FRANCISCO CALIXTO ANGARITA, Presbítero
Por Luis Eduardo Páez García
(Historia de la literatura de la región de Ocaña, siglos XVIII a XXI)

Sacerdote, escritor y orador sagrado nacido en Ocaña el 14 de octubre de 1883 y fallecido en la misma ciudad el 13 de septiembre de 1964.

Fue ordenado como sacerdote el 12 de noviembre de 1911 por Monseñor Francisco Simón y Rodenas. Párroco de La Playa de Belén (1912), de San Agustín, Ocaña, de Cota (Cundinamarca) y Aracataca.

 
 

 

Cuando se encontraba desempeñando su ministerio en esta última población, tuvieron lugar los violentos incidentes contra los trabajadores de la Zona Bananera, y el padre Angarita intervino con sus denuncias y recopilación de testimonios en pro de los trabajadores, los cuales sirvierón como base al doctor Jorge Eliécer Gaitán para sus históricos debates parlamentarios contra el gobierno conservador de aquella época.

Sacerdote, escritor y orador sagrado nacido en Ocaña el 14 de octubre de 1883 y fallecido en la misma ciudad el 13 de septiembre de 1964.

Fue ordenado como sacerdote el 12 de noviembre de 1911 por Monseñor Francisco Simón y Rodenas. Párroco de La Playa de Belén (1912), de San Agustín, Ocaña, de Cota (Cundinamarca) y Aracataca. Cuando se encontraba desempeñando su ministerio en esta última población, tuvieron lugar los violentos incidentes contra los trabajadores de la Zona Bananera, y el padre Angarita intervino con sus denuncias y recopilación de testimonios en pro de los trabajadores, los cuales sirvierón como base al doctor Jorge Eliécer Gaitán para sus históricos debates parlamentarios contra el gobierno conservador de aquella época.

Durante su permanencia en la parroquia de La Playa de Belén, fundó y dirigió la Hojita Parroquial (febrero de 1913), uno de los primeros sueltos de índole religiosa en el país. (Ver artículo)

Colaboró con el Adalid Católico y en la revista Hacaritama del Centro de Historia de Ocaña, donde dio a conocer valiosas crónicas de la antigua Ocaña.

Una completa biografía del padre Angarita, fue publicada en la revista Hacaritama (Nº271, diciembre de 2002), por monseñor Leonel Pineda Guerrero, donde se analiza la trayectoria del meritorio sacerdote como periodista, cronista y pastor, destacando su figuración cuando fue párroco de Aracataca, el bautizo de Gabriel García Márquez y el doloroso capítulo de la masacre de las Bananeras. Se inserta en el ensayo biográfico escrito por Monseñor Pineda, valiosa documentación histórica que hoy nos revela la dimensión humana y la entereza de carácter del Presbítero Francisco Calixto Angarita, gracias a cuyas denuncias el doctor Jorge Eliécer Gaitán desarrolló sus debates parlamentarios contra el gobierno de aquella oscura época.

Resulta bien ilustrativo, para comprender la posición cristiana de Angarita, el elogio que de él hace el caudillo liberal, y que se encuentra en la obra 1928.

La masacre de las bananeras:

Cuando yo veo, señores, que ciertos misioneros de Cristo se olvidan de su deber de caridad, que se alejan del sitio donde los enfermos reclaman sus auxilios; de los inocentes muchachos de nuestra ciudad que a altas horas de la noche la atraviesan porque la injusticia social con ellos no se compadece; cuando observo que esos sacerdotes abandonan la aldea en donde mueren en tinieblas de ignorancia los míseros campesinos que piden el beso de la luz espiritual, siento entonces que todas las fibras de mi humanidad, tiemblan en ritmo de ira y comprendo que aquellos misioneros de Cristo son fariseos que traicionan sudoctrina… La Iglesia vive, la Iglesia se fortalece, la Iglesia crece, la Iglesia no perecerá nunca mientras haya espíritus de ternura como el Padre Angarita, que así comprenden su deber de misioneros de Cristo, de legatarios de la doctrina que fue amor, que fue paz, que fue luz.

El estilo literario del Padre Angarita -nos dice monseñor Pineda- es ágil, vigoroso y salpicado de gracia lo mismo en los semanarios parroquiales que fundó y dirigió, donde aparece su celo apostólico y su preocupación social como en la crónica, en la cual se refleja su amor por Ocaña y su solicitud por rescatar del olvido hechos y personajes de nuestra historia local.

Y en efecto, crónicas como las referidas a la Cooperativa Fraternal de Ocaña que funcionó entre 1897 y 1899, sobre la fiebre amarilla y las compañías de teatro que visitaron la ciudad a finales del siglo XIX, todas ellas publicadas en la revista Hacaritama, nos confirman este aserto de Monseñor Pineda.

Obra: Apuntes para la historia del culto a la imagen de Jesús Cautivo o Santo Ecce Homo. Biblioteca de Autores Ocañeros, Volumen 5, 1970.