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Desde
tempranas horas hasta avanzada la tarde se escuchaba el eco del comercio que se
confundía con el ruido de las aguas de la quebrada que al estrellarse con
las inmensas piedras blancas incrustadas en el lecho, producían un murmullo
semejante al de las abejas cuando elaboran la miel en el panal. Muchos
de esos campesinos eran analfabetas, pero expertos en la agricultura y el manejo
de los números que les permitía llevar su pequeña contabilidad
agrícola. El
comercio se desarrollaba como si fuera un trueque, ya que el dinero en efectivo
para pagar los productos no se veía, por cuanto el hombre del campo venía
desde meses atrás, consumiendo al fiado mientras llegaba la producción
de su parcela, para pagar y lo poco que le quedaba, después de cruzar cuentas
en el libros de deudores, era invertido en la compra de insumos como el ACPM,
gasolina y abonos químicos. La
calle se observaba congestionada por compradores, campesinos, caballos y mulas
que habían servido como medio de transporte, quedando repletas de cagajón
con olor a orines fermentados de jumentos. En esa calle, también estaba
instalada la Herrería de El Turco, que no daba abasto de cambiar herraduras
sueltas y desgastadas de estos animales de transporte que tenían que prepararse
para el regreso. Mientras
tanto en la cantina descansaba el campesino, sentado tomándose una cerveza
y escuchando en la rokola canciones de arrabal como Aquellos Ojitos verdes. Te
estoy expiando por el ojo de la llave o el corrido de Juan Charrasqueado evocando
amores y machismo. El
origen del nombre de esa calle, se debió al saludo que un compadre hiciera
a su amigo, en la madrugada de un día cualquiera cuando los lugares
aun carecían de nombre y éste se desplazaba por ese sector
comercial ¿Para donde va compadre tan temprano? Le pregunta y el compadre
le respondió Al Camellón El término es como sinónimo
de trabajo duro, en remembranza al trabajo de los camellos del lejano Oriente
que se desplazaban con vituallas para el mantenimiento en el desierto. Por
esa época los comerciantes organizados celebraban las fiestas patronales
del mes de julio y el día del Camellón era el 25, la calle se engalanaba
con festones de colores, el altar de la Virgen del Carmen para la celebración
de la Santa misa y la retreta a los acordes de la música destemplada de
una banda. En
ese festejo estaban presentes el Alcalde con su cuadrilla de funcionarios, los
estudiantes de las escuelas y colegios para escuchar el sermón del cura
haciendo referencia a que Es más fácil que entre un camello
por el ojo de una aguja, que un rico al reino de los cielos" mensaje que
alertaba a Don Antonio, el rico más rico del pueblo, a darle buen trato
al campesino y humanizar sus relaciones comerciales. Una
vez terminaba la ceremonia religiosa, se comenzaba el festival de pólvora
con cohetes multicolores, totes y canillas, para luego subir a la plazuela, donde
los esperaba Miguel Quintero montado en su caballo palomo para unirse a la cabalgata
organizada por Carmelo Solano y Aliro Conde, cabalgando por las empinadas calles
empedradas para disfrutar del encierro de madera y la embestida de vacas bravas
y matreras a uno que otro parroquiano ya borracho, que terminaba en el hospital
o el cementerio, ya qué era el sello de que las buenas fiestas.
Danielquintero47@gmail.com Finca
la Cuadra Firavitoba
Octubre 14 del 2013. | |||||||