| Con
una serie de actos artísticos y académicos, Ocaña celebra
sus 440 años de historia el 14 de diciembre. Desde que se fundara la Academia
de Historia en 1935, ha sido nuestra preocupación que la efeméride
se celebre con altura y con una amplia participación de la sociedad civil.
Así
fue en ápocas pasadas, hasta que, lamentablemente, otros intereses menos
edificantes comenzaron a penetrar todas las esferas sociales, económicas
y políticas de nuestro entorno. La elegancia y la intelectualidad comenzaron
a ser reemplazadas por la vulgaridad y la improvisación hasta convertir
el cumpleaños de Ocaña en escenario de francachela que nada le aporta
a la comunidad. De
todos modos, desde la Academia seguimos conmemorando el aniversario de fundación
con nuestra modesta sesión solemne y pública, abierta a todas aquellas
personas que todavía sienten la patria chica en el alma, y les duele su
suerte nada halagüeña, por cierto. Estos 440 años de historia
nos han servido para proseguir en el análisis de los problemas locales,
para divulgar nuestro acervo patrimonial e histórico y para hacer llamados
a construir municipio desde la cultura. La Academia de Historia ha presentado
su balance de actividades que puede consultarse a través del blog: http://academiaocana.blospot.com.
Allí mostramos los resultados de nuestra actividad durante 2010, aspirando
que para el año entrante podamos llevar a cabo la Cuarta Semana Cultural
de la Gran Convención y el Tercer Encuentro de Historiadores del Gran Santander,
homenajeando al Colegio Nacional de José Eusebio Caro en sus 100 años
de vida institucional, a la Virgen de Torcoroma en sus 300 años de aparición
y al historiador convencionista Alejo Amaya en sus 100 años de fallecimiento.
Pese
a la ola invernal que ha causado estragos en la región de Ocaña,
dejando a muchas familias en la miseria, es nuestro deber continuar luchando por
esta tierra a la cual le debemos todo. En medio de las tribulaciones, del asedio
de los paramilitares y la guerrilla, han de levantarse las voces firmes de los
hijos de esta provincia para clamar por la paz y exigir de los grupos armados
el mínimo respeto por los Derechos Humanos, por la Democracia y por la
coexistencia pacífica. | | Para
quienes no recuerdan nuestra génesis histórica, hagamos un poco
de memoria: La ciudad de Ocaña fue fundada el 14 de diciembre de 1570 por
el Capitán Francisco Fernández de Contreras, por orden del Cabildo
de Pamplona. Su jurisdicción se sujetó a la provincia de Santa Marta
donde era mandatario, por aquella época, don Pedro Fernández del
Busto, natural de Ocaña (España), y en honor a quien se dio el nombre
al nuevo poblamiento.
En
la Independencia, la ciudad recibió con honores a Simón Bolívar
en 1813 y aquí se formó la Compañía Libres de Ocaña,
con ciudadanos de Ocaña, de Río de oro y otras poblaciones vecinas.
En
1828, fue epicentro de la Convención Constituyente de la Gran Colombia
que trató en vano de cambiar la Constitución expedida en Cúcuta
en 1821.
En
1849, por ley de la República, fuimos Provincia. La economía de
la comarca ocañera se destacó hacia finales del siglo XIX, decayendo
luego sensiblemente ante el apogeo de otros centros como Bucaramanga y la construcción
de carreteras que desviaron el tráfico de mercancías hacia otras
zonas.
En
1929 se inauguró el Cable Aéreo Gamarra-Ocaña y solo hasta
la década de 1940 pudimos contar con carreteras apropiadas para desembotellar
la región.
La ciudad cambió a partir de 1963, cuando se
produjeron las primeras invasiones a tierras urbanas. Y para mayores males, en
la década de 1980 comenzó la nueva violencia que cobró la
vida de muchos hijos de la zona y afectó la economía de manera grave.
Hoy,
los hijos de Ocaña luchan por mantener en alto el legado cultural de los
ancestros, enfrentando el poder económico, la corrupción y la falta
de compromiso de algunos, desde las trincheras de las artes y las letras que,
para fortuna, siguen en pie.
¡FELICIDADES
Y RESISTENCIA, AL PUEBLO ALTIVO DE OCAÑA!..
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