RECORDANDO EL AYER
Por: Jorge Eliécer Claro Ovallos "Toly"

Soy hijo de la noble Villa de la Playa de Belén, aunque ausente del solar de mis abuelos, mi corazón se aferra cada día más como los estoraques a mi nativo suelo.

Nací el 10 de agosto de 1938, bajo la tutela amorosa de dos grandes pilares, Agripina Ovallos Angarita y José Emeterio Claro Bayona, baluartes incomparables que con su ejemplo, condujeron su prole por los senderos del amor, comprensión, honestidad y responsabilidad, valores morales esenciales en una familia donde se respira un ambiente de convivencia sana y cordial.

Aunque los años vividos en mi querido terruño fueron pocos (8 años), sí marcaron para siempre en mi vida recuerdos muy gratos: El fervor religioso de mis paisanos y el liderazgo de ilustres personajes, que con su acendrado espíritu cívico, dieron vida a esta noble Villa, Francisco Arévalo Claro y Ramón Ovallos Manzano; siempre atentos a solucionar las necesidades apremiantes de sus moradores.

De mis primeros años de escuela, época de la letra con sangre entra, una disciplina férrea, para muestra un botón, un maestro que no respetó el que yo utilizara la mano izquierda para escribir, arremetiendo contra mi integridad física a punta de férula, hasta cumplir con el absurdo cometido, de hacer que lo efectuara con la derecha.

Después de este sufrimiento, me vi envuelto en otro calvario peor: Por el mes de noviembre dedicado a las benditas ánimas, dos personajes con campana en mano: Gratiniano Arenas y Daniel Armesto salían del cementerio y recorrían el Pueblo a altas horas del noche, deteniéndose en las puertas de cada casa y a voz en cuello pedían un padre nuestro por las banditas almas del purgatorio, mi primera impresión fue de terror, porque a los gritos de Gratiniano y Daniel y la oscuridad del cuarto donde dormía, sentía que me estaban persiguiendo y clamaba llorando con la voz propia del niño ¡ay yo mío! ¡ay Dios mío! Al otro día orinado en los calzones y abatido, tuve que aguantar la reprimenda de Pina, mi madre, quien a punta de pescozones complementaba el martirio de la noche anterior.

Otra anécdota menos desagradable que las anteriores, fue el gusto por el canto y la música, donde sonaban instrumentos, allá asomaba la cabeza "el tole". En una de esa tertulias me vieron tocar las maracas y lo hice con tal destreza, que fui contratado para otras reuniones, en el día, porque en la noche, mi madre era muy celosa con la disciplina familiar, gracias a la influencia de mi cuñado Emiro Arévalo, quien era el encargado del permiso podía disfrutar ambiente musical. De Emiro, debo hacer mención especial porque viviendo en Bogotá, me acogió en su casa, donde las tertulias sabatinas eran muy agradables.

Recuerdo con nostalgia la banda de músicos "la merced" de la que hacían parte mis hermanos del primer matrimonio de mi Padre, Benjamín (Clarinetista), Juan Dios (Trompetista) y posteriormente al regresar del seminario de Chiquinquirá, Luis Jesús (Flautista). Este ejemplo, lo ha seguido la juventud, pues en la actualidad, mi querido terruño goza del calor musical de su propia banda.

El anhelo de mis Padres por sacar adelante mi familia hizo que en el año de 1947, emprendiéramos viaje a Ocaña, posteriormente, Jesús, Jairo y Yo, nos trasladamos a Bogotá en la búsqueda de nuevos horizontes.

Para orgullo nuestro, en Ocaña, hemos tenido buena acogida, a tal punto que mi hermano Jesús, tuvo el honor de ser elegido primer Alcalde popular, para el periodo 1988-1990 y Jairo, se ha dedicado con gran solvencia intelectual, al ejercicio de su profesión de abogado.

En la semana de pascua, tuve la dicha de visitar mi querido Pueblo y me sorprendió la pujanza de mis coterráneos, al conservar el ornato de este bello paraíso, que con sus casitas, blancas, cual blancas palomas, como le cantara uno de sus dilectos hijos, el padre Campo Elías Claro Carrascal y su bello bastión, los estoraques, se constituyen en la admiración de todo los visitantes.

El Palacio Municipal con un orden excepcional que envidiarían los Municipios de la Provincia. Me comenta mi hermano Jairo, que el manejo de la cosa pública, esta a tono con las normas de la pulcritud y la honestidad: Felicitaciones queridos funcionarios…

Juventud Playera: Este es un llamado de cariño de un Playero enraizado en Bucaramanga, pero con el corazón puesto en ese paradisíaco lugar, cuna inolvidable y orgullo de la Provincia. Que el sentido de identidad con su terruño se aferre cada día más como lo hicieron nuestros ancestros.

Ni un paso atrás, siempre adelante, como lo dijo un gran precursor de la independencia José Antonio Galán.

Fraternal abrazo… Toly