aguas se laven mis heridas, y en tus piedras reposen mis cansancios. Incorpórame
a ti, oh tierra mía; que en tu fondo mi carne se haga barro, para
que, cuando vuelvan a tus lares, me encuentren hecho encina los gitanos. |
| |
BOLETÍN
LITERARIO No. 2 - ENRIQUE PARDO FARELO |
| | Nació
en El Carmen (N de S), el 11 de diciembre de 1883 y falleció en la misma
ciudad el 1 de junio de 1965. Firmó
sus escritos y poemas con el seudónimo de LUIS TABLANCA. Fue periodista
durante toda su vida y colaboró con diferentes publicaciones nacionales:
El Espectador, El Tiempo, entre otros. Fue cofundador de la revista Cromos. En
el prólogo de su novela autobiográfica: UNA DERROTA SIN BATALLA,
el señor Leonardo Molina Lemus, comenta sobre el ancestro de Enrique Pardo
Farelo. El
sacerdote Joaquín Gómez Farelo, en el siglo XVIII escribió
la historia de la aparición de la Virgen de Torcoroma, extenso ensayo en
prosa literaria. Algunos
de sus ascendientes se desplazaron hacia el norte de la ciudad de Ocaña
y ofrecieron las partes planas de sus fincas para la fundación de El Carmen,
pero los pobladores escogieron en definitiva el sitio de "Estancia Vieja"
en donde el 16 de julio de 1868 se funda la población en homenaje de amor
filial por la advocación de la Virgen María del Monte Carmelo. |
| El
Carmen tiene una extensión de 1687 km2 y dista de la ciudad de Ocaña
a sólo 43 Km. Enrique
Pardo Farelo en busca de mejor horizonte se hace presente en Ocaña en los
días de su juventud; y por la época, el mismo confiesa, sus bases
culturales eran apenas elementales; pero buen lector y con deseo de superación;
aparte de esta disposición personal, tiene la suerte de encontrar trabajo
en casa de los señores Jácome Niz que ponen a disposición
del futuro escritor su biblioteca familiar. Allí comienza su formación
de autodidacta, que unido a su privilegiado talento hicieron de él uno
de los mejores escritores del Norte de Santander.
Con
el nivel cultural adquirido en los libros, que según un escritor inglés
constituyen la verdadera universidad, Pardo Farelo se relaciona en la ciudad de
Ocaña con dos amigos compenetrados con el periodismo; en especial del arte
y la cultura: Euquerio Amaya y Edmundo Velásquez. Alguien los bautizó
"LOS FELIBRES" y cada uno en su género dejó huellas literarias
que atesora la ciudad de Ocaña y por extensión la provincia de Ocaña.
Pardo
Farelo llegó a ser Secretario de Hacienda del Departamento Norte de Santander,
y pudo haber ascendido en la escala política, pero nunca ambicionó
este tipo de representaciones.
De
él dijo el presidente de Colombia, Dr. Eduardo Santos: "LUIS TABLANCA
era una víctima ilustre de la modestia
" Luego
de una corta actuación como diputado a la Asamblea Departamental, y tal
vez decepcionado del trajinar político, consagró el resto de su
meritoria existencia a favor de El Carmen, la ciudad que lo vio nacer y que guarda
amorosa sus cenizas y palabras. Un día el meritorio patricio carmelitano
les comentó a quienes le animaban a continuar ascendiendo en la representación
política representativa de Colombia: "
Yo estoy convencido de
que sirviéndole a mi pueblito natal le sirvo a la provincia, al Departamento
y a la misma patria
"
A
continuación un poema de Enrique Pardo Farelo (LUIS TABLANCA), para el
mundo de las letras: | |
MENSAJE
DE REMEBRANZAS (A Adolfo Milanés) | |
No
me recuerdes de antaño, de aquellos días banales en que
para nuestro daño, éramos sentimentales. Todo
era nuestro, y en todo hallábamos siempre un motivo dulce para
nuestro modo doliente, meditativo El
agua, la luz, el cielo, nuestra ciudad, vieja y triste, cosas antiguas,
anhelo de alcanzar lo que no existe. El
agua nos seducía
En el arroyo cantante, en el pozo, en la
variante cascada que se desfleca
¿Recuerdas? Tu musa un día
lloró la honda poesía de una fuentecilla seca. Íbamos
al campo en mayo, cuando las lluvias tempranas le prenden a cada tallo
múltiples flores lozanas. |
Y,
en mitad de los caminos charlábamos cien divinos cándidos
puntos añejos con los mozos campesinos y los campesinos viejos. Dulce
recuerdo profundo, lento mis fibras desgarras
aurea tarde
Abril jocundo
El parque
Versos de Edmundo
¡La
canción de las cigarras! De
noche, la luna clara nos llevaba, ensoñadores, a la reja en que
triunfara un amor tras cien amores. Amábamos; nos amaron;
vimos la vida a través de un cristal de rosa
. Y después
ese cristal nos quebraron! Todo
era nuestro; y en todo, por milagrosa manera, se reflejaba de un modo
feraz nuestra primavera. | Soñábamos
un grato sueño; nuestra ilusión era hermana
sueño
de abril madrileño que se acabó una mañana!
¿Para qué sufrir pensando en esas glorias perdidas que nos
cobijaban cuando eran albas nuestras vidas? Hoy
no me duelen olvidos de la olvidadiza casta. Ojos de mujer dolidos
yo los miré humedecidos en el adiós, y eso basta. Cuando
ellas duerman un día bajo la paz de las hiedras, ¡ay, para
entonces confía que, en pago de poesía, nos recordarán
las piedras! Medellín,
29 de agosto de 2005 |
|
BOLETÍN
LITERARIO No. 1 - EUSTOQUIO QUINTERO Poeta
y escritor que se distinguió como historiador. La Academia de Historia
de Ocaña, según me confirmó su presidente, Luis Eduardo Páez
García, considera a Eustoquio Quintero como el pionero de su historia regional.
En sus amenas
crónicas rescató las historias de LEONELDA, y El ALTO DEL VICARIO;
y la vida y obra de don Agustín Núñez, gobernador de Ocaña,
y otros relatos que circulaban desde hacía años en la tradición
oral de Ocaña y su provincia. Colaboró
con los periódicos y revistas de la época destacándose como
ameno prosista. En
la Novena de Nuestra Señora de Torcoroma aparece uno de sus escritos en
donde le canta a la Virgen y cuenta en versos la historia de su gloriosa aparición,
versos escritos en 1910. | | | |
A
LA VIRGEN DE TORCOROMA ¡Oh,
purísima paloma! ¡Oh, Madre del puro amor! ¡Oh, Virgen
de Torcoroma: amparad al pecador! Según
refiere la historia, en mil setecientos once (1) el día quince
de este mes de agosto, nos da memoria que apareció en la montaña,
de donde su nombre toma, la Virgen de Torcoroma que se venera en Ocaña. ¡Oh,
purísima paloma! ¡Oh, Madre del puro amor! ¡Oh, Virgen
de Torcoroma: amparad al pecador! |
En las cercanías
de Ocaña hay una fuente divina que sale de la montaña
de la Cordillera Andina. Y aquella Santa Piscina se busca con tanto amor,
que el cristiano, con fervor, exclama si de ella toma: ¡Oh,
Virgen de Torcoroma: amparad al pecador! En
aquella misma sierra encontróse un peregrino, para gloria de esta
tierra, un árbol en el camino; tiró el hacha el campesino,
y al quitarle el espesor, con fragantísima aroma se vio la Madre
de Dios. ¡Oh,
Virgen de Torcoroma: amparad al pecador! |
Y si buscamos delante
de esta imagen el consuelo, con el tono más amante nos dice una
voz del cielo: consuélate, caminante, que María, por tu
favor, calma ya tanto dolor y Dios tus culpas perdona. ¡Oh,
Virgen de Torcoroma: amparad al pecador! Ese
árbol verde y coposo donde María apareció, imagen
es del precioso en donde Cristo murió. A su abrigo protector
corramos llenos de gozo; y, embriagados con su aroma, clamemos con santo
ardor: ¡Oh,
Virgen de Torcoroma: amparad al pecador! |
|
Comentario: 1.
Nuestra Señora la Virgen María apareció a los niños
campesinos Felipe y José Melo Rodríguez en la Montaña de
Torcoroma en el año de 1710; un año después fue llevada a
Ocaña en procesión precedida por las autoridades eclesiásticas
y comunidad en general. La imagen, en una parte del árbol bendito, fue
expuesta a la veneración de los fieles el 16 de agosto de 1711. El
16 de agosto de 2011 se cumplirán trescientos años (300) años
de esta efeméride gloriosa de nuestra historia regional. Fue
expuesta a la veneración de los fieles el 16 de agosto de 1711. (Datos
tomados de José Nicolás de la Rosa, Floresta de la Iglesia, catedral
de Santa Marta.). Imprenta
de DM. Cabrerizo Valencia España, 1833, 284 páginas. Citado en el
libro SIGNAR EL PRESENTE, del historiador Jorge Meléndez Sánchez,
Editorial Presencia, Ltda., año 1989,158 páginas. Otras
fuentes históricas consultadas por el académico, Luis Eduardo Páez
Courvel, aseguran que la Virgen apareció en la montaña de Torcoroma,
el 16 de agosto de 1711. (Crítica e historia. Biblioteca de autores ocañeros
, volumen 6) En
reciente información aportada por Luis Eduardo Páez García,
actual presidente de la Academia de Historia de Ocaña, supe que pocos años
después de la aparición en 1711, la imagen de la Virgen fue llevada
a Ocaña un 15 de de diciembre y expuesta en la iglesia catedral para la
veneración de los fieles
(El
dato, inmediatamente anterior, fundamenta las dos festividades especiales de Nuestra
Señora de las Gracias de Torcoroma: 16 de agosto, (fecha de su aparición);
y 15 de diciembre, (la presencia de la sagrada imagen en la ciudad de Ocaña.)
G.A.P.T.
Medellín, 16 de agosto de 2005 |
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