| Ojalá
que para entonces el tortuoso camino de la paz sea un sendero de esperanzas y
no el discurso manido de los violentos y de los dueños del poder. La
paz, es un pájaro triste, enredado en las ramas de los árboles sedientos
de la patria martirizada. Lo
digo en este entorno maravilloso, muy cerca de la hacienda
donde vivió y acampó el General Ramón González Valencia,
en su condición de guerrero y de Presidente de la República. Voy
a recordar, con este motivo, una hermosa plegaria de Zirnheid: | |
| Dame,
Señor lo que todavía tienes; dame lo que nadie reclama.
No te pido riqueza ni éxito ni siquiera salud: la gente te pide todo
eso con tanta frecuencia, Señor, que ya no te debe quedar más.
Dame, Señor, lo que todavía tienes; dame lo que la
gente se niega a aceptar de ti. Quiero la inseguridad y el desasosiego,
quiero el tumulto y la lucha. Y si me los concedes, Señor,
de una vez por todas asegúrame que los conservaré, porque no
siempre tendré el coraje de pedírtelos. Irma,
Guido Armando, Claudia Liliana, Silvia Fernanda, Nathalia Catalina y yo, consideramos
que la presencia de familiares y amigos en este acto de fe, es una manifestación
de afecto que no olvidaremos. Guido Pérez Arévalo
Capilla de Nuestra Señora del Carmen de Iscalá, Chinácota,
5 de diciembre de 1998 | |