| PRÓLOGO
LUIS EDUARDO PÁEZ GARCÍA Presidente
de la Academia de Historia de Ocaña
Para
los historiadores del país, en especial, los de la región de Ocaña,
la publicación de nuevas obras de investigación produce una gran
satisfacción toda vez que ellas contribuyen de manera significativa al
rescate de la memoria histórica adormilada en los viejos infolios de archivos
notariales y eclesiásticos, y nos acerca más a la comprensión
de hechos y personajes que se destacaron en la construcción del oriente
colombiano.
Desde
que se produjeran los primeros compendios sobre la historiografía nortesantandereana
en los albores del siglo XX, con los trabajos de Alejo Amaya (Los genitores, 1915)
Luis Febres Cordero (Del antiguo Cúcuta, 1918), y Justiniano J. Páez
(Noticias históricas de la ciudad y provincia de Ocaña, 1924), el
creciente interés de nuestros investigadores por rescatar la información
contenida en las fuentes primarias y producir monografías sobre los distintos
municipios del departamento, ha sido una constante. El resultado de aquella encomiable
tarea, permitió conocer la génesis histórica de Norte de
Santander a partir de la época prehispánica y valiosos documentos,
muchos de los cuales hoy ya no existen debido a la depredación de que han
sido objeto nuestros fondos documentales.
Sirvan
estas breves notas, para referirnos a la obra Temas de Historia. La Playa de Belén
y Hacarí. Epistolario eclesiástico de Abrego, Aspasica, Convención,
El Carmen, Hacarí, La Loma, La Playa de Belén, El Cincho, Ocaña,
San Calixto, Teorama, Río de Oro, que ahora nos entrega el abogado, periodista
y académico Guido A. Pérez Arévalo, cuya trayectoria intelectual
en el departamento y la región de Ocaña es ampliamente reconocida.
Nacido en la hermosa población de La Playa de Belén, el doctor Guido
Pérez Arévalo comenzó su carrera periodística en Bogotá
en la década de 1970, con la publicación del periódico Noticias
Playeras, que encausó las inquietudes de sus coterráneos hacia la
divulgación de la cultura y el desarrollo del solar nativo. El ejercicio
del periodismo le permitió realizar una serie de entrevistas con personajes
que dejaron testimonios sobre la historia de La Playa de Belén y sus propias
vivencias, como Fray Campo Elías Claro y don Benjamín Pérez
Pérez. Historia, turismo, poesía, noticias de actualidad, arte y
literatura, hacían parte del contenido de Noticias Playeras que los integrantes
de la colonia provincial ocañera en Bogotá leíamos con delectación.
Si bien, Guido Pérez escapó a la tentación de ordenarse como
sacerdote dominicano, como que alcanzó a estudiar en el seminario de los
dominicanos en Bogotá, no por ello pudo eludir la monjil tendencia a recluirse
en su propio claustro de Chinácota desde el cual, rodeado del amoroso coro
compuesto por su familia se dedicó a lo que más le gusta: escribir.
Así, han brotado de su ágil pluma columnas periodísticas,
crónicas y enjundiosas investigaciones históricas que como la que
tenemos el honor de presentar a los lectores, hablan por sí solas de sus
capacidades intelectuales.
El
autor de esta obra, se ha movido entre los ajetreos de sus actividades como funcionario
del sector público, la vida política, el periodismo, la cátedra
universitaria y el quehacer intelectual, fruto del cual han sido sus interesantes
trabajos: La Playa de Belén, Norte de Santander. Centro de Copiado Quinta
Oriental, Cúcuta, 1993; Barriletes y Colegio San Luís Gonzaga, 100
años de historia. Cúcuta, 2007. El doctor Guido Pérez
ha sido fiel a la tradición iniciada por sus paisanos, los historiadores
Fray José María Arévalo Claro y Fray Campo Elías Claro
Carrascal de la orden dominicana, don Benjamín Pérez Pérez
y don Carlos Daniel Luna Manzano, conspicuos escritores que pusieron muy en alto
la tierra de Los Estoraques en el ámbito departamental y nacional. Y para
nuestra suerte, honra la nómina de miembros de Número de la Academia
de Historia de Norte de Santander y es miembro Correspondiente electo de la Academia
de Historia de Ocaña.
Tuvimos
la ocasión de conocer al autor del libro al cual estamos haciendo referencia,
hace ya muchos años. Su ameno talante y la dedicación que ha puesto
en divulgar, desde 1999, la cultura regional a través del sitio web www.laplayadebelen.org,
se une a su juicioso trabajo de investigador histórico que lleva a cabo
con amor desde su apacible refugio de Chinácota. El nuevo libro de Guido,
como los anteriores, ha sido facturado con esmero, evadiendo las enojosas ampulosidades
que a veces dificultan la lectura. Su lenguaje es amable y reposado, pero demuestra
la culta formación de quien ha bebido constantemente de esas inagotables
fuentes que manan de los libros y el ejercicio investigativo.
Temas
de Historia, vuelve nuevamente sobre la historia de La Playa de Belén,
como complemento al libro publicado en 1993, aportando nueva información
sobre este municipio. Y aquí, cabe señalar un significativo aporte
a nuestra historiografía regional. Se trata de la reproducción de
valioso material documental que reposa en el Archivo Eclesiástico de Santa
Marta, relacionado con las poblaciones de La Playa de Belén, Convención,
Aspasica, Hacarí, Convención, El Carmen, El Cincho, La Loma de González,
Ocaña, San Calixto, Teorama y Río de Oro, que nos va a permitir
conocer o ampliar nuestros conocimientos sobre esta vasta región de Norte
de Santander, cuyas gentes, laboriosas, amables y cultas nos enorgullecen.
"Nuestros
pueblos crecieron alrededor de una capilla y un cura doctrinero", señala
el autor con bastante acierto. Si bien los criterios fundacionales que operaron
en la América hispana tuvieron que ver con el tráfico de mercaderías,
estrategias militares o aprovechamiento de los recursos naturales, lo cierto es
que tras las rodelas, arcabuces, ballestas y la sed de oro, los rudos conquistadores
se reunían atentos y sumisos en torno a la modesta ermita y a la magra
figura del cura doctrinero que apaciguaba los hervores que la soldadesca traía,
como pesado fardo, de su experiencia en combate contra las huestes moras. En torno
a una capilla, para citar un caso típico, se pobló Río de
Oro (Cesar). Los curas doctrineros fungieron como cronistas, como médicos,
como administradores y organizadores en medio del caos, la fatiga y las constantes
luchas con los indómitos indígenas que defendían su territorio.
Cuando los conquistadores iniciaron el expolio de la vibrante tierra americana
y sometieron al nativo a toda suerte de vejámenes, los curas denunciaron
los atropellos ante las autoridades españolas. Con el tiempo, las modestas
ermitas fueron reemplazadas por artísticas iglesias en cuyo rededor comenzaron
a crecer nuestras ciudades durante la Colonia. Por ello, es casi una constante
en nuestra América indiana que las fechas de fundación de los pueblos
coincidan con las erecciones parroquiales.
Los
investigadores que nos hemos acercado al estudio de las fuentes primarias de nuestra
historia, conocemos de primera mano las dificultades que se presentan cuando se
emprende el estudio de un caso. En Norte de Santander y otras regiones del país,
o no existen archivos históricos, o estos no están debidamente clasificados
y sistematizados, o son de difícil acceso. Para el caso de la antigua Provincia
de Ocaña, hasta noviembre de 2008 fue posible trasladar el protocolo de
la Notaría Primera al Complejo Histórico de la Gran Convención,
donde actualmente se procede al registro inicial de los documentos. Y ¿qué
diremos de los archivos de otras poblaciones, la mayoría destruidos o inexistentes?
Por ello, la reproducción que encontramos en estos Temas de Historia, constituye
un valiosísimo aporte a nuestra historiografía y esperamos que contribuya
a despertar el interés de otros colegas por indagar en los archivos históricos,
públicos o privados que todavía existen. Quizá de ello dependa,
en buena parte, que se logre salvar lo que aún se conserva.
Leyendo
atentamente los Temas de Historia de Guido Pérez, nos atrajo el estudio
monográfico de Hacarí (antes La Palma), pues hasta la fecha la información
suministrada por otros historiadores dejaba algunos vacíos que llenan ahora
los documentos transcritos, así como la actualización de la información
básica de este municipio. Valga la pena anotar aquí, que sobre Hacarí
solo teníamos como referente una monografía escrita por don Pedro
María Fuentes en 1944 y lo consignado por el historiador Jorge Meléndez
Sánchez en dos de sus obras. Es igualmente destacable, la información
consignada sobre González, uno de los municipios de la región de
Ocaña que carece de sólida información histórica,
pese a su evidente antigüedad. Revisando la investigación del doctor
Guido Pérez, y ahora que la depredación del patrimonio histórico
ha cobrado inusitados rumbos, consideramos como muy valiosa la información
relativa a la capilla urbana de la Virgen de Torcoroma, en la cual se inserta
el inventario de sus joyas y el inventario de las mismas en la iglesia de Santa
Catalina de Aspasica. Esta información se une a la realizada por el padre
Vicente Rizo sobre Buenavista, hacia 1900, y otras consignadas en la revista Hacaritama,
que nos sirven para estudiar un patrimonio artístico religioso hoy desaparecido.
El
capítulo relativo a la declaratoria de La Playa de Belén como Bien
de Interés Cultural de Carácter Nacional, tiene una gran importancia
en el estudio del patrimonio cultural nortesantandereano. Los pormenores que precedieron
la expedición del Decreto ministerial, la justificación del acto
administrativo y la importancia del mismo, hacen parte, justamente, de un proceso
de socialización de los hechos históricos relevantes para el municipio
de La Playa de Belén, la región de Ocaña y el Norte de Santander.
Se demuestra así, con la certeza que aporta el documento, la necesidad
de promover de una manera efectiva el turismo cultural, máxime ahora cuando
se cuenta con la Ordenanza 09 de 2008 que crea los circuitos, corredores y anillos
turísticos de la Provincia de Ocaña. Las declaratorias de La Playa
de Belén y El Carmen como BICs de Carácter Nacional consolidan la
oferta turística de una región que ha sido favorecida por su riqueza
patrimonial natural y cultural.
Sin
duda alguna, podemos afirmar que el libro de Guido Pérez constituye una
imprescindible herramienta para los colegas de las Academias de Historia de Norte
de Santander y de Ocaña, así como para los Centro de Historia de
Río de Oro, El Carmen y Convención que han venido demostrando durante
los últimos años un loable interés por escudriñar
el pasado.
La
recuperación de la memoria histórica, nos conduce a fortalecer nuestra
identidad y a generar procesos pedagógicos que permiten la divulgación
de nuestro valioso patrimonio que incluye, obviamente, el documental. Temas de
Historia nos deleita con esta nueva información, en buena hora desempolvada
por el doctor Guido A. Pérez Arévalo del Archivo Histórico
Eclesiástico de la Antigua provincia de Ocaña, que reposa en Santa
Marta.
Sólo
nos resta, recomendar la atenta lectura de Temas de Historia, sobre todo a los
colegas académicos y a los docentes en el área de Ciencias Sociales
de Norte de Santander, bajo cuya responsabilidad está la formación
de la niñez y la juventud. Es nuestra personal aspiración, que en
aquellos municipios de la antigua Provincia de Ocaña donde se hayan establecido
oficialmente las cátedras regionales, las autoridades adquieran este libro
con destino a las bibliotecas públicas y escolares. Sería esta una
contribución efectiva al esfuerzo que hacen nuestros historiadores regionales
y un aporte al desarrollo de la cultura nortesantandereana.
LUIS
EDUARDO PÁEZ GARCÍA Presidente
de la Academia de Historia de Ocaña | |