GABRIEL JOSÉ GARCÍA MÁRQUEZ

Vida, obra, opiniones, polémicas.

¿QUIÉN ES?

Obras más conocidas.

La soledad de América Latina
Discurso para recibir el
Premio Nobel
.

DEBATE SOBRE LA ORTOGRAFÍA:

Botella al mar para el dios
de las palabras
.

Camisas de fuerza...
Joaquín Estefanía

Desfase de lógica

OPINIONES, CRÓNICAS:

El García Márquez que amamos
Germán Santamaría

¿CUÁNTA PLATA TIENE 'GABO'?
Juan Gossaín

Muchos hombres, muchas ideas
Renson Said

Opiniones de Fernando Lázaro Carreter,
ex presidente de la Real Academia


SUS DEMONIOS:


Péguele a
Miguel Ángel Asturias


Punto final a un incidente.

 
 
 

GABRIEL JOSÉ GARCÍA MÁRQUEZ

Muchos hombres, muchas ideas

Por: Renson Said
Tomado del diario "La Opinión", 27 de abril de 2001

Carlos Abascal, ministro de trabajo de México, expulsó a una maestra de escuela porque había recomendado a sus alumnas las lecturas de "Aura" de Carlos Fuentes y "Doce cuentos peregrinos" de Gabriel García Márquez.

La razón es demasiado sencilla: las obras mencionadas pervierten a la juventud. Pero no es cierto. O dicho de otro modo, es cierto pero todo lo contrario: el pervertido es el ministro de trabajo mexicano que quiere uniformar el pensamiento instaurando una nueva inquisición en su afán desmesurado por mantener el Statu Quo en un país que ha dado para la historia de la independencia intelectual latinoamericana, hombres como Alfonso Reyes, Juan Rulfo y Octavio Paz, entre otros..

La censura de libros, la humillación, el destierro y la misma desaparición de escritores, es el método que utilizan los gobiernos más retrógados para manipular el pensamiento y la libre expresión.

En el siglo III a.C. las reformas de Confucio contenidas en el Che Knig o Libro de las Odas y Chu Knig o Libro de los anales, fueron quemados porque "revisaban" las costumbres de su pueblo.

Protágoras, el sofista, fue acusado de impío y expulsado de Atenas por haber puesto en duda el poder de los dioses en su famosa frase: "el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en tanto que no son".

Peor suerte corrió Tucídides, el historiador griego que asesinaron para que no terminara de escribir su obra "Historia de la guerra de los Peloponesos y Atenienses".

Y ya todo el mundo sabe qué le pasó al bueno de Sócrates sólo por atreverse a decir la verdad.

Cada vez que surge una obra superior, los Estados totalitarios o aquellos gobiernos mezquinos disfrazados de democracia, emprenden una persecución salvaje contra los escritores y sus libros.

Milton, por ejemplo, por haber criticado fuertemente al Parlamento de su país tuvo que presenciar la quema pública de su obra inmortal "Paraíso Perdido", por orden del rey Charles II, el 16 de junio de 1660.

Gargantúa y Pantagruel, una de las obras cumbres de la literatura francesa fue señalada por la censura de "obscena e inmoral", sólo porque su autor, Francois Rabelais, ridiculizaba al Catolicismo y al Protestantismo.

 

 

La lista de libros censurados es bastante larga: Los viajes de Gulliver de J. Wift, Crítica de la razón pura de Kant, La vida de Cristo de Renán, El Contrato Social de Rousseau, casi la totalidad de las obras de Voltaire, los dramas de Shakespeare, Don Quijote de Cervantes, Aura de Fuentes, y Doce cuentos peregrinos de Gabriel García Márquez.

El proverbio "muchos hombres, muchas ideas", que le sirvió a Enrique VIII de Inglaterra para controlar la opinión del pueblo y enviar libros a las hogueras, es el mismo que rige la conducta mezquina, apolillada y retroprogresista del ministro de trabajo mexicano que busca, a través de la censura, decretar la muerte silenciosas de las ideas.

Qué absurdo. Sobre todo porque mientras el autismo ideológico de este señor será una escueta anécdota de aldea, las obras de García Márquez y Carlos Fuentes le sobrevivirán a lo largo de la historia por los siglos de los siglos
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