¡Mi
tierra, mi pueblo
MI VIDA! Por Mery Lorena Tarazona Claro Volví
a tus calles buscando la paz de tus silencios, y las encontré colmadas
de excesos innecesarios que opacaban la luz de tus farolas
Regresé
a la vieja casa, y no encontré más que recuerdos
Destruido
el tejar, derribadas las paredes, enmarañado el camino
Empolvadas
las ilusiones, desordenados los sueños y derrumbada la esperanza
Apagada la vieja lámpara de aceite y roído el estantillo del corredor. Corrí
a la iglesia preocupada por encontrar un espacio, así fuera pequeñito
y encontré tus bancas solitarias.
Estuve
en la vieja esquina, la de aquellos tiempos, esperando que apareciera un rostro
familiar, pero tan solo la brisa y sus repetidos rumores pasaron junto a mi. Decidí
ir a casa, ¿pero cual casa? Si la mía es solo un recuerdo
Caminé una a una tus calles, busqué en cada esquina un rastro del
pasado y algo más que un recuerdo
No
supe a que horas me abandonó la noche, quizá se fue con las lágrimas
que rodaron por mis mejillas y empañaron algo más que mis ojos
Vi
asomar el sol detrás del cerro y comprendí que solo quedábamos
él, la noche que ya se marchaba, mis recuerdos y yo. Subí
presurosa los escalones que llevan al descanso y noté que ya no me asustaban
como en la niñez. A mitad del camino me detuve, más cansada por
los años que por otras cosas
Miré
el camino a la casa de los abuelos, a la vieja escuela, vi el lugar donde alguna
vez dormí bajo un gran árbol
Y
allá, a lo lejos, mucho más lejos de lo que recordaba, la casa que
llenó de risas mi niñez, donde en compañía de él,
mi fiel amigo, mi tierno compañero, mi perro, jugueteaba hasta que el cansancio
vencía mis pasos, pero era momentáneo, no era como hoy, no me sentía
tan sola en esta tierra tan mía. Basta de esperar en los recuerdos, debía
terminar mi camino. Al
fin llegué allá, al sitio que hizo brotar de mí mucho más
que lágrimas, que me llevó al pasado y me hizo recordar como uno
a uno se fueron tus hijos, esos que fueron mis amigos, mi familia, mi vida
Pensé en como el tiempo opaca el brillo de las cosas bellas. Y
estaba allí
Viendo como había desaparecido mucho más
que la palma
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