LA
OCAÑERITA DEL PRECIOSO ALBUM MUSICAL Con
motivo de los setenta años de la Banda Municipal de Ocaña, en el
año 1992, con apoyo de Colcultura y la Alcaldía Municipal de Ocaña
se grabó un disco de larga duración. Este LP de antología
que conservo tiene temas de meritorios músicos de Ocaña y su provincia.
En
la carátula de este álbum musical: una joven que he llamado "La
ocañerita", hermosa obra del pintor Rodolfo Valenzuela Rueda. Gabriel
Angel Páez Téllez Indiferente
al paisaje en la tarde que muere, en su rostro de diosa, su boca de coral dice
en frases audibles a la tarde que espere
Mientras luce en su rostro,
lo mejor de un rosal. En
los ojos divinos de la linda ocañera lleva cielo de estrellas por su
azul limpidez; en sus lindas pupilas, en su abismo quisiera: sumergirme
en su cosmos, infinito tal vez. Juvenil
y radiante la joven que danzara con sus prendas hermosas del divino folclor; modelo
virginal, que un óleo fiel plasmara en
área de Estoraques: castillos de amor. CARTAS
CRUZADAS La
carta es fuente de la historia, como manifestación escrita. Las cartas
privadas o públicas, cruzadas entre dos o más interlocutores, hacen
parte del género epistolar (Del latín epístola, carta o misiva).
Es un medio de comunicación con testimonios milenarios, pues en la antigua
China, 4000 años a. de C. y en Egipto, 2500 años a. de C., se contaba
con una red de mensajeros para intercambiar información. Investigaciones
históricas nos dicen que el imperio inca, antes de la llegada de los españoles,
contaba con eficiente servicio de correos. Las cartas se escribían sobre
papel de arroz de China, tablillas de arcilla romanas, rollos de papiro. María
Isabel Yagüe, fuente de los datos citados, asegura que el sello se utilizó
primero en Gran Bretaña, en 1839 y en España se adoptó en
1850. Surgen
estas breves reflexiones a propósito de las cartas cruzadas entre los poetas
Carlos Carrascal Claro y Gabriel Angel Páez, sobre la inspiración
del bambuco "Ocañerita", cuyas copias tuve el privilegio de recibir.
Se trata de una valioso aporte al folclor regional. Con
la anuencia de sus autores, presento CARTAS CRUZADAS: 1.
Chinácota, 26 de febrero de 2007 Carlos,
Gabriel Angel: Deseo
publicar, si ustedes me autorizan, la correspondencia cruzada sobre nuestro precioso
bambuco "Ocañerita". Es una buena oportunidad para mostrar a
dos notables exponentes del género epistolar, en un debate que mueve nostalgias
y estimula en la distancia una copita espirituosa.
"Ocañerita
y "La mugre", hacen parte de nuestro patrimonio y recuerdan el talento
de claros exponentes de la música y la poesía regional. Guardo especial
afecto y admiración por Alfonso Carrascal Claro, personaje irrepetible
del folclor ocañero. En mi viejo baúl guardo, como reliquias, algunos
casetes de parrandas inolvidables, que tuvieron como escenario la casa de mis
abuelos en La Playa de Belén; en esas grabaciones perduran la prosa limpia,
el verso sublime y las cargas de amor de Alfonso Carrascal Claro. Flor María,
Clarita, su Ocaña y sus raíces, entrelazadas con mis ancestros maternos,
surgían de su prodigiosa garganta en aquellas noches de bohemia.
Nadie ha querido
tanto a Ocaña como Alfonso Carrascal Claro. Cordial abrazo, Guido Pérez
Arévalo 2.
Ocaña, 27 de febrero de 2007 Hola
Guido: Recibe
saludos cordiales, que deseo extiendas a tu apreciada familia. Me
complace que te hayan llamado la atención los comentarios que hemos cruzado
Gabriel Angel y yo, sobre aspectos del bambuco Ocañerita. Creo que es una
manera de empezar a despejar algunas incógnitas y apreciaciones sobre cuestiones
de nuestra música y la vida de sus compositores, así como otros
temas atinentes al folclor y al acontecer de la vida de la comarca. Te autorizo
para que hagas la edición correspondiente sobre estos tópicos. Deseo
Guido, poner sobre el tapete de nuestro amistoso intercambio, una inquietud relacionada
con la coreografía y la danza que se viene mostrando con el nombre de "La
Ocañerita" que ha sido presentada en esta y en otras ciudades del
país como danza tradicional ocañera, sobre todo en el certamen de
la elección de la bella niña que representa a la ciudad, cuando
en honor a la verdad, esta canción no tiene sus raíces en la antigua
tradición folclórica de la ciudad y de la región, sino que
su aparición data de la década del cincuenta y no precisamente como
danza. Dejo a consideración el tratamiento de este tema. Carlos Carrascal
Claro 3.
Medellín, 27 de febrero de 2007 GUIDO,
por mí puedes publicarlas. Me parece de gran importancia y trascendencia
recoger con afecto estos temas tan cercanos a nuestra sensibilidad. Comparto
plenamente tus opiniones respecto de Alfonso Carrascal, el amigo que es para mí:
esencia de la Ocaña señorial y romántica que se resiste a
morir. Un abrazo, Gabriel Ángel - gabrielangel@une.net.co 4.
Ocaña, 21 de febrero de 2007 Hola
Gabriel: Solo
hasta hoy acabo de leer tu comentario sobre Ocañerita,
en laplayadebelen.org/. Estupendos tus apuntes. Solo quiero acotarte, que las
dos estrofas finales del mismo, son de la autoría de Alfonso Carrascal
Claro, quien con ese sentido de fraternidad y para no quitarle brillo a su autor
Miguel Angel Quintero Pacheco, no quiso aceptar la sugerencia del mismo Miguel
Angel en alguna ocasión en el Club Ocaña, de colocar los nombres
de los dos, como autores de la famosa letra. Te
hago esta afirmación, con la certeza de quien fue compañero de Alfonso
en sus aventuras literarias durante sus años mozos, en la habitación
de la casa paterna. Los
cielos de mi tierra Se han quedado en tus pupilas Cantan los horizontes Cuando
vas por las veredas. La
montaña al mirarte Se ha quedado pensativa Engarzada en tu falda Cual
sutil enredadera. Tu
amigo, Carlos Carrascal Claro 5.
Ocaña, 21 de febrero de 2007 Gabriel: Notarás
en Ocañerita, que las 2 primeras estrofas y las 2 siguientes del coro centran
su atención en la mujer amada, mientras que los nombres de las cosas de
la naturaleza, como: "Alto de Torcoroma", "los helechos",
"esas lomas", "la fuente", "la corriente", ocupan
un segundo lugar. Mientras
que en las estrofas de Alfonso, "los cielos", "los horizontes",
" la montaña", son protagonistas en esa relación con la
mujer amada. En Alfonso, los horizontes "cantan", "la montaña...
se queda pensativa" y se enreda voluptuosamente en la falda campesina de
esa linda ocañerita, que más que mujer de la ciudad, es una arrayana
preciosa de la "Montaña azul de Torcoroma", como diría
Alfonso posteriormente en otro de sus poemas. Un
detalle polémico en su época, tuvo que ver con el término:
"estrellas" del final de la primera estrofa del coro, en donde Miguel
Angel habla de ellas como fanales del alma del compositor, parangonándolas
con los ojos negros de ella, lo que indicaría que el alma del poeta tiene
una connotación oscura, negra. Siendo esta una apreciación equivocada.
Algunos opinaban que era mejor cantar: "luceros son de mi alma". Son
tus amores míos Ocañerita adorada Y tus ojazos negros Estrellas
son de mi alma. Creo
que es Mario Javier Pacheco, según tu comentario, quien hace una crítica
a aquello de que: "Los cielos de mi tierra, se han quedado en tus pupilas",
sería incongruente con los "ojazos negros" de esa ocañerita
de la canción, lo que es equivocado, pues el azul del cielo se puede reflejar
en unos ojos "negros", "azules", "verdes", "miel",
sin que por eso se esté identificando esos ojos con el color azul de los
cielos de Ocaña. Espero
haber nutrido tu bagaje cultural con estos pequeños aportes de un compositor
aficionado a la música. Abrazos
cordiales, Carlos Carrascal Claro 6.
Medellín, 24 de febrero de 2007 Apreciado
Luis Eduardo, nuestro amigo Carlos Carrascal en visita a la página
www.laplayadebelen.org/, encontró, entre otros temas: la historia del bambuco
"Ocañerita" e hizo su comentario, en relación con una
observación que respecto de la letrilla hizo tu cuñado Mario Javier,
y que aparece en ese artículo. Carlos
me comentó además: que dos estrofas del famoso bambuco son de la
autoría de Alfonso. Al respecto, y en pro de la verdad histórica,
que posiblemente debes conocer, se agregó ese dato. En
cuanto a la opinión de los ojazos negros y los cielos de mi tierra (azules)
que hizo Mario Javier, hacemos un final aporte. Me gustaría saber qué
piensas al respecto. Es un tema de interés y lo sitúo en el tema
intelectual del mundo literario. Cordial
saludo, GABRIEL ANGEL 7.
Ocaña, lunes, 26 de febrero de 2007 Asunto:
Sobre el Sentido Poético Gabriel: Excúsame
no haber contestado el correo del "asunto", pero di por hecho que tú
estabas aceptando lo que te planteaba en relación con la apreciación
de Mario Javier. Pero en definitiva tu parecer coincide plenamente con lo que
expongo y sólo me resta decirte que la descripción que haces de
la metáfora está totalmente ajustada a los cánones poéticos
y a ese respecto sería inútil hacer mayores abundamientos. Lo
elemental del asunto para quienes tengan conocimientos someros en Poesía,
es recalcar que así como un espejo puede reflejar el color azul del mar,
sería absurdo que alguien sostuviera que el espejo es azul por ese solo
hecho y que para el caso que nos ocupa de nuestra Ocañerita, que
yo sepa la mujer que inspiró a Miguel Angel Quintero Pacheco esa hermosa
descripción de una serrana ocañera, fue DILIA GARCIA, que no recuerdo
si era GARCÍA NUÑEZ, o GARCIA GARCIA, pero en todo caso del mismo
tronco familiar de Rafael García Nuñez, de Luis García, de
Emilio García el padre de mi querido amigo y partener musical Fernando
García García, guitarra puntera y tercera voz del Trío Hacaritama,
y DILIA GARCIA era una esbelta morena, espigada y de ojos negros o de un marrón
profundo, detalle que me es impreciso, porque era yo un joven saliendo de los
años de la niñez, cuando conocí a dicha dama, para quien,
si no estoy mal, Miguel Angel compuso su hermoso bolero ACACIA, mismo que fue
cantado por el Trío, en mi disco SERENATA A OCAÑA, en el año
de 1994, y uno de su versos dice: Las
flores rojas semejan, los labios de mi morena donde se quedan prendidas las
abejas, de mis penas. De
esta forma, ESOS OJOS NEGROS... pudieron perfectamente reflejar los bellos cielos
azules de Ocaña, sobre todo los de mayo. Por eso los versos de Ocañerita:
Son
mis amores tuyos Ocañerita querida y tus ojazos negros estrellas
son de mi alma. Algunos
suspicaces y de mente retorcida, dirán, como te comentaba, que el alma
del poeta es negra como las estrellas negras a que alude, pero esas personas que
así piensan, no tienen la más mínima idea del mundo que vivimos
los enamorados. Espero,
Gabriel, haber aportado algo a tu baúl de recuerdos y de anécdotas
de esta "Villa de Euquerio y de Margario". Le he cursado copia de este
correo a nuestro dilecto y excelente amigo de La Playa de Belén, Doctor
Guido Pérez, a quien también le comento que mis ancestros Claro,
llenaron sus primeras miradas con el paisaje pardo y hermoso que se divisa entre
Aspasica y La Playa de Belén. Cordialmente,
Carlos Carrascal - Claro carlos.cacacla@gmail.com 8.
Medellín, 24 de febrero de 2007 CARLOS,
en pasado correo me comentas de no haber un contrasentido en los ojazos negros
y los cielos de mi tierra (azules) en la letrilla del bambuco OCAÑERITA.
Tú adviertes que no hay contradicción alguna, y estoy de acuerdo
con tu opinión. Lo que ocurre es que nuestro amigo Mario Javier Pacheco
le otorga sentido literal a lo que dicen los versos, y se olvida del sentido figurado
de la metáfora, que es la reina de la poesía. Es esta figura literaria
tan sublime que tiene condición de súper diosa, ella vive en un
reino inaccesible; bosque lejanísimo que según García Lorca,
"Donde ni la retórica, ni la alcahueta imaginación, ni la fantasía
tienen entrada; planicie con los centros nerviosos al aire, de horror y belleza
aguda, donde un caballo blanquísimo, mitad níquel, mitad humo, cae
herido de repente con un enjambre de abejas clavadas de furiosa manera sobre sus
ojos". ¿Te
imaginas a un profano leyendo lo anterior? Estas mil bellezas y mil fealdades
disfrazadas de palabras deben turbar la inteligencia de cualquiera, así
se trate de una de las personas más cultas que pretenda, incluso con la
ayuda de Minerva, buscar gazapos con el lente del cristal de sus ojos y el raciocinio
de su intelecto
Espero
que Guido, el amigo que sigue el curso de esta grata charla virtual, agregue estas
síntesis valorativa nuestra en la HISTORIA DEL BAMBUCO
OCAÑERITA, tus aportes y los míos se unen para dejar en definitiva
que la letrilla escrita a dos manos (Miguel Angel Quintero Pacheco y Alfonso Carrascal
Claro) continúe arrullada por la música del maestro Rafael Contreras
Navarro, canción que es Himno regional de Ocaña, y que en sus versos
y notas este bambuco fiestero nos habla de la frescura del monte de Torcoroma,
esa región que en nuestra niñez conocimos y que en los cielos de
un azul imposible nos hacían sentir cerca de Dios.
Cordial
saludo, GABRIEL ÁNGEL 9.
Medellín, 28 de febrero de 2007 GUIDO,
en breve participará Luis Eduardo; y también, posiblemente, lo haga
Mario Javier. En la mañana de hoy hablé telefónicamente con
Martha Pacheco García, hermana de Mario y esposa de Lalo.
Cordial saludo,
GABRIEL ANGEL 10.
Chinácota, 28 de febrero de 2007 Gabriel
Angel: Gracias
por la buena noticia: Luis Eduardo y Mario Javier enriquecerán el debate.
No sé cómo te parezca, pero ojalá pudiéramos conseguir
una nota, escrita a mano por Alfonso. ¿Puedes tantear a Carlos? No sé
cómo se tome esta idea, te dejo la reflexión. Ojalá tuviéramos
una fotografía de Alfonso con el maestro Contreras o con Miguel Angel Quintero.
Tendríamos así un valioso documento. Un
abrazo, Guido 11.
Medellín, 1 de marzo de 2007 GUIDO,
atendiendo tu sugerencia le escribí a Carlos esta nueva carta que se suma
a la secuencia, veamos que escribe nuestro amigo al respecto de mi solicitud.
Un abrazo,
Gabriel Angel 12.
Medellín, 1 de marzo de 2007 Apreciado
Carlos, en relación con la temática del bambuco OCAÑERITA,
tengo la convicción de que es un valioso documento de la vida cultural
de Ocaña. Qué importante tuviéramos una foto de ALFONSO con
el maestro Rafael Contreras Navarro y/o con el Sr. Miguel Angel Quintero; y de
ser posible; una nota manuscrita de tu hermano, en donde comentara al respecto
de esa fotografía. Luis
Eduardo Páez García y posiblemente Mario Javier Pacheco, en su condición
de escritores, también enriquecerán la temática de la HISTORIA
DEL BAMBUCO OCAÑERITA; en la temática de CARTAS CRUZADAS que aparece
en www.lapladebelen.org todo lo anterior, en pro de la vigencia y proyección
de nuestro himno folclórico regional. Yo
tengo en mi biblioteca un escrito de Mario Javier, titulado Los símbolos.
Aparece en la edición de la revista MAPACHE número 7, año
1991; en la página 76, se lee:
(
) Los
cielos de mi tierra Se han quedado en tus pupilas (ojos azules) y Tus
ojazos negros Espejos
son de mi alma
Sin
apartarnos de Jorge Pacheco Jácome, sobre el figurativismo (sic) del verbo
utilizado por los poetas, no deja de ser interesante el apunte. Y valga la aclaración:
La frase Los cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas no
fue escrita por Miguel Angel Quintero en su versión original.
Esta
expresión que presento entre comillas por ser del amigo Mario Javier, no
dejó de intrigarme, porque aparece en la letra del bambuco que teníamos
la certeza era sólo de Miguel Angel Quintero, hasta que tú nos aclaraste
de la participación de Alfonso Carrascal Claro; pero que en pro de la sana
controversia, y sé que en tu disposición y humanismo aceptas, esperamos
escuchar otras voces, entre otras, los amigos arriba citados; y los que quieran
aportar más luces en este debate de amigos, temática auspiciada
por la página Web que dirige el doctor Pérez Arévalo.
Cordial saludo,
GABRIEL ANGEL 13.
Ocaña, 1 de marzo de 2007 Luis
Eduardo, Gabriel Angel, Guido: Estoy
agradecido con ustedes, por las apreciaciones que hacen en sus escritos y que
tienen que ver con mi trasegar vital, en campos como la Poesía, la Música
y el canto. Sin embargo, para ser honesto con la historia y consecuente con mi
visión de los principios que hacen al hombre íntegro, debo hacer
unas pequeñas aclaraciones que estén acordes con la verdad y sean
reflejo claro de la realidad justiciera de las cosas.
Cuando
Luis Eduardo, habla de mi participación con: "El Trío Hacaritama",
y menciona a Fernando García y José"Chema" Páez.
Como los integrantes de dicho conjunto musical, junto conmigo, estamos desconociendo
una preciosa segunda voz, con ancestros en la Playa de Belén, que es: Jorge
Eliécer "Toly" Claro Ovallos, hoy además sentido compositor,
alma y nervio del conjunto, con sus dichos de cigarra campesina y enjundiosa risa,
que con su mirada pícara y oblicua, conquistara el corazón de Elba,
la consentida hija de "Campo" Pallares, y que me perdone Lolita su esposa
por traer a cuento estas reminiscencias. Pero
es que, en justicia, yo participé en el trío, en la antigua emisora
"Ecos de Ocaña", en un programa que se llamaba: "Melodías
al pie de tu almohada ", dirigido por Belisario Mattos, tío de mi
apreciado Carlitos Mazzillli y cuando aquel aún no estrenaba su nombre
hacaritama, con boleros y melodías románticas arrullando los corazones
de las ocañeras, en esas noches de antaño, sin televisión
que estorbara, y con luceros que sí se podían apreciar, pues la
energía eléctrica apenas si nos alcanzaba para alumbrarnos con escasos
bombillos en los frentes de las casas. El
Trío Hacaritama, final año 1956 o 1957: Primera voz: Carlos Carrascal;
segunda voz: "Toly Claro" y tercera voz: Fernando García García.
En
el año de 1993, reuní a los definitivos miembros del trío,
con José "Chema" Páez como su primera voz y les propuse
que grabáramos el LP que posteriormente se conoció con el nombre
de: " Serenata a Ocaña". Ellos cantaron seis temas y yo otros
seis, en condición de solista, con siete temas de mi autoría. Con
arreglos de los maestros: Alfonso Guerrero y Alfonso Hernández.
Esta
en suma, es la aclaración que quería hacer, para seguir guardando
incólume el nombre y la merecida fama del Trío Hacaritama, que después
de: "Los Provincianos", de los hermanos Durán y Oscar Fajardo,
ha sido el conjunto musical que le ha dado renombre a nuestra tierra y que hasta
el momento no ha sido emulado en la interpretación, en su sin igual armonía
y conjunción de sus voces. Carlos
Carrascal Claro
"Conformó el Trío Hacaritama con
los artistas ocañeros Fernando García y "Chema" Páez,
quienes dieron a conocer parte de su trabajo musical con el CD Serenata a Ocaña
(1993)". (LUIS EDUARDO) "Durante
años hizo parte del TRIO HACARITAMA, uno de los conjuntos musicales con
el mejor ensamblaje de voces y guitarras que por décadas ha tenido Ocaña
y que ha mantenido su prestigio por la calidad de sus intérpretes y el
amplio y hermoso repertorio musical. (GABRIEL ANGEL ).- 14.
Ocaña, 1 de marzo de 2007
Hola
Gabriel: A
raíz de tu correo de hoy, corrí presuroso a sacar de mi biblioteca
un cuadro de aproximadamente: 35 por 45 cm, donde tengo un escrito original en
letra de imprenta, en tinta china, del bambuco Ocañerita, con la firma
auténtica Miguel Angel Quintero Pacheco y cuya letra es: Ocañerita Eres
linda ocañerita del alto de Torcoroma, fresca cual los helechos que
prenden por esas lomas. Yo
te quiero ocañerita como se quiere a la fuente, y por eso yo te mando un
beso por la corriente. Son
tus amores míos ocañerita adorada y tus ojazos negros estrellas
son de mi alma. Yo
te quiero solo a vos y de mí sos la esperanza, yo te quiero ocañerita eres
túreina de mi alma. Los
cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas, cantan los horizontes cuando
vas por la vereda. La
montaña al mirarte se ha quedado pensativa, enredada en tu falda cual
sutil enredadera. Cordialmente,
Carlos Carrascal Claro 15.
Bucaramanga, 2 de marzo de 2007 Barbatuscos
florecidos iluminando mis predios, montaña azul del milagro: ¡Cómo
sanan tus remedios!!! A.C.C. A
propósito de ALFONSO CARRASCAL CLARO y su incidencia en la conformación
del acervo cultural de Ocaña, considero que su voz y su obra han sido una
larga, medida, honda meditación sobre las gentes y la tierra en donde resolvió
con sabiduría que le envidio- vivir con la elegante discreción
de una raza que si bien ha sabido sortear los más disímiles problemas
a los que se ha visto abocada en los últimos tiempos, también tiene
una privilegiada tendencia al delirio visionario, a la devoción por las
más arduas alquimias del alma y la aventura de perderse en horizontes desconocidos.
Encuentro
de la mayor importancia que las autoridades locales lideren un frente común,
en pos de que se compile todo el material que el maestro ALFONSO CARRASCAL CLARO
escribió, cantó y declamó y que se ponga al alcance de las
juventudes ocañeras, de la provincia y de Colombia. En un país en
donde la destrucción y el olvido presiden con tan implacable furor cada
hora de vida, esta voz transparente que ya no existe, pero que perdura en la memoria
de quienes como yo lo hemos admirado, puede significar un buen comienzo de la
casi abolida esperanza. JESUS ALONSO VELASQUEZ CLARO 16.
Ocaña, 12 de marzo de 2007 Apreciados
amigos:
Me sorprendí cuando encontré un correo de Gabriel Angel donde me
pregunta el por qué no participé en el tema planteado sobre el bambuco
"Ocañerita". Algo debió pasar con el equipo o con esta
conexión de Internet que tengo, que es a través de tarjetas prepago,
que impidió que el mensaje saliera oportunamente, como supuse. ¡Espero
que ahora sí les llegue! Saludos, Luis Eduardo Páez García 17.
Ocaña, 7 de marzo de 2007 Apreciados
Guido, Gabriel Ángel y Carlos:
ALGO
MÁS SOBRE EL BAMBUCO "OCAÑERITA". He
leído con interés la correspondencia cruzada entre Gabriel Ángel
Páez Téllez, Carlos Carrascal Claro y Guido Pérez Arévalo,
relativa a la letra del bambuco "Ocañerita", cuyo autor es el
poeta ocañero Miguel Ángel Quintero Pacheco. En
alguna ocasión, escuché de labios del compositor Alfonso Carrascal
Claro, lo referente a su participación en la escritura de la letra del
referido bambuco que ahora ratifica su hermano Carlos, compositor y poeta quien
merece todos mis respetos. Carlos indica que las dos últimas estrofas fueron
factura de Alfonso y sobre ello hace una serie de consideraciones estructurales
de los versos mismos. Siendo, tanto Miguel Ángel como Alfonso, conocedores
de los metros poéticos y, además, de las armonías musicales,
no hay manera de percibir alguna ruptura entre las primeras estrofas y las dos
últimas desde el punto de vista de la estructura formal; Carlos afirma
que se da en la temática de los primeros (la mujer) y en la de los dos
últimos (el paisaje), y para ello se remite al estilo que se encuentra
reflejado en otras letrillas de Alfonso. Hasta
aquí, una síntesis de lo planteado en la primera parte de la polémica.
Pues
bien, remontémonos un poco al originario bambuco conocido con el nombre
de "BARBATUSCAS", que fue el que conocieron hace muchos años
los maestros Oriol Rangel y Jaime Llano González, cuando vinieron a Ocaña,
invitados por el maestro Rafael Contreras, con quien departieron en Pueblo Nuevo. El
28 de noviembre de 1989, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, del cual
era funcionario el amigo Adolfo (Fito) León Gómez, llevó
a cabo un homenaje al maestro Rafael Contreras en el auditorio del Planetario
Distrital, dentro de las famosas "Lecturas de Música Colombiana",
que semanalmente exaltaban a un compositor colombiano. Me cupo allí la
fortuna de hablar a nombre de la Colonia Ocañera y de escribir, como invitado
especial, la biografía del maestro Rafael, que fue publicada en Lecturas
de Música Colombiana. En dicho acto, que registró un lleno completo,
interpretó varias de las obras de Contreras Navarro, el Conjunto Orquestal
Santafé de Bogotá, bajo la dirección del maestro Jaime Llano
(eran parte del grupo los famosos Hermanos Martínez). El cantante que interpretó
el bambuco "Ocañerita", fue el barítono Aureliano
Hernández. Veamos la letra de esta melodía, cantada en esa ocasión,
y sobre la cual el maestro de ceremonias y Director del Instituto, Albeto Upegui,
se refirió aclarando que se llamó originalmente "Barbatuscas": Te
quiero ocañerita Del Alto de Torcoroma, Fresca cual los helechos Que
crecen por esas lomas. Te
quiero ocañerita, Como se quiere a la fuente; Por eso yo te mando Un
beso por la corriente. La
blanca casita Que está bajos rojos barbatuscos Una alfombra de tus
flores Cubre el suelo de colores, Y así dos corazones Se funden
con dos amores. (bis) Son
mis amores tuyos Ocañerita adorada Y tus ojazos negros Conducen
mi oscuridad: Te
quiero solo a vos Y de mi sos la esperanza, Ocañerita linda Tu
llenas mi pecho de loca ansiedad. Por
supuesto, cuando Aureliano Hernández pidió a los asistentes que
acompañaran la canción, nadie dio pie con bola, como se dice popularmente.
Conservo la grabación de este certamen ¡todavía! Revisando
el poemario que publicó la familia de Miguel Ángel Quintero (Poemas),
encuentro que a la letra que hoy conocemos como la de "Ocañerita",
le faltan las dos últimas estrofas, lo cual podría interpretarse
como que, en efecto, son de la autoría de Alfonso Carrascal. Sin
embargo, si ello fuese cierto, como lo afirma Alfonso y lo ratifica Carlos, la
autoría de la letra sigue siendo de Miguel Ángel Quintero Pacheco
y lo de las adiciones no afecta para nada el derecho de autor del poeta Quintero
Pacheco, convirtiéndose simplemente en una "colaboración",
si se quiere, pero jamás en algo de naturaleza estética o estructural,
poéticamente hablando. Estas adiciones o "mejoras", o como queramos
llamarlo, son frecuentes en las composiciones poéticas que terminan musicalizadas.
Al respecto, y desde otros ángulo temático, después de haber
realizado las correspondientes lecturas a varias obras de poesía o historia
que han sido puestas a mi consideración, con el fin de escribir los respectivos
prólogos, he sugerido modificaciones, corregido párrafos completos
e insertado otros, en aras a la pureza lingüística de los libros,
sin que ello me convierta en "coautor" de los mismos. El
caso de "Ocañerita", lo interpreto como una simple anécdota,
aclarando que la trascendencia de este bambuco que, como bien afirma Gabriel Ángel,
es nuestro himno regional, siempre se deberá a la factura poética
de Miguel Ángel Quintero Pacheco y a la música del maestro Rafael
Contreras Navarro. La
segunda parte del tema en discusión, tiene que ver con la interpretación
que hace Mario Javier Pacheco de las frases: "ojazos negros" y "los
cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas", donde se pretende encontrar
una supuesta contradicción. Opino que no existe y que dicha interpretación
se hace de manera descontextualizada. Esos "cielos de mi tierra" tienen
connotaciones estéticas y conceptuales que van más allá del
presunto color "azul" que comúnmente se maneja en la lírica.
Los cielos de Ocaña también son negros y estrellados, y refulgen,
sobre todo en diciembre. Es decir, que no cabe la ortodoxia interpretativa. Ojala
este modesto aporte contribuya al conocimiento, divulgación y afianzamiento
de nuestra música vernácula. Abrazos
para todos, Luís Eduardo Páez García 18.
Ocaña, 18 de marzo de 2007 Hola
Gabriel, saludos: Yo
conozco unos versos de "Ocañerita", que cantábamos algunas
veces con la anuencia de Miguel Angel Quintero, particularmente con los miembros
de la familia García: Adolfo, Fernando, Rodrigo, Humberto, y las damas
de esa apreciada familia, en noches de plenilunio en "El panche", vivienda
campestre hasta hoy utilizada, por Doña Nena, matrona, quien actualmente
tiene más de noventa años y es la joya de mostrar de la familia.
Esos versos se cantaban, siguiendo la parte intermedia de la música y que
también formó parte de la "Ocañerita" original.
A mis hermanos y a mí, como integrante del trío que editó
el LP "Geografìa del recuerdo", (y menciono esto porque se ha
dicho equivocadamente que solo Orlando y Alfonso, editaron el disco. Yo hacía
mi segundo año de derecho en la Universidad Libre de Cúcuta, no
nos pareció al momento de la edición, que debía ir esta parte,
porque nunca en nuestras intervenciones musicales, la incluíamos. Y aquí
viene a estar la gran equivocación de quien le adicionó esas estrofas
en el año 89. Porque en la parte a que aludo, también se habla de
una casita.
Musicalmente hablando, en la "Ocañerita" de nuestro disco, tampoco
aparece esa parte que toca la Banda Municipal de Ocaña. Si tienes el disco
de la banda, puedes comparar con nuestro LP. Y también con el LP, "Serenata
a Ocaña", que yo edité en 1993, pues Fernando García
era la tercera voz del Trío Hacaritama.
Dicen así los versos en cuestión:
La luna con sus
luceros ilumina mi casita bordeada de margaritas esperando tu visita.
la luna con sus luceros ilumina mi casita.
Posiblemente son de Miguel Angel estos versos, pero en el bambuco autografiado
por el autor que tengo en mi poder, no aparecen los mismos. Alguna razón
le asistiría a Quintero Pacheco para no incluirlos. Estos versos eran como
una especie de muletilla para encontrarse con el coro de la canciòn: "
Son mis amores tuyos... Espero
abundes en tus datos. Cordialmente, Carlos Ocaña,
20 de marzo de 2007
Hola
Guido: Saludos Como
estoy tratando de ser lo màs ajustado a los comentarios sobre " Ocañerita
", quiero agregar a mi carta a Gabriel Àngel Pàez, que cometì
un lapsus que debo enmendar. Los nuevos versos que le anunciaba son: La
luna con sus luceros ilumina mi casita bordeada de margaritas esperando
tu visita. la
luna con sus luceros ilumina mi casita. Creo
ser fiel al decir, que el tercer verso de la primera estrofa es: "rodeada
de barbatuscas", y de ahì el nombre inicial que llevò nuestro
bambuco: "BARBATUSCAS". La
luna con los luceros ilumina mi casita rodeada de barbatuscas esperando
tu visita. La
luna con los luceros ilumina mi casita. Cordialmente,
Carlos Carrascal Claro 19.
Ocaña, 18 de marzo de 2007
Luis Eduardo, saludo cordial: Pensé que nuestra epistolar
charla, sobre "Ocañerita", indiscutible legado musical para "La
villa de Caro", que las inspiradas mentes de Miguel Ángel Quintero
Pacheco y Rafael Contreras Navarro, generosamente nos entregaron, venía
tocando a su fin, pero tu enjundiosa carta del 7 de marzo, y algunas consideraciones
que allí anotas, encendieron más de una alarma en los campos de
la música y la poesía. Por hechos y circunstancias que he vivido,
creo que es deber exponer algunas opiniones sobre estos temas, para contribuir
a su esclarecimiento. Estoy de acuerdo contigo en que debemos ir más
allá de la exégesis con que hemos tratado el tema de la contradicción
entre los "ojazos negros" de nuestra: "Ocañerita",
y "los cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas". Pero ha sido
bellamente oportuna tu reminiscencia de los cielos de Ocaña, en sus enamoradas,
bohemias y románticas noches de diciembre, tachonadas de estrellas y luceros,
que bien mirados desde las cumbres de Quebradaseca y la casa tranquila de "La
villa de las Flores", me hacen reventar el alma y poner los ancestros campesinos
a bailar desbocados con ese "sonsonete de ritmos", de que hablara nuestro
médico y poeta Emiro Quintero Cañizares, en su "Maribel, marabelito",
al arribar a su tierra en un domingo cualquiera. También estoy
de acuerdo contigo, en que la participación de mi hermano Alfonso no pasa
de ser una hermosa anécdota, que se ha traducido en una simbiosis afortunada
entre el canto a la mujer amada y los aromas ariscos y ásperos de nuestra
vernácula geografía, llena de sentimientos, pues no solamente mira,
sino que piensa en esa locuela serrana que se deja envolver sumisa por la majestuosidad
del paisaje. Estoy seguro que Alfonso, con ese corazón generoso que siempre
lo ha acompañado, no pretende jamás atribuirse coautorías,
pues su poesía y su música, tienen la suficiente alcurnia como para
pretender restarle méritos a nuestro común amigo: Miguel Ángel
Quintero Pacheco. Es importante llamar la atención sobre esa
especie de híbrido poético y musical desafortunado que tu presenciaste
en noviembre del 89, en el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá, como
homenaje al maestro Rafael Contreras y que con la integridad y capacidad que te
son propias, supiste exponer a nombre de nuestra cara ciudad y te extrañaste,
cuando el tenor Aureliano Hernández pidió que lo acompañaran,
y "nadie dio pie con bola", como simpáticamente tu describes
y que se debió sencillamente a una potísima y elemental razón:
que nadie, seguramente jamás, que yo sepa, y me cuento entre aquellos que
durante más de medio siglo, hemos cantado "Ocañerita",
de la única manera que Miguel Ángel la compuso, incluidas las estrofas
finales de Alfonso Carrascal Claro, ha cantado nuestro himno regional de la forma
tosca y burda, como fue ensamblada de mala manera para dicho homenaje. Refiriéndote
a las estrofas de Miguel Ángel y Alfonso, dices que "no hay manera
de percibir alguna ruptura entre las primeras estrofas y las dos últimas
desde el punto de vista de la estructura formal". Te pregunto Luis Eduardo:
¿será posible que alguien sostenga que hay una idéntica estructura
formal, en los versos todos, cantados en el homenaje al maestro Rafael Contreras?.
Absurdo fuera. Te presento la letra de la verdadera "Ocañerita",
autografiada por el mismo autor y que tengo en mi poder: ORIGINAL
DE MIGUEL ANGEL QUINTERO PACHECO Ocañerita
Eres
linda ocañerita del alto de Torcoroma, fresca cual los helechos que
prenden por esas lomas. Yo te quiero ocañerita como se quiere a la
fuente, y por eso yo te mando un beso por la corriente. Son tus amores
míos ocañerita adorada y tus ojazos negros estrellas son
de mi alma. Yo te quiero solo a vos y de mí sos la esperanza, yo
te quiero ocañerita eres tú reina de mi alma. Los cielos de
mi tierra se han quedado en tus pupilas, cantan los horizontes cuando
vas por la vereda. La montaña al mirarte se ha quedado pensativa, enredada
en tu falda cual sutil enredadera. La "Ocañerita"
o "Barbatuscas" del homenaje Te quiero ocañerita Del
Alto de Torcoroma, Fresca cual los helechos Que crecen por esas lomas.
Te quiero ocañerita, Como se quiere a la fuente; Por eso yo te
mando Un beso por la corriente. La blanca casita Que está bajo
rojos barbatuscos Una alfombra de tus flores Cubre el suelo de colores, Y
así dos corazones Se funden con dos amores. (bis) Son mis amores
tuyos Ocañerita adorada Y tus ojazos negros Conducen mi oscuridad: Te
quiero solo a vos Y de mi sos la esperanza, Ocañerita linda Tu
llenas mi pecho de loca ansiedad. Y
por qué te digo, Luis Eduardo, que es un ensamblaje tosco y burdo, porque
a nadie que tenga nociones de poesía, música y composición,
se le ocurriría intercalar unas estrofas que en este caso serían
como el coro de nuestra canción, que más parecen hechos por arrieros
del eje cafetero, con su idiosincrasia montañera y rompiendo de un tajo
de manera abrupta, esa cadencia y sindéresis poética que traen los
versos de Miguel Ángel. Saco estos versos aparte, para que veas que el
romanticismo campesino, agreste, dicharachero y frentero de Quintero Pacheco,
no tiene nada que ver con esa melosidad untuosa y trasnochada de estos desafortunados
versos de algún seudocompositor primerizo: La
blanca casita Que está bajo rojos barbatuscos Una alfombra de tus
flores Cubre el suelo de colores, Y así dos corazones Se funden
con dos amores. (bis) Y
refiriéndose a los ojazos negros: Conducen
mi oscuridad: Y
le dice a la "Ocañerita Linda": tu
llenas mi pecho de loca ansiedad. Habiendo
conocido y departido en innumerables ocasiones con Miguel Ángel Quintero
y conociendo su musicalidad para los versos y su sobrios conceptos para la composición
musical, estoy seguro que hubiera entrado en santa ira al conocer que alguien
le endilgaba como suya, esta declaración a su amada: "Una alfombra
de tus flores / cubre el suelo de colores, / y así dos corazones / Se funden
con dos amores". Y mucho más, que alguien hubiera dicho que los "ojazos
negros" de su amada, "conducen la oscuridad". ¿Hacia donde
iba la oscuridad de Miguel Ángel?. No le hubiera quedado más fácil
decir al seudocompositor: "Alumbran mi oscuridad"?. Creo,
Luis Eduardo, que hay suficiente tela de donde cortar en el tema de "Ocañerita".
Por el momento, he quedado interiormente más aliviado, al poder sacar a
flote estos "pálpitos de mi alma", porque de lo contrario hubiera
tenido un fin de semana signado por una fuerte intoxicación espiritual.
Por eso me decidí a escribirte hoy sábado. Con sincero afecto,
para ti y los tuyos, Carlos Carrascal Claro Cc: Guido Pérez
Arévalo, Gabriel Ángel Páez Téllez 20.
Chinácota, 20 de marzo de 2007. Carlos,
Gabriel Angel, Luis Eduardo: El
diario La Opinión, de hoy, publica
la biografía de
Miguel Angel Quintero, en el fascículo No. 6 de Biografías
Célebres, de Norte de Santander. En
el link muestro la diferencia entre algunos versos de la letra enviada por Carlos
y la letra publicada por el diario La Opinión. El
historiador Miguel Palacios, coordinador de "Biografías Célebres",
me informó que los datos biográficos y la letra de "Ocañerita",
fueron consultados a Luis Eduardo y revisados por la hija del autor, doña
Liliana Quintero Zurek (liliana_quinzu@hotmail.com). Telefónicamente, doña
Liliana me dijo dijo que su padre le había confirmado la autoría
de toda la letra. Cordial abrazo, Guido Pérez Arévalo 21.
Medellín, 21 de marzo de 2007 Apreciados
amigos: he escuchado varias versiones del bambuco OCAÑERITA, y la que más
me gusta es la que interpretan Julio César Alzate y Nubia Ordóñez,
en el LP GEOGRAFÍA DEL RECUERDO, que Orlando y Alfonso Carrascal Claro
hicieron posible, con motivo del Sesquicentenario de la Gran Convención
de Ocaña, en el año 1978. Este disco es una verdadera joya discográfica
que conservo. Hay
otra versión de Ocañerita, pero es solo instrumental.
La Banda Municipal
de Ocaña para conmemorar sus 70 AÑOS de fundación en el año
1992, y gracias al apoyo del Instituto Colombiano de Cultura COLCULTURA, entre
otros, logró la edición de un LP con 14 temas todos estos de connotados
músicos de Ocaña y su provincia: LADO
A: OCAÑERITA,
Bambuco, Miguel Angel Quintero Pacheco y Rafael Contreras Navarro. CIELO
COSTEÑO, Porro, Jesús Alberto Sánchez Prada. LÁGRIMAS
DE NAVIDAD, Jalaíto; VERRUGA Y ÑAPA, Fandango; JUANCHO Y ALFREDO,
Porro; SUAVE Merengue; y El CALVO, porro, todos estas piezas de la autoría
de Guillermo "Memo" Lemus Sepúlveda.
LADO
B: ARENALES, Pasodoble, Noel Paba Forero; CAMINO DE RECUERDOS, Fox, Guillermo
Memo Lemus; GUAYAMBAM , Pasillo, Joaquín Emilio Lemus; AMÉRICAS,
Danzón, Carlos Julio Melo; LAMENTO GUAJIRO, Bolero, Rafael Contreras; ROMERÍAS.
Porro. Saúl Calle Alvarez; y EL BUEY Bambuco fiestero; Alfonso Carrascal
Claro.
El bambuco OCAÑERITA interpretado por la Banda Municipal impone éste
y otros éxitos. Esta agrupación magistral en Paipa Boyacá,
con la dirección de Memo Lemus, en septiembre de 1989 obtuvo el PRIMER
PREMIO en el Concurso Nacional de Bandas. Un
año después la Banda Municipal de Ocaña al no presentarse
ninguna Banda Musical que pudiera competir con la nuestra, el premio fue declarado
desierto. La
carátula de este disco es un diseño del señor Rodolfo Valenzuela
Rueda. Nos muestra a una linda mujer representativa de Ocaña y su provincia.
La bella joven Aparece sentada con el vestido típico de la Zona Andina.
Su hermoso rostro aparece adornado con flores, posiblemente orquídeas.
Al fondo se aprecian los estoraques, área única de reserva natural;
y sol, en un instante vespertino en una tarde tibia de verano en el Norte de Santander.
(Observar anexo).
En
mi opinión, en el idealismo representativo de nuestras mujeres: esta es
la OCAÑERITA, y al llamarla así se honra no solo a la hermosura
tradicional de las mujeres oriundas de Ocaña sino de cualquiera de los
lugares de su provincia que comparten el distintivo de la ocañeridad en
sus dones y atractivos naturales y espirituales.
Este
dibujo es un diseño excelente, lo escanee y lo hago llegar con mi aprecio
personal al director de la página www.laplayadebelen.org con la solicitud
de que destaque el nombre del autor Sr. R. Valenzuela. Finalmente, sugiero que
esta noble figura femenina presida el tema de CARTAS CRUZADAS, en donde nos referimos
a la historia el bambuco OCAÑERITA, nuestro himno folclórico regional.
Cordial saludo,
Gabriel Angel Páez Téllez 22.
Ocaña, 22 de marzo de 2007 Hola
Guido: Saludos Recibí
tu mensaje donde anuncias la próxima visita de Liliana Quintero Zureck.
Bienvenida. Estuve varios días buscando en la biblioteca, la publicación
de los poemas de Miguel Ángel Quintero Pacheco. Están prologados
por Saúl Calle Alvarez. Lastimosamente, debido a algunos cambios de residencia,
el libro que tiene aproximadamente 43 páginas, carece de sus tapas, de
tal suerte que no tengo el nombre del poemario, ni la fecha de publicaciòn.
Posiblemente fue en 1988, fecha del prógo. Su contenido: 19 poemas y su
presentación en la página 5ª. En la página 23 aparece:
"Ocañerita", y su letra es: Eres
linda ocañerita del alto de Torcoroma, fresca cual los helechos que
prenden por esas lomas. Te
quiero ocañerita como se quiere la fuente y por eso yo te mando un
beso con la corriente. La
luna con los luceros ilumina mi casita, rodeada de barbatuscos esperando
tu visita. La luna con los luceros ilumina mi casita". Son
mis amores tuyos, ocañerita adorada, y tus ojazos negros espejos
son de mi alma. Te
quiero solo a vos y de mí sos la esperanza, Ocañerita adorada eres
tú reina de mi alma. Estas
son las estrofas de Miguel Angel Quintero. Me da pena ser reiterativo en mi planteamiento,
pero sin buscar más honores que los que ya posee Alfonso Carrascal Claro,
las dos últimas estrofas que se han cantado desde siempre, son de la autoría
de este Quijote, compositor y poeta, que siempre ha dado lo mejor que tiene, por
este pedazo de terrón parduzco y querido que se llama Ocaña. Con
mucho aprecio, Carlos
Carrascal Claro 22.
Bogotá, 21 de marzo de 2007 Guido: Como
anécdota coloquial, contada por el entrañable amigo de papá,
Saúl Calle Alvarez, la música y letra del bambuco "Ocañerita",
nacieron así: José M. Morales Berti, casado con Agripina Pacheco
(tía de Papá), fue el propietario del teatro Morales Berti. A la
inauguración fue invitado Rafael Contreras Navarro, para que amenizara
la reunión con una de sus obras; pero el portero no lo dejó pasar
porque llevaba unas copitas de más. El había escogido, para la presentación,
un bambuco de su autoría, titulado "Morales Berti"; su disgusto
fue tan grande, por la actitud del portero, que decidió cambiarle el nombre
al bambuco por el de "BARBATUSCOS". En
alguna ocasión, papá se encontró con él y le dijo
que tenía una letrilla para que le adecuara la música. Rafael le
preguntó: ¿Cómo se va a llamar? Papá le contestó:
"Ocañerita". Entonces el maestro Contreras Navarro adecuó
el bambuco "Barbatuscos" a la letrilla de "Ocañerita".
Así nació el bambuco, convertido ahora en himno de los ocañeros,
que nos hace vibrar cuando lo escuchamos y el orgullo sale a flote. Sobre
los Poemas: Mamá,
Clara Zurek de Quintero, quien siempre tuvo la inquietud de reunir en un libro
los escritos de papá, poco a poco fue recopilando todos los poemas y Saúl
Calle Alvarez, ocañero, músico, compositor, historiador y amigo
del alma, corrigió, con la anuencia de papá, la recopilación
y escribió la presentación del libro "con el cariño
de dos hermanos". Saúl
hizo la corrección en su finca "Tacaloa", de San Francisco (Cudinamarca),
el 25 de Junio de 1988. El libro fue editado por su hijo, músico, Mauricio
Calle Ujueta y se entregó en una reunión familiar en Cúcuta,
el 24 de diciembre de 1988. Papá, ya enfermo, se emocionó mucho
y se tomó su último trago. Murió en Bogotá el 4 de
agosto de 1989. Se
editaron muy pocos ejemplares, para hijos, nietos, familiares y amigos. Como dice
Saúl: "Su escasa producción es suficiente para dejar indeleble
huella", y para que "
en ancas del 'fosforito', Miguel Angel los
lleve a "
viajar por las trochas del viento y del recuerdo".
A
través de este libro conocemos el alma campesina, su sencillez y sensibilidad,
su alegría por amar y vivir; y donde refleja el amor a su esposa, a sus
hijos, a sus amigos y a su tierra: Ocaña. Espero
esto sea un aporte para aclarar los malos entendidos, un saludo. Liliana Quintero
Zurek Letra
enviada por Carlos Carrascal Claro | Letra
publicada en La Opinión. |
Página
del libro de poemas, enviada por Liliana Quintero Zurek | Ocañerita Eres
linda ocañerita del alto de Torcoroma, fresca cual los helechos que
prenden por esas lomas.
Yo
te quiero ocañerita como se
quiere a la fuente, y
por eso yo te mando un beso por la corriente.
Son
tus amores míos ocañerita adorada y tus ojazos
negros estrellas son de mi alma.
Yo
te quiero sólo a vos y de mí
sos la esperanza, yo te quiero ocañerita eres
tú reina de mi alma.
Los
cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas, cantan los horizontes cuando
vas por la vereda.
La
montaña al mirarte se ha quedado pensativa, enredada en
tu falda cual sutil enredadera. | Ocañerita Eres
linda ocañerita del alto de Torcoroma, fresca cual los helechos que
prenden por esas lomas
te
quiero ocañerita como se quiere
a la fuente, y por eso yo te mando un
beso por la corriente.
Son
mis amores tuyos, ocañerita adorada y tus ojazos negros estrellas
son de mi alma.
Te
quiero sólo a vos y eres
mi única esperanza, ocañerita
querida eres eres tú reina de mi alma.
Los
cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas, cantan los horizontes cuando
vas por la vereda
la
montaña al mirarte se ha quedado pensativa, enredada en tu
falda cual sutil enredadera. | | Nota:
En estas letrillas, además de las diferencias en algunos versos, falta
la tercera estrofa: "La luna con sus luceros...". | | |
23.
Cúcuta 2 de abril de 2007 El
excelente amigo de muchos años Guido Pérez Arévalo me invitó
a terciar en el debate sobre la autoría del bambuco Ocañerita mas
encuentro que ya todo está dicho, cerrando la polémica la hija del
poeta, doña Liliana Quintero Zurek. No hay caso: el autor de la letra fue
Miguel Angel Quintero y no Alfonso Carrascal, y punto. Apenas formulo dos
comentarios:
Recuerdo
de mi época de juez promiscuo del circuito de Ocaña las tertulias
o tomatas en que estaba el maestro Miguel Angel Quintero, y los infaltables Rafael
Peláez y Samuel Montes, al que le cantó Carlos Carrascal Claro en
la composición El compadre Samuel. Recuerdo vivamente que en una tenida
aguardientosa Samuel me confesó que era de la CIA y que recibía
sueldo en dólares; donde hay un tiple, no hay pelea, me dijo Samuel. No
sé si queria chicaniar con lo de la CIA pero de todos modos yo me convertí
en receptor de un secreto que hasta ahora revelo. O tal vez aquello hacía
parte de la chispa del maestro Samuel (léase mamadera de gallo).
En cuanto a Ocañerita,
quería tocar el tema de los ojos, pero ya Mario Javier Pacheco lo hizo.
O la chica los tenía negros o azules, porque no recuerdo que el maestro
Quintero sufriera de astigmatismo. Aquello
de querer a la fuente parece que era una pasión ecológica que a
los nacidos por los años 50 a 60 del siglo XIX ya se les había despertado,
antes de que se hablara del medio ambiente. En Cúcuta hubo también
un señor que hablaba con el río Pamplonita, y así como don
Miguel Angel le mandaba a la amada un beso por la corriente , el de acá
le encargaba al caudal abundoso que le pusiera cuidado a ver si a ella se le agitaba
el pecho y con él le mandaba razones como que le dijera cuánto la
adoraba y cuánto sufría por su amor. Asi son los poetas: soñando
pendejadas. Hay
otro verso muy hermoso en la Ocañerita : "la montaña al mirarte
siempre queda pensativa". En el paseo vallenato Matildelina el maestro Julio
Erazo talló esta incomparable perla: "cuando Matilde camina, hasta
sonríe la sabana". La Maye se volvió terrorista y pirómana
y en un arrebato de celos con una carioca, vean todo lo que iba a hacer, según
lo canta el maestro Rafael Escalona: " me mandaste a decir, que si yo me
iba con ella, tú quemabas la frontera, de Colombia y el Brasil". ¡Las
locuras sublimes del amor y las vainas tan hermosas de los poetas! Ellos las llaman
metáforas. Pasando
a otro tema, te cuento, Guido, que encuentro en mis investigaciones episodios
de todo género, que si Dios quiere iré compartiendo con los lectores
de la Playa de Belén. Por ejemplo, la inscripción de las partidas
de defunción de la parroquia de La Cruz (hoy Ábrego) se interrumpen
en un momento dado por culpa del general Uribe Uribe. El padre Alberto Jaime,
cura de grata memoria allí, escribió en la página 239 del
Libro de Defunciones de 1900: "Desde
hoy trece de junio de mil novecientos hasta el treinta del mes de julio, no figuran
las defunciones habidas en este lapso de tiempo por haber tenido que abandonar
la parroquia á causa de la entrada de las fuerzas Revolucionarias del general
Rafael Uribe Uribe á este pueblo que quedó en completa miseria y
desolación, de que doy fé". Sin embargo, el padre
Jaime prolongó unos seis días su extrañamiento en el monte,
ignorante de que el general Evaristo Villamizar había derrotado el 24 de
julio a los 200 hombres que había dejado Uribe al mando de Andrés
Albarracín. De
modo que es inútil buscar en ese mes y medio quiénes fallecieron
en Ábrego. Un fuerte abrazo de tu amigo y admirador de tu gran
obra cultural. ORLANDO CLAVIJO TORRADO (Mi foto, baja
la de La Opinión, no importa que sea la de la primera comunión).
24.
Ocaña, 7 de abril de 2007 Guido:
saludos cordiales. Aunque
se dice que a una dama no se le debe tocar "ni con el pétalo de una
rosa", me da una pena enorme tener que contradecir a la señora Liliana
Quintero Zureck, cuando envía para evitar "malos entendidos",
una página del libro de poemas editado por la familia luego del fallecimiento
de Miguel Ángel Quintero Pacheco, que no correponde con la del libro que
fue prologado por Saúl Calle Alvarez y que según Liliana su edición
fue reducida y solo para las personas más allegadas.
La
página original del libro que tengo en mi poder y que es exactamente igual
a la que envió nuestro amigo Luis Eduardo Páez García, escaneada,
no contempla las dos estrofas finales, que he sostenido son de la autoría
de Alfonso Carrascal Claro.
Como he dicho anteriormente, mi interés no es el de encontrarle coautorías
al famoso bambuco, sino reconocer para la historia que la letra de Miguel Ángel,
contó con la inspiración poética de Alfonso en las estrofas
aludidas y que éstas le dieron a la canción unas pinceladas hermosas
de paisaje y de sabor terrígenos, que embellecen ese retrato de amor del
autor para su ocañera de ojazos negros.
Agradezco que tú con el rigor histórico que te caracteriza, luego
de las comprobaciones pertinentes, le imprimas a este amable cruce de cartas el
final que debe tener, y que mi participación no quede ubicada en los linderos
indeseables de la duda. Con
aprecio, Carlos Carrascal Claro 25.
Medellín, 9 de abril de 2007 Guido,
demás apreciados amigos: Parece
que el tema del bambuco OCAÑERITA da para largo, si se tiene en cuenta
que hay otra versión de este nuestro Himno Folclórico Regional,
que en algunos términos es diferente al presentado por el artista y compositor
Carlos Carrascal Claro; el publicado por el diario La Opinión, de la ciudad
de Cúcuta; y la versión que aporta en este debate folclórico,
en pro de la Historia del bambuco Ocañerita, doña Liliana Quintero
Zurek, hija de Miguel Angel Quintero Pacheco. En
el libro SOCIEDAD E IDENTIDAD el historiador ocañero Jorge Meléndez
Sánchez, en las páginas 81 y 82, presenta la letra del bambuco OCAÑERITA.
El texto publicado corresponde al que hizo llegar Carlos Carrascal; pensé
que en el disco larga duración que Producciones Orlando Galas y Cía.,
grabaron en el LP OCAÑA, Geografía del Recuerdo, para conmemorar
el Sesquicentenario de la gran convención de Ocaña, en el año
1978, en la ciudad de Bogotá, fuera esa letra la interpretada, pero para
mi sorpresa: encuentro que es diferente en algunos términos. A continuación
doy a conocer la letra que puede seguirse en el disco larga duración, lado
1, primer tema. (Observen los cambios con relación a las versiones del
bambuco Ocañerita, publicadas hasta el presente, 8 de abril de 2007, en
esta página Web.)
En este acetato de Suramericana de Grabaciones- Bogotá, el bambuco Ocañerita
se presenta en su verdadera dimensión. Su audición es magistral
en la instrumentación y canto. Era de esperarse, ya que al frente de este
trabajo musical, con la supervisión de Sonolux, actuó el conjunto
del maestro Francisco Pacho Zapata y profesores de la Banda Nacional.
En el canto del precioso bambuco: las hermosas voces a dúo de Nubia Ordóñez
y Julio César Alzate. OCAÑERITA Eres
linda ocañerita del alto de Torcoroma, fresca cual los helechos que
prenden por esas lomas. Te
quiero ocañerita, como se quiere a la fuente, y por eso yo te mando un
beso por la corriente. (Bis) Son
mis amores tuyos ocañerita adorada y tus ojazos negros estrellas
son de mi alma. Te
quiero sólo a vos y de mí sos la esperanza, ocañerita
querida eres tú reina de mi alma. Los
cielos de mi tierra se han quedado en tus pupilas, cantan los horizontes cuando
vas por la vereda. La
montaña al mirarte siempre queda pensativa engarzada en tu falda cual
sutil enredadera (Bis) Son
mis amores tuyos
La
estructura general de Ocañerita, con algunas variaciones, está en
versos octosílabos, de allí que para la medición silábica
la versión que Carlos presenta en algunos apartes está acorde con
esta medición Yo te quiero ocañerita suma nueve sílabas,
pero la sinalefa, que destaco en negrilla, le quita una y queda en ocho sílabas
.Pero en esta copia tambien hay problemas de medición : Estrellas
son de mi alma que presenta ocho sílabas, pero la sinalefa le quita
una sílaba y queda en siete. Hay falencia métrica.
La
versión de doña Liliana y la publicada por el diario La Opinión,
dice: Te quiero ocañerita, así la cantan Julio César Alzate
y Nubia Ordóñez, pero observemos: Te quiero ocañerita, en
la sumatoria silábica presenta: ocho, menos la sinalefa siete sílabas.
Esto rompe la armonía métrica
Recuérdese
que la historia de este bambuco, que puede leerse en esta página Web, cuento
algunos pormenores, entre otros, que don Rafael Contreras le dio a este bambuco
instrumental varios nombres, y que finalmente, para gloria de nuestro folclor
regional, ajustó la música a una letrilla de versos octosílabos
que el Dr. Miguel Angel Quintero había escrito con el título de
OCAÑERITA. Tengo
la convicción de que el poeta Quintero escribió la letra en su medición
de octosílabos, pero al ajustarse para la música del bambuco del
maestro Contreras se sacrificó la estructura literaria a favor de la mejor
sonoridad, esto es lo que encuentro en el LP Geografía del Recuerdo. En
esta versión aparece la contribución de Alfonso Carrascal que hizo
su aporte literario con dos cuartetas que son las que precisamente dan origen
a críticas por parte de quienes no analizan la poesía en su mundo
maravilloso regido por las musas , divinidades de poesía y el canto, que
desde tiempos inmemoriales son esquivas para tocar con su luz a las mentes profanas.
Al
hacer este aporte quiero insistir a todos los que participen en CARTAS CRUZADAS
que no se trata aquí de menguar la obra de Miguel Angel Quintero Pacheco,
él es el autor del poema OCAÑERITA escrito originalmente en una
estructura de versos octosílabos, versos de los cuales se conserva su esencia.
Su poema original en gran parte fue sacrificado en el altar del folclor, para
encajar su escrito literario en la musicalidad rítmica de uno de los más
hermosos bambucos colombianos. Cordialmente,
GABRIEL ANGEL PÁEZ TÉLLEZ |