A GOLPE DE VERSOS
A
lonso Velásquez Claro (Nano)

ALBA LUZ

Tu tienes más de la ternura necesaria
para divinizar el lodo que mancilla
el corazón de los malvados.

Tu tienes en los ojos más nostalgia
que la mia cuando espero un imposible,
fruto maduro de mis horas amargas.

Y tienes en las manos la caricia que imita
la dulce suavidad de un capullo nevado
o el lirio estremecido por una tenue brisa.

Tu tienes en el rostro la belleza que hiciera
dichoso a quel poeta que de antaño cantara
la belleza insondable de su musa hechicera.

Tu tienes los cabellos dormidos en la frente
igual que una diadema de laureles eternos,
y esos ojos azules de luz resplandeciente.

Tu tienes en los labios la palabra que salva,
la palabra que endulza mi acerado dolor,
el dolor de la ausencia tenebrosa y amarga.

Con tu manera ingenua de mirar a los ojos
le das a la esperanza un matiz de alegría
y el alma se delata en forma de sonrojo.

Por tu ternura grande que diviniza el lodo,
por la caricia experta que tus manos imitan,
por la extraña belleza que delata tu rostro.

Por tus labios que salvan, tus cabellos dormidos,
por la fértil palabra que mi dolor mitiga
y por tu edad tan fresca como suave rocío.

Por esos atributos que juntos te hacen bella
y le imprimen a tu alma su mágico color,
recibe el homenaje de quien te cree una estrella.
y humilde te regala su grata admiración.

Ocaña, Mayo 11/1977- COLCARO

NUBES

Se entrelazan, se cruzan, se aprisionan,
se tuercen cual serpientes, enredadas;
se esparcen por el cielo cual palomas
que buscan imposibles en la nada.

Se tornan oscuras después de ser muy blancas
y se asientan sobre el monte y sobre lomas,
listas a descargar sobre la tierra
la vida, en forma de granizo y agua.

... De pronto... el cielo se abre con estruendo tanto
que todos buscan con temor, refugio.
Las nubes lanzan sus lluvias sobre el mundo
alimentando mares, penínsulas y lagos.

Después viene la calma, las nubes se disuelven
cual volutas de humo sobre el firmamento.
Cesa la brisa y los campos se convierten
en un jardín gigante floreciendo...

Yo fascinado ante este gran milagro
prodigio de mi Dios, dado a la tierra,
rubriqué mi alegría con este canto,
fruto además de innúmeras tristezas.

Ocaña, Junio 3 de 1977-COLCARO

PENSAR OYENDO

Por las calles desiertas de mi pueblo dormido,
la música nostálgica de un antiguo parlante
se desliza en cadencia con sus dulces sonidos,
despertando ilusiones con sus notas galantes.
Rescatando el recuerdo de broncos «estoraques»,
guardaespaldas celestes de antiguas remembranzas,
esta música leve, como hierro quemante,
se envuelve en mis sentidos hasta herirme en el alma.
¡Ay, quién pudiera detener esta música!
que fue sonda insondable de un ayer olvidado,
de un ayer tan unido a esta tarde tan rústica,
semblanza de un recuerdo hermoso del pasado.
Este parque, estos bancos de esmaltado concreto;
estos pinos verdosos de blondas cabelleras,
conservan en custodia los extraños secretos
de mis noches de niño mirando a las estrellas!
¡Quien pudiera con música detener el presente
e ir hasta el pasado para matar el tiempo;
olvidar que hay olvido y vivir para siempre
bajo el suave aromar de un jardín floreciendo!
¡Quién pudiera con música resucitar mi pueblo
que se ha muerto, tirado sobre un fango de llanto;
pero todo es inútil, «el pasado es eterno»
y con él no ha podido ni lo tierno del canto!

La música prosigue y siento que no puedo
contra el rio de recuerdos que se desborda en mí,
pero a pesar de todo, presiento que no ha muerto
la hermosa perspectiva de un futuro feliz.
¡Oh Playa, ante tus plantas me inclino en esta tarde
para ofrecerte un canto de fe y admiración:
a tu lozana estampa regalo mis cantares,
y a tu alma sempiterna mi filial devoción...!!!

La Playa de Belén, Julio 7 de 1977

LA FLAUTISTA

Con mi más grande afecto para el grupo musical «Son del Pueblo»,
especialmente para «Lúe», la belleza rebelde y su flauta de amor,
mensajeros del fervor revolucionario...

Los ojos fijos en el infinito,
lánguido el rostro, la flautista,
en vez de notas derramaba un brillo
de libertad, ternura y sacrificio.

Sus manos eran blancas, de alabastro.
Venía del corazón de La Guajira;
veloz brotaba de su pecho el canto,
como un torrente de plácida armonía.

Una aureola de pureza ella llevaba
y de sus dedos mágicos salían
«Los Cantos del Cañal y de la Huelga»
que hacerla más hermosa parecían.

Sus ojos tristes, su mirada ausente
y de nuevo su flauta melodiosa,
arrancaban del alma de la gente
el hondo anhelo del fusil o de la rosa.

Mientras el grupo majestuosamente
vertía sus notas al cálido recinto,
ella complementaba aquel ambiente
con la voz de su flauta y de su grito.

La miré y la miré: mudo testigo.
Aún la recuerdo en mis desvelos.
Nos dejó su «protesta» como un hijo,
y su flauta de amor como Evangelio..!

Ocaña, Agosto 3 de 1977- COLCARO

MEMORIAS DE UN OLVIDO

Yo sé que se olvidó, ya no se acuerda
de todo aquello que juntos conocimos:
el fértil suelo de mi hermosa tierra
y los paisajes que a su paso vimos.

Las casitas de paja, como espectros blancos
que a nuestro paso abrirse parecían.
Los caminos sin voz que soportaron
el dulce peso de su cuerpo-brisa.

Los legendarios y enhiestos Estoraques,
mudos testigos de un amor sublime,
fueron los cómplices de aquella tarde
en que al besarnos nos sentimos tristes.

Los castillos de ensueño que forjamos,
se convirtieron en sueños imposibles.
En dos seres sin tiempo nos tornamos,
sin amor, frustrados e insensibles.

Una noche se fué, en plena luna llena,
dejándome muriendo esta vida que vivo;
por eso la estatura de mi pena es inmensa,
por eso en mi tristeza se retrata su olvido...

Ocaña, Septiembre 7 de 1977-COLCARO