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Esta
denominación surgió en la calle de Villanueva, Ocaña (Norte
de Santander), cuando un parroquiano, por los años cincuenta, degustaba
una cerveza en la cantina de Don Güicho y al observar que unos asnos defecaban
pequeños cuadrados de color verde con olor a clorofila descompuesta, expreso
¡Aquí en Villanueva ya tenemos flota Cagajon.! En ese sitio, Don Félix Arias, próspero comerciante de víveres, organizó su pequeña empresa de transporte con terminal incluido, en un amplio zaguán, que albergaba hasta cien ejemplares, entre yeguas, burros y mulas, dándole el nombre que acababa de escuchar.
Un pegote de nombre Alfonso, colaboraba con su tío Félix, se impregnó del espíritu comercial. En las horas de la tarde con carreta en mano, empezaba a recoger de la calle, el estiércol, por este trabajo, le pagaban el valor de un peso, luego lo vendía a los cultivadores de hortaliza, como abono natural, por otro valor igual; cuando ya era un adolescente, montó en esa vía, la empacadora de Víveres ASA (Alfonso Sánchez Arias) y tenía la distribución de Arroz Superior, que le dieron renombre comercial a la tierra de las Cocotas. Esta flota Cagajón se hizo famosa en el mundo entero, hoy la vemos organizada en todas las regiones. El turismo en Cartagena, Palmira, en Santafé de Antioquia, el eje cafetero, en el Pantano de Vargas, Iza, o Paipa (Boyacá), la adaptaron, transportando turistas en carruajes arrastrados por caballos percherones, a donde llegan personas de todos los rincones de la geografía universal, que montados a lomo de mula, burros o en los grandes percherones, van tomando fotos pintorescas con cámaras de alta resolución, que servirán como memoria histórica de una visita inolvidable, como en las Islas Griegas de Santorini, en cuya capital Thira (o Fira) los burros son utilizados por el valor de cinco Euros, para ascender y desde la colina poder contemplar la ciudad de casas blancas con dinteles y puertas azules, observar los acantilados y las 588 escalinatas que bordean las aguas del Mar Egeo. La flota existe desde épocas remotas y aún se perpetúa, quienes la utilizan han de recordar el cuidado afectivo y nutricional que merecen. ¡Los seres vivos no se esclavizan!
Firavitoba, Mayo 10 . | ||||||||||