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Toda investigación histórica, se nos presenta en primera instancia, como la búsqueda de la verdad desde un punto de vista crítico que intenta reconstruir el pasado de la manera más objetiva y exacta posible, para lo cual, de manera sistemática recolecta, evalúa, verifica y sintetiza evidencias que permiten obtener conclusiones válidas /1. hacer historia señala Pedro Gustavo Huertas Ramírez- no consiste sólo en narrar o describir los hechos humanos ocurridos en un determinado lugar y en un tiempo específico. La verdadera historia consiste, en interpretar y valorar los hechos, aplicando los procedimientos apropiados a la naturaleza de esos hechos. El historiador no sólo necesita documentos para hacer historia; necesita también una preparación metodológica previa. En esto consiste, precisamente, la ciencia de la historia/2. El sociólogo y escritor Jesús Martín Barbero, al hablar de la necesidad de replantear las concepciones sobre las cuales se basa la cultura colombiana, manifestaba, lo siguiente: lo que le falta a Colombia, más que un mito fundacional, es un relato nacional, esto es, un relato que posibilite a los colombianos de todas las clases, razas, etnias y regiones ubicar sus experiencias cotidianas en una mínima trama compartida de duelos y logros. Un relato que deje de ubicar las violencias en la subhistoria de las catástrofes naturales, la de los cataclismos, o los puros revanchismos de facciones movidas por intereses irreconciliables, y empiece a tejer el relato de una memoria común que, como toda memoria social y cultural, será una memoria conflictiva pero anudadora . En nuestro caso, el Estado se construyó a partir de una violencia estructural o violencia de la representación, como también la llama Barbaero, ciento por ciento excluyente de los indígenas, los negros, las mujeres. Al hablar de la historia contemporánea de Ocaña, y de su registro historiográfico, nos asaltan algunas inquietudes: ¿quiénes han escrito sobre esta materia?, ¿sobre cuáles lineamientos ideológicos y metodológicos?, ¿qué se busca con historiar la Ocaña contemporánea?, ¿qué limitaciones tenemos los investigadores?, ¿qué tipo de temática se ha privilegiado?, ¿dónde está la función pedagógica de los historiadores?, entre otros interrogantes... En el caso de la historia contemporánea de Ocaña, quiero destacar algunos ejemplos de cómo, conociendo la realidad socioeconómica de la época, no se previó la ola de invasiones a tierras urbanas que se inició en 1963, con la ocupación de los terrenos del Tíber y aledaños. Tampoco se previó el crecimiento y modificación del área urbana de Ocaña, debido al fenómeno de las invasiones, y menos aún los traumatismos sociales, económicos, políticos y culturales que traería consigo el desplazamiento masivo de personas hacia la cabecera municipal. A esto, agregamos que los planes de desarrollo municipal, hechos desde la década de 1970 (Raúl Pacheco Ceballos, SENA, Luís Eduardo Vergel Prada, Hidrotec, hasta el PBOT), que se fundamentaron en el comportamiento histórico de la economía y la sociología locales, han sido en un altísimo porcentaje ignorados o despreciados por los mandatarios municipales de turno en el transcurso de estos 36 años últimos. CITAS:
1/ Jaime Abelardo
Ávila R., Luís Hernando Quintero. Metodología de la investigación.
Facultad de estudios a distancia y Educación continuada FEADEC, Pamplona,
1991, p. 49. | ||
COMENTARIOS
DEL ALONSO OJEDA AWAD | ||
Apreciado
Luis Eduardo y demas paisanos y amigos En primer lugar, quiero felicitar el esfuerzo academico de Luis Eduardo, al abrir esta urgente reflexión sobre la historia y la historiografía, que nos clarifique mejor estos términos, que tanta falta nos viene haciendo a los ocañeros, para asumir con mejor bagaje la comprensión de nuestra ya larga y centenaria historia. En segundo lugar, quiero agregar algunas aproximaciones a la definición de Historiografía e Historia: - Historiografía es el relato de la sucesión de hechos acaecidos, sin explicación con las relaciones económicas y de poder. - Historia, es lo que da cuenta del desarrollo de las fuerzas productivas, de las estructuras sociales y de las relaciones de poder. Desde este punto de vista considero, muy respetuosamente, que lo que debemos comenzar a dilucidar es nuestra verdadera historia, mucho mas alla de nuestra historiografía. Entender la historia de Ocaña es estudiar sus relaciones economicas, sus clases sociales, sus relaciones de poder, que indiscutiblemente esta unida a la larga historia Colombiana. Dejo hasta aquí mi primer aporte. Espero vuestros comentarios, para continuar el ejemplo de Luis Eduardo, produciendo documentos escritos que nos permitan reflexionar lo más seriamiente posible, sobre esta temática tan importante. Cordial abrazo Paisano
y amigo, Alonso Ojeda Awad | ||