| | Luis
Alexis Franco Pérez tiene su espíritu aventurero lleno de fervor
patriótico. Es
un campesino de Hacarí que huyó a Ocaña porque lo iban a
matar, y luego de recorrer 22 países aventurando está a punto de
cumplir su sueño de realizar un concierto por la paz en Ocaña con
su grupo Colombianísimo, que hace poco improvisó con éxito. El
concierto será el primero de mayo, en la escuela de Bellas Artes, cuando
también dará a conocer su grupo, que nació bajo la idea de
reunir artistas de la región para producir música autóctona,
como vallenato, carranga y llanera, y escribir letras con mensajes de paz. Su
debut fue a finales de febrero, durante el conversatorio Paz y Territorio, organizado
por la universidad Francisco de Paula Santander. | Foto:
Diario La Opinión. |
Franco
nunca asistió a una escuela de formación musical ni tuvo un maestro
que lo guiara por los caminos del arte. La música es su sangre. Recuerda
que vivía en una vereda de Hacarí, y que no había electricidad.
En un radio de baterías, escuchaba el programa Progreso Ccampesino, mientras
desarrollaba labores agrícolas. En ocasiones, llegaban a casa amigos de
su padre y se dedicaban a tocar guitarra. Así le surgió el amor
por ese instrumento. Con esfuerzo logró conseguir uno y arrancar las notas
que lo catapultaron el éxito local al lado de Freddy y Misael Yaruro. El
hecho de salir corriendo de casa le facilitó las cosas. Se convirtió
en guitarrista, aprendió a tocar acordeón, a manejar cámara
de televisión, creo una productora, grabó dos discos de vallenato
y rancheras con mensajes cristianos, y hoy se destaca con programas como Ocañerísimo
y Lente Viajero en el canal comunitario TV San Jorge y la Televisora Regional
del Oriente (TRO). Franco
nunca olvidó que nadie es profeta en su tierra. Por eso, decidió
recorrer el mundo. De
su vereda Buenos Aires, llegó a Buenos Aires (Argentina); se apeó
de un burro y se montó a un camello; de estar frente a los estoraques,
tuvo ante él a las pirámides de Egipto, y de la Playa de Belén
pasó a Belén, al sitio donde nació Jesucristo. Primero,
estuvo en Ocaña. No
fue fácil sobrevivir en esa selva de hierro y cemento como es la ciudad,
pero querer es poder, y aferrado a Dios me encomendé para no desfallecer,
confiesa. De
vendedor de ilusiones a través de las rifas, dio un salto increíble
hacia la televisión y no se cansa de agradecer la oportunidad que le brindaron. Un
día, luego de tocar el acordeón en el programa Progreso Campesino,
le preguntó al camarógrafo Luis J. Pino si era muy difícil
manejar una cámara. Algo propuso, que resultó. Desde
ese entonces, el mundo mágico de la televisión lo embrujó
definitivamente y le abrió las puertas para materializar sus sueños
de niño. Haciendo
cámara para canales comunales recorrió todos los municipios de la
provincia de Ocaña, casi todo Norte de Santander y gran parte de Colombia.
La
idea de recorrer Suramérica por tierra le llegó de repente, y así
de rápido se la tildaron de descabellada. Le dijeron que estaba loco, pero
él persistió. Y lo hizo: fue hasta donde quiso
Una
meta secreta era visitar Tierra Santa, y se lanzó a cumplir su sueño.
Era difícil para un campesino de Hacarí, que a duras penas aprendió
a leer y escribir, superar la inmensa barrera de otros idiomas. Pero lo logró.
Si no lo hubiera
hecho, no estaría hoy hablando de la emoción que sintió al
conocer Belén. Ni
contando sus anécdotas, como la de París, donde le desarmaron la
cámara para verificar que no llevaba droga
En
Israel, casi me monto en un avión que iba para la India, señala.
Es un verdadero camello sobrevivir en tierras extranjeras. Pero,
por ahora, sus energías están enfocadas en el concierto por la paz,
con el que le agradecerá a Ocaña lo que le ha dado
Mientras
prepara el próximo viaje. |