SAUDADES
Fray Campo Elías Claro

LEJOS DE TI

Lejos de ti,
junto al mar,
lejos de ti,
lloraré!
Lloraré
con mis penas,
mis planes frustrados,
mi soledad,
perdidos ensueños
cual olas amargas
que engulle la mar!

Lejos de ti,
junto al mar,
lejos de ti,
lloraré!
Lloraré
con las olas marinas,
sin cantos ni luces,
la oscuridad,
que envuelve mi alma
cual negros presagios
de la tempestad.

Lejos de ti,
junto al mar,
lejos de ti,
moriré!
Moriré,

soñando en tus ojos,
abismos de amores,
de felicidad;
echando en olvido
las blancas espumas
de alegre pleamar!
Lejos de ti,
junto al mar,
lejos de ti,
qué dolor!
Qué dolor,
la noche estrellada,
los puertos alegres
y el amanecer!
Qué tristes los barcos,
las blancas gaviotas
de dulce vaivén!
Lejos de ti,
junto al mar,
lejos de ti,
moriré...

Canción  en homenaje a nuestra querida mamá María Jóvita Carrascal de Claro. La compuse en Chiquinquirá el 22 de abril en la noche del año 1979. Es inédita.

QUE SERA DE TI?

  Qué será de tí?
  Qué será de tí?
  en el amor?
  Qué será de tí
  en mi canción?
  Qué será de tí
  en mi ilusión
  del corazón?

Barcos que se miran de lejos,
luces que destellan distantes,
sueños de pechos amantes
que brillan con tristes reflejos.

  Qué será de tí
  en el dolor?
  Qué será de tí
  en mi canción?
  Qué será de tí
  en el dolor
  del corazón?

Hojas que dispersa el viento,
flores que marchita el sol,
breve y lánguido rumor,
canto que expresa mi lamento!!!

Hojas de otoño que dispersa el cierzo;
rosas marchitas, olivos secos,
que destroza y mata el aquilón;
olvido y muerte, sin luz ni amor!!!

(Canción escrita en una tarde triste de Chiquinquirá)

CANCION DEL PEREGRINO

De un país que descuella en la historia,
cual columna de Fe y de Paz,
vengo yo a postrarme a tus plantas,
Virgen Reina de Chiquinquirá.

Y te traigo la voz y el mensaje
de San Pedro y la Roma eternal,
que te exaltan y elevan tu nombre
como un astro de lumbre estelar.

Soy Wojtyla, Vicario de Cristo,
que te reza cordial oración,
implorando la paz y concordia
de esta patria que ama el Señor.

Mi canción  es paloma que vuela
hacia el trono de gracia y bondad
de tu Imagen sagrada y bendita,
prez y luz de Colombia inmortal.

De mi patria querida, Polonia,
es trasunto mi dulce canción;
todo tuyo es mi ser y mi vida,
todo tuyo mi fiel corazón.

Virgen Santa, Amor de Colombia,
Virgen Reina de Chiquinquirá,
yo te canto y venero tu imagen
como Cristo amó tu beldad.

Dame dicha después de esta lucha
por mi Dios, por tu amor y la paz;
da a Colombia tus dones preciosos:
la justicia, la serenidad.

Para cantar a la llegada del Romano Pontífice Juan Pablo II a esta Ciudad Mariana de Chiquinquirá. (Mayo 20 de  1985)

Guabina a la Virgen de Chiquinquirá

(Homenaje a la Reina de Colombia en el
Cuarto Centenario de su Renovación)

Estribillo:

Ayayayay!, mi morena,
ayayayay!, mi encanto,
ayayayay!, del Rosario
Virgen de Chiquinquirá!

Estrofas:

En mis penas voy buscando
los luceros de tus ojos,
en mis penas y sollozos
eres lumbre de mi vida.

Eres lumbre de mi vida,
eres dulzor de panales
y eres remedio a mis males
en la noche de mis penas.

En la noche de mis penas
y en las horas de amargura
vierte tu rostro dulzura
cual estrella bienhechora.

Cual estrella bienhechora
brillan tus ojos divinos,
alumbrando mis caminos
con tus luces y mercedes.
Con tus luces y mercedes
vierte tu rostro dulzura,
convirtiendo la amargura
en el dulzor de las mieles.

En el dulzor de las mieles
cambias mis hondas congojas,
las disipas cual las hojas
que el cierzo abate y dispersa.

ROSARITO BLANCO DE MI MADRE

Rosarito blanco de mi madre amada,
santo relicario de amor y piedad;
Rosarito blanco, copa de oraciones,
llena de ternuras, de luz y de paz.

Rosarito blanco de mi madre amada,
siempre su consuelo en la soledad;
Rosarito blanco de mi madre amada,
cofre de mil gracias de amor inmortal.

Rosarito blanco de mi madre amada
que evocas las horas de mi dulce hogar;
que evocas las horas tan breves y bellas,
tan breves y bellas de felicidad!

Rosarito blanco de mi madre amada,
sé tú para mi alma mi suave fanal,
que disipes siempre las sombras y dudas,
que me libres siempre de toda maldad.

Rosarito blanco de mi madre amada,
en el duro trance de la hora mortal,
cuando se obscurezcan las dichas terrenas,
la ventura dame del mundo eternal.

La Playa, mayo de 1972

El Ave del Santuario de Chiquinquirá

  Coro:
 
  Oh rosa del Cielo,
  oh mística flor:
  te aclama Colombia
  por Reina de amor.
  Ave, ave, ave, María...

Estrofas:

En rústico lienzo
  tu Imagen brilló
  cual bella esperanza
  de nuestra nación.

  Renuevas tu Imagen
  con luces de sol;
  tu rostro fulgura
  con rayos de amor.

  Tus manos difunden
  los dones de Dios;
  tus ojos consuelan
  la pena y dolor.

  El pobre y el triste
  movidos por Dios,
  te gritan su pena
  con honda emoción.

  Y llevas al alma
  raudales de luz,
  destellos vitales
  del dulce Jesús.

  Chiquinqurá te pide
  en suave oración
  la paz de sus gentes
  y tu bendición.

  Que des a sus pueblos
  la felicidad,
  la dicha que brinda
  tu amor maternal.

  Oh trono de gracias,
  oh fuente, oh mar
  de luz y consuelos,
  disipa el penar.

  Y danos la gloria
  de perseverar;
  corona los triunfos
  después de luchar.

HIMNO A TEORAMA

Coro:

Tierra noble, gentil y valiente,
es Teorama hogar del amor,
do se yergue invicto y pujante
el progreso tras recia labor.

Estrofas:

Amplias casas, colinas de ensueño,
tierra buena que alegra el Señor
con tus bosques, la piña y café,
con tus gentes de gran corazón.

Tus destinos bendice, amorosa,
la de gracia morada sin par,
Dulce Madre de Dios y del hombre,
que te orienta con luz celestial.

San Isidro protege tus huertas,
do se acendra de caña el dulzor,
y el maíz, el cacao y el plátano,
con las frutas de grato sabor.

Oh Teorama, de luz y belleza
dulce y suave fulgor estelar:
que tus hijos prosperen doquiera
con los triunfos de fe y verdad!

Que en los campos de ciencia y cultura
sea Teorama un rico plantel
de letrados, ingenios y sabios.

HIMNO PARA LAS HERMANAS
DOMINICAS DEL ROSARIO PERPETUO


Luz del cielo, rosal de María,
dulce aroma de un bello jardín,
es plegaria el Rosario, ambrosía
de las almas que buscan su fin.

En un mundo de odios y horror,
que se abisma en tétrico mar,
el Rosario nos salva con Dios
que disipa las huestes del mal.

El dolor y la pena y el llanto
que atenaza la vida mortal,
con sus preces de célico encanto
fortalece con fuerza inmortal.

Rosaristas, de santos anhelos,
dulces novias del Dios del amor,
abrazad el Rosario con celos
que enardezcan el fiel corazón.

Rosaristas, ofrendas amadas
por un Dios que murió en la Cruz,
el Rosario rezad perfumadas
por las rosas de amor y de luz.

Rosaristas, amando el Rosario,
meditando su bella Verdad,
serviréis al Dios del Santuario
con los votos de fiel santidad.

De Domingo sois hijas amadas,
del Virgínio Patriarca Guzmán;
sus vestigios seguid, encantadas,
hacia el Reino de luz inmortal.

Rosaristas, rezad el Rosario
por la Orden de Luz y Verdad;
difundidlo cual rico incensario
de perfumes de esencia inmortal.

Si la muerte nos siega inclemente,
destrozando esperanza, ilusión,
el Rosario rezad lentamente,
aunque cruja el cruel aquilón.

Por el triste cantor de estos versos,
por su hermano que ya terminó,
el Rosario rezad cual los tersos,
dulces sones de una canción.

(Versos que escribí entre lágrimas en el Convento de San Alberto, Bogotá, en la madrugada del 28 de octubre, pensando en mi hermano muerto el 25 de octubre de 1980).

HIMNO DE LA RESTAURACION


Hoy, de nuevo, las almas exulten
al recuerdo del fúlgido ayer;
de Domingo las huestes gloriosas
hoy renueven su prístina fe.

El turbión de los hados adversos
disipó nuestra grey y heredad;
mas el cielo que todo lo alcanza
restauró nuestra causa inmortal.

Fue la Virgen la rútila Estrella,
fue su amor nuestra lumbre vital,
cuando vino la recia tormenta
con sus sombras y racha letal.

Y es la Virgen, remanso de gracias,
nuestro albergue y fecundo hontanar,
do se acendran las fuerzas del alma
y el anhelo de siempre triunfar.

Orden bella, señora del tiempo,
bajo el signo feliz de la Cruz,
tus pendones extiende invencible.

Magnifique la historia tu nombre;
y perdure en el bronce inmortal
el prestigio que brinda la fama
al que lucha y sabe triunfar.

En la lucha y palenque del mundo
sea tu fuerza la eterna verdad;
bajo el sol de tu imperio divino
lidia y vence las huestes del mal.

No es tu sino bajel que naufraga
"a los golpes del sórdido azar;"
es aurora de luz inexhausta,
faro insomne de la eternidad.

Con motivo del Cincuentenario de la Restauración de la Provincia Dominicana de San Luis Bertrán de Colombia, año de 1960.

Bailando la ronda...

Bailando la ronda vamos,
Virgen de Chiquinquirá,
a contarte nuestros sueños
de candor, gracia y paz.

Somos gentes del futuro,
Virgen de Chiquinquirá,
escucha nuestros clamores
de fe, justicia y verdad.

Bien sabemos que nos amas,
Virgen de Chiquinquirá,
tu RENOVACION es prenda
de tu amparo maternal...

Bailando la ronda vamos,
vamos cantando tu amor,
vamos mirando tu Imagen,
de los cielos un fulgor.

Letra y música para una ronda que se llevó a cabo en el atrio de la Basílica en honor a la Virgen de Chiquinquirá. Julio 17 de 1985.

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