EL PARIENTE JUANCHO CLARO
Por Luis Mariano Claro Torrado
 



JUAN NEPOMUCENO CLARO BAYONA. 1898 - 1979. Nació en la Playa de Belén el 9 de octubre de 1898, hijo legítimo de Don Camilo Claro y Doña Laureana Bayona. Contrajo matrimonio a los 22 años con la agraciada señorita Carmela Franco, diez hijos engalanaron su hogar: Ramona, Efraín, Juan Bautista, Hilda, Lorenza, Adolfo, Romelia, Graciela, Leovigilda y Rodolfo; enviudó a sus 47 años.Tres años después, el amor tocó nuevamente su corazón y entre caminos de herradura, sobre su caballo bayo, al estilo oeste, acompañado de su hijo Juan Bautista recorrió veredas, fincas y pueblos vecinos, hasta conquistar a mi señora madre, Rosabel Torrado Claro, una bella joven de 17 años, con quien se unió en el sagrado vínculo del matrimonio, consolidando un nuevo hogar y diez hijos más, colmaron de felicidad la casa solariega en la finca "Bellavista" de la vereda "La Rosa Blanca"; allí, junto a mis hermanos Juan Abel, Ramona Yolima, Eucaris Maria, Cecilia, Bernardo Alonso, Elizabeth, Jesús Emiro, Maria Helena y Diomedes, crecimos entre cultivos de cebollas, tomates, maíz, papas y fríjoles.

Labrando la tierra aprendimos el valor del trabajo y nos forjamos como hombres y mujeres de bien; aún recuerdo sus palabras: "Hijo: Alzando cosas pesadas se hacen los hombres de bien". Se distinguió por ser un hombre campesino, trabajador, honesto, respetuoso y dicharachero, digno vástago de una raza altiva. Siempre llevaba el sombrero, que complementaba su figura quijotesca. Cariñosamente se le conoció como "El Pariente".

Una madrugada del Mes del Rosario (Octubre 1 de 1979), después de recibir la comunión entre cánticos y oraciones, mi padre descansó en la paz de Señor.

ANÉCDOTAS DEL PARIENTE

Recordemos algunas de las anécdotas que han hecho historia en reuniones de familiares y amigos.

- Un día estaba trabajando con mi padre, aporcando cebollas, él por una acequia y yo por la otra. Comentábamos sobre el cultivo de cebolla y sus plagas, él con su ironía y desparpajo dijo: "Esos astrónomos no hacen las cosas bien, son unos #&*% ladrones, desgraciados". Papá - le contesté, con mucho respeto: "Los astrónomos estudian los astros, como el sol, la luna y las estrellas, y los agrónomos estudian la agricultura e investigan la forma de combatir las plagas". Después de una larga discusión para convencerlo de lo contrario, dijo: "Y yo que te decía, pues agrónomos, gran pendejo". ¡Nunca perdía!

- Una vez, Don Benjamín Claro Ovallos le aconsejó a mi Papá, utilizar aguardiente alcanforado con marihuana para el dolor en los huesos; debía frotarse todas las noches para calmar los dolores reumáticos... Fue, entonces, cuando, ante la tentadora recomendación, consiguió los ingredientes, preparó el ungüento especializado y dio las instrucciones a doña Rosabel, su esposa, para frotarse todo el cuerpo, arroparse y así lograr un mayor efecto. Como a la media hora, mi mamá lo ve caminando por el patio de la casa y le dice: "Juancho... ¿Por qué no llevás las chanclas?", y él le respondió: "¿Para qué Chanclas, no ves que voy volando....?".

- Un día de las madres, llegó a mi casa un primo y le dijo a papá: "Buenos días, tío Juancho..." ¿Y Vos qué le ves de buenos? -le respondió.

Tío Juancho: "¿Me regala una rosa? mañana debo llevar una al colegio para celebrar el Día de la Madre". Él le respondió: "¿Y por qué no te ponés un bonche, gran pendejo...!!!".

- En el primer matrimonio, Graciela, mi hermana, era pretendida por Raúl Arévalo Claro, quien acostumbraba a visitarla por detrás de la casa... Un día fue sorprendido por mi padre y Raúl, asustado, le dijo: "Buenas noches, tío Juancho". Él le respondió: "Dale vuelta a la amapola, dale vuelta al perejil, si vos no tenés vergüenza, yo si tengo que sentir... y la entrada es por la puerta del frente!!!".

- En un diciembre, después de 22 años de no recibir visita de Hilda, mi hermana, siendo las 9 de la noche, entré emocionado a la habitación de mi padre y en voz alta le dije: "Papá, papá, papá... llegó Hilda"....!!! y él respondió: "Otra mierda más!!!".

 
 
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