EL
RENGLÓN QUE FALTA
El presupuesto nacional resuena con los claros
rumores de una fuente a la cual se aproxima mucha gente y hasta los bordes
su jarrito llena: También es comparable a una colmena do labra
miel la abeja diligente, para que se la chupe ávidamente una nube
de zánganos sin pena. Mas falta al providente presupuesto
un humilde renglón, el más modesto, y es hora de agregarlo,
¡oh congresistas que venís de las rústicas Batuecas,
a fin de que si fundan bibliotecas, no mendiguen su libro a los artistas!
| PERDONE,
HERMANO Yo, señor
secretario, bien quisiera poderle enviar, como me solicita, un ejemplar
siquiera de cada obrita, ya que usted tan amable las espera. Porque
sería una suerte verdadera, que al pensamiento del orgullo incita,
saber que iba una cosa tan poquita a estar con sabias obras en hilera.
Pero, aunque a usted le extrañe suponerlo, me es hoy un imposible
complacerlo; no porque me las pida regaladas, sino porque merced
a los favores de un bondadoso grupo de lectores, se encuentran hoy mis
obras agotadas. |