| ||||||||||
Hijo de Pablo Carrascal y Flor María Claro. Hizo estudios de secundaria en el Colegio de José Eusebio Caro de Ocaña y en el San Pedro Claver de Bucaramanga, recibiéndose como abogado en la Universidad Libre de Cúcuta en 1980. Llevó a cabo estudios de pregrado en Derecho Penal y Criminología en la Universidad de Santo Tomás de Bucaramanga, y de Postgrado (1989-1990) en la Universidad Externado de Colombia y Autónoma de Bucaramanga. Entre 1983 y 1994, fue Juez Penal Municipal y Juez de Instrucción, así como Fiscal Seccional de la Fiscalía general de la Nación. Se ha desempeñado también como Personero, Contralor Municipal de Ocaña (1979-1980), y desde 1995, Asesor Jurídico del Ministerio de Transportes, seccional Ocaña. Fue miebro de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia SAYCO, desde 1995. En 1975, junto con sus hermanos Orlando y Alfonso, participó en la edición del L.P. --Ocaña, geografía del recuerdo?, trabajo éste que hizo conocer nacionalmente composiciones de su autoría, como los bambucos Muchacha de Torcoroma y La Muelellanto. Conformó el Trío Hacaritama con los artistas ocañeros Fernando García y --Chema? Páez, quienes dieron a conocer parte de su trabajo musical con el CD --Serenata a Ocaña? (1993). En este trabajo discográfico, destacamos composiciones musicales de relieve, como Alondra (bambuco), Cancionando una pena (vals), El principio y el fin (vals); así mismo, en 2000, dio a la luz pública el CD --Lo mejor de mi tierra?, que recoge piezas antológicas de la música vernácula. PRÓLOGO
A LA OBRA --TRAVESÍA INTERIOR?, DE CARLOS CARRASCAL CLARO Una vez más,
tengo el privilegio de referirme a la obra del compositor y poeta ocañero
Carlos Carrascal Claro que ha brotado, al igual que la primera, Travesía
Interior, de la urgente necesidad de dar a conocer los pálpitos del alma
y compartir con el lector las sensaciones que produce la tierra bienamada, el
hálito amoroso, la existencia incierta y la cruda realidad social. Para
nadie es un secreto que durante las últimas décadas, la poesía
colombiana ha bebido en las fuentes mefíticas de la violencia imperante;
el sonido de las balas, el ruido de las explosiones o el llanto de niños
y madres, se agrupan como oscuros nubarrones sobre el cielo de la patria. Los
poetas, los verdaderos poetas, no han sido ajenos al dolor y sus voces se han
elevado en constante plegaria para que cese la matanza y vuelva a brillar en el
horizonte la luz del Espíritu y la Paz. Por ello, los temas eternos del
poeta cobran cada día mayor significado reafirmando la fe en la vida y
en los hombres, pese a que, por momentos, todo parece conducirnos al vacío
de la nada. Carlos
Carrascal Claro es un ejemplo de los poetas que se sumergen en el caldo primigenio
de la vida para extraer de ella el llamado del recuerdo que impide la desaparición
de la memoria colectiva y de la identidad: --Cómo me apena verte/reloj
de mis ensueños/desvencijado triste y mudo de tic-tacs/cuando aún
mantenías la identidad/brillando y reluciendo sobre tu cara/y eras el cascabel
del bello parque/y absorto te miraba llenar con tu sonido/mi elemental ciudad?.
Hay un desfile de ritos, de certámenes culturales, de árboles, monumentos
históricos, lugares de encuentro cotidiano, ríos, barrios y personajes
que nos acercan a la materialidad cotidiana de la ciudad y, de paso, connotan
la vitalidad del espíritu que sigue tan vivo como ayer y que la poesía
recoge e interpreta. Por ello, una Semana Santa sigue siendo --Una madre que acompaña/transida
de dolor/en medio del gentío/y el sopor de las calles?; y las imponentes
ceibas de la plaza mayor, todavía son --Ceibas de mil recuerdos/castillos
vegetales?. El poeta, en esta obra que ahora nos entrega, ha querido rendir un
lírico homenaje al acervo patrimonial de su ciudad natal: Ocaña.
Por ello, la primera parte de su poemario está conformada por 25 cantos
impregnados de calles empedradas, de recogimiento religioso, de figuras cristalinas
que se deslizan por entre las ondas de los ríos Algodonal y Tejo, cuando
éstos aún refrescaban la ciudad con sus límpidos caudales.
Y están presentes también los espíritus de los viejos, como
La abuelita Socorro, --Menuda y frágil/como porcelana/con carácter
de hierro/y risa de campana?. La intención, pues, de la primera parte del
libro de Carlos Carrascal, no es otra cosa que la de conducir al lector en un
itinerario veloz antiguo y contemporáneo- por la geografía
arisca de Ocaña cuya síntesis es la montaña verde azul de
Torcoroma, --donde se esconde aún/bajo las sombras/el sonido del hacha/que
nos diera/ el canto/y la razón/de la esperanza?. LO AMOROSO, en la poesía
de Carlos Carrascal Claro, va unido a los efluvios musicales de guitarras que
se presienten en cada verso. Los recuerdos de amores adolescentes, de explosiones
pasionales, de angustias y perplejidades que sólo son capaces de sentir
los amantes, tienden a buscar ese cauce por el que hasta hace unos años
los ocañeros discurríamos en las horas nocturnas: la serenata. Por
ello, para la amada esquiva o melindrosa que olvida a veces que por las venas
del autor corre rauda la música, que vive entre notas y pentagramas y clavijas
y cuerdas y diapasones de guitarra, surge un dulce reproche en Tus celos con mi
guitarra: --Sientes celos porque quiero/mi compañera de congojas/pero ignoras
que sin ella/no serían tuyas tántas horas?. El amor, el sentimiento
romántico andino de Ocaña, está condensado en Nostalgia de
Serenata, bella evocación de los años mozos cuando noche tras noche,
las notas de los boleros inmortales llenaban con sus ecos las callejas antiguas
y se metían sin pedir permiso por entre las ventanas arrodilladas para
despertar a la amada: --Quien no se haya atrevido/a la embriagante cursilería
de una noche de serenata/se habrá perdido para siempre/beber en la copa
de los elegidos la pasión, el deseo/y el ansia sin fin de mil palabras
/?.
Retomando una de las temáticas de Travesía Interior, Carlos Carrascal
vuelve a adentrarse en los vericuetos existenciales de la reflexión. La
mirada interior ausculta la vivencia propia y se proyecta hacia el lector para
recordarle que más allá, cruzando los caminos de la duda y la incertidumbre,
brilla todavía el sol de la esperanza. Bajo esta introspección,
nacen los poemas: Camino seguro, Nociones tempranas, Tus interrogantes, Tarde,
Apenas una brizna al viento o Vive nada más. Todos ellos indagan, presienten,
buscan, sugieren o recomiendan algo a quien quiera escuchar. Al fin y al cabo,
el poema no pretende solucionar problemas o recetar pócimas para las dolencias
del alma. Sólo es una larga o corta misiva enviada a un destinatario anónimo
que tal vez se identifique con el autor: --Hoy me he puesto a charlar sencillamente/con
la fe elemental del carbonero/para que no se mueran mis palabras/sin haber escarbado/entre
el tintero/y haberme dicho sin que lo pregunten si ha valido mi vida? (Sentido
de la vida). OBRAS: Travesía Interior (poemas y canciones). Editorial Gutenberg, Ocaña, 2000; Breviario para profanos (poemario), 2006. Estas obras recogen, básicamente, cuatro aspectos temáticos que se mueven formalmente entre los cánones de las estructuras poéticas tradicionales y el verso libre usual en las facturas estéticas contemporáneas. Tales aspectos temáticos son: la tierra, el amor, reflexiones y la música. El deceso de nuestro querido amigo y colega, enluta hoy a toda la comunidad ocañera y nortesantandereana. Los mimbros de la Asociación de Escritores de la provincia de Ocaña y sur del Cesar, estamos de luto, al igual que toda la comunidad cultural regional. Nuestra voz de solidaridad y de condolencia para su eposa, hija, hermanos, amigos y familiares. | ||||||||||
http://www.laplayadebelen.org |