CARLOS FELIPE EN SU GRADO PROFESIONAL
Josefina Arévalo Claro

 

 

PIPE:

Hoy más que nunca me siento feliz, y satisfecha de sentir, que el amor y el esfuerzo que entregué en la educación de mis hijos dieron buenos resultados.

De nuevo estoy en una graduación profesional y es la tuya Pipe, a la cual he venido con el corazón pleno de felicidad, ya que el recorrido que hiciste para llegar hasta acá no fue fácil, tú lo sabes. Saliste muy rápido del hogar… tenias solo 15 años y mucha inseguridad. La incertidumbre fue grande, la preocupación mucho mayor pero confiaba en que junto a Carolina comenzarían a formarse como personas auténticas con la capacidad de tomar decisiones y especialmente el fortalecimiento de la personalidad.

Recuerdo tu primaria, en especial a Manuelito quien con su cariño estuvo presente en esta época de tu vida, te premiaba los fines de semana con hamburguesas cada vez que tu agenda llegaba con excelentes y te acompañaba en los partidos de fútbol en el Domingo Savio, y tus compañeros te preguntaban si era tu abuelo. Hoy le agradezco a él, el haber compartido con nosotros en esa época en la cual necesitábamos mucha fortaleza y cariño para seguir adelante.

Hay que recordar lo momentos difíciles, como el día que te dejé instalado en el apartamento de Bucaramanga junto a Carolina. No imaginas el día de mi regreso creo que ha sido uno de los más duros de mi vida; al salir del edificio con mi soledad y mirar hacia el balcón del apartamento y verlos a ustedes dos asomando sus caritas despidiéndome con la incertidumbre del futuro y la responsabilidad de una nueva vida solos. Muy seguramente en ese momento no alcanzabas a comprender el porqué te tocó dejar tu hogar, tu colegio y tu ciudad para empezar una nueva vida en otra parte y creo que aún no tienes la respuesta.

  

Todo quedó organizado, tu nueva vivienda, tu nuevo colegio, tu nueva vida; eras un niño con tarjeta debito, que muchos de tus nuevos compañeros envidiaban.

Debo reconocer que mi vida cambió a partir de ese momento. Volví a quedar sola, pero el deseo de que Carolina y tú fueran unas “buenas personas” me dieron el aliento y la fortaleza para seguir guiándolos con amor sin importar la distancia.

Académicamente estabas muy bien preparado y el enfrentarte a un nuevo colegio lleno de abolengos no fue ningún problema, te graduaste con el mínimo esfuerzo pero recordando a tu verdadero colegio El Calasanz de Cúcuta.

Una de las cosas significativas, ha sido tu viaje a Boston. Creo que aprendiste dos idiomas: el inglés y el venezolano. Fortaleciste el valor de la amistad con varios de tus compañeros, que aún siguen unidos compartiendo las vivencias que tuvieron en esa linda experiencia. No obstante, hay un punto que no se puede pasar por alto y fue la vinculación a la Universidad sin que estuvieras enterado. Como mamá, deseaba tenerte unos días conmigo, pero la acertada decisión de Carlos matriculándote, a pesar de que llegarías un mes después del inicio de clases, hoy día la estamos celebrando.Te acuerdas? fue muy difícil para ti aceptarlo, pero el oportuno consejo de tu amigo Julián te indicó el camino que debías seguir y que hoy culminas exitosamente.

Lo que siguió después fue estudio, fiestas, novias, amigas, amigos. Lo normal de un Universitario, pero eso sí, cumpliendo con todas las responsabilidades.

Este es el año de las celebraciones, el matrimonio de Caro con una excelente persona, como lo es Beto y tu grado como profesional. No puedo dejar de recordar a tu papá, en su época universitaria se empeñó en graduarse justo en el tiempo reglamentario de la carrera y tu hiciste lo mismo, se repitió la historia.

Me siento feliz porque cumplí, como toda mamá, con mis fortalezas y mis debilidades, con mis errores y mis aciertos. Pero con la seguridad de que todo lo hice con mucho amor. Me alegro por ti, me alegro de que tengas la oportunidad de formarte como profesional, me alegro de la comunicación y la relación afectiva que tienes con Carlos y con Carolina. Me alegro de estar compartiendo contigo estos momentos y por todo eso le doy gracias a Dios, a la vida, por darme tan preciosos regalos.

Lamento profundamente que tu abuelo Emiro, tu abuela Clarita no estén con nosotros, pero estoy segura que estarán en tu corazón, especialmente Compita que había prometido estar presente este día.

Solo te pido que seas tolerante, leal, justo, bondadoso, honesto, y firme en las decisiones. Tener coherencia en lo que se dice y lo que se hace. Acuérdate de esta frase “hay que serlo y parecerlo”.

Algún día tendrás hijos y seguramente querrás leerles el siguiente artículo:

"Hay un período en el que los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos; es que ellos crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes.

"Crecen sin pedir permiso a la vida, con una estridencia alegre y a veces, con alardeada arrogancia. Pero NO crecen todos los días; crecen de repente.

"Un día, se sientan cerca tuyo y con increíble naturalidad, te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura, hasta ayer en pañales y pasitos temblorosos e inseguros, creció. ¿Cuándo creció que no lo percibiste?...

"¿Dónde quedaron las fiestas infantiles, los juegos en la arena, los cumpleaños con payasos?

"Crecieron en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

"Ahora estas ahí, en la puerta de la discoteca, esperando ansioso, no sólo que no crezca, sino que aparezca...

"Allí están muchos padres al volante, esperando que salgan zumbando sobre patines, con sus pelos largos y sueltos. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas; en las esquinas, con el uniforme de su generación y sus incómodas mochilas en la espalda.

"Y aquí estamos nosotros, con el pelo cano... Y son nuestros hijos; los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas cosechas de paz, de las malas noticias y las dictaduras de las horas.

"Ellos crecieron observando y aprendiendo con nuestros errores y nuestros aciertos; principalmente con los errores que esperamos no repitan...

"Hay un período en que los padres vamos quedando huérfanos de hijos; ya no los buscamos en las puertas de las discotecas y los cines. Pasó el tiempo del piano, el fútbol, el ballet, la natación... Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas. Algunos, deberíamos haber ido más junto a su cama, a la noche, para oír su alma respirando, conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia; y cuando fueron adolescentes, a los cubrecamas de aquellas piezas cubiertas de calcomanías, posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

"Pero, crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto. Al principio nos acompañaban al campo, a piscinas y reuniones de conocidos. Navidad y Pascuas compartidas. Y había peleas en el auto por la ventana, los pedidos de chiclets y la música de moda. Después llegó el tiempo en que viajar con los padres se transformó en esfuerzo y sufrimiento: no podían dejar a sus amigos y a sus primeros amores. Y quedamos los padres exiliados de los hijos. Teníamos la soledad que siempre habíamos deseado...

"Y nos llegó el momento en que sólo miramos de lejos, algunos, en silencio, y esperamos que elijan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible. Deseamos con todo nuestro amor que alcancen sus metas, que aprendan de sus errores pero ante todo deseamos con todo el corazón que sean felices".

Te quiero mucho: TU MAMI, Josefina

Bucaramanga Julio 14/2006

 

  
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