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A raíz de mis constantes visitas a la hermosa casona de las PEREZ, logré
aquilatar una amistad y una familiaridad fuera de toda comparación, con
aquellas hermosas mujeres. Constantemente me invitaban y entonces bajaba desde
mi casa que quedaba en el Barrio Santa Marta, hasta el otro extremo del pueblo,
es decir al frente de la edificación en donde hoy funciona el colegio,
advirtiendo que a las mencionadas visitas, asistía yo revestido con mis
mejores galas, que en ese entonces no pasaban de ser un pantalón corto
sostenido por unos cargadores de tela que se apuntaban en forma de equis, a sendos
botones en la pretina delantera, una camisa azul, de popelina, a la que mi mamá
le había agregado dos grandes remiendos para compensar las sesgaduras hechas
en mis interminables sesiones de juego y finalmente un par de cotizas nuevas hechas
en suela de cuero y que con el producto de la ropa lavada por sus blancas manos
a la familia Pacheco Pérez, me había comprado tía "Carmita",
en la tienda de Don Luís Claro ... Entonces allí, en la amplia casona
de paja y teja de Don Joaquín y Doña Romelia, aprendí a escuchar
la forma natural como aquellas mujeres, sin la más leve preparación
musical, combinaban sus voces y convertían sus gargantas en arpegios y
trinos que arrancaban a mi alma las más hondas sensaciones. Solía
quedarme muchas veces todo el día acompañándoles con sus
propias guitarras, las más variadas canciones y los ritmos más disímiles,
sin el menor asomo de cansancio ni pereza y bien entrada la noche, casi por insinuación
de ellas mismas, solía regresar a mi casa a soportar con el mayor estoicismo,
pero satisfecho, las interminables retahílas de mi mamá... La
vida colegial nos fue envolviendo poco a poco y fue así como gracias a
nuestro paso por la coral que fundó y dirigió nuestro nunca bien
ponderado César Julio Contreras, descubrimos con NENA, nuestro gusto y
afinidad por el canto: Entonces por sugerencia de muchos de nuestros compañeros
y del mismo Contreras, decidimos conformar un dueto que inicialmente se llamó
"SEMILLAS", pero que por sugerencia de la primera Secretaria que tuvo
el colegio, la señora Alba Lucy Yaruro Navas, pasó posteriormente
a llevar nuestros propios nombres NENA y ALONSO. Así de esa manera comenzamos
a ensayar y a cantar en cuanto evento, reunión social, misa, entierro,
navidad, semana santa o 20 de Julio, se presentara en el alborozado pueblito,
que ya para entonces rezumaba alegría y jolgorio, gracias al ambiente cultural
que imponía el colegio y sus estudiantes. Cada
vez que debíamos presentarnos en algún tipo de actividad, cultural,
religiosa o social, ella se transformaba maravillosamente... Con esa altura de
palmera al viento que la hacía sobresalir sobre el resto de nuestras compañeras
y el garboso andar con que solía estremecer nuestras inocentes pubertades,
se ponía justo a mi lado para poder interpretar el lenguaje intangible
de los signos que utilizábamos para entendernos en el manejo de las voces
y las entradas y paradas que nos exigían las canciones que interpretábamos.
Fue una época hermosa. La más fructífera quizás en
lo que respecta a mis composiciones. Ella casi siempre que íbamos a actuar
dentro del colegio, me exigía que las canciones a entonar fueran de mi
autoría y yo que tanto acataba sus pedidos, me trasnochaba tratando de
hacer algo bueno y digno de su voz. A NENA, le debo entonces, mis primeras canciones:
REDENCION, MI CANCION ES COMO YO, VOS SEÑOR, QUE NOCHE LA DE ESTA NOCHE,
QUIERO SER MEJOR y un sin número de títulos que estoy seguro, muchos
de los compañeros que lean este escrito, recordarán talvez con nostalgia,
otros con alegría, otros con tristeza, pero con la plena seguridad que
las cosas fueron y se dieron tal como las cuento. Y no solamente cantábamos
mis canciones, también fuimos intérpretes de aquellas que escuchábamos
en Radio Uno, de Cali; la Voz de Bogotá, Radio Santa Fe, Radio Metropolitana
y muchas otras que nos permitieron enamorarnos de artistas como Pablus Gallinazo,
con "Una flor para mascar"; Ana y Jaime, con "Café y petróleo"
; y dentro de la música andina colombiana, los duetos de, Garzón
y Collazos y Los Hermanos Martínez y Silva y Villalba; La Negra Grande
de Colombia, con su "Campesino de Ciudad"; Mario Gareña, con
su "Yo me llamo Cumbia" y muchos otros que nos ayudaron a comprender
a través de sus canciones, la visión del mundo y de la realidad
social que nos tocó enfrentar, entonces. Podría agregar que no hubo
concurso de canciones que nuestro dueto no ganara por esos días, incluido
alguno realizado en la ciudad de Ocaña y al cual siempre asistimos como
invitados especiales. Como
es apenas previsible, en esta alocada carrera hacia la finitud, la margarita Josemarista
empezó a deshojarse en el años de 1975, cuando cada quién
emprendió su rumbo en búsqueda de la realización completa.
Algunos de sus pétalos murieron en el intento, por circunstancias que sólo
Dios en su insondable sabiduría conoce. El primero de ellos, fue JAIME
AREVALO CLARO, apodado cariñosamente por nosotros "El Bogotano";
le siguió en su peregrinar hacia el infinito, RAMON DAVID GARCIA CELIS,
("MONCHO" a secas para todos) quien luego de habernos entregado su amistad
desinteresada, se comprometió con los destinos de su amado pueblo y le
entregó una parte de su vida, obteniendo un sin fin de realizaciones que
aún repercuten en la mente y el corazón de sus coterráneos;
la tripleta dolorosa e inexplicable, la continuó MARIA NICOLASA PEREZ CLARO.
"COLASA", como siempre le llamamos, también fue una mujer de
excelentes condiciones morales y sociales que estuvo también al frente
de los destinos del municipio y supo canjearse el favor de la comunidad, fue amiga
de todo el mundo, especialmente de los más humildes. Completando esta imponderable
cadena de amargos desencantos, nos vuelve a enfrentar con la cruda realidad, el
doloroso fallecimiento de NENA. La última vez que nos vimos fue hace diez
años, más exactamente para las Bodas de Plata Josemaristas, cuando
tuvimos la oportunidad de compartir con otros compañeros de la primera
promoción, un trago largo de ternura, de sincero reconocimiento a esa amistad
que a pesar de las distancias se mantuvo imbatible y fuerte contra los devastadores
efectos del tiempo.... Quisiera terminar esta breve evocación, con una canción que escribí para homenajear a mi primera novia, pero que por esas extrañas y curiosas circunstancias de la vida, fue dedicada posteriormente a NENA PEREZ, escrita en papel pergamino con tinta china y plumilla con mango de palo y de la cual siempre se sintió orgullosa, casi hasta la pedantería... Le gustaba mucho cantarla. Aquella última vez que nos vimos, la cantamos hasta las lágrimas... ¡Ojalá no termine nunca de cantarla, ahora en dueto con su hermana Magola, allá donde donde titilan coquetamente las más bellas estrellas playeras y desde donde nos mira y protege, con la venia de Dios, el lucero azul de la esperanza....!!! QUIERO
SER MEJOR En
una cama de piedra descansaré Girón, Julio 18 de 2007 | |||