Navidad,
navidad, añoranzas, recuerdos, regalos, visitas, saludos, llamadas, comidas,
golosinas, bebidas, música, pólvora, globos, balances y mucha pero
mucha amabilidad, con perdón y olvido incluido. Hoy
como padres y abuelos las añoranzas repercuten a cada instante y quisiéramos
plasmar todos los recuerdos que afloran a nuestra mente, para el conocimiento
de la descendencia y amigos; motivados porque los buenos relatores de los mitos
y costumbres del solar nativo nos han ido abandonando. Hoy
nuestra evocación de Ocaña es cada vez más frecuente, sobre
todo al final de cada año, rememorando pesebres, arbolitos de navidad,
novenas, nochebuenas, navidad, pascuas, recepción del año nuevo
y las ferias y fiestas. Los
pasteles, no preciso cuando se volvieron tamales, natilla, arroz de leche, conserva
y buñuelos, entre las comidas. Los
recorridos con amigos y compañeros, por las calles de Ocaña, trazadas
con la geometría de la emboscada, el terreno no permite trazar otro tipo
de calles, meseta quebrada, dado el escaso desarrollo de la ingeniería,
para esa época. Mirar y admirar, los pesebres y arbolitos de navidad y
una que otra calle engalanada para la ocasión y lo mejor de ver las chicas
que nos movían el piso, era todo un acontecimiento. (Felipe Antonio Molina
lo canto en su novela costumbrista MUROS DE LA CIUDAD) Los
pesebres eran de gran tamaño y realizados con mucho gusto, esmero y devoción,
yeso lindo, con hartas manifestaciones agrícolas y pecuarias. En cambio
los pesebres de ahora son en formato pequeño y sin ovejas porque la lana
es producida industrialmente, también es bueno tener presente el tamaño
de los apartamentos, la sala comedor de uno de ello puede ser el espacio que evocamos
del pesebre. Confieso
que fui talador, trayendo de Sanín Villa musgo y de pronto un chamizo que
aún estaba verde, y no como mandaban los cánones un palo seco. Después
vinieron los artesanales arbolitos elaborados con estructura de alambre y fique
por gajos, teñidos con anilina verde oscura, para asemejarlos a la naturaleza,
y por último, llegaron los arbolitos sintéticos que ustedes conocen,
no tan sofisticados como los de ahora. Bogotá
nos cambio las costumbres, la pólvora ahora es asunto de entendidos y los
globos, también salieron de circulación porque comenzaron a causar
incendios. Los alcaldes no quieren personas quemadas, hola nosotros estuvimos
de buenas, que no nos quemamos con pólvora. Antes
de navidad a navidad había una eternidad, ahora cada vez la sentimos más
cercana. En noviembre la música de diciembre, era lo imperante en las emisoras
de radio, en cambio en estos días los adornos navideños comienzas
desde octubre. Será porque ahora somos los proveedores de los regalos.
El
trago y comida compartidos con vecinos y amigos en alegres y amenas tertulias,
desaparecieron en navidad para dar paso a las festividades en familia. Esto como
expresión de una época en que nuestras relaciones diarias con la
compañera, esposa, madre y vástagos, es cada vez más precaria,
eso manda la vida ciudadana, sino buscá ayuda con algún profesional
de la salud. Como
el tiempo concedido por la anfitriona está próximo a expirar, tratare
de evocar algunas lecturas de nuestra juvenil vida común, empezaré
con las Coplas de Navidad del poeta Adolfo Milanés, De
la serranía vinimos Al caer la madruga, A oír la misa de cinco, Que
le toca al padre Egaña.
Sombreros
de jipa nuevos y pantalones de manta, zapatos de traba antigua, ¿qué
nos falta?
El
pesebre de la iglesia Tiene más luces que ramas; San José
con su mujer Están hechos unas pascuas; Pero sin comer gallina Porque
no tuvieron plata.
Una
viejita que vio Que el niño Dios tiritaba, Les ofreció el
pañolón A fin que lo abrigaran. Misiá María
se sonrió, Don José le dio las gracias.
Por
la calle doce abajo Venía una gran parranda, Y, cuando llegó
a la plaza, Ya estaban los policías Con los rifles en balanza
Sombreros
de jipa nuevos y pantalones de manta, zapatos de traba antigua, ¿qué
nos falta? En
el barrio del Torito Están dando serenatas Al son de un alegre tiple Y
de una triste guitarra; Versos de Carlos Molina Y coplas de Víctor
Paba, cuando ellos eran jóvenes y entonces NOCHEBUENEABAN.
Sombreros
de jipa nuevos y pantalones de manta, zapatos de traba antigua, ¿qué
nos falta? | Dado
que el auditorio es joven se adaptaron las coplas al lenguaje del Siglo XXI, omitiéndose
unos versos, para hacerlas más directas y concisas. Con todo las Coplas
de Navidad de Milanés, mantienen su esencia, ya un grito por el partido,
ahora no se da porque los mismos desaparecieron por obra y gracia del paisita
(Apretadito Uribe). Dentro
de los amantes aquí reunidos existe un pueblo de la provincia de Ocaña,
Convención muy caro a sus afectos, por ello traigo unas coplas recopiladas
por don Elías Pérez Ramírez, con sabor a Ocaña y por
supuesto a Misiá Torcoroma: Allá
arriba en aquel alto Hay un pozo de agua clara Donde se baña la Virgen Las
manitas y la cara.
En
el cielo hay una silla Labrada de perlas finas, La fabricó San José Para
su esposa divina.
Esta
noche es nochebuena Y mañana navidad, Sacá la plata María Que
me voy a emborrachar.
Ave
María dijo el diablo En la puerta de la cocina, Mentiras que son
guayabas* El diablo no dice asina.**
Ave
María dijo el diablo En la puerta del aposento, Lucifer no entra
adentro Cuando la virgen se nombra.
Mañana
por la mañana Regá tu patio de flores, Porque viene a visitarte La
Virgen de los Dolores.
Mañana
por la mañana En tu casa verté aromas Porque viene a visitarte La
Virgen de Torcoroma. | *Guayaba
vale por embuste, mentira. **Asina es forma arcaica, anticuada de así.
Volumen 17 B A O, ELIAS PEREZ RAMIREZ Monografía del Municipio
de Convención y Dos Ensayos Folklóricos, Bogotá 1979, pg
161 y 162.
Estas someras notas pueden ser corregidas y aumentadas por la memoria y pluma
de cada uno de ustedes
Si recordás quien se ganó el premio
mayor del Arbolito de Navidad DISPOL, házmelo saber. Y
ahora ¡ay, Jesús del alma! Me voy a tomar un trago, Que tengo
la boca amarga. Alonso
Pardo Yaruro, diciembre 21 de 2006. |
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