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El 30 de octubre, el Alcalde Yebrail Haddad inauguró la Feria del Libro en Ocaña, ideada por la Fundación Don Bosco. En el acto de apertura, llevaron la palabra el Alcalde, quien destacó la importancia del certamen, don José Emiro Salas, a nombre de la Fundación Don Bosco, impulsores de la Feria, y Karina Casadiego, en representación de la Secretaría de Cultura de Norte de Santander.
Durante la mañana y la tarde del jueves, se efectuaron talleres artísticos
y literarios para estudiantes, presentación de obras de teatro y conferencias.
Hacia las 7:30 de la noche, se rindió homenaje al historiador Jorge Meléndez
Sánchez, en una velada artística que tuvo lugar en la plazuela de
San Francisco. El escritor y académico recibió un merecido reconocimiento
de parte de los organizadores de la Feria y la Asociación de Escritores
de Norte de Santander. Intervinieron en este acto, don José Emiro Salas,
el doctor Leonel Rodríguez Pinzón y el homenajeado, quien agradeció
el homenaje y disertó sobre su quehacer como escritor. La parte artística,
estuvo a cargo de la Coral de la Escuela de bellas Artes, el grupo "armonía
Tres" y las danzas del municipio de La Esperanza. El viernes 31, el recinto del Colegio Don Bosco vio nuevamente colmado de estudiantes asistentes a los talleres de poesía, promoción de lectura para niños y jóvenes, pintura y artesanía, auspiciados por la Gobernación y la Alcaldía de Ocaña y el concurso "Mejor disfraz y mejor representación de personajes del Desfile de los Genitores". En el primer segmento de obras presentadas, se contó con la presencia de los escritores Jorge Meléndez, José del la Cruz Vergel Jaime, Maye Santos y Norwell Calderón. Otras figuras de la literatura nortesantandereana, como Renzo Said Sepúlveda, Ocar Schonewoolf, Mario Javier Pacheco García, Monseñor Leonel Pineda Guerrero, Johny Armando Sánchez, Lumar H. Quintero Serpa, Jesús Neira Quintero, Adolfo Jácome. Alirio Peñaranda y Alonso Montagut, presentaron sus libros o delegaron esta actividad en sus allegados. Ciro Martínez Bencardino, escritor convencionista, fue también destacado por los organizadores de la Feria, así como el poeta Gabriel Angel Páez Téllez, fallecido recientemente. La Feria del Libro se convirtió en una ocasión propicia para el encuentro de los creadores y para la reflexión sobre el oficio de la escritura en la región de Ocaña. La convocatoria, hecha por la Fundación Don Bosco, Secretaría de Cultura del departamento y Alcaldía Municipal, con el acompañamiento de la Cámara de Comercio, Corporación Cultural Desfile de los Genitores, Asociación de Artistas Plásticos de la provincia, Secretaría de Educación Municipal, y Red Departamental de Bibliotecas, llegó a quienes valoran la cultura, la importancia del libro y el quehacer intelectual. Lo ideal hubiese sido una asistencia masiva de profesores, estudiantes y cultores a la Feria. El resultado final, que vimos como una sensibilización dirigida hacia la sociedad ocañera para que vuelva a retomar el hábito de la lectura, vuelva a valorar lo propio y participe de las oportunidades que se le brindan para crecer, nos pareció aceptable y aspiramos que más adelante rinda sus frutos en una nueva generación de ciudadanos cultos, responsables y comprometidos con su entorno. Al fin y al cabo, el ejercicio literario, como toda actividad cultural, ha de estar unido al compromiso social y a la transformación de la sociedad. Desde esta columna, agradezco a los organizadores de la Feria la deferencia para conmigo, en el homenaje que se llevó a cabo en este certamen histórico que cerró con un balance positivo para Ocaña y la región.
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