SEMANA SANTA EN OCAÑA
Luis Eduardo Páez García (Historia)
Carlos Jorge Vega

(Imágenes, Semanario La Provincia de Ocaña)

 

Según puede deducirse de la crónica local, esta conmemoración tradicional data, en Ocaña, de la época colonial y revistió gran pompa y colorido por aquellos tiempos, como correspondía a la manera de ser de los peninsulares que se asentaron en estas tierras. Igual aconteció con las fiestas de Corpus, ambos eventos presididos por la máxima autoridad religiosa y las autoridades civiles y militares.

La Semana Santa estuvo presidida, incluso, por el Obispo de Santa Marta, como consta en las añejas crónicas, cuando Fray Juan Espinar de Orozco, en 1643, estuvo de visita en la ciudad.

La fe católica del pueblo ocañero, ha tenido desde épocas remotas una de sus expresiones más significativas con la celebración de la llamada Semana Mayor, donde se confunde el pueblo, sin distingos sociales, en todas las misas y procesiones que se llevan a cabo.

Ciro A. Osorio Quintero, uno de nuestros más reputados cronistas, describe un Domingo de Ramos, así:

Hoy es Domingo de Ramos. Para conmemorar la entrada triunfal del Rabino a Jerusalén, la sierra generosa ha ofrecido todo el sencillo esplendor de sus ramos campesinos. Y así la piadosa feligresía, encabezada por los ministros del altar ataviados todos de moradas vestiduras rituales recorrerá esta mañana, en nutrida procesión, los amplios camellones del parque principal luciendo en alto el alegre tremolar de sus ramos benditos, mientras las campanas de la catedral vierten sobre la plaza colmada su jubiloso repique de triunfo. Adelante, los primeros, ufanos, orgullosos de su verde palma, irán los muchachos de la ciudad. Desde muy temprano estos rapaces se han apostado a todo lo largo del comulgatorio de la iglesia, en espera de la hora de repartir el simbólico gajo. Allí, entre empujones y pisotones y desafiando la paciencia del Sacristán y los policiales, han logrado coger uno, dos y hasta tres ramos benditos. Lograr el mayor número de ellos es una graciosa proeza infantil admirada y aplaudida por sus compañeros… Pasada la procesión, los alegres rapazuelos irán a la casa y en el pequeño altarcito del aposento, distribuidos convenientemente, se colocarán sus ramos, los que sumados a los que llevan los demás habitantes del hogar, formarán un místico bosquecillo reverdecido. Allí los ramos se irán secando. Pasado algún tiempo y cuando y cuando ya estén completamente secos, la abuela hará con ellos pequeñas cruces de tosca apariencia, las que colocará clavadas tras de las puertas de los dormitorios para evitar así que cualquier mal día el Enemigo Malo se le ocurra visitarlos”. Ver más...

 

 
 

DOMINGO DE RAMOS EN OCAÑA
DAMAS DE LA DOLOROSA
JESÚS CAIDO
JUEVES SANTO: EL NAZARENO Y JESÚS ATADO
JESÚS CAIDO
JESÚS DE LA CAÑA
JESÚS EN EL HUERTO
LA MAGDALENA
JESÚS EN LA COLUMNA
LA VERÓNICA
ÚLTIMA CENA
SAN JUAN
LA VERÓNICA
LA VERÓNICA
SANTO SEPULCRO
SANTO SEPULCRO
MONUMENTO JESÚS CAUTIVO
MONUMENTO SAN AGUSTÍN
MONUMENTO CATEDRAL SANTA ANA
NAZARENOS
JUEVES SANTO - SAN AGUSTÍN
LA VERÓNICA
LA CRUZ
LA DOLOROSA
LOS CLAVOS Y LA CORONA
EL SEÑOR OBISPO
LA MAGDALENA
Procesión
SAN JUAN
SAN PEDRO

Gratitud a nuestros apreciados amigos José D. Peñaranda y Federico Canosa, por el envío de las fotografías.