ALFONSO LOBO AMAYA - Premio Nacional de Literatura Infantil

¡DÉJA FLUIR LA VIDA¡

AUTOCONOCIMIENTO 22. "Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana".

Cada día, la gente, al levantarse, se para frente al espejo a cepillarse los dientes y a acicalar el ego, entonces la mente divaga por el laberinto de pensamientos repetidos, de ayeres dolorosos, reviviendo resentimientos enquistados y anhelando épocas felices, comparando experiencias pasadas, para concluir que “aquellos tiempos eran mejores”.


Pareces un pez en un acuario, que todos los días nada en la misma agua (los mismos pensamientos) y no va a ninguna parte.

Cuáles lunas de Júpiter o corchos en un remolino, todos los días tienes los mismos pensamientos, girando alrededor de tu cabeza, sobre lo que hizo, sobre lo que se dejó de hacer y sobre lo que hará. Actividad mental, esta, que determinará tu clima interno para sentirte entusiasta, optimista, frustrado o depresivo, porque ¡como piensas sufres! ¡Dime como piensas y te diré como sufres!

Y como no tienes el hilo de Ariadna para salir del laberinto conceptual, de la encerrona mental, todos los días regurgitas los mismos pensamientos, en un juego psicológico de querer y no poder, de anhelar y no conseguir, de planear y no realizar, que cual suplicio de Tántalo baja la cabeza y no alcanza el agua de la vida y estira la mandíbula y no puede morder lo que desea, entonces sufres porque temes perder lo que tienes, sufres porque desesperas no alcanzar lo que planeaste, sufres porque no pudor hacer lo que quisiste hacer y sufres al sentirte culpable por todo lo que hubieras hecho.

Así, cada día que pasa, el cuerpo envejece, la mente endurece y la salud se deteriora, y en esta encerrona mental, te pierdes por recovecos imaginarios sin hallar salidas, lo que finalmente hace que te llenes de temor y de miedo; pirañas silenciosas, estas, que carcomen las entrañas, y antes de morir exclamarás: ¡Qué estúpido he sido al buscar en la cabeza lo que estaba en el corazón! ¡Al buscar afuera lo que estaba dentro de mí!

¡No eches en tu mochila las piedras con las que tropiezas por el camino porque el viaje se vuelve lento, pesado y agotador! ¡Deja los resentimientos en las orillas del ayer no lo traigas al presente! ¡Deja tus temores en el futuro, no los traigas al ahora! ¡Deja fluir el agua porque si se estanca, se empoza y huele mal!

¡Deja fluir la vida! ¡Deja ir lo que se tiene que ir y acepta lo que llega con cada día! De este cuerpo se fue la niñez, la adolescencia y la adultez ¡suéltalos! y deja llegar lo que tiene que llegar: la vejez, la enfermedad, el desencanto. ¡Acepta lo que trae cada nuevo día y no pongas “peros” …! porque se apilan y huelen mal!

Así que si quieres paz mental: ¡Deja fluir los pensamientos!, no te detengas en ninguno de ellos! Es como estar en la playa viendo fluir las olas: sin clasificarlas, ni compararlas, ni degradarlas, ni criticarlas; ¡O como cuando estás parado sobre un puente peatonal viendo fluir los carros …! sin detenerte en ninguno de ellos!

Esta dinámica espiritual se llama PRESENCIACIÓN.

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Texto del libro LA VIDA ES COMO ES.
Alfonso Lobo Amaya. Marzo 23 del 2020


Alfonso Lobo Amaya (LOBITO)
Escritor - Matemático.
lobitoamaya@hotmail.com

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