MUSEO VIRTUAL DE LA PLAYA DE BELEN
SALÓN DE LA MÚSICA
Por Guido Pérez Arévalo
Batuta
Ver: John Jairo Claro
Ver: Reminiscencias de la Banda "La Merced"
Luis Eduardo León triunfó en Cali
La muerte de Juancho Ovallos (Un poco de historia musical)
El conjunto vallenato que nació en el colegio (1970)

 
De izquierda a derecha, de pié: Benjamín Claro, Clarinete; Jesús Bayona, Flauta; Juan de Dios Claro, Cornetín corto; Julián Arenas Pérez, Marcante; Manuel Guillermo Claro, Bajo; Carmito Plata Ovallos. Bajo; Hipólito Jaime, Bajo. Sentados: Rozo Jácome, Platillos; Jesús Ovallos Arenas, Bombo; Benjamín Franco, Caja... Foto: Archivos de Álvaro Claro Claro. Banda "La Merced". Foto: Archivos Álvaro Claro.
 
Julián, Guido Pérez y Sixto Nahún Ovallos
 


La música en La Playa de Belén

Por Guido Pérez Arévalo

La música es uno de los fundamentos de la cultura regional. Y las bandas de música, constituyen una bella expresión de los sentimientos de los pueblos. Pero ván desapareciendo, para ceder el paso a las modernas orquestas, a las estruendosas minitecas y a los conjuntos dedicados a la música de actualidad, que sólo funcionan en las grandes ciudades.

El músico de pueblo es pintoresco, sentimental y bohemio. En años pasados hizo furor la música de las papayeras, en todos los estamentos sociales, pero volvió a entrar en ese sopor de las cosas viejas, que sufren un proceso cíclico por los caprichos de la moda.

A pesar de todo, siguen vigentes la retretas, los pasodobles de corraleja, los boleros de antaño y la música "caliente", que hizo bailar a nuestros abuelos.

BANDAS DE MÚSICOS

La más importante banda de La Playa de Belén, en el pasado, fue la de "La Merced". Alvaro Claro hizo una importante investigación para un concurso, realizado en 1984. Los interesados pueden leer el documento, publicado en www.laplayadebelen.org bajo el título "Reminiscencias de la Banda Municipal La Merced". Acompañamos a Alvaro a la entrevista con Don Julián Arenas, más conocido como Cayán. Ya murió. En aquellos días pasaba de los setenta y tres años. La edad pesaba sobre él como un fardo de miserias y lo mantenía postrado en la modesta casa de su hijo. Seguía pobre, como lo fue siempre, pero con una ceguera adicional, que le restaba autonomía. Minado en su salud, colocado por sus achaques en la triste etapa de los enfermos terminales, guardaba, no obstante, una envidiable serenidad. Sus cabellos blancos y venerables caían largos y ralos desde su cabeza azotada por una calvicie creciente. Tenía una barba blanca, como sus cabellos, que inspiraba respeto.

En sus años jóvenes, Julián fue un todero; un hombre ingenioso y creativo, cuyos buenos servicios demandaba la comunidad para decorar el altar de la iglesia, reparar toda clase de artefactos, remendar zapatos y trabajar en carpintería. Fabricó trompos, hizo globos de múltiples colores, pintó paisajes campesinos sobre discos de 78 revoluciones; sobresalió como fotógrafo, y diseñó los más caprichosos barriletes que vimos elevar los niños de su tiempo. Dos lágrimas furtivas rodaron sobre el rostro de Cayán; conmovido por la presencia de sus paisanos. extendió sus brazos con paternal afecto y sonrió con una mueca temblorosa de sus labios.

Sus ojos claros, apagados por los años, no pudieron precisar las imágenes de la fotografía, levantada en las manos de Alvaro; pero la había contemplado tantas veces en sus buenos tiempos, que no era necesaria la visión, casi perdida, para identificar en las imágenes borrosas el lugar y el modo en que posaron sus compañeros, ataviados con sombreros "Borsalino" y sacos de paño. Esos músicos no fueron los únicos miembros de la banda"La Merced". También formaron parte de ella, Jesús Emiro Claro Velasquez, Arnulfo Arévalo Claro, Gerardo Alvarez, Eduardo Pérez, Enrique Arévalo, Antonio Luis Peñaranda, Ciro Ovallos Arenas y su hermano Aurelio, entre otros.

Don Benjamín Pérez aseguraba que la desaparición de la "Pateadora" (conocida también como "La Gualicera"), generó la necesidad de "recurrir a la banda de Buenavista para darle realce a las fiestas patronales y a las temporadas navideñas. De esta necesidad nació la iniciativa de organizar una agrupación musical propia".

Don Julián contó que a finales de 1942 fue localizado por Don Francisco Arévalo en Convención para que regresara a su pueblo a integrar la nueva banda musical. Con su aceptación, se dispuso la compra de un marcante. Cada músico debió comprar su instrumento.

Tocaron en las fiesta de Hacarí, Aspasica y La Vega de San Antonio. En La Playa de Belén, tocaron en las fiestas patronales, en las misas de aguinaldo y acompañaron a nuestra gente en memorables retretas. Las retretas las tocaban a $5.oo y los bailes, los cobraban por piezas, tasadas a$0.50.

En el año de 1944, se desintegró la banda "La Merced". Cayán tuvo después un viejo bajo, que era como su alter ego. Lo cargaba para todas partes. Tocaba solo o acompañado por la guitarra y el tiple de los hermanos Roque y Élfido Arenas y por las maracas de Ciro Ovallos. Julián murió en Cúcuta.

BANDA DE MÚSICOS LA GUALICERA

Su nombre surgió de la chispa criolla, amparada por la piel morena de los músicos. En aquellos años era fecuente el remoquete de chulo o gualí para referirse a las persona de piel morena. Todavía se usa, pero con mayor discreción.

Nuestra banda, entonces, pasó a la historia con el mote de "Gualicera", a pesar de los esfuerzos de sus gestores para se les reconociera como "Banda Patatoque". Don Benjamín Pérez decía que también fue conocida como "La Pateadora, por la costumbre que tenían los músicos de marcar el compás mientras tocaban.

 

 

Agregaba que la mayor parte estaba compuesta por los hermanos Pacho, Luciano, Higinio y Emiliano Alvarez.

La componían, además, Alfonso Durán y otros residentes en la cercana fracción de Patatoque.

Su primer maestro fue Don Hipólito Jaime. Posteriormente, aparece Don Nemesio Pino. Y fue su asesor permanente Don Benjamín Claro Ovallos, notable músico, con privilegiados conocimientos de solfeo.

Interpretabn los siguientes intrumentos: Pistón mayor, pistón segundo, bajo primero, clarinete, corneta, platillos, caja y flauta. (Tomado del libro La Playa de Belén)

 
 

Los Ovallos Arenas

Los miembros de esta importante familia cultivaron una especial inclinación por la música. De don Sixto heredaron la interpretación del tiple y de su abuelo, don Gratiniano Arenas León, les venía su gusto por las canciones sentidas y el toque magistral de instrumentos de cuerda. Aurelio, Jesús, Ciro, Víctor y Juancho, tocaban con maestría las maracas, la carraca o guacharaca, los platillos y otros instrumentos de cuerda, percusión y viento. También cantaban.

Don Benjamín Pérez Pérez, en la inolvidable entrevista para Noticias Playeras, se refirió con nostalgia al matrimonio de don Trino Arenas con doña Ramona León. Me habló de sus hijos, "que posteriormente fueron troncos de familias muy honorables y de natural disposición para la música, la pintura y aún para la escena: Emilia, Sotera, Visitación -mi abuela paterna-, Leonor, Pacho y Gratiniano. Todos en sus buenos tiempos ejecutaban con mucha habilidad el tiple y el acordeón…".

De Francisco de Paula (Pacho) Arenas, don Benjamín recordó que por muchos años fue el organista titular de la parroquia. "Este hombre alto, corpulento, rubio, de ojos azules y dotado de una bien afinada voz de bajo, manejaba el armonio con una maestría que hoy necesariamente evoco cuando escucho al pianista Oriol Rangel en la televisión. El escenario, desde luego, era la iglesia, en las misas dominicales. Durante los intermedios de silencio que la liturgia ofrecía entonces en el ofertorio de la consagración, Pacho quebraba la majestuosa calma del sagrado recinto, alborotando el ambiente con un alegre pasillo o un bambuco fiestero que indudablemente en vez de inspirar místicos arrobos en los devotos asistentes debían de inflamar los corazones y despertar mundanos arrebatos especialmente entre los hombres a la vista de las apacibles playeritas de ondulantes cabelleras y dóciles cinturas, acaso no esquivas para el baile.

En cuanto a Gratiniano, era, además de buen ejecutante del tiple, dicharachero y tomatrago. En sus labios afloraban con espontaneidad los gracejos y los picantes "calemboures" que él dosificaba según el auditorio que lo rodeaba. Uno no sabía si lo que hablaba venía en serio o iba en broma.

Julián y Modesto Arenas, magistrales en el manejo del tiple y yo con la negra, una maravillosa guitarra como un piano, que hoy, sin clavijero y con los aros destrozados se encuentra abandonada en una cocina vieja en la casa que fue de mis padres. Con frecuencia se nos unían Mincho Claro y Jesús Bayona con sus flautas o Carlos Daniel Luna con el violín. Considero que fuimos factores decisivos en el cambio de las rigurosas costumbres que prevalecían en el pueblo por un ambiente de amable y jacarandosa frivolidad en el que se realizaban bailes, reuniones matizadas de canciones y chistes, sancochos campestres y serenatas ¡O témpora! ¡O mores! exclamo yo en sentido inverso al que le dio Cicerón".


 Banda de músicos "Patatoque".- El Decreto No. 055 del 24 de septiembre de 1991 (Publicado en la obra La Playa de Belén), declara como fundadores a Guido Pérez Arévalo, al maestro Jesús A. Jaime y al Alcalde de la época, Gilberto Claro Lozano. Los instrumentos fueron obtenidos con el Ministerio de Educación. El mismo decreto, en su artículo tercero, menciona a los primeros integrantes de la Banda: Octaviano Tarazona, clarinete 1; Esthela Claro Velásquez, clarinete 2; Agustín Pérez Velásquez, clarinete 3; Juan Velásquez León, trompeta 1; Fernando Velásquez, trompeta 2; Campo Elías Pacheco, saxofón alto 1; Francisco León Alvarez, saxofón alto 2; Alirio Alvarez Álvarez, bugle; Jesús Alonso Velásquez Claro, corno; Yader Guerrero Pérez, trombón 1; Carlos Adolfo Claro Claro, trombón 2; Germán Ricardo Claro Claro, redoblante; Leonardo Alvarez Arévalo, bombo; Luis Alberto Sánchez Serrano, platillos.

Textos y archivos: Guido Pérez Arévalo
 
 
4 de diciembre de 2012 (Sesquicentenario). Banda Patatoque, de La Playa de Belén, con su estrella, Sebastián Tarek Peñaranda, el niño platillero, de 4 años. Sebastián, hijo y nieto de músicos, ha causado sensación en la provincia de Ocaña. También interpreta la flauta dulce y baila al son de sus platillos. Sus padres lo matricularon en la banda cuando estaba a punto de destruir todas las tapas de los peroles y cuanto tuviera forma de platillo en la cocina. El niño prodigio en materia musical, por su edad, seguramente participará en las fiestas del bicentenario, dentro de cincuenta años. Integrantes primera foto: Nando Peñaranda Ascanio, Diomar Peñaranda Tarazona, Adolfo León, Carlos Alberto Álvarez, Alirio Álvarez, Heidy García García, Fabio Andrés Bermudez Arévalo, Campo Elías Pacheco Rueda y el niño Sebastián Tarek Peñaranda. Integrantes de la banda, segunda foto: Ramón Peñaranda Ascanio, Diomar Peñaranda Tarazona, Nando Peñaranda Ascanio, Adolfo León, Carlos Alberto Álvarez, Alirio Álvarez, Heidy García García, Fabio Andres Bermúdez Arévalo y el niño Sebastián Tarek Peñaranda.
 

 
BANDA PATATOQUE. Archivos Angélica Claro Claro, Gestora Cultural.
Presentación en el concurso de bandas en Ocaña, en el mes de junio de 2014.
 

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 Grupo "Los Rumbosos": César Claro Peñaranda, 2a. guitarra; Juan Abel Claro Torrado 1a. guitarra; Jesús Alonso Velásquez, tiple puntero y Jorge García, charrasca. Fotografía y texto, enviados por el poeta Alonso Velásquez Claro, desde Bucaramanga, el 12 de abril de 2005. 

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