CARRETERA CUCUTA-OCAÑA
 
Publicado en el diario La Opinión, de Cúcuta, el 31 de julio de 2016
 
 

Setenta velitas para la carretera Cúcuta - Ocaña
Por Guido Pérez Arévalo

El 30 de julio de 1946 fue inaugurada solemnemente la carretera que serpentea sobre las estribaciones de la cordillera, como un pequeño río que busca el destino del mar. Hubo pico y pala desde el 23 de febrero de 1920. Y fueron sacudidas las entrañas de la montaña para integrar el valle encantado de Ocaña a la capital del departamento. Corrían entonces, sobre el lomo de aquellas tierras ariscas, justificados resentimientos por la poca atención recibida de la burocracia cucuteña.

La inauguración oficial lleva el sello del gobierno del doctor Alberto Lleras Camargo y registra un reconocimiento a la colaboración de los ministros de Obras Públicas, Álvaro Díaz y Luis García Cadena, y a uno de los directores de la obra, Guillermo Tejeiro Caro. La placa recordatoria fue instalada en el Alto del Pozo.

Los periódicos regionales informaron sobre la visita "a esa apartada provincia" de importantes funcionarios, entre ellos, el gobernador, Luis Alberto Lindarte, y sus secretarios, José Manuel Villalobos, César Lara Camargo, Ciro A. Osorio y Ciro Eloy Caballero; el alcalde de Cúcuta, Eleázar Pérez Peñuela; los comandantes regionales del Ejército y la Policía. La capital quedó íngrima. Doce horas se tomó la caravana porque en las poblaciones intermedias hubo demostraciones de gratitud y simpatía.

También asistieron los senadores, Luis Buenahora y Alberto Durán Durán y los señores, Manuel Buenahora, Luis Alejandro Bustos, Carlos Julio Villamizar Girón y Rafael Canal Sorzano.
La junta de recepción fue integrada por Marcos Arenas Buenahora, rector del colegio Caro, Carlos Daniel Lemus, Luis Maichel, Manuel Guillermo Jácome, Blanco Ibáñez Díaz, Alejandro Prince, prefecto de la Provincia, Noel Prince, Pablo Jácome y Rafael Contreras, alcalde de la ciudad.

Hojita Parroquial, boletín de las parroquias de La Playa de Belén y El Cincho, del 23 de febrero de 1913, que dirigía el presbítero Francisco Angarita, trae un artículo titulado, "Una importante vía", de J. Z. A., sobre la conveniencia de comunicar las provincias de Cúcuta y Ocaña:

El derrotero -dice el escrito-, señalado por los prácticos es el siguiente: De Cúcuta se toma la vía que conduce a Sardinata; de esta población se sigue pasando por La Victoria con dirección a El Cincho; y de este punto se toma la vía que conduce hasta aquí, para seguir con dirección a Ocaña aprovechando la nueva variante y el puente que pronto se concluirá sobre el río Algodonal. Por esta vía han transitado partidas de recuas conduciendo harina, jabón, sal, petróleo y otros artículos, sin mayor dificultad.

Sobre el particular, cito un artículo del doctor Arminio Piñeres, Marginalidad Vial del Departamento y la necesidad de su integración, en el cual se refiere a la existencia de un proyecto, cuya financiación fue aprobada por el Banco Mundial, de la vía Cúcuta a Ocaña por La Playa de Belén. Este trazado interconectaría con la Ruta del Sol, mediante el tramo nacional Ocaña - Aguaclara - Puerto Acapulco, que será primer puerto fluvial para transporte multimodal.

 

En junio de 1934, dice Luis Sánchez Rizo en su monografía de Ocaña, una comisión de ingenieros elaboró los trazados, con los cuales empezaron las obras en la segunda quincena de agosto del mismo año, bajo la dirección de Francisco Rueda Herrera. En febrero de 1936 "se trabaja con todo empeño y la carretera presta un correcto servicio hasta el caserío de La Ermita a 10 kilómetros de la ciudad".

Don Benjamín Pérez Pérez, en una entrevista de 1974, me contó que los primeros en comunicarse por ruedas con Ocaña fueron, Convención, que figuraba como objetivo inmediato del programa "Carretera a los pueblos"; y Ábrego, en dirección inversa, privilegiadamente situado al paso de la Central del Norte (Sector 4o.). "En aquel tiempo -dijo-, el recorrido a Cúcuta se realizaba en varias etapas que podían comprender una semana, así: de Ocaña a Gamarra, en cable aéreo, siete horas aproximadamente; de este puerto a Wilches, uno a dos días de navegación según el barco que acertara a subir. Los barcos de carga, por ejemplo, propulsando tres o cuatro planchones resultaban de una desesperante lentitud. De Wilches a Bucaramanga en autoferro, saliendo al amanecer para llegar por la tarde. Y finalmente de esta ciudad a Cúcuta en bus, en una no muy confortable jornada de unas doce horas de duración, por una carretera destapada, frecuentemente obstruida por los derrumbes. Por el camino de herradura el viaje se hacía en cuatro etapas: Una a Puente Reyes, la otra a El Placer, adelante de Villacaro -después de haber traspasado el páramo de Bucarasica- y la tercera a la población de Gramalote, donde al día siguiente se tomaba muy temprano el bus que en tres horas conduciría a Cúcuta. Constituía de verdad un riesgo cumplir este itinerario pues la ruta era muy escarpada, semejante en algunos trayectos a una escalera, el tiempo regularmente tormentoso y no había posada que no fuese increíblemente inmunda. Ojalá tuviera uno la fortuna de unirse a una caravana de arrieros. De todas maneras se llegaba a la capital con ampollas en las plantas pues la enclenque cabalgadura que se lograra fletar no arriscaba a terminar la segunda etapa y había que devolverla con el correo que invariablemente se hallaba de regreso y siempre andaba de a pie con su fardo de correspondencia a las espaldas".

No obstante la presencia de varios ministros de la región en el despacho encargado de las obras públicas nacionales, la vía hizo fama por los accidentes de tránsito, los derrumbes, los asaltos de la delincuencia común, los retenes guerrilleros y los contratos amañados.

Hemos avanzado mucho durante los últimos años. Viaductos, puentes y otras importantes obras invitan a un viaje sin tantos sobresaltos. El puente de La Curva, inaugurado el 20 de febrero de 2013, tuvo una inversión de 6.500 millones de pesos y mide 72 metros. Reemplazó más de 400 metros de carretera que generaban grave peligro para transportadores de carga pesada.

La ministra, Cecilia Álvarez, habló en aquella ocasión de obras por 140 mil millones de pesos, para la vía de 218 kilómetros.
La inversión es poderosa y los proyectos en ejecución prometen un viaje de tres o cuatro horas de placer sobre el superado camino de herradura.

Mis fuentes: Diario La Opinión, Profesor Miguel Palacios Cárdenas, Luis Sánchez Rizo, Benjamín Pérez Pérez, Hojita Parroquial de El Cincho y La Playa, Arminio Piñeres Grimaldi.

Cúcuta, 30 de julio de 2016

 
 
 
 
Mensajes recibidos:  
|Ocaña, 31 de julio/16.|Hola Guido: Magnífico artículo. ¡Siempre es un placer divulgar lo bueno! Un abrazo, Luis Eduardo Páez García|
 

Chinácota, 31 de julio de 2016|Rubén Darío Vera Jáuregui|

Es agradable leer,
A Don Guido El escritor.
Pues tiene datos exactos,
Excelente historiador.

Con sus letras nos transporta,
Por ser un gran narrador.
Nos hace ver la lectura,
Como si fuera un pintor.

Y por eso al Doctor Guido
Hoy le hago aquí saber,
Que por mi pueblo querido.
Nunca mas lo he vuelto ver.

No te olvides de la gente
De esta linda población.
Por que muchos te apreciamos
Con sincero corazón.

Eres hijo de los CAROS,
Es tu orgullo esa bandera.
También hijo de adopción
De mi tierra chitarera..

Respuesta: Guido Antonio Pérez Arévalo: Apreciado Rubén: Recibo con mucha gratitud sus amables versos chitareros. Le expreso, como siempre, mi creciente admiración. Mi cariño por esa tierra es para toda la vida. Ojalá tenga la oportunidad de saludarlo en una próxima visita. Cordial abrazo.


|Bogotá, 31 de julio de 2016|Arminio Pñeres Grimaldi|
 

Hola Guido. Un cordial saludo. Gracias por ese artículo con detallada descripcion bien lograda.

En verdad, "embarcarse " en ese viaje por carretera era, hasta los años cincuenta, un crucero arriesgado para embestir esa frontera geografica que separa a Cucuta de Ocaña. A mediados del siglo pasado mi padre Abogado Valentin Piñeres Andrade debia venir a Cucuta y al Tribunal Superior de Pamplona a cumplir mandatos de gestión profesional y en una ocasión tuvo que permanecer varios días en el "Alto del Pozo" a la espera de que la mala vía fuese despejada de derrumbes, en un clima inhóspito, y donde no se encontraba ni regular alojamiento ni alimentacion, pues solo una mala "venta de camino" ofrecía "asistencia y camas".

Me permito anotar: Fue la audacia del gobierno de Alfonso López Pumarejo la que dio el impulso definitivo a la obra, que vino a ser inaugurada por Alberto Lleras Camargo, quien le reemplazo al final de su segundo periodo. El nombre del profesor Ibáñez era Blasco Ibáñez. Gracias por la mención que me haces. Arminio.


|Bucaramanga, 31 de julio de 2016|Luis Mariano Claro Torrado|
 

Pariente, muchas gracias por compartir su artículo publicado hoy en el diario La Opinión. La verdad es que desconocemos la verdadera historia de nuestro Departamento. Por eso, Pariente, me encanta conversar con usted porque es un libro abierto.

Abrazo fraternal, Luis Mariano Claro


|Bogotá, 31 de julio de 2016||Lineth Pacheco Rueda|
 

Reciba mi más cariñoso saludo.

En buena hora los tiempos cambian y las inversiones nos muestran resultados, en verdad era una odisea desplazarse desde Ocaña a Cúcuta antes de 1.920.

Yo como soy de la generación de Shakira para acá ...!!! ?????? No me tocó llegar con ampollas en las plantas de los pies. Es broma, a mí me tocó en Peralonso con derrumbes, no tan tortuoso, pero si como de 12 horas. Excelente columna, mil gracias por compartírmela.

Desde el Tren de la Sabana le mando un fuerte abrazo. Lineth


???|30 de julio de 2016|Antón Garcés de Carovilla|
 
Esos tramos que presentan en las fotos de La Opinión y que vemos aquí, en Facebook, pertenecen a las montañas de Bucarasica. Don Guido hizo poca mención del detalle. Concretamente a los corregimientos Las Fortunas y La Curva de dicho municipio. Significa que ese humilde municipio tiene los puentes más espectaculares de Norte de Santander. Los tramos difíciles intervenidos y reconstruidos por el Ministerio de Obras pertenecen en su totalidad a Bucarasica. El sitio en donde está la placa conmemorativa de la inauguración de la carretera Cúcuta-Ocaña está en el Alto del Pozo, jurisdicción de Villacaro. Luego sigue El Tarrita, que es de Ábrego, y a continuación, Ocaña. Es bueno ilustrarse y no olvidar lo importante, aunque pertenezca a municipios humildes y olvidados.

Respuesta: Guido Antonio Pérez Arévalo: No hubo olvido, mi modesto documento no tenía el propósito de exaltar o menospreciar a los municipios de la vera del camino. Agradezco su aporte y le ofrezco disculpas por mi falta de "ilustración".

 

http://www.laplayadebelen.org