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abajo del CIELO Nuestra familia, Barriga. Desde 1853 hasta 2008 | ||
ALFREDO
BARRIGA IBÁÑEZ | ||
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-Teniendo como punto de partida al primer abuelo, Ángel Ricardo Barriga, el presente ensayo también recordó a sus hijos, Honorato, Verardo, Eugenio, Sixto, Campo Elías, José del Carmen, María Gracia, Ricaurte y Gilberto. De ellos y de algunos miembros de su descendencia, con excepción de la de Campo Elías por haber sido asesinado en la Guerra de Los Mil Días, se enunciaron sus desempeños y valores en una interrelación con la sociedad y el tiempo en que existieron. En torno al número de años vividos y la causa de sus decesos, es conveniente recordar que, en su orden, aconteció lo siguiente: 1.
El abuelo Ángel Ricardo no murió viejo, aproximadamente a los 54
años. ¿De qué murió?. No se sabe, pues el "Registro
de Defunción" no lo señala. Todo lo que se indique corresponde
a "Conjeturas". Podría decirse que, de acuerdo con lo acaecido
a varios miembros de su descendencia, murió del corazón. Eso que
la gente denomina como "¡De Repente!", pudo haberle pasado, pues
el día y año de su fallecimiento, 7 de octubre de 1907, se desempeñaba
como "Juez" en la población de Ábrego. Los años
vividos y la causa de la muerte sí puede precisarse en sus hijos: En torno a lo expuesto, se puede concluir que hay una constante como causa de la muerte en múltiples miembros de nuestra familia: El Corazón y su relación con el tabaco; y lo más sorprendente aún, en una edad decepcionante por lo incompleta. Pero también existe una realidad que reconforta: la ciencia actual ha obtenido conquistas en torno a su tratamiento y recuperación. Ello es un estímulo para prolongar la existencia. De manera, pues, que las recomendaciones no sobran. ¿Grasas?: ¡Las indispensables para la salud!. ¿Cigarrillos?: ¡Jamás!; (El cigarrillo era el mejor amigo de los familiares que murieron del corazón. En él está la verdadera causa, según lo expresan científicos de la medicina). ¿Alcohol?: ¡Sólo para los perfumes!. ¿Ejercicio?: ¡Constante, incluido el de la cama, y ojala con aspirina diaria!. ¿Estrés?, ¡Regalarlo a los turistas!. ¡Ah!; ¿Y la rabia?: ¡Dejémosla para los notarios y los barberos!. Y si de pronto llega un dolorcito en el pecho, acompañado de insuficiencia en la respiración, dolor que se extiende al brazo izquierdo para ascender luego al cuello y la quijada: ¡Al médico!. La naturaleza es bella; y para disfrutarla, es mejor con salud envidiable. -El nombre más común y abundante: María. Es la cuota de un cariño que se rinde al recuerdo de un ancestro: María de los Ángeles León, en su nexo, suegra de Ángel Ricardo Barriga. No obstante, sobre el abuelo, personaje con quien se inicia el presente estudio, sólo hay dos descendientes que llevan su nombre: Ángel Ricardo Barriga Ibáñez y Ángel Ricardo Solano Sanguino, bisnieto de María Gracia Barriga Pérez. -Como
equivalencia de lo anterior, se hace indispensable concluir que el nombre "Sixto"
es frecuente en dos ramas del árbol genealógico, la del tío
Sixto Barriga Pérez y la de Gilberto Barriga Pérez, en cuyas descendencias
existen no pocos integrantes con similar denominación. Aparece, entonces,
la siguiente alusión de carácter histórica; y ella, con el
fin de estimular una inquietud que termine averiguando la realidad, aquella que
perennemente recordaba la tía María y que nosotros, por ser jóvenes
y estar pendientes de trivialidades, no poníamos el interés necesario.
Se trata de: -Confieso
que sentí grandes emociones, no sólo investigando datos sino redactándolos
objetivamente en el presente ensayo. La forma como fui tratado por familiares
de las generaciones actuales fue excelente. Hubo inmensa colaboración en
sus relatos y en el préstamo de bellas fotografías. Gracias a todos
ellos. El estudio, como se aprecia, se tituló: "MÁS ABAJO DEL
CIELO", para hacer alusión a una frase similar que exclamaba la tía
María ("Tía Ía"), al preguntársele por el
lugar en donde quedaba Aspasica, en el Norte de Santander donde nacieron nuestros
primeros abuelos. No obstante, si fuera por el estímulo común en
nuestra parentela, el amor, causante de tantos hijos; este estudio debiera justamente
llamarse: "¡MÁS ABAJO DEL OMBLIGO!". Y si fuera por la
causa de muchas muertes, mejor titularlo así: "¡ABAJO EL CIGARRILLO!,
¡VIVA EL CORAZÓN!". Alfredo
Barriga Ibáñez. Por su colaboración en la lectura y corrección; así mismo por la elaboración del Prólogo para la presente obra, con gratitud evoco el nombre de Raúl Sánchez Acosta, pintor, educador, poeta, y, en mi concepto, el mejor escritor del Departamento Norte de Santander. Apreciado
familiar, o amigo lector:
FIN | ||