ALFONSO LOBO AMAYA - Premio Nacional de Literatura Infantil

AUTOCONOCIMIENTO 18. La mente son los pensamientos. La mente, en el ser humano, no es otra cosa que los pensamientos. Así como una tela es sólo una trama de hilos, la mente es igualmente una trama de pensamientos. La mente y el Ego es lo mismo. Ego = Mente.

MENTE Y EGO

Cuando se ostenta un puesto de poder o se pasa por una efímera situación de bienestar ¡Hay que tener cuidado con el Ego-mente que crece como espuma!, y que, obnubilado por el éxito, distorsiona la razón, nubla la visión, distorsiona los argumentos, degradando a los demás. Es el Ego que mira por encima del hombro, creyendo siempre tener la razón y que los demás están equivocados.

Es el Ego de la soberbia, que se cree más que los demás, típico de una mente enfermiza, contaminada con el virus de altura, obnubilada por la hipnosis del dinero, la arrogancia del poder, la prepotencia de los apellidos de nobleza y de los títulos académicos.

Estar bien en un momento dado, es tan ilusorio como estar mal. El Ego piensa que siempre va ser así; ¡Ambas situaciones son totalmente ilusorias!

  

Estar bien en un momento es tan ilusorio como estar mal, porque ambos estados son efímeros. Todo buen momento (el cuarto de hora) o todo mal momento, ¡también pasarán! Cuando estés viviendo una de estas situaciones nunca olvides repetirte: ¡Esto también pasará!...

¡Todo en la vida es efímero! Lo único constante es el cambio. Todo está en permanente cambio; el proceso evolutivo es permanente e irreversible. Desde una minúscula célula hasta una estrella en el cielo están cambiando segundo a segundo. Todo en la vida es sólo vanidad del momento, entonces ¡A qué tanta arrogancia con el éxito!

El Ego avaro, nunca está contento con lo que tiene, siempre queriendo tener más y más, y entre más tiene más desea; es un mago en la multiplicación de deseos. Este Ego lleva al ser humano a la explotación inmisericorde de los pobres, a la ruina espiritual del ser humano, a la desigualdad social y muerte de millones de personas en guerras, a la destrucción del medio ambiente y al bloqueo del desarrollo interno.

Este Ego es autor del apego enfermizo de lo “mío” y “tuyo”, posesivos que esclavizan, dividen y limitan al ser humano, engañándolo al hacerle creer que la felicidad está en la adquisición de bienes, títulos, puestos de poder, dinero y riquezas. Que cuando son mal habidas que traen consecuencias desastrosas.

Aún cerca de la muerte, este Ego codicioso, le sucede lo del sapo que, atrapado entre los colmillos de una serpiente, todavía estira la lengua para atrapar un insecto por aquí, una mosca por allá. Es la alegoría del hombre viejo queriendo ganar la lotería para satisfacer aquellos deseos insatisfechos.


Alfonso Lobo Amaya (LOBITO)

Escritor - Matemático.
lobitoamaya@hotmail.com

Noviembre 15 de 2019

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