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Las 'catedrales' de piedra del Área Natural Única Los Estoraques
ANDRÉS HURTADO GARCÍA

Los Estoraques hacen parte de la red de áreas protegidas de Parques Nacionales Naturales.


 

Registramos complacidos la publicación del artículo de don Andrés Hurtado García sobre el Área Natural Única de los Estoraques en el diario El Tiempo, edición del 19 de enero de 2011. El nombre actual no lo tomó el municipio en 1929 sino en 1934 con la aprobación de Ordenanza No. 16, del 10 de abril, pero el dato histórico no afecta de manera alguna la importancia de la publicación. El mismo autor publicó otro artículo en 1994, después de haber recibido un ejemplar de nuestra monografía.

Celebramos la cita de la interpretación de Patatoque en lengua muisca, que solo se conocía a través de esta página web.


 
Los elementos, durante miles de años, convirtieron estas formaciones en extrañas y sobrecogedoras.
La acción de los elementos a lo largo de miles de años convirtieron las formaciones que ofrecen al visitante un paisaje extraño y sobrecogedor.

A poca distancia de Ocaña, en Norte de Santander, se encuentra el municipio de La Playa de Belén, declarado Monumento Nacional de Colombia y desde donde se observan los estoraques, unas estructuras rocosas que hacen parte de la red de áreas protegidas de Parques Nacionales Naturales.

La Playa de Belén (desde donde se aprecian los estoraques en su máximo esplendor) es un pueblo que es en sí mismo un atractivo turístico, con sus calles empedradas, casas blancas y puertas de madera oscura.

Al salir de La Playa se puede caminar todo el día por la zona, entre estrechos callejones, mientras se admira ese soberbio conjunto de torres, pirámides y paredes, que fueron labradas por la paciencia del tiempo, la lluvia, el viento y el sol y que hoy hacen parte de uno de los sitios naturales más exóticos que se puedan encontrar. Sus formas parecen sacadas de edificos góticos.

En los taludes de las carreteras de ambos Santanderes son frecuentes, pero el paraíso y la aglomeración multitudinaria de estas obras de arte de la naturaleza se encuentran en el municipio de La Playa de Belén, en Norte de Santander. Es tal la belleza de estas catedrales de la erosión que el Sistema Nacional de Parques Nacionales Naturales las incluyó en su catálogo de sitios naturales dignos de conservar.

Para ello tuvieron que hacer malabares científico-lexicales, pues el paisaje no se ajusta a ninguna denominación de la red de áreas protegidas. Idearon, entonces, el nombre de Área Natural Única de los Estoraques. Y vaya si es única. Eduardo Cote Lamus, poeta cucuteño, les dedicó un poema, duro, severo y bello, como las pirámides de tierra mismas.

En compañía de Wilfredo Garzón y Yiovany Castro partimos de Bucaramanga y llegamos a Aguachica. Desde esta población nos enrumbamos hacia la cordillera Oriental y pernoctamos en Ocaña, la segunda ciudad de Norte de Santander.

Ya en la cordillera, luego de una hora, llegamos al pueblo de La Playa de Belén. Una visita a esta región tiene un doble atractivo: los Estoraques y el pueblo, que para muchos es el más bello de Colombia.

Tiene tres calles largas y una docena de transversales; calles rectas, empedradas, casas blancas, puertas de madera oscura y letreros en trozos de madera, y cada casa está adornada con una matera de barro en la pared exterior.

Es un pueblo muy limpio, colonial, fundado en 1580 con el nombre de Aspasica, y que en 1929 tomó su nombre actual. Resuena todavía en la cultura popular el nombre de Patatoque, el cacique que habitó estas tierras, y cuyo nombre significa 'señor de la labranza y del poderoso río'.

La Playa de Belén ha sido declarado Bien de interés cultural de carácter nacional y Monumento Nacional de Colombia. De allí se sale y es posible caminar entre estrechos callejones, admirando torres, pirámides y paredes, todas labradas por la paciencia del tiempo.

Un caminito estrecho entre las formaciones, por el que apenas cabe una persona, asciende a un espléndido mirador, desde el cual se domina todo el conjunto, que parece una aglomeración de torres de catedrales góticas del más puro estilo flamígero o flamboyant. Un lugar inolvidable.

ANDRÉS HURTADO GARCÍA