| | | HISTORIA
MUSICAL DE OCAÑA
Por Gabriel Ángel
Páez Téllez |
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Evocación
Mitológica, y época de esplendor de este arte musical en la ciudad
de Ocaña Desde
la noche de los tiempos los hombres recibieron el don de la melodía, pero
no sabían usarla, con esta expresión la Mitología greco latina
nos introduce al tema musical. La
flauta que la diosa Minerva inventara sólo sirve para ser ejecutada por
los Sátiros, hijos de Mercurio; y los Faunos, divinidades campestres que
protegían los cultivos. La
lira creada por Mercurio sólo es pulsada por Apolo y las musas. Las manos
humanas no tienen la capacidad para extraer melodía alguna; y en las gargantas
rudas de los hombres más antiguos no hay voz musical. Pero
surge Orfeo, cuyo nacimiento tiene diversos orígenes que lo relacionan
con los dioses olímpicos; otros señalan su origen entre un rey humano
y una de las ninfas… En
el capítulo XXXII de la obra MITOLOGÍA, tomo II, Ediciones Civita,
página 513, se afirma que Orfeo comparte la condición humana. Su
nacimiento, comentan, llenó de satisfacción a los inmortales, porque
este no sólo tiene talento musical sino que además es poeta y sublime
cantor. Orfeo
conmovido por la humanidad doliente jura cantar e interpretar su lira hasta el
fin de sus días para vencer las miserias humanas; y en ese empeño
que conmueve a los inmortales, tañe la lira convocando a la naturaleza
desde entonces para la gran sinfonía. Estas
y otras muchas leyendas debieron traernos los conquistadores de la lejana España.
Esta región de Europa, desde el año 205 AC, hasta el 414 de Cristo
fue gobernada por los romanos; de allí que la terminología latina
de los dioses y semidioses mitológicos estuvieron en los labios de los
españoles; y por supuesto, el mito de Orfeo debió ser contado una
y otra vez en las ardientes llanuras, el frío del altiplano o en la región
ocañera, la porción más septentrional del departamento Norte
de Santander. Gran
parte del mito de Orfeo parece haberse quedado en especial en la Región
Andina que cubre la mayor parte del occidente de Colombia, en donde el canto y
la música instrumental es fundamento esencial de su acervo cultural. Comprenden
esta zona, los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, Quindío, Tolima,
Boyacá, Santanderes, Huila, Caldas, Risaralda, Cauca y Valle. Los
ritmos propios de estas regiones colombianas son: El bambuco, el pasillo, la guabina,
la danza, el bunde, el sanjuanero ,el rajaleña y el torbellino. Los
instrumentos característicos de cuerda: Tiple, bandola, guitarra, requinto,
Etc. De viento: flauta de caña, gaita, capador, chirimía, quena,
etc. De percusión: Bombo, marimba, maracas, guacharaca. Ciro
A, Osorio Quintero, en su libro El Valle de los Hacaritamas afirma que la afición
de los ocañeros por la música nos viene desde la fundación
misma de la ciudad. Los instrumentos primigenios, de los cuales han quedado reseñas
históricas son el arpa, la guitarra, el tambor y el triángulo El
maestro Rafael Contreras Navarro (1915 – 1983), en evocaciones sobre la música
del viejo Ocaña, Revista de Educación, número 14, editada
en Cúcuta, por la Secretaría de Educación Departamental,
año 1960, comenta que a fines del siglo pasado la vida de los ocañeros
transcurría apacible y sosegada. En la música culta se distinguían
el piano, el arpa y el violín. Remontándose
al año 1853 y siguientes, nos comenta que comenzaba a sobresalir un músico
muy brillante: Guillermo Quintero Calderón, que tocaba magistralmente la
flauta. En
mi opinión, sólo Minerva a la que los griegos llamaban Atenea, diosa
de la sabiduría y de la guerra, pudo inspirar a este flautista nuestro,
para que después fuera general y comandante del ejército, esforzado
militar que se destacó por su don de mando en la célebre batalla
de la Humareda , año 1885, y posteriormente ejerciera la presidencia de
Colombia. En
1860, comenta el maestro Contreras, llegó a Ocaña el primer piano
de fabricación alemana; era un piano de media cola; lo importó don
Miguel Duque Piñeres. Otras familias acomodadas trajeron otros pianos,
instrumentos que con otros igualmente importantes se hicieron comunes en los salones
aristocráticos de la ciudad. Con
estos instrumentos surgieron sus intérpretes más connotados; entre
estos: Filandro Ibáñez, ciego de nacimiento. Este músico
se destacó como organista, pianista y violinista. Este músico excepcional
era familiar cercano de don José Eusebio Caro, por parte de su madre, doña
Nicolasa Ibáñez. Como
experto ejecutante del flautín y el bombardino, surge otro músico
notable: Santiago Jácome, también su hijo Fidel; no como músico
sino como maestro fabricante de instrumentos. En
el ambiente culto del arte musical comienzan a figurar como solistas de diferentes
instrumentos los hermanos Bernabé, Calixto y Pedro Noguera. Estos artistas
consagrados se integraron con otros compañeros en el divino arte musical
y se organiza la Banda Musical Noguera. Con
ésta aparecen otras agrupaciones y otros solistas de renombre como el pianista
Ernesto de Castro. En
ambiente culto y propicio visitan la ciudad connotados músicos extranjeros
como Eduardo Meyer, de origen alemán, que posteriormente se une en matrimonio
con la bella dama ocañera, Telmira Jácome Lemus. Por
la época, también visita la ciudad de Ocaña el músico
italiano José (Pepe) Storino, que fue maestro de muchos de los mejores
intérpretes de Ocaña y su región. De
las mujeres que contribuyeron al arte musical; según el maestro Contreras,
que comenta consultó a cronistas de esta época lejana de los años
1893 en adelante, destaca a las damas Eliveria Ballesteros, soprano; las pianistas
Soledad y Anaís Noguera; y a Isabel Cañarete, que se distinguió
como intérprete del Arpa. En
este ambiente culto y refinado de nuestra ciudad y que podíamos llamar
EPOCA DE ORO DE LA MÚSICA EN OCAÑA, por la cantidad y calidad de
artistas, es importante registrar los nombres de Elena Hein, Matilde Jácome
de García, Ana María García de Jácome; Elena y Esperanza
Conde Roca, Lola Duque, y otras damas que fueron pianistas que motivaban a otras
mujeres ocañeras a secundarlas en la interpretación musical y el
canto, creándose un ambiente que señaló a Ocaña a
principios y mediados del siglo XX, entre las ciudades más cultas de de
la música en Colombia. De
la agrupación musical fundada por don Bernabé Noguera, por la época,
surge una pléyade de músicos meritorios que comienzan a irradiar
su arte a favor de Ocaña y su región. De todos estos baluartes del
arte musical en la región ocañera es importante registrar los significativos
aportes de Anselmo Epalza, Julio Jácome Niz, Sabas Núñez,
Cayetano Navarro, Andrés Márquez, Nemesio Pino; y, entre otros,
Trinidad Bonett. Este músico nacido en Convención enseñó
a muchos ocañeros el arte musical. (Mi padre Luis y mi tío Marcos
se contaron entre los muchos jóvenes entusiastas que querían ser
músicos profesionales.) Otros
solistas notables de Ocaña y su región de influencia: Fabriciano
Guerrero Ramón Clavijo Cañarete, Carmito Paba Forero, Rafael Contreras
Navarro, Miguel Ángel Pino Grimaldo, Carlos Julio Melo Paredes, Carlos
Guillermo Lemus Sepúlveda, Orlando Velásquez Rincón, Ramón
Quintero Meneses, Otoniel Osorio Pinto, Genaro Niño, Cheo Paba, Gilberto
Núñez y otros tantos en cuya descendencia se perpetúa la
herencia musical de una época de esplendor en que Orfeo, fiel a su juramento
de embellecer al mundo, continúa proyectándose en las almas sensibles
de los seres humanos.
El maestro Trinidad Bonett, fundó la inolvidable orquesta LA LIRA OCAÑERA,
tema para nuestra próxima crónica; en donde con el apoyo generoso
de esta página Web se presenta: LA HISTORIA MUSICAL DE OCAÑA. | II
PARTE | LA
LIRA OCAÑERA Es
importante registrar que otras personas han presentado trabajos específicos
relacionados con el tema, como el libro dedicado a la Historia de la BANDA MUNICIPAL
DE OCAÑA, Editorial Gutenberg Ocaña,1998, en donde el licenciado
Elmer Paba Castro, a lo largo de 84 páginas en forma amena narra la historia
de la fundación de la Banda Municipal y bandas que les precedieron. En
la página 27 del libro arriba citado aparece la referencia a LA LIRA OCAÑERA,
y reproduce la fotografía que el historiado y amigo Jorge Meléndez,
dio a conocer en su libro LA REGIÓN DE OCAÑA Y SU DESARROLLO, Editorial
ECOE, Bogotá, 1980; fotografía y evocación de este conjunto
musical que a su vez presenta el amigo Carlos Navarro Torrado, en su ingenioso
libro OCAÑA TÍPICA, Editorial Códice, Bogotá, página
159. | | | Esta
fotografía, cuyo original conserva mi hermana Cecilia, se la facilitó
papá al historiador Jorge Meléndez, para su primer libro de referencias
históricas de Ocaña; ahora se reproduce en esta página
Web. Disposición
del conjunto musical en la fotografía, de pie: Marcos
Páez Caicedo, (tiple), Luis Clavijo (tiple), Antonio Barbosa (flauta),
Rafael Contreras Navarro (flauta), Carlos Julio Clavijo (trompeta), Julio Melo
(guitarra). Sentados: Ramón Clavijo (clarinete), Luis Páez Caicedo
(barítono). |
| Papá
nos comentó que también pertenecía al conjunto Carlos Julio
Melo Paredes, (trompeta), que no aparece en la foto, porque por la época
que se realizó la toma fotográfica estaba en Buenavista, región
cercana de Ocaña.
Según un artículo SOBRE MÚSICA DEL VIEJO OCAÑA, del
maestro Rafael Contreras, publicado en 1960, LA LIRA OCAÑERA debió
ampliarse con otros músicos, pues comenta que también pertenecieron:
Pedro Prince N, Antonio Portillo y Rafael Pérez. Fue
LA LIRA OCAÑERA un conjunto musical provinciano, que animado por resonante
éxito en la ciudad de Ocaña y regiones circunvecinas tuvo la feliz
iniciativa de salir del marco regional y recorrer en exitosa gira musical el río
Magdalena; e inclusive, la costa Caribe, en donde dieron a conocer el talento
de Ocaña y su provincia.
Clavijo Cañarete, director de LA LIRA OCAÑERA, era hijo de la famosa
artista del Arpa, Isabel Cañarete, de la cual nos referimos en la Historia
Musical de Ocaña, 1ª parte (de niño, Ramón tocó
maravillosamente el triángulo, luego se hizo famoso con el Clarinete, con
su timbre magistral), de su descendencia hay muchos meritorios músicos
que han dado lustre a Ocaña. Todos
los músicos de la LIRA OCAÑERA con esa condición excepcional
de haber sido algunos formados, y todos seleccionados por el maestro Trinidad
Bonett, fundador del grupo; y con la dirección y liderazgo de Ramón
Clavijo se superaron, y se convirtieron en intérpretes maravillosos de
sus respectivos instrumentos, en los cuales se lucían, ante una Ocaña
que les aplaudía y estimulaba su arte. De
los miembros de este conjunto insignia del talento musical de Ocaña y su
provincia, dos de sus integrantes fueron directores de la BANDA MUNICIPAL DE OCAÑA:
Rafael Contreras Navarro y Carlos Julio Melo Paredes, esto fundamenta por sí
solo la excelencia de este grupo de músicos nuestros
Rafael Contreras (se inició con la flauta, de la que era concertino, luego
el violín y el piano, etc.); Carlos Julio Melo (Desde muy joven optó
por la trompeta de notas vibrantes de gran calidad armónica, continuó
con el saxofón, en el que igualmente descolló.). Aparte
de lo anterior fueron compositores notables. A don Rafael se debe el bambuco OCAÑERITA,
himno regional de Ocaña, y otros muchísimos pasillos, fandangos,
bambucos, danzones, valses, pasodobles, boleros
Carlos
Julio Melo, en su notable inspiración nos dejó la hermosa Danza,
AMERICA, y al igual que Contreras ,compositor de pasillos, valses, fandangos,
joropos
en fin muchas muchísimas piezas musicales ,incorporadas al
amplio repertorio de la bandas musicales de Ocaña y de otras regiones del
país .Muchas de estas piezas se encuentran incorporadas al acervo musical
de Colombia( Centro de Documentación Musical de Colcultura, Bogotá.
Algunos
integrantes de LA LIRA OCAÑERA, ante el éxito creciente de esta
agrupación, quisieron formar sus propias orquestas; o a hacerse integrantes
de otras que los requerían
Así
surge la Banda EL PROGRESO que fundó Ramón Clavijo Cañarete,
en esta participó mi padre, los instrumentos que interpretaba fueron el
Barítono y el trombón de vara, entre otros .Esta agrupación
tuvo mucha acogida; y a la salida voluntaria de su fundador don Ramón que
pasó a la BANDA MUNICIPAL, continuó su hijo Víctor Clavijo,
como director.
Fabriciano Guerrero, fue otro músico talentoso que también por la
época dirige su orquesta que apellidaron LA PATEADORA, por la forma de
dirección que en lugar de hacerlo con la tradicional batuta, su director
llevaba el compás de la pieza con el píe y en forma exagerada, según
lo anota el maestro Rafael Contreras. (Revista de Educación, Cúcuta,
1960, página 93. Fue
una banda meritoria que en calidad de sus interpretaciones y repertorio competían
con La Banda El Progreso, sana emulación; pugna edificante en donde el
principal beneficiado fue el arte musical de Ocaña y su región.
La profesión musical exigía el desplazamiento a regiones circunvecinas
en donde también habían orquestas muy buenas ,pero para fiestas
patronales u otros eventos se hacía indispensable viajar por ejemplo a
Convención, La Playa de Belén, El Carmen, Abrego, en fin en la amplia
geografía de la región ocañera. Algunos
músicos formaron sus hogares; y este trajinar del desplazamiento por razones
propias de la labor musical les creaban inconvenientes, por los que muchos acogieron
otras profesiones o artes, sin abandonar la música. Mi
padre, Luis Páez Caicedo (1903 - 1997), optó por la Barbería,
que estuvo por muchos años en el Parque principal de Ocaña; sin
dejar la música instrumental, en especial la Bandola en la que fue un intérprete
brillante y que en unión a la guitarra le acompañaron hasta el final
de sus días. También hizo sus propias composiciones, algunas las
conservamos en casete que pasamos a CD, en programa de Bandola, guitarra y tiple.
Del que llamamos TRÏO FAMILIAR. Ocasión especial en que mi hermano
Noel interpreta la guitarra, nuestro padre la bandola, y yo el tiple. No era fácil
acompañar a papá, exigente en el acompañamiento, no obstante
que en la fecha de esa Tertulia musical realizada en Ocaña, tenía
alrededor de ochenta años. Puede
afirmarse que los músicos de Ocaña y su provincia perpetuaron el
arte musical en su descendencia, así los Clavijo, los Pino, Los Paba, los
Noguera
Los
Páez tenemos gran aprecio y disposición musical, pero sólo
dos de mis hermanos se hicieron músicos profesionales:: Noel que estuvo
vinculado por casi diez años a la Banda Municipal e interpretó el
bajo de cuerda hasta 1983, para dedicarse a la Funeraria Páez, de la que
es propietario; y Luis Alfredo que es Ebanista, y alcanzó a pensionarse
como músico de la Banda Municipal en el 2003, interpretó entre otros
instrumentos, la tuba (fliscorno- contrabajo). Esta
disposición para la música sigue presente en las nuevas generaciones:
Mi hija Maribel (violín) y mi sobrina Ana Lucía (violonchelo) ,
hicieron parte de la delegación que viajó a Europa en el año
1993. Grupo Amadeus. También
se advierte con éxito esta disposición musical en los hijos de mis
hermanas: Ligia Stella y Yolanda; y en los hijos de mis sobrinos: Vianny Lemus;
Alonso y Yamile Rojas En
muchas ocasiones nos deleitábamos en Ocaña, escuchando la bandola
de papá con la compañía de su amigo: Andrés Vergel
de profesión Sastre; o escuchando las bandolas a dúo con su colega,
músico de otros tiempos, Miguel Pino, otro brillante intérprete
de la Bandola.
En nuestras épocas de niños o en nuestra primera juventud en Ocaña
escuchamos las sonoras bandolas de nuestro padre y sus amigos, con la acompaña
del tiple de Leonel López Picón, la flauta de Rafael Contreras Navarro
y la guitarra de Oscar Romero, al que llamaban cariñosamente "El
Toche". De estos amigos de papá que se me vienen a la memoria, tal
vez aún esté vivo don Andrés, los demás fallecieron;
o viajaron primero, como expresó en una oportunidad el poeta mexicano Amado
Nervo.
Podemos afirmar que en su juventud nuestros progenitores vivieron una época
romántica en que en Ocaña y su región no sólo florecían
la música andina que es madrigal hecho canción, sino además
la más hermosa poesía que Los Felibres inmortalizaron en la amable
Villa Hacaritama y continuaron Luis Eduardo Páez Courvel, Marco A. Carvajalino,
Alejo Amaya Villamil, Ciro A. Osorio, Luis Felipe Molina, entre otros. Época
que nuestros padres y sus contemporáneos disfrutaron plenamente, en un
ambiente cálido cultural; en donde si bien había limitaciones materiales
en los ocañeros; se disfrutaba del encanto del arte musical, del clima
amable de los versos, la dulzura del clima, la suavidad de su brisa, con su cielo
perennemente azul; y la belleza de sus mujeres .Como en el sentir oriental musulmán.
Se anticipaba en la tierra, el paraíso que Alá tiene para sus elegidos. | III
PARTE | Desde
la creación de la Banda Municipal hasta hoy "La
música es la mejor fisonomía de los pueblos" y Ocaña,
a través del tiempo y la distancia, muestra la validez de esta expresión
que cito al culminar esta narración sucinta de LA HISTORIA MUSICAL DE OCAÑA. Con
el encanto de los grandes conjuntos y orquestas musicales, en nuestra ciudad floreció
la cultura del sentir literario. La delicadeza del arte musical suavizó
el temperamento de los ocañeros, rebeldía natural que en su época
para el Libertador Simón Bolívar le auxiliara como fuerza emancipadora,
y que en su informe al rey, el Pacificador Pablo Morillo lo señalara como
un pueblo indómito y de los difíciles de someter en la reconquista
española. Para
comentar sobre el origen de la BANDA MUNICIPAL DE OCAÑA me fundamento en
un artículo del maestro Rafael Contreras Navarro, que en la Revista de
Educación, citada en el documento anterior, comenta que la Banda del Progreso
ejecutaba retretas los domingos en el Parque 29 de Mayo (Parque principal de Ocaña),
financiadas por las colectas que don Hernando Osorio, promovía secundado
por algunos de sus amigos que apoyaban la cultura musical La
necesidad de fundar la BANDA MUNICIPAL comenzó cuando en una oportunidad
se presentó obstáculo para recolectar los ocho pesos, costo exigido
por la Banda del Progreso para realizar la retreta dominical que comenzaba a integrarse
al gusto musical de la ocañeridad. (El dinero hubiera podido recogerse,
pero se devolvió el monto captado, y no hubo el programa musical ese domingo...
Fue importante dejar el problema latente y hallarle solución definitiva
y así corresponder, a lo que ya constituía necesidad sentida de
los ocañeros.). El
líder cívico Hernando Osorio siguió en su empeño de
dotar a Ocaña de Banda Municipal, hecho histórico que se logró
gracias a la Ordenanza número 21, de abril 12 de 1922. La Asamblea Departamental
atendió este anhelo de la ciudadanía ocañera. Los diputados
ponentes fueron los doctores: Marco A. Ceballos, Eustorgio Fuentes, Pedro A. Gómez
Naranjo, Marco A. Rincón y Ezequiel Quintero, a todos ellos, eterna gratitud. DIRECTORES
DE LA BANDA MUNICIPAL Frabriciano
Guerrero, Manuel PinoCarrillo, Rafael Contreras Navarro, Miguel Angel Pino G,
Carlos Julio Melo Paredes, Carlos Guillermo Lemus Sepúlveda, Orlando Velásquez
Rincón, Luis Eduardo Páez Páez y Héctor Julio Durán. El
próximo 3 de septiembre de 2006, la BANDA MUNICIPAL DE OCAÑA cumplirá
en su efeméride 84 años de esta primera presentación que
señaló glorioso historial, porque este grupo musical ha obtenido
premios en diferentes regiones del país. A
mediados del siglo XX duetos y tríos se escuchaban en nuestra ciudad, diferentes
artistas que en estas modalidades de agrupación musical deleitaban el gusto
popular. Fue una época romántica en donde los envíos de flores,
los acrósticos y las serenatas eran comunes en las noches ocañeras,
y la luna era cómplice de los enamorados. Una bella época de la
Ocaña serenatera y bohemia, en donde las canciones con letras de sentir
poético eran mensajeras del amor correspondido y de la nostalgia del desamor.
| | | En
1947 nace en la ciudad de Barranquilla un trío musical integrado por jóvenes
ocañeros que comenzó a destacarse. Recordando
su región de origen decidieron llamarse: Los Provincianos. Este trío
lo formaron: los hermanos Jorge y Luis Durán en compañía
de Oscar Fajardo, primera voz y compositor. Se dieron a conocer en la radio y
con el correr del tiempo, gracias a su popularidad creciente en Barranquilla,
decidieron, con el concurso de sus representantes, viajar a Medellín donde
grabaron aires musicales diferentes: bambucos, valses, boleros y música
tropical, etc. |
| Fajardo,
después se integró con otro trío: Los Isleños, (Gastón
Guerrero Oscar Fajardo y Santander Díaz), que en música instrumental
y con sus bien timbradas voces se impusieron en el gusto musical en Colombia y
en el extranjero; al igual que el trío Los Provincianos, grabaron versiones
musicales con ritmos diferentes con esa versatilidad del canto magistral y de
la música instrumental de guitarras y maracas. Este
trío emprendió en 1957 una exitosa gira que los llevó por
Suramérica. En 1961 el célebre tenor Carlos Julio Ramírez,
les acompañó por Estados Unidos y Canadá. |
En
tanto, en diferentes ciudades, artistas de la región ocañera comienzan
a destacarse en el canto, así surgen: Blanca Sierra, como vocalista que
con su hermosa voz graba diferentes aires musicales, en especial boleros que su
modulación hace inolvidables. A
la belleza tradicional de las mujeres de la región ocañera sumaron
la dulzura de sus bien timbradas voces, las hermanas Aída
y Yolima Pérez Vega. De
niñas se iniciaron en la emisora Nuevo Mundo, de Bogotá, año
1955, en la interpretación musical que las llevó a grabar entre
muchísimas versiones musicales de gran aceptación: boleros, bambucos
y otros ritmos con los que impusieron su estilo que marcó toda una época
romántica en el país. Aída
y Yolima Pérez Vega | |
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|
En
este ambiente propicio surgen artistas de música de ejecución instrumental
y del canto y la inspirada composición: Alfonso
Carrascal Claro, (Véase biografía). En opinión
de muchos ocañeros y que comparto, es uno de los artistas nuestros más
representativos. También es justo reconocer la labor cultural de sus hermanos,
Carlos y Orlando, artistas del canto y la composición. Orlando interpretó
inclusive canciones del folclor mexicano con muy buena aceptación. Utilizó
el seudónimo Orlando Galas. Falleció en plena juventud. Los
Hermanos Carrascal, con motivo del Sesquicentenario de la Gran Convención
de Ocaña en el año 1978, editaron un LP que titularon OCAÑA
GEOGRAFÍA DEL RECUERDO. | | |
| Este
álbum musical fue grabado por Sonolux en la ciudad de Bogotá. Las
selecciones musicales, lado 1 son todas alusivas a Ocaña y de autores ocañeros,
a excepción de "Ocaña hembra morena" de la autoría
del conocido compositor huilense Jorge Villamil Cordovez. En
el lado 2, los poemas de Adolfo Milanés, Jorge Pacheco Quintero, Luis Eduardo
Páez Courvel y José Eusebio Caro, son declamados magistralmente
por Alfonso Carrascal Claro. La
emisora Ecos de Ocaña, con su radioteatro apoyó los artistas locales,
y nacionales ; y con su programa de aficionados al canto, dirigido por don Ismael
Contreras C., fomentó y estimuló el arte vocal musical entre la
juventud ocañera. En esa eximia labor posteriormente le secundó
el Dr. Saúl Conde Berti, locutor de origen cucuteño, que reemplazó
a los hermanos Ismael y Vicente Contreras. Ecos
de Ocaña, HJBE, 1210 Kilociclos, con su radioteatro y programas, en especial
el de aficionados al canto es recordada por toda una generación, época
que evocamos con gratitud hacia este medio radial. |
En
el libro Ocaña Típica, (páginas 161 y 162) se presentan algunos
de estos grupos musicales: Cuarteto
CAMANÁ y cuarteto ISCALIGUA, grupos musicales de gran éxito Trío
PIRALIGUA, inicialmente integrado por Carlos Navarro, Héctor Sánchez
y Gustavo Arévalo. Luego con el correr de los años, en reemplazo
de H. Sánchez, se une al trío el guitarrista Efraín Jácome. En
valores musicales, sea la oportunidad para citar, a los artistas ocañeros
e hijos de su provincia que se destacan en diferentes actividades relacionadas
con el arte musical. Gustavo
Arévalo, Carlos Navarro y Héctor Sánchez | |
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| Jesús
Solano Clavijo, violinista; Argemiro Pallares Castilla, pianista; Saúl
Calle Alvarez, compositor y escritor; Orlando Navarrro, cantante y compositor;
Luis Eduardo Páez Páez, clarinetista; Jesús Neira Quintero,
cantante y compositor; Fred Noel Paba Castro, clarinetista; Álvaro Bacca,
compositor; Marina Quintero, folclorista ; Elio (Tony )Ballesteros, cantante;
Jorge Eliécer Castilla, trompetista;.Gustavo Quinn, cantante y compositor;.Hernán
Páez, cantante y compositor; Flaminio Molina Vergel, ejecutante de la guitarra
y del tiple; Reinel Navarro, violinista; Elmer Paba Castro, músico y compilador
de la historia de la Banda Municipal, Kharana Navarro Rojas, etc. A
finales del siglo XX; y comienzos de nuestro actual siglo XXI, me comentan que
Ocaña parece haberse transformado en una población del Departamento
del Cesar:
La canción vallenata, argumentan, en especial merengues y paseos siempre
han gustado en Ocaña, pero esta música se destaca en ejecución
de guitarras: Los cantos vallenatos de Escalona fueron interpretados por ese medio
instrumental por Bovea y sus vallenatos; la música parrandera de Guillermo
Buitrago se escuchó a mediados del siglo XX en música de cuerdas.
Buitrago fue cantante y guitarrista notable; Noel Petro también aún
deleita con música de guitarra (actualmente guitarra eléctrica),
y así otros autores, pero hace más que una década que en
nuestra ciudad ha sentado sus reales la música foránea; y de nuestro
folclor sólo el vallenato de acordeón, caja y guacharaca. Este
fenómeno se atribuye a los medios radiales y la TV del país que
han comercializado el folclor colombiano, hoy casi reducido a los aires vallenatos;
que aunque es música nuestra y hay versiones muy agradables y sentidas
con acordeón, no deben ser ritmos exclusivos; y además, ¿por
qué tanto apoyo a otros aires foráneos y artistas extranjeros? En
nuestra ciudad de Ocaña y otras regiones de Colombia, la música
de las zonas Andina y Llanera, respectivamente; y la tropical orquestada se escucha,
como a escondidas: a media noche o al filo de la madrugada; y todo por falta de
pertenencia de los medios radiales y TV, comercializados; que no programan esta
música ,porque, según ellos, no tiene mayor sintonía; y lo
que pasa es que falta difundirla a diferentes horas, para que la juventud y la
ciudadanía general conozcan nuestro hermoso folclor y puedan llegar a amarlo
y cultivarlo. A
la labor de los concursos de bandas musicales y del folclor en las diferentes
regiones del país debe sumarse el compromiso del Ministerio de Educación
Nacional, el ministerio de cultura y todas las fuerzas vivas del país;
en especial el magisterio que debe ser consciente de la importancia de impulsar
la cultura musical en la educación desde la niñez. Urge
apoyo presupuestal y de todo orden para el Instituto de Cultura y Bellas Artes
"Jorge Pacheco Quintero". Ocaña tiene un potencial humano de
primer orden para recuperar, a través del arte musical y la cultura literaria,
su identidad como ciudad culta y civilista, que por su glorioso pasado está
llamada a un futuro mejor para nuestra querida ciudad y la región ocañera
en general. Medellín, 10 de abril de 2006 Créditos:
Fotografías de los tríos, por cortesía de Carlos Navarro |
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