| Esta
solicitud está firmada por el eminente sabio, doctor José Celestino
Mutis, quien era a la sazón, notario del Concilio que se celebraba en Santafé.
Para
este año de 1774, la Virgen de Torcoroma ya había sido colocada
en la iglesia parroquial y se le rendía culto. El informe que mencionamos,
recoge las declaraciones de don Miguel Antonio Copete, padre sacristán
mayor, don Juan Antonio Lomberto y Torrado, Cura doctrinero, de don Juan del Rincón,
de 84 años de edad, de don Tiburcio Cañizares, de 75 años,
de don Miguel Antonio de Aro, Comisario de la Santa Cruzada, del presbítero
don Pedro José Maldonado, y de don Simón Tadeo Pacheco, cura doctrinero
de San Juan Crisóstomo de la Loma y pueblos cercanos. Coinciden las declaraciones
refrendadas ante el Notario Joaquín Quintero, que la imagen se apareció
en la astilla de un árbol cortado para hacer un dornajo, a Cristóbal
Melo y sus hijos José y Felipe, en el llamado monte de Torcoroma. En
1788, el maestro Joaquín Gómez Farelo, Comisario del Santo Oficio
y cura de Ocaña, quien fuera también Limosnero Mayor de Nuestra
Señora de Torcoroma, escribió un opúsculo titulado "Reseña
histórica de la aparición de Nuestra Señora de la Concepción
en el Monte de Torcoroma en Ocaña", que se publicó en la Imprenta
Real en 1805, haciéndose una segunda edición en la Imprenta de don
José A. Jácome, en Ocaña, en 1881. Señala
el padre Gómez Farelo, con base en el primer documento hecho por Agustín
Francisco del Rincón, que en visita que hizo a Ocaña en 1716, el
señor Obispo de Santa Marta don Fray Antonio de Monroy y Meneses, "a
los cinco años de haberse aparecido", el prelado aprobó su
culto y nombró como "Camarera de las prendas y ropa de altar que la
devoción había contribuido a este santuario, a Pascuala Rodríguez",
quien era la esposa de Cristóbal Melo. Esta reseña, nos habla de
los milagros que obró la Virgen de Torcoroma en varias personas, como doña
Juana Quintero aquejada de "flujo de sangre luvia"; Margarita Picón,
quien "padecía mucho tiempo una lepra tan fatal en una mano y brazo".
La reseña incluye también un Certificado del Ayuntamiento, firmado
el 26 de junio de 1801 por: "Don José Joaquín Rizo, Alguacil
Mayor del Santo Oficio por el Tribunal de la Santa Inquisición de Cartagena
de Indias, Corregidor, Justicia Mayor y Presidente del Ilustre Ayuntamiento; Don
Simón Jácome, Alcalde Ordinario de primera nominación; Don
Juan Rafael del Real, de segunda por su Magestad; Don Antonio Luis Jácome,
Regidor Alférez Real; Don José Ignacio León, Regidor depositario
general". Este Certificado contiene también noticia de varios milagros
hechos por la Virgen de Torcoroma en las siguientes personas: Presbítero
don Juan Rodríguez, "enfermo de un tabardillo violento"; Benito
de Amaya, herido por espada; Presbítero don Ignacio de Cardona, Visitador
Eclesiástico quien puso en tela de juicio la milagrosa imagen y fue atacado
de un "repentino dolor cólico"; don Joaquín José
Rizo, Corregidor, atacado de "dolor de hijada"; doña Josefa Antonia
García, quien llevaba en su vientre la criatura ya muerta. Así mismo,
se menciona a don Miguel de Ibáñez, Juez de Puertos y padre de las
famosas Nicolasa y Bernardina Ibáñez, quien también fue sanado
de un "fuerte dolor cólico", por la Virgen de Ocaña. A
la narración de estos portentos, se suman otros, como los relativos a las
aguas manadas de la fuente del monte de Torcoroma, que curaron a varios enfermos
o evitaron que se secasen arroyos en algunas labranzas de la región. Tanto
el primer informe, elaborado por el doctor Agustín Francisco del Rincón
y titulado "Auténtica Información sobre la formación,
figura y milagros de Ntra. Sra. María Stma. Titulada de Torcoroma, que
se venera en Ocaña, desde el año de 11", como el segundo del
padre Gómez Farelo, son invaluables documentos de la historiografía
ocañera y precioso testimonio de fe de un pueblo que no ha cesado de venerar
su advocación mariana durante los años que han transcurrido desde
su aparición. Es
cierto que existen algunas incongruencias en cuanto a la fecha del milagro, pero
todo ello pasa a un segundo plano ente el esplendor de Nuestra Señora de
las Gracias de Torcoroma. En
1961, la imagen salió por primera vez de la región rumbo a Barranquilla,
donde la crecida colonia regional la esperaba ansiosa y reverente. Y en las horas
de la mañana del 11 de marzo de 1981, los ocañeros conocimos la
noticia del robo sacrílego de la imagen, cometido por Carlos A. Delvechio
y dos sujetos más. La oportuna intervención de las autoridades logró
que se recuperara la imagen y algunos objetos de culto sustraídos de la
capilla, devolviendo con ello la tranquilidad a un pueblo que se mantuvo en vilo
durante las angustiosas horas en que la Torcoroma permaneció en poder de
los delincuentes. Al
cumplirse los 294 años de la aparición, en 2005, y en medio del
regocijo que produjo la llegada de Monseñor Héctor Epalza, oriundo
de Convención y Obispo de Buenaventura, quien vino a saludar a sus paisanos
y a tributar homenaje a la soberana de la Provincia, una ráfaga negra de
dolor se abatió sobre la zona. Los dinámicos y carismáticos
párrocos de Convención, padres Ramón Emilio Mora Guerrero
y Vicente Rozo Bayona, cayeron asesinados por las balas siniestras de los enemigos
de la paz, en la vía que de Convención conduce a Teorama. La fiesta
de celebración de la Virgen de Torcoroma, se vio enlutada, pues, por la
muerte violenta de los dos sacerdotes, justamente en la mañana del 15 de
agosto de 2005. Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, los ha cubierto
con su manto protector... para siempre. | |