| El
siglo del milagro 1700 - 1799 La
Virgen de Torcoroma, en torno de cuya fuente milagrosa se congregan las humanas
miserias para buscar su caridad y su gracia, el símbolo de la tierra, la
cifra de su espíritu, el inapreciable tesoro de la Ocaña legendaria.
La noble fibra vegetal, labrada por la mano de Dios para consuelo de los humildes,
ha superado nuestras heráldicas divisas, y se levanta, intemporal y radiante,
más pura que los arcángeles, para coronar, con su grandeza la historia
de Hacaritama. No fue esculpida en piedra, ni cincelada en metales, ni transportada
al lienzo por el pincel de los hombres. Nació labrada en vegetales ropajes,
blanca, serena y pura como la fibra armoniosa que tejiera el milagro, para ventura
de los humildes. Luis
Eduardo Páez Courvel "(Norte de Santander 13 de junio 1953 - 13 de
junio de 1955", página 142) |