ANTOLOGÍA
DE ESCRITORES Y POETAS DE OCAÑA Y SU PROVINCIA Por Gabriel Angel Páez Téllez. |
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Boletín
Literario No. 24 - 12 de febrero |
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CARMEN ELIÉCER QUINTERO T. Se le conoció como Carmito, que es la forma familiar para los varones que tienen el nombre de Carmen, en la ciudad de Ocaña. Sus nombres y apellidos completos: Carmen Eliécer Quintero Torrado, conocido entre nosotros simplemente como: Carmito Quintero, natural de Abrego, Norte de Santander, y ocañero por adopción. El gentilicio: ocañero, según lo destacó el escritor Ciro A. Osorio, cobija no sólo a los ocañeros nativos sino a todos los hijos de la antigua provincia de Ocaña, creada legalmente el 29 de mayo de 1849, y que tuvo vida jurídica hasta el 14 de febrero de 1857. No obstante lo anterior, se reconoce, con el gentilicio general de ocañeros a las personas nacidas en Ocaña; y por extensión, a todos los oriundos de los municipios de Abrego, Aspasica, Cáchira, Convención, Villacaro, Teorama, San Calixto, La Playa de Belén, Hacarí; y el corregimiento de Otaré. La entidad regional del término OCAÑEROS, persiste desde épocas coloniales. .. (Hay
un diseño de escudo español que integra a Ocaña con estas
regiones.) Este escudo se hizo con base en un dibujo de Mauricio Calle Ujueta,
presentado en 1976, por ediciones Mapache. En Medellín tenemos este escudo
realizado en tela y preside las festividades de FUROCAÑA.)
Se destacó en especial, por su ingenio en la pintura, talla y decoración;
además, por sus crónicas plenas de ese gracejo provinciano que hizo
las delicias de sus lectores. Por todo lo anterior, aparece por sus méritos
en esta Antología. No
dejó un libro que recogiera sus crónicas, pero estas se conservan
en diarios y libros, por esa vitalidad propia de sus escritos ingeniosos y amenos. Esa vena artística que lo caracterizó está latente principalmente en sus cuadros y tallas de exquisita ejecución. En una oportunidad dio a conocer una pintura suya en donde la Columna de la Libertad aparece rodeada por una hermosa fuente. El agua circundante y la Columna se integran en un conjunto armonioso que cautiva. Conocí y admiré ese trabajo pictórico; expuesto, por la época, en la Heladería Hacaritama. Ese cuadro ameritó que una obra de tal magnitud se hubiera realizado a favor de la belleza del Parque; infortunadamente, el deceso del artista truncó esa realización que nos hubiera dejado otra muestra tangible de su creatividad. En esta oportunidad, su concurso para embellecer los espacios arquitectónicos de la ciudad. La Columna de la Libertad y la fuente, tal como aparecen en esa pintura, es el resultado equilibrado de los dos elementos integrados al espacio previsto en el centro del Parque 29 de Mayo. (Ojala se reviviera este proyecto). Dentro de sus inquietudes artísticas se propuso en el año 1960, resucitar a los fundadores de Ocaña; desde los primeros años de la Conquista, hasta los actuales pobladores. En este empeño e iniciativa contó con el concurso del también notable artista: Alfonso Carrascal Claro, que llegaba luego de actuar con éxito en la IV Feria de Manizales, y con el apoyo del Sr. Alcalde, don Carlos Daniel Lemus. Gracias a lo anterior, se organizó pacientemente durante el año 1960, lo que sería la comparsa de LOS GENITORES; tema inspirado en la obra del historiador ocañero, Alejo Amaya. El primer desfile LOS GENITORES se realizó con éxito que superó las expectativas, el 3 de enero de 1961. Participaron más de trescientas personas. Este vistoso desfile fue la admiración de los ocañeros y de todos los que visitaron la ciudad por la época. Cuando la ciudad se preparaba para la segunda presentación de LOS GENITORES, falleció Carmito Quintero, en diciembre de 1961.( Revista Colombiana del Folclor, Luis Eduardo Páez García, página 108.) Este deceso fue una pérdida sensible para la ocañeridad a la cual dejó legado de simpatía y su don de gentes; en especial, esa chispa galante de lo cual Ciro A Osorio, comenta: el extinto Carmito ejerció el obispado laico y la coordinación irremplazable en la barra de sus amigos a quienes cautivaba con sus chistes, chispazos y truculencias que hicieron de él un personaje inolvidable. La meritoria comparsa de LOS GENITORES, con algunas interrupciones, se viene presentando con éxito desde 1961. A continuación, una de sus crónicas. COSAS Y COSTUMBRES DE OCAÑA (Fragmento) Esta tierra de la arepa sin sal y las muchachas bonitas, como las apellidara alguien, se mantiene tan aferrada a sus viejas costumbres, que ni los atropellos destructores del modernismo han logrado arrancarla del espíritu de los ocañeros, pues son parte integrante de su misma vida. La
arepa sin sal, ese insípido manjar para aquel que no aprendido a saborearlo,
típicamente ocañera, amasada y confeccionada con maestría
sin igual por las mujeres de la tierra ,la arepa , pero la arepa ocañera,
es única en cualquier rincón de Colombia donde haya una mujer de
Ocaña. ¿Cómo podríamos concebir una Semana Santa en Ocaña sin ese exquisito y tradicional plato que, para deleite de la culinaria ocañera, nos depara para esa época a ricos y a pobres, en gran profusión, cual maná en forma de corales, el hermoso barbatusco? De allí que con mucha razón se afirme que la belleza de las ocañeras se debe a la alimentación a base de flores. Las retretas de Ocaña en sus parques acogedores y sombreados son, por decirlo así, un derroche de luz y de belleza. Es allí como en un escenario al aire libre, donde el turista puede admirar saturado el espíritu por la música apasionante de los pasillos y bambucos, a todas las hermosas mujeres de esta tierra, las cuales además, tan sencillas y bellas, no conciben el amor sin el deleite de las serenatas. Las fiestas patronales de sus barrios (San Antonio, Jesús Cautivo, la Santa Cruz, etc.), son de un sabor tan ocañero y tienen una tradición tan arraigada, que la ciudad perdería la mitad de su valor si ellas se extinguieran. Y una fiesta sea profana o religiosa, nada dirá a los hijos de Ocaña sino va acompañada de gran profusión de pólvora, morteros y cohetes. Sus célebres "palmitas", bellísimos juegos de luces, son admiración de propios y extraños |