Las
calles
Las
calles de El Carmen están inclinadas de sur a norte y son seis, que contadas
de oriente a occidente son: Primera,
la que empieza a la entrada del camino de Ocaña, que va de oriente a occidente,
que se llama del Hoyito y forma el barrio de su nombre. Esta calle en su principio
tiene un corto trayecto que se llama El Tope porque un vecino de apellido Ceballos
hace más de medio siglo puso un letrero en la pared de su casa diciendo
más o menos: Aquí es el Tope (de cuales y tales cosas que tenía
en su tienda). La mencionada Calle del Hoyito, al llegar a la Quebradita de San
Rafael, da un salto sobre ella y voltea hacia el norte y toma el nombre de Calle
del Tigre, en seguida se llama del Coco, después Calle Nueva, pasa un puente
sobre la Quebrada Grande y corre a terminar con el nombre de Calle Puente Santander.
La segunda calle es la de Ricaurte, ya en el plano alto de la población.
Ésta no tiene más que tres cuadras de extensión y va por
la orilla del barranco que en cierto modo a buena distancia sigue el curso de
la Quebrada Grande, que fue la que en tiempos remotísimos lo labró.
A esta vía la dividieron antiguamente en dos partes, la primera llamada
Calle del Auxilio y la segunda Calle del Silencio. Era muy sucia y muy enyerbada
y algún vecino burlón de esos remotos tiempos le buscó y
le puso un sobrenombre, llamándola Calle del Sobaco. La
tercera es la de Bolívar, que hasta hace poco se llamaba Calle Real y que
por allá en 1852 se llamaba Carrera de la Capital. Nace en el punto antes
denominado El Cerrito, que ahora es La terraza. Esta calle cruza nueve callejuelas
y termina en la esquina del cementerio. Algunos le dan el solemne nombre de Calle
del Panteón. La
cuarta calle es la de Santander. Es la más larga y toda recta. Empieza
en un punto que a fines del siglo pasado se llamaba El Saque, porque allí
sacaban aguardiente y en su cuadra más empinada toma el nombre de El Carretero,
indudablemente por imitación de la que hay en Ocaña, donde tienen
un barrio con el mismo nombre. Tres cuadras abajo de la plaza esta calle toma
el nombre de Pueblo Nuevo, y en seguida el de Piquetierra. La raya donde estos
dos nombres colindan nadie ha podido trazarla pero existe. La
quinta es la Calle Magdalena. El punto donde esta calle nace se llama El Chorro,
por un chorro que allí caía en una pileta para el consumo del vecindario.
Chorro y pileta desaparecieron en 1932, cuando se hizo el primer acueducto y ya
hay vecino que no conocieron en actividad el chorro. Esta
calle del Magdalena termina antes en su quinta cuadra y allí había
un lugar que se llamaba Canta-Ranas, porque las aguas de la acequia se empozaban
formando un pantano lleno de espumarajos blancos en el que las ranas cantaban
de noche a grande orquesta. La
sexta y última es la más corta, la más humilde y la más
joven de todas las calles. Se llama Calle de la Pesa. No tiene sino dos cuadras
y una de ellas lleva el subtítulo de Manga de Oro. Como esta calle está
al pie del Monte Sagrado no recibe casi el sol de la tarde. En el mes de julio
de 1875 esta calle fue mandada abrir por el Cabildo, así como otra diagonal
que debía partir del punto llamado Canta-Ranas por todo el pie del Monte
Sagrado y servir de entrada al corral, que era el tercero utilizado por la Casa
de la Pesa, o sea el expendio de carne. Hoy funciona en este sitio la Escuela
Urbana de Niñas "Priscila María Cáceres". Para
costear estas dos calles el Cabildo designó una partida de doscientos pesos.
La calle diagonal no fue abierta y el proyecto se quedó en proyecto. Dos
o tres vecinos ampliaron sobre el terreno en que soñaron construir esa
calle tan útil. Manga de Oro se quedó sin esa salida, dando lugar
a que los burlones le acomodaran el sobrenombre de Tripa-Ciega.
La
callejuela La
primera es la que forma el barrio de La Conejera... Está en la falda sur
del cerro que cierra por el norte el vallecito carmelitano. La
segunda es la Callejuela del Cementerio. Al norte de este triste lugar y formada
de un lado por la pared que forman las cabeceras de las bóvedas y del otro
por tres o cuatro viviendas humildes que claman por su reconstrucción.
La
tercera sólo tiene una cuadra de extensión, y une la Calle de Bolívar
en la Callejuela de la Independencia y va a morir en la Calle Nueva. |