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Noticias Playeras, edición número
6 de julio de 1974, página 5, se publicó una nota sobre la historia
de El Hatico, que había sido enviada a Luis Beltrán Claro sin el
nombre del autor. El contenido, lleno de reminiscencias, despertó el natural
interés de los lectores. Después de 46 años, con la colaboración
de Mauricio Durán León, compartimos el artículo, el nombre
de la autora (Margarita, hija de Luis Claro y Trina Ovallos) y una nostálgica
fotografía del lugar de los acontecimientos: «En
el año de mil novecientos once —dice Margarita Claro Ovallos—
compró mi papá la finca El Hatico, por la suma ochocientos pesos
($800), llegamos a formar
un hotel porque en ese tiempo era el camino
de viajar a Ocaña de a caballo y con las mulas cargadas. Por ahí
pasaba la gente de la Victoria, Sardinata, La Palma, que actualmente se nombra
Hacarí. Éramos seis mujeres: Adela, Esther, Josefa, Froilana, mi
mamá Trina Ovallos y mi persona, y no dábamos abasto para vender
porque mi papá nos ayudaba. Vendíamos chicha, guarapo y muchas cosas
de tienda. En alguna ocasión se hospedó el Obispo García
de Santa Marta: venía a hacer un recorrido por los pueblos, el primero
que visitaba era La Playa; salieron al Hatico a esperarlo como cincuenta jinetes
de La Playa. Ese patio se llenó que no cabía ni una persona más.
También se hospedaba el padre Ángel Cortes, llegaba muy de mañana
y empezaba, praca, praca, praca. «Santo
Dios, los peos no se pueden detener porque es peligroso un cólico». «En
ese tiempo trajeron en hombros a San José, el patrono de La Playa. Las
personas que lo traían eran don Camilo Claro Bayona, Juan Claro B., José
Claro B, En la casa descansaron, compraron café y pan,
pues ese día no dábamos abasto vendiendo porque de La Playa salió
al Hatico bastante gente, llevando los niños de las escuelas y la Virgen
de las Mercedes, que también fue traída en hombros. Eso llenaba
de emoción a la gente que esperaba la llegada de la patrona. Se veía
reinar la alegría en cada uno de los corazones de las personas. Salió
casi toda La Playa y en El Hatico hubo una cohetoinada. En ese tiempo era muy
bello El Hatico y a la familia le gustaba visitarnos muchísimo, pero de
la familia a los que más les gustaba visitarnos era a mi tío Ramón
Ovallos, Calixto, la familia de don Francisco Arévalo. Vino el matrimonio
de Pina con Tello; vinieron los hijos, fueron creciendo y empezaron a ir con Calixto
y mi tío Ramón, Carlos, Chunga, que hoy es doctor, y Moncho. Un
día llegó don Francisco Arévalo con Zoila y la dejó
un mes temperando. «Pero
se llegó el día en que empezaron las carreteras y la gente prefirió
los carros a los caballos y poco a poco El Hatico se fue acabando y lo que hacíamos
no se vendía y vinieron los trabajos hasta que mi tío Ramón
aconsejó a mi mamá que vendiera y nos viniéramos para el
pueblo, y así terminá la vida de El Hatico y lo único que
quedan son paredes, un guayabo y un moro». *
Don Luis Claro, casó con María
Trinidad Ovallos el 4 de agosto de 1894, en Ábrego. *
Hato: Acepciones 6 y 8 de la RAE: Sitio que, fuera de las poblaciones, eligen
los pastores para comer y dormir durante su permanencia allí con el ganado.
Hacienda de campo destinada a la cría de toda clase de ganado, y principalmente
del mayor. | |
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acuerdo con la Escritura No. 470 del 17 de octubre de 1944, de la Notaría
del Circuito de Ocaña, el predio El Hatico era de don Luis Claro. Por la
escritura mencionada, la señora Trinidad Ovallos de Claro, viuda de Luis
Claro; Froilana Claro Ovallos de Álvarez, María Ether Claro Ovallos
y Adela Máría Claro Ovallos, vendieron el predio al señor
Manuel Salvador Sánchez. La posesión de campo, ubicado entre los
municipios de Ocaña y La Playa de Belén, tenía una casa de
habitación y tierras para cultivos. Linderos: Desde la boca de la quebrada
de "Faustino", tomando el camino que conduce para La Palma, hoy Hacarí,
a dar al "Hatico", donde se encuentra un naranjo, de aquí, tomando
el camino de La Playa, hasta dar al filito que divisa para "El Hatco";
de aquí tomando hacia la izquierda, por un filo abajo, hasta dar a una
cerca vieja donde se encuentra una mojonadura de piedras; de ahí, tomando
hacia la izquierrda, una hoyadita, abajo, a dar con la quebrada del "Hatico";
tomando ésta, aguas abajo, a dar al chorro que llaman "Las Maciegas",
dar al pie del barrial, que se encuentra en dicho chorro, de aquí hacia
la derecha, por um filito arriba, hasta dar con el camino que conduce para "Piritama";
a dar con la planada de "Llano Hatico"; por aquí por el pie del
llano, hasta dar a una cerca de alambre; por toda esta de ... por un callejón
... abajo hasta la cueva de "Los Murciélagos"; de aquí
para arriba, hasta un callejón que se encuentra a la derecha; se toma un
filito arriba, hasta donde se encuentra una mojonadura de piedras, colindando
con los Sánchez; de aquí a dar con unos robles; de este punto de
para arriba, hasta dar con la quebrada principal nombrada "Los Curos",
aguas abajo, de ésta, hasta la boca de la quebrada de "Faustino",
que se tomó como primer lindero". Luis Claro había fallecido
en 1937., el precio de la venta del predio fue de Un mil pesos ($1.000.00). |
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