Y DE LA CULTURA…¿QUÉ?

Por Luís Eduardo Páez García

Cuando concluimos esta columna, se mantiene la situación irregular en materia cultural, para el municipio de Ocaña. Quiero señalar aquí, el estado de las dos bibliotecas públicas municipales, cuya marcha y organización son del resorte de la Administración Municipal. El mal no es de ahora, estrictamente hablando. Procede de la anterior Administración que poco o nada hizo por fortalecer la institucionalidad cultural de Ocaña. La Biblioteca Pública Municipal "Luís Eduardo Páez Courvel", centro bibliográfico por excelencia de nuestro municipio, duró fuera de servicio durante varios meses, y los pocos en que estuvo abierta no prestó los servicios que le competen. De esto damos fe porque, por fortuna, logramos suplir en parte las deficiencias en materia de consulta a través de las Bibliotecas de la Academia de Historia de Ocaña. Ahora, con el cuento de la "biblioteca abierta", se les dio por trasladar del depósito de libros hacia la Sala de Lectura, los fondos bibliográficos, olvidándose, pese a nuestras recomendaciones, que la Biblioteca "Páez Courvel" contiene obras de gran valor bibliográfico que sólo deben consultarse por investigadores previamente identificados, para, por ejemplo, trabajos universitarios, actividades investigativas históricas o literarias, etc. Dejar todos los libros en "Biblioteca abierta", no deja de representar un serio peligro para muchas obras únicas que han aguantado el saqueo a que esta Biblioteca Pública de Ocaña ha sido sometida en diferentes épocas.

Por otra parte, no hay que olvidar que el Ministerio de Cultura, a través de la Biblioteca Nacional de Colombia, distribuyó los espacios del área de la Biblioteca, con base en recomendaciones de expertos. Es decir: una sala para la administración de la entidad, otra para la Sala de Cómputo, otra para el bodegaje de libros y la más grande, como Sala de Lectura. No fue capricho de los entendidos del Ministerio de Cultura. Todo se hizo de acuerdo con las exigencias operativas y de servicio público. Ahora, como lo podrá comprobar el visitante y los periodistas de Ocaña, se suprimió la Sala de Lectura aplicando el criterio de "Biblioteca Abierta", lo cual cercena la posibilidad que el espacio de la Sala de Lectura se torne en Auditorio del Municipio, como se venía haciendo.

Las tertulias literarias de los viernes y la posibilidad de conferencias, talleres y charlas en la Biblioteca, ha desaparecido. La Biblioteca "Páez Courvel", ha perdido su característica de lugar de encuentro ciudadano, como se estila hoy en este tipo de instituciones. Y la Biblioteca Pública "Mario Javier Pacheco", localizada en la Ciudadela Norte, creada por iniciativa de la misma comunidad, apenas hasta hace poco comenzó a funcionar, después de estar cerrada a la comunidad por bastante tiempo y sus libros tirados en el piso como le consta a muchas personas que visitaron la Escuela de Santa Clara, meses atrás. Desde otro ángulo, con frecuencia recibimos las quejas de la comunidad, con relación a la efectividad del Consejo Municipal de Cultura. Hasta el momento, y después de un largo periodo de sesiones, nada se ha hecho en pro de la cultura municipal. Nos preocupa esta situación porque se avecinan certámenes relevantes en la historia nacional y departamental, que amerita un tratamiento serio.

Y ahora que se habla tanto de la participación, es bueno entender que a los grupos o instituciones culturales de Ocaña, de carecer privado, se nos dificulta muchas veces empezar o continuar procesos sin el apoyo oficial. En este sentido, hacemos un llamado a la Administración Municipal para que, a través de su Secretaría de Educación y Cultura, dedique más tiempo al quehacer de la cultura ocañera, a fortalecer sus instituciones y a trazar una política cultural clara para el municipio de Ocaña, hasta ahora inexistente.