MÁS ALLÁ DE LA PARAPOLÍTICA

Por Luis Eduardo Páez García

El escándalo de la "parapolítica", que tiene en vilo al país con sobradísimas razones, se ha prestado también para ocultar otros asuntos que inciden de manera directa en la vida pública de los colombianos y, en especial, en la de la región de Ocaña donde se preparan ya los precandidatos a la alcaldía, concejos y Asamblea, afilando, los unos, la lengua y los documentos de sus programas políticos y, los otros, la "tula" y las chequeras para iniciar la compra de votos entre los dirigentes comunales y los "líderes" que por estas fechas comienzan a hacer su aparición, sacando del cubilete mágico el presunto caudal electoral que tienen y que estará a disposición de quién más ofrezca.

Esta es, también, la época de los precandidatos fugaces, dispuestos a "negociar" su aspiración a cambio de alguna dádiva en la administración municipal o departamental. Es la época del negocio de algunos periodistas y de algunos noticieros, prestos a oficiar como embellecedores de imagen, hacedores de ejecutorias mentirosas, y demás triquiñuelas que se cubrirán muy bien bajo la autodenominación de "objetividad en la noticia", "democracia informativa", "neutralidad política" y otra serie de mensajes que ya conocemos los ocañeros, y tras de los cuales se desliza como serpiente el ansia canina del billete.

Asuntos que atañen a la opinión pública, a la comunidad en general, son, por ejemplo, los que tienen que ver con la calidad de los precandidatos. Es decir, si éstos tienen realmente idoneidad para estudiar y analizar la crítica situación de Ocaña y la región y revertir esos análisis en proyectos de Acuerdo racionales y sensatos; si los precandidatos a la alcaldía poseen la formación profesional que debe ser un requisito básico para aspirar, y si les cabe, objetivamente, el municipio en la cabeza; si los dineros que van a ser invertidos en las campañas son consecuentes con un espíritu de servicio o si son legales, porque, de hecho, quien está en capacidad de efectuar exorbitantes erogaciones para llegar a cargos cuyo suelo no pasa de los 2 ó 3 millones de pesos, algo está buscando distinto al servicio a la comunidad y lo más probable es que lo trate de recuperar en el ejercicio de sus funciones así se lleve al mundo por delante y deje quebrado al municipio. Casos ya se han dado.

Otro de los asuntos que van más allá de la cotidiana discusión sobre la parapolítica, es el de los candidatos al Concejo, provenientes de las Juntas de Acción Comunal. Apenas vamos en marzo de 2007 y ya copan buena parte de los espacios noticiosos, las intervenciones de "líderes" que arman campañas de beneficencia, protestan contra el alcalde porque no pavimentó los cuatro metros lineales del sector X o Y, cuestionan a los funcionarios de la Administración Municipal porque son groseros con ello, etc., etc., cuando hace apenas unos meses atrás guardaban preocupante silencio ante los problemas de sus propios barrios y de Ocaña, en general.

Todo el mundo tiene derecho a aspirar, pero: ¡OJO! los Concejos Municipales no son bolsas de empleo para desocupados que quieren ganarse unos pesos por calentar asiento. Los Concejos Municipales son nuestras instancias democráticas a través de las cuales tenemos la fortuna de ventilar la cosa pública, así subsistan fallas por su misma composición y estructura operativa. Creo que en las próximas elecciones, casi todos los actuales concejales aspiran a repetir. Ojalá esto no ocurra. Somos concientes que allí existen personas de las más altas calidades intelectuales, profesionales y humanas, pero también hay algunas que francamente debieran dedicarse a otros menesteres porque no han sido capaces, ni siquiera, de aprender los rudimentos de su quehacer en el período que culmina este año.