NAVIDAD 2006 EN BOGOTA CON SABOR A OCAÑA
Por Alonso Pardo Yaruro

Navidad, navidad, añoranzas, recuerdos, regalos, visitas, saludos, llamadas, comidas, golosinas, bebidas, música, pólvora, globos, balances y mucha pero mucha amabilidad, con perdón y olvido incluido.

Hoy como padres y abuelos las añoranzas repercuten a cada instante y quisiéramos plasmar todos los recuerdos que afloran a nuestra mente, para el conocimiento de la descendencia y amigos; motivados porque los buenos relatores de los mitos y costumbres del solar nativo nos han ido abandonando.

Hoy nuestra evocación de Ocaña es cada vez más frecuente, sobre todo al final de cada año, rememorando pesebres, arbolitos de navidad, novenas, nochebuenas, navidad, pascuas, recepción del año nuevo y las ferias y fiestas.

Los pasteles, no preciso cuando se volvieron tamales, natilla, arroz de leche, conserva y buñuelos, entre las comidas.

Los recorridos con amigos y compañeros, por las calles de Ocaña, trazadas con la geometría de la emboscada, el terreno no permite trazar otro tipo de calles, meseta quebrada, dado el escaso desarrollo de la ingeniería, para esa época. Mirar y admirar, los pesebres y arbolitos de navidad y una que otra calle engalanada para la ocasión y lo mejor de ver las chicas que nos movían el piso, era todo un acontecimiento. (Felipe Antonio Molina lo canto en su novela costumbrista MUROS DE LA CIUDAD)

Los pesebres eran de gran tamaño y realizados con mucho gusto, esmero y devoción, yeso lindo, con hartas manifestaciones agrícolas y pecuarias. En cambio los pesebres de ahora son en formato pequeño y sin ovejas porque la lana es producida industrialmente, también es bueno tener presente el tamaño de los apartamentos, la sala comedor de uno de ello puede ser el espacio que evocamos del pesebre.

Confieso que fui talador, trayendo de Sanín Villa musgo y de pronto un chamizo que aún estaba verde, y no como mandaban los cánones un palo seco. Después vinieron los artesanales arbolitos elaborados con estructura de alambre y fique por gajos, teñidos con anilina verde oscura, para asemejarlos a la naturaleza, y por último, llegaron los arbolitos sintéticos que ustedes conocen, no tan sofisticados como los de ahora.

Bogotá nos cambio las costumbres, la pólvora ahora es asunto de entendidos y los globos, también salieron de circulación porque comenzaron a causar incendios. Los alcaldes no quieren personas quemadas, hola nosotros estuvimos de buenas, que no nos quemamos con pólvora.

Antes de navidad a navidad había una eternidad, ahora cada vez la sentimos más cercana. En noviembre la música de diciembre, era lo imperante en las emisoras de radio, en cambio en estos días los adornos navideños comienzas desde octubre. Será porque ahora somos los proveedores de los regalos.

El trago y comida compartidos con vecinos y amigos en alegres y amenas tertulias, desaparecieron en navidad para dar paso a las festividades en familia. Esto como expresión de una época en que nuestras relaciones diarias con la compañera, esposa, madre y vástagos, es cada vez más precaria, eso manda la vida ciudadana, sino buscá ayuda con algún profesional de la salud.

Como el tiempo concedido por la anfitriona está próximo a expirar, tratare de evocar algunas lecturas de nuestra juvenil vida común, empezaré con las Coplas de Navidad del poeta Adolfo Milanés,

De la serranía vinimos
Al caer la madruga,
A oír la misa de cinco,
Que le toca al padre Egaña.

Sombreros de jipa nuevos
y pantalones de manta,
zapatos de traba antigua,
¿qué nos falta?

El pesebre de la iglesia
Tiene más luces que ramas;
San José con su mujer
Están hechos unas pascuas;
Pero sin comer gallina
Porque no tuvieron plata.

Una viejita que vio
Que el niño Dios tiritaba,
Les ofreció el pañolón
A fin que lo abrigaran.
Misiá María se sonrió,
Don José le dio las gracias.

Por la calle doce abajo
Venía una gran parranda,
Y, cuando llegó a la plaza,
Ya estaban los policías
Con los rifles en balanza…

Sombreros de jipa nuevos
y pantalones de manta,
zapatos de traba antigua,
¿qué nos falta?

En el barrio del Torito
Están dando serenatas
Al son de un alegre tiple
Y de una triste guitarra;
Versos de Carlos Molina
Y coplas de Víctor Paba,
cuando ellos eran jóvenes
y entonces NOCHEBUENEABAN.

Sombreros de jipa nuevos
y pantalones de manta,
zapatos de traba antigua,

¿qué nos falta?

Dado que el auditorio es joven se adaptaron las coplas al lenguaje del Siglo XXI, omitiéndose unos versos, para hacerlas más directas y concisas. Con todo las Coplas de Navidad de Milanés, mantienen su esencia, ya un grito por el partido, ahora no se da porque los mismos desaparecieron por obra y gracia del paisita (Apretadito Uribe).

Dentro de los amantes aquí reunidos existe un pueblo de la provincia de Ocaña, Convención muy caro a sus afectos, por ello traigo unas coplas recopiladas por don Elías Pérez Ramírez, con sabor a Ocaña y por supuesto a Misiá Torcoroma:

Allá arriba en aquel alto
Hay un pozo de agua clara
Donde se baña la Virgen
Las manitas y la cara.

En el cielo hay una silla
Labrada de perlas finas,
La fabricó San José
Para su esposa divina.

Esta noche es nochebuena
Y mañana navidad,
Sacá la plata María
Que me voy a emborrachar.

Ave María dijo el diablo
En la puerta de la cocina,
Mentiras que son guayabas*
El diablo no dice asina.**

Ave María dijo el diablo
En la puerta del aposento,
Lucifer no entra adentro
Cuando la virgen se nombra.

Mañana por la mañana
Regá tu patio de flores,
Porque viene a visitarte
La Virgen de los Dolores.

Mañana por la mañana
En tu casa verté aromas
Porque viene a visitarte
La Virgen de Torcoroma.


*Guayaba vale por embuste, mentira.
**Asina es forma arcaica, anticuada de así.

Volumen 17 B A O, ELIAS PEREZ RAMIREZ Monografía del Municipio de Convención y Dos Ensayos Folklóricos, Bogotá 1979, pg 161 y 162.

Estas someras notas pueden ser corregidas y aumentadas por la memoria y pluma de cada uno de ustedes… Si recordás quien se ganó el premio mayor del Arbolito de Navidad DISPOL, házmelo saber.

Y ahora ¡ay, Jesús del alma!
Me voy a tomar un trago,
Que tengo la boca amarga.

Alonso Pardo Yaruro, diciembre 21 de 2006.


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