VISITA AL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE TORCOROMA DE OCAÑA
AGUA DE LA VIRGEN

Por Guido Pérez Arévalo - 30 de diciembre de 2007


 

Peregrinos: Irma Stella Pérez Armesto, Silvia Fernanda y Nathalia Catalina Pérez Pérez, José Amaya Salazar y Guido Pérez Arévalo. Fecha: 30 de diciembre de 2007.

Portal de ingreso a los 230 escalones que conducen al lugar donde apareció, el 16 de agosto de 1711, la imagen de Nuestra Señora de Torcoroma.

 
 
 

El prodigio se presentó a los ojos de Cristóbal Melo y sus hijos, Felipe y José, quienes tenían una pequeña hacienda en los montes de Torcoroma, donde cultivaban caña para fabricar miel. Dice la crónica (1788), del sacerdote Joaquín Gómez Farelo, que los humildes campesinos descubrieron a la madre celestial en la astilla de un árbol, talado con el propósito de elaborar una canoa para el dulce.

La santísima Señora se mostró "a modo de Concepción, de medio relieve, juntas y puestas las manos sobre el pecho, con la acción del rostro como inclinada al cielo, con su corona imperial, parada sobre la media luna; todo del color del mismo palo. Postrados padre e hijos adoraron aquella rica joya, de la que se dice despedía de sí no solo una grande luz sino el aromático olor de todo el árbol, como cuando lo cortaron".

 
 

"Llegados los hechos a conocimiento del cura y vicario de Ocaña Pbro. D. Diego Gabino Quintero hizo comparecer a Cristóbal Melo con la imagen aparecida para examinarla cuidadosamente. Persuadido de la evidencia de lo que contaban y luego de escuchar numerosos testimonios autorizó el culto privado. En 1716 vino en visita pastoral el Ilmo. Sr. Fray Antonio Monroy y Meneses, Obispo de Santa Marta, y tras un riguroso análisis de la imagen aparecida y de la declaración de los testigos, concedió permiso para que erigiese una Capilla en el sitio de la aparición y dispuso que trajesen la imagen a la ciudad para colocarla en el altar de la iglesia mayor, hoy catedral de Santa Ana, donde permaneció varios años. La Capilla fue construida en 1882 en la Montaña de la aparición".

(Texto de Monseñor José Francisco Rodríguez. Foto: Archivos de Foto Carpez, cortesía: Don Alvaro Claro).


Instalaciones actuales del Santuario de Nuestra Señora de Torcoroma.









 

Los peregrinos, que acuden desde diversos lugares de Colombia y del mundo, se acercan a la fuente de aguas cristalinas para usar el líquido bendito en sus prácticas piadosas y, especialmente, con mucha fe en sus propiedades curativas.

El agua es transportada a otras ciudades como precioso regalo para familiares y amigos.

Dos placas recuerdan los versos de Adolfo Milanés sobre el alma del agua y el poema de Martínez Mutis, dedicado a Ocaña, la ciudad que puede oír "el agua azul de Torcoroma".

 
 





Los feligreses dejan constancia de los favores recibidos de Nuestra Señora de Torcoroma.
 
 
 

"Fray Antonio Monroy y Meneses, Obispo de Santa Marta, dispuso que trajesen la imagen a la ciudad para colocarla en el altar de la iglesia mayor, hoy catedral de Santa Ana, donde permaneció varios años. El Papa San Pío X aprobó el culto con Misa propia que se celebró hasta la renovación conciliar y en 1906 concedió indulgencia plenaria e indulgencias parciales a quienes visitaren la Ermita de la montaña en determinados días como el 16 de agosto. La novena fue compuesta por los Padres Jesuitas, guardianes de la Virgen durante su permanencia en Ocaña, y la letra de los gozos fue escrita por Monseñor Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta, cuando desempeñó el cargo de Cura Párroco de Santa Ana un poco antes de su exaltación al Episcopado. El Papa Pablo VI, accediendo a la petición formulada por el Excmo. Sr. Rafael Sarmiento Peralta, primer Obispo de Ocaña, declaró a Nuestra Señora de la Gracias de Torcoroma, Patrona Principal de la Diócesis, mediante el Breve Pontificio de fecha 18 de noviembre de 1963; y el Gobierno Nacional declaró Monumento Nacional el Santuario de Torcoroma, llamado Agua de la Virgen.


 
 

"Cada año se celebran dos fiestas muy solemnes: la primera el 15 de agosto, en la Catedral y el 16 de agosto, en el Santuario de la Montaña, para conmemorar el prodigioso hallazgo de la sagrada imagen; la segunda, el 15 de diciembre para recordar el traslado de la Virgen a la Iglesia de Santa Ana según la disposición del Obispo Monroy y Meneses. Ambas fiestas se hacen con novenas muy solemnes y concurridas en la Catedral, evangelización sacramental, con celebraciones eucarísticas y procesión, que en agosto recorre las calles de la parte sur y en diciembre las del sector norte de la ciudad, cuyos habitantes emulan por engalanar sus casas darle a la procesión máxima solemnidad.

"Prácticamente el Santuario Mariano de Ocaña comprende dos partes: la hermosa Capilla ubicada en la calle 11 a una cuadra de la iglesia Catedral, donde se venera la imagen encontrada por Cristóbal Melo y sus hijos en la astilla de un árbol y la Capilla construida en 1882 en la Montaña de la aparición, ampliada y hermosamente restaurada, donde todos los sábados se ofician dos o tres misas. Con catequesis previa o rezo del Santo Rosario por los altoparlantes, mientras el sacerdote atiende a la confesión de los fieles".

(Texto de Monseñor José Francisco Rodríguez (Publicación de Pbro. Edwin Carreño Carreño, Rector del Santuario). Fotografías y diseño de este documento: Guido Pérez Arévalo.


 


 
Imágenes de la capilla, ubicada en la calle 11, muy cerca de la Catedral de Santa Ana. Aquí se venera
la imagen original aparecida en el monte de Torcoroma.
La peregrinación ha terminado en la Catedral de Santa Ana. La paz interior nos acompaña.
 
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