NELSON PACHECO CLARO

Nació el 11 de septiembre de 1935. Adelantó sus estudios de educación primaria en la Escuela Urbana de La Playa de Belén y, posteriormente, entre 1948 y 1951, estudió en el Seminario Diocesano de la ciudad de Ocaña.

Después de su retiro del claustro religioso, se vinculó a los negocios de su padre, don Antonio Pacheco, quien tenía una importante empresa familiar, integrada por un almacén de textiles, una miscelánea, un salón de billares, una pesa, una tienda de comestibles, una tienda de granos y verduras, vehículos para servicios de transporte intermunicipal y tierras para el cultivo de cebolla.

Posteriormente, ocupó una curul en la Asamblea de Norte de Santander, durante un período como principal y en dos ocasiones como suplente. El 23 de marzo de 1979, por medio del Decreto No. 241, fue exaltado con el nombramiento de Alcalde Municipal de La Playa de Belén.

Durante largo tiempo ejerció la jefatura de un importante sector del partido conservador, acompañado por Arnulfo Arévalo, en Aspasica, Nicolás Celis Suescún, en La Vega de San Antonio y Jesús Ovallos Sepúlveda, en la cabecera municipal. Cultivó estrechos lazos de amistad con los principales dirigentes del conservatismo, especialmente, con los doctores Lucio Pabón Núñez, David Haddad Salcedo y Álvaro Arévalo Ferrero.

El 3 de mayo de 1961 contrajo matrimonio con Doña Ligia Pérez Durán, lamentablemente fallecida, cuando apenas contaba con 47 años de edad. Hijos: Martha Patricia, Jairo Nelson, Jorge Armando, María Constanza, Ligia Victoria y Juan Felipe.

El señor Pacheco se dedicó, posteriormente, a una empresa agropecuaria, instalada en el departamento del Cesar, y fijó su residencia en la ciudad de Ocaña, pero no olvidó sus lazos con la tierra de sus afectos, La Playa de Belén. Era un buen conversador, buen orador, interpretaba el tiple y la guitarra, y cantaba cuando se reunía con sus amigos.

Tuve la oportunidad de compartir gratamente, en varias ocasiones con él, en mis visitas a la ciudad de Ocaña. En el pasado, tuvimos algunas diferencias de carácter político, pero no interrumpimos nuestra vieja amistad.

Hace varios años, por quebrantos irreversibles de salud, que han causado dolor y angustia a su familia y amigos, fue trasladado a una clínica de Bogotá. Está en manos de Dios, bajo el cuidado amoroso de sus hijos y de sus hermanas.

Guido Pérez Arévalo, Cúcuta, 2 de julio de 2020