Por
qué no reflexionamos a qué nos vamos a dedicar en lo que se refiere
a nuestra vida espiritual en familia, o en nuestra responsabilidad personal, de
las próximas horas? Fácil, mi apreciado amigo. Como nos vamos familiarizando
con lo que nos enseña la liturgia de cada semana. Por ejemplo, nos propone
que leamos con mucho amor 3 pedacitos de la BIBLIA que te los voy a señalar:
1-Jeremías
20,7-9. 2-Romanos
12,1-2. 3-San Mateo 16,21-27. Quiero
hacerte como una síntesis del pedacito de san Mateo: "Dice
JESÚS: Si alguno de ustedes quiere venir detrás de mí...
cargue con su cruz, y sígame... Pues de qué le sirve a uno ganar
todo el mundo, si pierde su vida? ¿O qué puede uno dar a cambio
de su vida? (san Mateo 16,24-26). Te
propongo algo que nos ayuda a profundizar: cuáles son las palabras o las
frases dignas de meditar. Fíjate
bien: Cargar la cruz. Otra, ganar todo el mundo. Y más, perder la vida...
Y otras palabras o ideas que tú puntualizas cuando te acercas con mucha
piedad a cualquier página de la ESCRITURA sagrada. ¿No te parece
raro que a estas alturas del año octavo del siglo 21, la Iglesia católica
nos resulte hablando sobre un tema que se llama, la CRUZ? Te escribiría
con algún atrevimiento esto que sigue: ¿Y eso con qué se
come? ¿En dónde vive? a qué número de celular o fijo
puedo llamar? ¿Y cómo le puedo conversar? ¿Y eso de, ganar
el mundo, a quién se le ocurre hablar de perder, si todos queremos GANAR?
¿Y lo de perder la VIDA, todavía más complicado para entenderlo?
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