El
ingeniero civil, Aristides Arévalo Franco, nos ha enviado las páginas
escaneadas de una revista dedicada a Aspasica, editada en noviembre de 1960, con
datos históricos y notables personajes de la época. En los créditos
aparecen Neira Quintero y Mattos Núñez. A Gabriel Neira Quintero
lo recordamos como concejal de Ocaña, diputado a la Asamblea de Norte de
Santander, representante a la Cámara, historiador, académico y periodista.
Publicó varios
periódicos y algunas revistas; entre las últimas, Servicios Culturales,
la cual ha generado esta anécdota comarcana. Aristides
arribó a Aspasica acompañado de su primo Pacho Pérez Arévalo,
aficionado a la genealogía y coleccionista de viejos documentos. En su
recorrido por las coloniales calles del corregimiento toparon con Toño
Castilla con quien armaron una charla de viejos amigos. Seguramente se atravesó
alguna copita de aguardiente, yo no sé, pero había suficientes motivos.
Aristides guarda los
mejores recuerdos de la nfancia en aquella villa, que el cura Elías llamaba
su Castel Gandolfo (palacio o castillo de vacaciones del Papa), porque allí
corrieron los primeros años de su familia. Y así, entre copa y charla,
apareció la historia de una revista, celosamente guardada por un campesino
de la vecindad, cuyo nombre se negó a soltar el anfitrión. Estaban
en la tienda de la esquina, por donde pasan los carros que van para Hacarí
y los que regresan a la cabecera municipal. Algunos jinetes saludaban efusivamente
y no faltaba el parrillero de una moto que levantaba con afecto una de sus manos
o lanzaba al aire un sonoro silbido para que lo vieran. Las muchachas bajaban
y subían por el sardinel de enfrente y los traviesos primos coqueteaban
a pesar de sus compromisos conyugales. Mataban
el tiempo, porque Toño fungía de intermediario, en algún
lugar del hermoso entorno aspasiquero, para obtener prestada la reliquia impresa.
"Es el único ejemplar que se
conserva en la provincia", aseguró Toño cuando regresó
con el trofeo. En Ocaña, Ana María Garzón Arévalo
le hizo algunas reparaciones a su encuadernación. Esta
es, en breves palabras, la historia de la presentación de "Servicios
culturales". |