FUNDACIÓN.-
Origen. La fundación de la antigua población de La Palma, hoy municipio
de HACARÍ, estuvo cargo de los misioneros españoles de la comunidad
de San Agustín, y por datos obtenidos recientemente, los cimientos fundamentales
de la población fueron echados en el año de 1780 y no en 1740 como
había venido figurando erradamente.
El
ilustre historiador doctor Justiniano J. Páez, dice en "Noticias Históricas
de la dudad y provincia de Ocaña", que "el 25 de marzo de
1825 otorgó testamento ante el escribano público de Ocaña,
el reverendo padre fray Juan León Vila, religioso de los ermitaños
Calzados de Nuestro padre San Agustín, cura misionero de la nación
Motilona, durante más de treinta años, lapso en el cual había
servido el curato de La Palma". A base de esta información se
puede inferir el año de 1780 "los más años de los
treinta anotados por el doctor Páez y que trae el documento testamentario
de fray Juan León Vila, quien en dicho testamento, hizo resaltar su adhesión
a la causa de la independencia al conceder la libertad a un esclavo suyo de nombre
José Ignacio Pérez, en recompensa de los servicios que había
prestado a la patria". Esta
aserción de don Justiniano J. Páez y la acotación del doctor
Alejo Amaya en "Los Genitores", de la muerte de don Isidro Garay,
otro de los fundadores de La Palma, acaecida en el año de 1804, de quien
dice fue "personaje importante y de renombre en toda la comarca por su
noble corazón y altas empresas", corrobora la afirmación
reciente, así como de otros documentos de la época, de que La Palma
no fue fundada en 1740 sino en 1780. De la lectura del Manifiesto suscrito el
17 de noviembre de 1794, al dar posesión de sus haciendas al Pacificador
Garay por mandato del muy ilustre Ayuntamiento de Ocaña, diligencias escritas
en la población recientemente fundada por este pacificador, se desprende
que luego de las diligencias practicadas, se procedió a "la segunda
vara -como decían entonces- a la formación de la matrícula
de todos los indios e indias por sus nombres, principiando por el capitán
de ellos que se llamaba como el pacificador y en honor suyo, Isidro Garay; el
alcalde, que por cariño al padre Vila había tomado el nombre de
Juan José Vila". Bajo
la dirección de fray Juan León Vila se construyó la primera
iglesia, que en la actualidad existe, excepción de la torre que habiendo
sido derribada por el terremoto del 18 de mayo de 1875 fue reedificada por el
entonces cura párroco de La Palma, presbítero doctor Antonio Quintero,
director a la vez aquitectónico de la obra, que por cierto se encuentra
construida dentro de la estética artística de un conocedor a conciencia
de la arquitectura. Don
Manuel Ancízar visitó el caserío de La Palma a fines de 1850.
En su libro "Peregrinación de Alpha" trae una descripción
de este poblado que, a pesar de no ser favorablemente conceptuoso para La Palma,
lo reproducimos a guisa de apreciación formada por el señor Ancízar
de lo que era en aquel año La Palma. "Poco
más de dos leguas, casi al norte (de Aspasica ) queda La Palma, rudimento
de pueblo con 18 ranchos y una iglesia miserabilísima, de cuyo pequeño
altozano habían tomado posesión los cerdos, poniéndolo como
deba considerarse. El cura es un anciano inválido y achacoso que ni puede
ya servir la parroquia, ni ésta le da los medios para tomar ayudante. Cerca
de 1400 feligreses le están confiados, viviendo a largas distancias en
país montañoso, y de hecho privados de los consejos y auxilios morales
que sólo un párroco activo podría suministrarles
El
termómetro centígrado marca en La Palma 24o. de temperatura media,
indicando que ya se desciende a la región de las selvas; la vegetación
es bella y frondosa, la altura del pueblo sobre el nivel del mar 973 metros y
el inmediato río Borra sigue acelerado al noreste para confundirse cinco
leguas más abajo con el Tarra, entrando en tierras calientes, despobladas
y montuosas". A
más de fray Juan León Vila y el pacificador don Isidro Garay, figuran
como fundadores y propulsores históricos de La Palma, don Eustaquio Garay,
don Facundo y don Leonardo Pérez, don Juan Bernardo Blanco, su esposa doña
Francisca, José Ardila, doña Gregoria Trespalacios, doña
María Santos Alvarez, doña María Trinidad Mayorga y don Carlos
Manosalva. La
categoría parroquial fue adquirida en los siguientes años de la
fundación. Fue su primer párroco fray Juan León Vila, uno
de sus fundadores.
La erección en corregimiento fue en el año de 1786. En los años
primeros de la República fue elevada La Palma a la categoría de
cantón (municipio) prerrogativa que disfrutó hasta el año
de 1886, que regresó a su antigua categoría de corregimiento, quizá
por un contrasentido cronológico en el centenario de la erección
del corregimiento de La Palma, del Cantón de Aspasica, provincia de Ocaña,
época de la colonia. Este regreso político de La Palma a su dimensión
de corregimiento, fue obra de la política, más que los alegados
por quienes se interesaron en reducir su condición municipal, que fundaron
sus razones ante la Asamblea de Bucaramanga de no contar con los recursos fiscales
suficientes para el sostenimiento de los empleados exigidos por la ley para conservar
su autonomía municipal. En
el año de 1908, por medio de un decreto del Presidente de la República,
en desarrollo de la ley sobre división territorial, él caserío
de La Palma volvió a adquirir categoría municipal. En
virtud de la ley quinta de 1920 que disponía el cambio de denominación
de los municipios, y que autorizaba el cambio de estos nombres en los homónimos
de la República, la Asamblea del Norte de Santander, por medio de la Ordenanza
número 29 de 1930, sustituyó el nombre de La Palma por el de Hacarí,
con cuya nominación se conoce en todos los actos oficiales. "El
nombre indígena de Hacarí envuelve una tradición bellísima
y hace recuerdo de los primeros moradores de Ocaña, capital de la provincia,
a que pertenece dicho municipio", decía uno de los considerandos
de la citada ordenanza. ASPECTO
GENERAL, CONFORMACIÓN URBANA.- La población de Hacarí
se encuentra situada sobre el declive de una pintoresca comarca, coronada por
el atrevido panorama del cerro del Calvario, al occidente; y por el del Bajial,
al norte. Su
topografía se halla en un descanso formado por el filo inclinado de las
cumbres del Calvario y del Bajial, en cuyo descenso se contempla un bellísimo
valle cultivado de café, caña de azúcar y demás árboles
frutales. Por la parte oriental de Hacarí, surge para el viajero desprevenido
la percepción admirable del paisaje que nada tiene que envidiar a los que
los suizos se enorgullecen de presentar a los ojos del turismo universa. La
población tiene cuatro calles de norte a sur y tres de oriente a occidente.
Estas calles se encuentran empedradas y los frentes de los edificios que dan a
ellas, debidamente embaldosados. En
la cabecera municipal hay ciento cuarenta viviendas públicas y privadas
y más de un millar en los caseríos y fracciones hacaritanos. La
población carece de alumbrado eléctrico, de acueducto y de hospital;
no tiene establecimientos de farmacia, ni puesto alguno de socorro; tampoco existen
servicios de médico, de dentista, ni hay en el municipio abogado alguno
residenciado. No
se encuentra lugar alguno de diversión en el municipio. ALTURA
Y CLIMA.- La población de Hacarí, si nos atenemos a la tomada
por el ingeniero y coronel Codazzi en 1850, es de 973 metros sobre el nivel del
mar, pero últimamente la conocida oficialmente es de 1.000 metros, como
la traen documentos oficiales posteriores. La
temperatura media es de 28o. del centígrado, en la población. POBLACIÓN.
- Los censos de población del municipio de Hacarí han tenido las
fluctuaciones siguientes, a base de los empadronamientos levantados: Años
- Habitantes 1851
1.008 1870 1.400 1912 (marzo 5) 2.783 1918 (octubre 12) 4.284
1928 (noviembre 17) 4.812 1938 (julio 5) 6.828 1943 (diciembre 31. Crecimiento
vegetativo) 6.500 El
censo oficial de 1905 no aparece por cuanto en esa época el actual municipio
de Hacarí era apenas un corregimiento de Aspasica. DISTANCIAS,
VIAS DE COMUNICACIÓN.- Tiene el municipio dos vías nacionales
de importancia, ambas de herradura: la que sirve ate vínculo con Aspasica,
La Playa y Ocaña; este camino mide cuarenta kilómetros. La segunda,
la que va hasta San Calixto, 18 kilómetros de recorrido. En
pésimo estado existen tres caminos más: el que va hacia las regiones
del Catatumbo, el que se enrumba hacia Cúcuta, pasando por San Francisco,
Agua Blanca, Banderas, La Pradera, Las Mercedes, Sardinata y Cúcuta. Esta
vía ha sido últimamente mejorada por disposición del gobernador
doctor Manuel José Vargas, pues por ella se moviliza el ganado que viene
de Bolívar y del Magdalena. Las otras rutas son municipales y unen la población
de Hacarí con las fracciones de Locutama, La Loma, Las Islitas y Caficadas. El
día que el municipio de Hacarí pueda vincularse al resto de la provincia
de Ocaña y por ende, al departamento, por medio de la carretera central
del Norte, que es el sueño vial de la carretera de circunvalación
Ábrego-La Playa-Aspasica y la de Llano Grande-Teórama-San Calixto,
rutas contempladas en el plan vial de la ordenanza número 8 de 1940 y comprendidos
los doce kilómetros entre Aspasica y Hacarí, los 18 entre Hacarí
y San Calixto, el municipio hacaritano constituirá una de las regiones
más ricas en cultivos agrícolas y de mayor producción de
la provincia de Ocaña; la fertilidad de su suelo, la abundancia de aguas
por los naturales cauces de regadío, la virginidad de sus bosques, predestinan
a Hacarí para un desarrollo comercial y agrícola de mucha importancia
en los mercados de Ocaña y del río Magdalena, pues la sola especie
de café que se cosecha en su suelo, goza de prestigio en los mercados costeños. La
distancia entre Hacarí y la capital del departamento es de 325 kilómetros. El
valor del transporte de una carga de Hacarí a Ocaña o viceversa,
es de dos pesos, a lomo de mula. En
la población existen seis establecimientos comerciales de compra y venta
de toda clase de mercancías nacionales y extranjeras. HIDROGRAFÍA.-
Las hoyas hidrográficas del territorio de Hacarí comprenden, en
primer término, la del Catatumbo; la del río Tarra, cuyas aguas
tributa al primero, navegable el Catatumbo desde la confluencia del Tarra; la
del río Borra, también, afluente del Catatumbo; y la del río
Orú que sirve de límite con el municipio de Cúcuta hasta
donde tributa sus caudales el Catatumbo. Estos
ríos son abundantes en peces, siendo las especies más comunes, las
clasificadas vulgarmente paletones, doncellas, cabeciduros, pejesapos, bocachicos,
etc. En
las riberas de estos ríos, selvas adentro hacia el Catatumbo, tienen asiento
las tribus de los indios motilones, supervivencias autóctonas de las razas
casi extinguidas de los indomables caribes, los primeros habitantes de Tierra
Firme a lo largo de la costa del Mar de las Antillas o Caribe. Las
quebradas que riegan el territorio de Hacarí de mayor importancia, son:
La Molina, La Martínez, Locutama y San Francisco, tributarias del río
Borra; La Horqueta, Aguablanca, Santa Catalina, Santa Bárbara San Miguel
y San Juan, y otras de menor importancia, afluentes de los ríos Tarra,
Orú y Catatumbo. La
abundancia de vertientes, de arroyos y de quebradas que nacen en el suelo hacaritano,
pide un estudio hidrológico, un conocimiento del terreno propicio para
la inmigración y para todos los cultivos, pues dentro del perímetro
municipal existen los siguientes cambios climatéricos: 15o del centígrado,
en las regiones de Mesa Rica, 23o. en la cabecera municipal; y 30o. y más,
en las regiones ribereñas del Orú y del Catatumbo, en los límites
con los municipios de Cúcuta y San Calixto. Los
terrenos intermedios entre las dos grandes fuentes fluviales del Orú y
del Catatumbo, en la parte septentrional del municipio, en su mayoría son
terrenos baldíos. OROGRAFÍA.-
El municipio de Hacarí tiene en su configuración montañosa
uno de los detalles de la naturaleza que los geógrafos han explotado más
como ficción literaria que como estudio fundamental geogénico y
geográfico. Nos referimos a la comarca paradisíaca de MESA RICA. Es
una altiplanicie con una extensión aproximada de veinticinco kilómetros
de longitud por diez de latitud. Se encuentra a 2.996 metros sobre el nivel del
mar. El
clima de la altiplanicie varía entre los 17o. a 19o. del centígrado.
Se encuentra circundada por las cercas naturales de las rocas inaccesibles en
toda su extensión, con tres puertas o boquerones de entrada a la meseta,
como si la mano del Supremo Artífice o el capricho mismo de la Naturaleza,
-sabia en sus designios- hubiera tallado sobre las moles rocosas las tres brechas
para dar acceso a la contemplación de esta belleza natural de Hacarí. Las
tres entradas a Mesa Rica se denominan Locutama, por la parte occidental; Mesa
Rica, por el sur; El Cincho, cerca de la entrada de Mesa Rica. Existe un camino
subterráneo, especie de túnel, que cruza la Mesa de un extremo a
otro, teniendo como punto de partida, la fracción de Locutama y terminando
atrás de las peñas del corregimiento de El Cincho, donde hay una
cueva con esqueletos humanos que se cree sean de indios, cueva que ha sido muy
visitada por varias personas pero que no han podido penetrar por temor a lo desconocido. La
cueva antes dicha, denominada Catacumbas, está formada por una serie de
pasadizos, enlazados entre sí y que encadenan siete salones debidamente
separados y tallados en las profundidades del terreno, salones o departamentos
que muy bien podría servir de morada. La
altiplanicie de Mesa Rica tiene la siguiente posición geográfica:
por el norte, la población de Hacarí, a 10 kilómetros de
distancia; por el sur, la población de Ábrego, de la cual dista
30 kilómetros; por el este y sudoeste, las poblaciones de Aspasica y La
Playa, distantes de 20 a 25 kilómetros; y la ciudad de Ocaña, capital
de la provincia, distante 40 kilómetros, que se viajan en un día. La
historia de estas Catacumbas se confunde con la leyenda, pues las hacen, aparecer
como construidas por una de las antiguas razas caribes, que buscó en las
alturas de Mesa Rica refugio a una supuesta persecución (de otras tribus
más fuertes. No
se han encontrado fósiles, jeroglíficos ni vestigios algunos que
puedan prestar luz para dar testimonio de la antigüedad de estos subterráneos,
ni rastro alguno de si fueron habitados antes de la era precolombina, pues el
hallazgo de un esqueleto en los años siguientes a la Independencia de Colombia,
en uno de los salones del subterráneo, perteneció a quien en vida
se llamó fray Juan León Vila, fundador de La Palma. Del
libro "Noticias Históricas de la ciudad y provincia de Ocaña",
del historiador Justiniano J. Páez, tomamos lo siguiente, relativo a la
vida de este sacerdote: "Al sentirse agobiado por la ancianidad que lo incapacitaba
para el ejercicio del ministerio sagrado, fray Juan León Vila, cuyos servicios
en la época colonial fueron factor de inmensa eficacia en la pacificación
y catequización de los aborígenes de la región del Catatumbo,
que recibieron el nombre de Motilones y que dio merecida fama al pacificador Garay
(don Isidro), resolvió asilarse en aquella caverna para aguardar allí
el momento terrible de la desintegración del cuerpo. Muchos meses demoró
recluido fray Juan León en la montaña, probablemente más
de un año. Encontró en la soledad la delectación que produce
en los justos el recuerdo de las fatigas empleadas en el cumplimiento de los divinos
preceptos. Otro venerable y santo sacerdote, don José María Carvajalino,
cura propio de la Cruz (Ábrego) desde el año de 1808, proporcionaba
al ermitaño los divinos auxilios, llevándole periódicamente
la sagrada eucaristía y algunos víveres para su sostenimiento. Cuando
estos últimos le faltaban, el ermitaño se alimentaba con frutas
y raíces, de las que había excelentes en los bosques inmediatos
a la gruta. El fallecimiento de este esclarecido varón causó gran
consternación entre los vecinos de La Palma y general sentimiento de pesar
en todo el clero del cantón". La
cueva habitada por el anacoreta fray Juan León Vila ha sido bautizada con
el nombre de la "Cueva del Ermitaño". Dice la tradición
que fue voluntad del reverendo, padre fray Juan León Vila, que su cuerpo
no fuese sacado de la cueva donde la muerte lo sorprendiera. Agrega la leyenda
supersticiosa y mística, que del esquelético pecho del ermitaño
nació un helecho eternamente fresco y verde, cuyas ramas, para la gente
del campo, tenían propiedades y virtudes milagrosas.
La configuración del terreno de Mesa Rica está cubierta de selvas
vírgenes, planicies dilatadas, pobladas de pastos naturales, regadas por
algunos arroyos nacidos en las alturas inaccesibles y que confluyen a la formación
de tres quebradas, que al precipitarse de la meseta al llano, forman sendas cascadas.
La más atrevida y de admirable panorama es la de la Chorrera, la cual prolonga
un complemento de belleza al paisaje, pues la cascada semeja, al desprenderse
desde las cumbres de Mesa Rica al llano, la melena blanquecina, espumante y coquetona,
murmurante y bulliciosa de algún errante espíritu indígena
de los antiguos hacaritamas o caribes, que saluda al visitante o que protesta
contra el intruso, pero que inspira a las almas amantes y recreativas de la naturaleza,
a bañarse en las fuentes atrevidas del panorama de Mesa Rica. La
cascada de la Chorrera mide unos doscientos metros de altura. De las altas rocas
que circundan la altiplanicie, a más de las varias vertientes que brotan
entre sus picachos, fluyen varias fuentes minerales, entre las que sobresalen
las caparrosas, azul, verde y blanco, o sean los sulfatos de cobre, hierro y zinc. Un
naturalista inglés, Mr. Balsight, que visitó de paso a Mesa Rica,
confirmó la certidumbre de que existen muchos minerales en toda su extensión,
tales como oro en filón, plata, cobre, hierro, estaño, carbón,
pizarra, hulla, cuarzo y mucha piedra de cal, etc. Existen manifestaciones petrolíferas.
De ahí su nombre de MESA RICA. Entre
las particularidades más visibles que tiene Mesa Rica se encuentran tres
hoyos tan profundos que no se sabe su fondo, algo así como cráteres
de volcanes apagados, que con las lluvias y el transcurso del tiempo hubieran
hecho cambiar su posición primitiva.
Los terrenos, propiedad del señor Raimundo Llanes, visitados por Mr. Silas
H. Wright, en representación de la compañía petrolera colombiana
"Colombia Sindicate", deben representar algún valor petrolífero,
cuando éste ofreció al señor Llanes, para los efectos de
exploración y explotación de petróleos, la suma de dos mil
pesos anuales por arrendamiento. El señor Llanes no aceptó la oferta.
Vino luego la muerte de Mr. Wright y todo quedó en suspenso. Dentro
de los lindes rocosos de Mesa Rica, como ya lo dijimos, hay pastos naturales,
bosques vírgenes, aguas abundantes de pureza inestimable, aves de distintas
clases, monos, micos, fieras y reptiles, maderas de construcción. Se cultiva
cebada, centeno, trigo, papa, arveja, maíz, manzanilla; pero toda esta
riqueza agrícola y pecuaria queda reducida a una producción mínima,
a los artículos indispensables para alimentar a los contados habitantes
que en la región de Mesa Rica viven aislados, al margen de la rotación
progresiva de las demás poblaciones de la provincia Ocaña, por la
razón de constituir el vértice poblado hacia el corazón de
las selvas del Catatumbo, sin otras vías que las tortuosas de la colonia,
que obligara por muchos años a que la meseta de Mesa Rica y el mismo municipio
de Hacarí queden al margen del desarrollo agrícola y del ensanche
industrial de la provincia de Ocaña. BOSQUES
MADERABLES.- En los bosques inexplotados del municipio de Hacarí se
encuentran abundantes maderas para la ebanistería y obras de construcción,
entre las que sobresalen el laurel, el comino, el cedro blanco, el otobo, el quino,
estas maderas en la región de San Pedro; en la de Agua Blanca se encuentran
cedro rosado, caoba, ébano, trompillo, pita, etc. OTROS
ÁRBOLES.- Entre la infinidad de árboles para los distintos usos
de la vida, el territorio municipal cuenta con familias resinosas como el cascarillo,
el caraño y el otogo; fibrosas como la pita, el camirí e infinidad
de sarmentosas que tanto los indios como los habitantes de Hacarí usan
para sus amarraduras; variedad de tintóreas, especies múltiples
medicinales, oleaginosas y la llamada "palma de vino", a cuya planta
quizá se debe el primer nombre del municipio. También
se encuentran en sus bosques tagua, caucho y el célebre árbol de
la "macana", del cual los indios preparan sus "paletillas"
o extremos punzantes de sus flechas. ANIMALES.-
En los predios hacaritanos se encuentran unas dos mil cabezas de ganado vacuno;
hay excelentes ejemplares de raza caballar andaluza; el cruce mular goza de prestigio
en la provincia, así como los ejemplares de la raza asnal. De
los ganados ovino, porcino y caprino sólo hay, puede decirse, los necesarios
para los inmediatos servicios del hombre. AVES:
Los bosques de Hacarí son ricos en aves, de las cuales sobresalen el pajuil,
el aburrido, la guacharaca, el gallito de monte, la gallina, el guaco, la pava
de monte. Éstas, las llamadas aves de caza. La familia de las canoras es
muy numerosa y las hay de muy lindos plumajes. ANFIBIOS.-
El principal de los reptiles es el cocodrilo, saurio que se encuentra en los ríos
del Catatumbo y sus grandes afluentes. La trompa de ternero es una culebra que
adquiere enorme tamaño y se le encuentra, por lo regular, en las hoyas
de los ríos. Son muchas las especies de serpientes venenosas, pero las
más conocidas son la mapanare, la tigra, la boquidorada, la rabiamarilla,
la guata y la cazadora. MINERALES.-
En profusión se encuentran dentro del perímetro municipal, ricos
yacimientos de petróleo, quizá ramificaciones subterráneas
de los grandes veneros del oro negro de la zona del Catatumbó, principalmente
de la meseta de Mesa Rica; demostraciones de las tres clases de alcaparrosa que
se aprecian a simple vista en las moles altaneras de Mesa Rica; minas de oro,
de plata, de estaño, de azufre, de hulla, de piedra de cal; en la región
de Presidente se han encontrado fuentes de sal gema en abundancia. AGRICULTURA,
COMERCIO E INDUSTRIA.- La mayoría de los habitantes de Hacarí
viven dedicados a la agricultura, constituyendo el café, el principal producto
que se cultiva. La cosecha en el año de 1942 alcanzó a unos siete
mil sacos; y en 1943, el número de sacos de café con que el municipio
de Hacarí contribuyó a la exportación nacional del grano,
fue de 9.333 sacos de sesenta kilos. Hacarí ocupa el décimo lugar
entre los municipios exportadores de café en el Norte de Santander. - También,
los hacaritanos cultivan arroz, en una proporción de 1.600 cargas anuales,
que les da margen para enviar a otros centros del país unas mil cargas;
la producción de maíz fue en 1943 de 1.800 cargas, de las cuales
1.000 fueron enviadas a los mercados de Ocaña; el, cultivo de la caña
de azúcar ha tomado sumo incremento y en el año de 1943 se fabricaron
más de un millar de cargas de panela, cuya mitad fue exportada; el fríjol
se cosecha todavía sin margen para la exportación lo mismo que la
papa que se produce admirable en Mesa-Rica. Como queda dicho, Hacarí podría
cosechar toda clase de cereales de tierra fría, pues Mesa-Rica tiene terrenos
todavía vírgenes. Las
operaciones comerciales las realiza el municipio, en primer término, con
la ciudad de Ocaña; y en segundo, con los pueblos intermedios de Aspasica
y La Playa, así como San Calixto y Ábrego. Hacarí,
en síntesis, sólo importa artículos de manufactura, géneros,
herramientas, jabones, azúcar, manteca, sal, harina. La
producción agrícola, como queda demostrado, es suficiente para abastecer
el consumo de sus habitantes y hasta para exportar el excedente de es la producción
al centro distribuidor de la provincia, la ciudad de Ocaña. Se
ha iniciado en baja escala, debido a lo caro de los transportes, el comercio de
exportación de resinas, bejucos para muebles, plantas tintóreas,
yerbas medicinales, pieles de animales salvajes y de cocodrilo. DIVISIÓN
TERRITORIAL.- El territorio del municipio se encuentra dividido en la población
de Hacarí, cabecera municipal y asiento de los poderes públicos;
el corregimiento de Maracaibo, creado por medio del acuerdo número 1 de
1944, comprendido entre las fracciones de Maracaibo, Maracaibito y el Río,
cuyos linderos son: desde el nacimiento de la quebrada Dulzura, se sigue a mano
derecha hasta encontrar el filo de San Gil; todo el filo de San Gil de para abajo
hasta dar a la quebrada de Maracaibo; aguas arriba, hasta encontrar el paso de
los Lomeros; síguese el camino que conduce a la Loma, a encontrar el filo
la entrada de San Pedro; se sigue el camino de San Pedro, hasta encontrar el filo
del Brillante; todo el filo del Brillante abajo hasta la quebrada de Santa Bárbara;
aguas abajo hasta la desembocadura del río San Miguel; aguas abajo, hasta
el río Tarra; de ahí a dar con los límites de San Calixto
se siguen éstos a dar con el alto de Las Cruces, en el camino Maracaibo-San
Calixto y de ahí se sigue a mano izquierda hasta dar al punto que se fijó
como primer lindero. Hacarí
cuenta con unas veintiocho veredas o fracciones habitadas, cuya nominación
es la siguiente: Aposentos,
Buenos Aires, Caficadas, Caraño, Carrizal, El Valle, Filito del Cerro,
Guayabal, Islitas, La Guinea, La Loma, La Llanada, La Pelota, Las Cruces, Locutama,
Los Cedros, Llano Alto, Maracaibito, Martínez, Mesa Rica, Molino, Palmar,
Raicero, San Francisco, San Miguel, San Pedro, Tarra, Travesías, Villanueva. ADMINISTRACIÓN
PUBLICA.- En el municipio tienen funcionamiento las siguientes oficinas públicas: Municipales:
alcaldía, concejo, personería, juzgado, tesorería, jefatura
de estadística, policía y jurado electoral. El número de
empleados municipales es de diez ciudadanos. Departamentales:
asentista y cinco maestros de escuela primaria. Nacionales:
telegrafista-administrador de correos. SERVICIOS
PÚBLICOS.- Estos pueden reducirse únicamente al departamental
de los teléfonos, para el cual hay dos aparatos en servicio; telégrafos
y correos que sí tienen toda la regularidad normal que la nación
presta a estos servicios. No
existe mercado público y las operaciones de compra-venta, por lo regular,
se realizan los domingos que afluyen a la población los habitantes de las
fracciones circunvecinas, las que, después de oída la misa, se dedican
a estas operaciones en los establecimientos de abarrotes que hay establecidos
en la población. EDUCACIÓN
PUBLICA.- En el municipio de Hacarí nunca ha funcionado establecimiento
alguno de educación secundaría, ni escuela complementaria de ninguna
especie. Tampoco han" existido escuelas privadas. En
la actualidad soló funcionan dos escuelas urbanas primarias y dos rurales,
regentadas por cinco maestros que paga el tesoro del departamento. El personal
de educandos matriculados es el siguiente: Escuela
urbana de varones 60 niños. Escuela urbana de niñas 60
Escuela rural de Locutama 30 Escuela rural de Maracaibito 44 Total de
matriculados 194 niños El
censo escolar del municipio de Hacarí, para el año de 1944, es de
1.633 niños entre los siete a catorce años. Como
sólo concurren a las cuatro escuelas primarias CIENTO NOVENTA Y CUATRO
niños, quedan de hecho, sin recibir noción alguna siquiera de enseñanza
primaria, MIL CUATROCIENTOS TREINTA Y NUEVE NIÑOS (1.439), en edad escolar. El
porcentaje de niños en edad escolar que no asisten a los establecimientos
de educación primaria, es del 88.4%. El índice asistente es de 11.6% Las
causales de este índice, tan bajo en la rama instruccionista de Hacarí,
tiene como factores, en primer término, la falta de locales propios para
escuelas, no tener el municipio recursos para dar un ensanche a estas construcciones
y el gobierno departamental sólo mantener dos escuelas rurales, quedando
en los campos cerca de 1.400 niños sin recibir instrucción alguna. De
los anteriores datos se desprende que Hacarí necesitaría de la creación
de treinta y seis escuelas rurales y organizar debidamente las urbanas, para poder
instruir, dentro de los pénsumes primarios a la población escolar,
que hoy vive en aquella sección del Norte de Santander sin recibir el pan
divino de la educación. Hacarí
es uno de los municipios del Norte de Santander, así como Ábrego,
Bucarasica, San Calixto, La Playa y Sardinata que reclaman una esmerada atención
del gobierno en lo que se refiere a instrucción pública. Posiblemente
el vasto plan quinquenal propuesto por el ministro doctor Antonio Rocha al congreso
en el año de 1944, venga dentro de pocos años a solucionar en parte
la deficiencia educacionista de estos contornos nortesantandereanos, donde aparece
Hacarí, según el censo de población de 1938 con sólo
582 personas que saben leer y 5.250 analfabetas. Es decir: el 90.1 % de analfabetos. AFORO
Y PROPIEDAD CATASTRAL.- La propiedad catastral del municipio de Hacarí
ha tenido los siguientes aforos desde 1940: Año
Urbana Rural Total No gravable 1940
$ 51.400 $ 858.400 $ 909.800 $ 18.100 1941 $ 55.700 $ 841.400 $ 897.100 $
18.000 1942 $ 55.200 $ 859.250 $ 914.450 $ 7.100 1943 $ 55.200 $ 859.250
$ 914.450 $ 7.100 1944 $ 56.000 $ 872.500 $928.500 $ 7.500 La
propiedad catastral gravable se encuentra dividida en 689 predios y pertenece
a 425 propietarios, de los cuales solamente cinco son dueños de fincas
cuyos precios pasan de diez mil peses, sin que ninguno llegue al valor de $ 15.000.
El
valor del impuesto predial, al dos por mil, asciende a $ 1.857, y el impuesto
de la sobretasa nacional se eleva a $ 185.70. No
existe, pues, en la propiedad de Hacarí, a base del catastro municipal,
problema alguno latifundista, pues la propiedad se encuentra distribuida en pequeños
fundos o predios. PROPIEDADES
DEL MUNICIPIO.- Hacarí es dueño de los siguientes inmuebles,
cuyo valor catastral, tiene esta distribución: La
casa municipal $ 500 La cárcel pública $1.000 Escuela Urbana
de Niñas $1.000 ______ TOTAL $2.500 PROPIEDADES
DE LA IGLESIA.- La Iglesia sólo posee dos inmuebles, cuyo valor catastral
es como sigue: Templo parroquial $ 4.000 Casa cural $ 1.000 Total
$ 5.000
MOVIMIENTO DE LA PROPIEDAD RAIZ.- Durante los últimos tres años,
el movimiento de la propiedad raíz ha sido así:
Años
- Compraventas - Hipotecas - Cancelaciones - Anticresis - Remates No.
Valor No. Valor No. Valor No. Valor No. Valor 1941
14 $ 5.190 1 $ 500 1 $ 300 1942 16 $ 7.870 1 $ 100 1 $ 400 3 $1.630 1943
12 $ 2.600 2 $ 400 NOTARÍA,
REGISTRO Y CIRCUITO JUDICIAL.- El municipio de Hacarí forma, con la
capital de la provincia, el circuito notarial de Ocaña; depende de la oficina
de registro de la misma ciudad. Judicialmente, hace parte de los circuitos penal
y civil de Ocaña. Los electores hábiles para el 1º de julio
del presente año, eran 920. ESTADÍSTICA
DEMOGRÁFICA.- En el lapso de los últimos tres años, el
movimiento demográfico de Hacarí se descompone en la forma siguiente:
Años
- Matrimonios - Nacimientos - Defunciones - Aum. Pobla. 1941:
77 119 60 59 1942: 12 229 62 167 1943: 20 163 112 51 Totales: 109
511 234 277 SUMARIOS
INICIADOS.- Durante los dos últimos años los sumarios iniciados
por las autoridades de Hacarí, por averiguación de los delitos investigados,
fueron catorce en 1942 y quince en 1943. Estos veintinueve sumarios iniciados,
se descomponen así: Por lesiones personales 18 Por homicidio 8
Por violación de domicilio 1 Por fuerza y violencia 1 Por fuga
de presos 1 TOTAL 29 DEGÜELLO
DE GANADO MAYOR Y MENOR.- En los últimos tres años, el degüello
de ganado mayor y menor ha sido el siguiente: Años
Reses Impuestos Cerdos Impuestos 1941
227 $ 1.183 146 87.60 1942 263 $ 1355 71 45.75 1943 250 $ 1296 76 55.00
SITUACIÓN FISCAL DE HACARÍ.- La situación fiscal del
municipio, tuvo el año de 1943 el siguiente movimiento:
Existencia
anterior $ 4.342.17 Ingresos
en el año: Bienes
y servicios municipales $ 85.50 Contribuciones municipales $ 2.405.35
Entradas departamentales $ 2.452.42 Entradas extraordinarias $ 70.00 Entradas
eventuales $ 156.12 TOTAL
INGRESOS: $ 7.749.23 Egresos
en el año: Fondos
comunes $ 2.475.77 Fondos eventuales $ 30.00 Fondos caminos $ 345.60
Saldos para enero 1944 $ 4.897.86 SUMAS
IGUALES: $ 7.749.23 $ 7.749.23 De
este saldo para lo. de enero, el pasivo exi-gible se descompone en gastos por
pagar $ 2.899.19 y en un superávit fiscal de $ 1.998.68. PRESUPUESTO
DE RENTAS Y GASTOS PARA 1944.- A base del acuerdo expedido por el concejo
municipal, el presupuesto del año de 1944 está determinado así: RENTAS
(ordinarias y eventuales) Bienes
y servicios municipales $ 195.46 Contribuciones municipales $ 2.894.41
Entradas departamentales $ 2.452.42 Entradas extraordinarias $ 185.00 Total
$ 5.727.29 GASTOS: Departamento
de Gobierno $ 889.00 Departamento de Hacienda $ 1.158.03 Departamento
de Obras Públicas $ 2.061.19 Departamento de Caminos $ 425.50 Departamento
de Educación $ 390.00 Departamento de Justicia $ 497.00 Departamento
de vigencias anteriores $ 311.47 SUMAS
IGUALES $ 5.727.29 $ 5.727.29 FIESTAS RELIGIOSAS.- A más de las acostumbradas
del rito católico, Hacarí celebra con mucha religiosidad la de su
santo patrono, San Cayetano, el día 7 de agosto de cada año, que
concuerda con la efeméride nacional de la Batalla de Boyacá. Por
esta época afluyen a Hacarí centenares de romeros que van a pagar
promesas a la imagen de San Cayetano, que por cierto goza de un prestigio taumaturgo
entre las gentes de Hacarí, San Calixto y Aspasica. RENTAS
DEPARTAMENTALES.- En el año fiscal de 1943, el municipio de Hacarí
contribuyó al erario del Norte de Santander con los siguientes recaudos: Licores
destilados $ 5.496.98 Degüello de ganado mayor $ 1.347.00 Teléfonos
$ 43.40 Aguas perfumadas $ 95.36 Vinos $ 99.00 TOTAL
$ 6.991.74 La
inversiones que el departamento hizo en Hacarí, en el mismo año,
fueron discriminadas así: Sobresueldo
del alcalde $ 686.00 Sueldos de los maestros $ 3.035.00 Gastos electorales
$ 360.00 Gastos del resguardo $ 386.64 Porcentaje del Asentista $ 761.49
Gastos-de la Asentía $ 29.12 Participaciones municipales, el 10% $
687.45 Inversiones en el fomento municipal $ 1.095.75 TOTAL
$ 6.991.45 Los
$ 1.095.75 Que aparecen invertidos en obras del fomento municipal, hacen parte
del fondo acumulado para la construcción de un edificio para escuela urbana
de aquella población, en proyecto. LÍMITES.-
Los generales del municipio de Hacarí, son: por el norte, los municipios
de San Calixto y Cúcuta; por el sur, el municipio de La Playa; por el oriente,
los municipios de Cúcuta y Sardinata; y por el occidente, el municipio
de San Calixto. Los
del perímetro municipal están determinados más o menos en
la forma siguiente, sin que todavía no puedan no puedan darse una precisión
geográfica, por no haber sido levantada la carta catastral de este municipio:
"Desde
el alto de Las Cruces se sigue hasta dar con las peñas de La Esperanza;
de ahí en línea recta hasta dar al punto denominado Los Tamasucos;
de ahí se sigue a tomar la peña de Los Sanguinos; de para abajo,
a dar a la quebrada El Fundidor; tomando un filito arriba, hasta con el filo del
Raicero; de este punto por el filo de El Espejo a dar con el río Borra,
de ahí por un filito arriba a dar con el alto de El Guarapo; de ahí
por todo. el filo al de La Esmeralda, en dirección con el Alto del Buey,
terminando aquí el límite con el municipio de La Playa; de este
punto a dar con la quebrada de los Indios y de aquí a salir a Mesa Rica;
por el borde sur de aquí a ponerse frente a El Pozón; de este filo
de horqueta arriba, mirando hacia el norte, a dar con el alto de Las Banderas,
donde termina el límite con el municipio de Sardinata; del cerro de Las
Banderas se toma el nacimiento del río Orú, hasta su desembocadura
en el río Catatumbo, que es el límite con el municipio de Cúcuta;
desde la desembocadura del río Orú en el Catatumbo, aguas arriba
de este río, hasta la desembocadura del Tarra; éste aguas arriba
hasta dar con el filo de El Palo hasta el alto de Las Cruces, siguiendo el filo
a encontrarse en dirección del alto de Las Cruces, punto de partida. HECHOS
HISTÓRICOS.- Como el municipio de Hacarí queda, más que
ninguno otro inmediato de las tribus de Motilonia, constantemente los habitantes
son sorprendidos por éstos causándoles graves perjuicios en sus
sementeras y con peligro de sus vidas. Entre
las muchas personas que han perecido víctimas de los Motilones figuran
los señores Juan Rizo, Jorge Ortega, Roque Barbosa, Sebastián Muñoz,
Policiano Alvemia, José María Cumaná, su esposa, hijos y
algunos trabajadores que fueron sacrificados por un asalto en la región
de Agua Blanca. También en el lugar denominado Las yegüitas, sobre
las riberas del río Tarra, fueron asesinados el 28 de diciembre de 1912
los agricultores señores Basilio Cuéllar, León Castilla,
Emilio Soler, Luis Tamayo, Juan Amado, Pedro Bayona, Facundo Ascanio, Concepción
Alvarez y otros más. En este asalto los Motilones cargaron con los cadáveres
de las víctimas. Se
le da mucha importancia histórica al hecho sucedido en tiempos de la guerra
de la Independencia, de haber hecho alto en el filo de El Palo el ejército
Libertador y celebrado allí una misa campal, conservándose aún
la piedra que sirvió de ara para el sacrificio ritual de la misa... HOMBRES
MERITORIOS.- El municipio de Hacarí considera como hombres meritorios
hijos del terruño a los señores Isidro Garay, José Portillo,
Diego Portillo, Rafael Cuéllar, Basilio Cuéllar, Miguel Ramírez,
Sandalio Pallares, Jesús Álvarez, Agapito Pérez, Eusebio
Galván y Juan Molina Luna, quienes han contribuido en mucho al progreso
de la población y al desarrollo agrícola de las vastas regiones
hacaritanas. También
es nativo de Hacarí el sacerdote doctor Alejandrino Pérez Amaya,
levita de relevantes méritos pomo impulsador del progreso y dado a los
estudios históricos y arqueológicos. CONDICIONES
DE VIDA.- Las viviendas de los moradores de Hacarí carecen de todo
servicio higiénico y sanitario: ninguna tiene inodoros, agua, luz, por
el hecho de no existir dichos servicios en el municipio. La
ocupación del habitante de hacarí tanto para hombre urbano como
del rural, es la de la agricultura. En el poblado hay algunas personas dedicadas
al comercio. No
existe el problema de la desocupación, pues por regla general las familias
hacaritanas viven consagradas al laboreo de sus conucos y en la ocupación
de las pequeñas artes liberales que existen en el poblado. La
alimentación corriente es la carne de ganado vacuno, de cerdo, de oveja,
de cabra y pescando. También por lo general hacen uso las gentes del campo
de carnes cecinadas. La leche abastece del consumo de la población. En
los campos es poca la leche que se consume. El litro se vende a diez centavos,
aunque en su mayoría se destina para la industria quesera que tiene algún
desarrollo en el municipio. Hacen
también parte de la alimentación del pueblo, en primer lugar, el
maíz. La arepa que se fabrica en Hacarí goza de fama por su confección
culinaria. En segundo término, el fríjol, el arroz, el plátano,
la yuca, el café, el apio, el mija, la arveja, frutas y legumbres. El
valor del salario mínimo en la población es de ochenta centavos
y cuarenta centavos en los campos. ENFERMEDADES.-
Las endémicas del municipio de Hacarí son él paludismo, afecciones
bronquiales e hidropesía. El porcentaje de causas de muerte por afecciones
bronquiales, anemia tropical e hidropesía es superior del ochenta por ciento
de las defunciones en un año. NECESIDADES
DE HACARÍ.- El municipio de Hacarí necesita en primer término,
de la creación de una guardia rural como defensa de los moradores que tienen
sus predios en terrenos adentro de la Motilonia. La fundación de una colonia
penal en la región de Agua Blanca. Vías de comunicación por
carretera, o siquiera por caminos que merezcan el nombre de rutas de herradura.
La construcción del acueducto, de locales de escuela, establecimiento de
una planta eléctrica, funcionamiento de un puesto de socorro con su aparejo
de médico, enfermera y medicinas; la fundación de una granja agrícola
y veterinaria, o al menos las residencias temporales de veterinarios y agrónomos
tan necesarios para el desarrollo agrícola y pecuario. Cúcuta,
diciembre de 1944. PEDRO
MARÍA PUENTES, Director Departamental de Estadística. Ver
crónica de Ancízar |