Un
día Dios se cansó de ver a "la ignorancia" vagando por
el mundo, sin oficio; quitándoles la oportunidad a los hombres de conocer
la sabiduría, de desarrollar su inteligencia. Entonces instruyó
a un grupo de ángeles, a los cuales les encargó la misión
de aprehenderla y destruirla... La bondad del Creador, concedió a los humanos,
la libertad de nombrar a estos "seres" de acuerdo a la imaginación
y creatividad de cada uno, de tal manera que empezaron a llamarse MAESTROS,
PROFESORES, PADRES TUTORES, etc.
Tuve
la feliz oportunidad de conocer tantos y tan variados en el transcurrir de mi
infancia y mi adolescencia y pienso que a ellos les debo todo lo que soy... Esos
ángeles siempre estuvieron allí presentes, a mi vera, con el abrazo
cálido, la palabra fértil, el consejo certero y la sonrisa ampulosa
de cariño...
Con
la convicción de tener una vieja deuda de gratitud con ellos, quiero recordarlos,
sino a todos, por lo menos a quienes tuve más cerca y marcaron de una u
otra manera mi existencia:
HERNÁN
PÉREZ SÁNCHEZ, mi primer maestro, culpable de mis primeras letras
y mis primeros sueños. De él aprendí la relación perfecta
entre el premio y el castigo: Una almendra rellena de miel de abejas para los
aplicados y estudiosos o una gruesa regla de madera sobre la palma de la mano,
para los desjuiciados e irresponsables... Y vaya si los había, tan curtidos
por la experiencia del castigo, que hasta se daban sus mañas para lograr
que mediante dos pestañas en cruz y unas gotas de agua bendita, colocadas
en la palma de la mano, la tenebrosa regla volara por los aires partida en dos
mitades, ante el asombro y la incredulidad de maestro y alumnos...
"El
Tesoro de la Juventud", fue un verdadero tesoro que se incrustó en
lo más recóndito de mi memoria para siempre. Se trataba de una enciclopedia
de varios tomos, cuyo dueño, mi maestro HERNÁN ARÉVALO CARRASCAL,
me dio la oportunidad de leer y degustar hasta la saciedad, junto con las famosísimas
SELECCIONES DEL READER' DIGEST, las cuales, mucho tiempo después, se convirtieron
en mi compra mensual obligatoria. Al profesor Hernán, mi eterna gratitud,
por haber sembrado en mi corazón esa fecunda semilla de la lectura y por
haberme puesto, como efectivamente lo hizo durante mucho tiempo ante sus alumnos,
como un ejemplo del poder que ejerce en los hombres este edificante hábito.
A
mi querida y nunca olvidada profesora AURA ELSA CLARO TORRADO, le debo la dulzura
y la paciencia de una madre, para entregarme ese cúmulo de conocimientos
que escribió en el tablero de mi imaginación y una frase que me
hizo escribir decenas de veces, para que siempre a través de la historia
de mi vida, le agradeciera su corrección: "LA PALABRA HUESO
NUNCA SE ESCRIBE CON Z".
CÉSAR
PACHECO JÁLABE, un maestro que vino de Cali por esas épocas
y que nunca pudo enseñarles a Tomás Alberto Claro Peñaranda
y Carlos Enrique Armesto, lo que se pregonaba entonces de que: "la letra
con sangre entra", acabando de esta manera con la historia estudiantil de
Carrique y de paso con los amores que el profesor llevaba con Cecilia, la hermana
de Tomás Alberto, también tuvo su injerencia en mis primeros años
de escuela, pues de él aprendí la definición más elemental
y a la vez más profunda sobre el significado de lo que en geometría
significa la palabra punto. Como yo en razón de la edad era muy hablador
durante el desarrollo de las clases, al punto de desesperar al profesor, pues
un buen día me agarró de la oreja derecha, me levantó de
la banca y lanzando con mucha fuerza un pedazo de tiza hacia el tablero, me obligó
a repetir con él: "Punto es la huella que deja un objeto sobre una
superficie al tirarse." Cabe anotar que jamás he olvidado la singular
definición, ni la mancha roja que tiñó mi camisita blanca,
por el efecto del tirón de oreja...
Con
DORIS NOGUERA conocí la más hermosa frase de mi niñez:
"El hombre más respetado no es el que más tiene, sino el que
más sabe y a su vez es humilde" Esa frase hube de aplicarla en muchas
instancias de mi vida, cuando por circunstancias de trabajo o de estudio aparecían
los prepotentes que querían comprar el mundo con dinero, aun siendo merecedores
de lástima por su ignorancia.
TERESA
CLAVIJO LOPEZ (q.e.p.d.), fue el prototipo de la maestra que inundó
nuestros infantiles corazones, no sólo con poder de sus enseñanzas,
sino con la magia de su esbelta figura, siempre fresca, siempre radiante. Aunque
fue muy corta su carrera como docente pues murió muy joven, siendo esposa
de Numael Tarazona Ramírez, siempre guardo el mejor de sus recuerdos, ya
que me enseñó que la verdadera razón de la existencia humana
es la bondad y la fe, virtudes que estoy seguro le dieron el boleto de entrada
al Palacio del Justo, hace ya muchos años...
¡Cómo olvidar
entonces esa vieja Escuela Urbana Integrada, de La Playa de Belén!!! Allí
permanecerán por siempre nuestra risas, nuestros sueños, nuestras
ilusiones, nuestros pesares y lo más importante, la palabra fecunda de
aquellos ángeles protectores que auscultaron nuestras almas, para sembrar
en ellas esa sabia semilla de la educación, para hacer de nuestra existencia
ese templo en el que hoy les rendimos un homenaje de admiración y respeto,
con el fervor y el cariño que quizás siempre quisimos manifestar,
pero que nunca encontramos el momento justo o la ocasión propicia para
hacerlo.
Sería
imperdonable no recordar también, aquí y ahora, nuestra experiencia
en el bachillerato, porque ahí también brillaron con luz propia,
muchos apóstoles de la enseñanza de quienes aprendimos, con más
madurez, a edificar poco a poco ese proyecto de vida del que hoy hacemos parte.
"Esa
vieja casona solariega que educando a sus hijos liberó". Se me ocurre
pensar que esta frase del Himno de FUNDAPAC, resume en forma sucinta, la primera
etapa del Colegio Fray José María Arévalo, en un momento
donde era imprescindible que la educación secundaria llegara a nuestro
pueblo... Y llegó de la mano y la inventiva de un educador innato que creía
en la pujanza y la visión progresista de los playeros. CESAR JULIO CONTRERAS,
no sólo fue pastor espiritual de almas, sino un maestro consagrado a sus
estudiantes. Siempre quiso que los tímidos alumnos de entonces, nos convirtiéramos
en los personajes que se encargarían de abrir la brecha generacional que
rompiera ese mito de ser uno de los pueblos más olvidados de la Provincia
de Ocaña, y a fe que lo logró, por que cada vez son más los
profesionales playeros que escalan el universo laboral y social del país,
callada pero seguramente. Para él mi fraterna gratitud y mis oraciones
permanentes por su bienestar.
Debemos
tanto a esa vieja generación de maestros josemaristas, que no nos alcanzaría
el tiempo para testificar sus logros. Sólo bástenos decir que de
RAUL QUINTERO JÁCOME (q.e.p.d), nos quedó aparte de los consabidos
conocimientos en las áreas de español, geografía, historia,
etc. la plasticidad de la danza y la versatilidad del teatro, como íconos
que representan la obsesiva afición que en vida le profesó a las
artes en cualquiera de sus múltiples facetas.
La
biología en versión del profesor HERNANDO TRIGOS IBAÑEZ,
era la más clara manifestación de una clase amable, acogedora e
instructiva, al punto que los minutos volaban y fuimos capaces en más de
una ocasión de pedir alargue. De su estricticidad y academicismo, nadie
pudo dudar. Su clase era temida y esperada a la vez, por eso nadie osaba perturbarla,
hasta que un día quien escribe estas líneas tuvo el arrojo de hacerlo,
situación que desató su indignación, manifestándome
que como castigo a mi atrevimiento, debía preparar para la próxima
clase una conferencia sobre todas las parafilias o desviaciones sexuales existentes.
Se podrá imaginar el amable lector, los alcances de semejante cometido.
Contaba el colegio con dos cursos apenas, no existían en esa época
bibliotecas, ni las posibilidades que nos ofrecen los medios modernos, el acceso
a la información era muy limitado por no decir que nulo, pero tratándose
de la clase del profesor Hernando, había que ingeniárselas de alguna
forma y la única forma que encontré, fue viajar a la ciudad de Ocaña
y recorrer las bibliotecas de instituciones como el Colegio Caro, la Normal de
Varones y la vieja biblioteca del Seminario Conciliar de Ocaña. A trancas
y mochas, como se dice popularmente, logré reunir la información
necesaria para tratar de montar en menos de ocho días, la famosa conferencia.
Con todo el estoicismo de que fui capaz, me presenté el día señalado
y ante la presencia del rector, la secretaria, los docentes y los dos cursos reunidos,
dicté mi charla. Al finalizar la misma, me felicitó el propio rector,
advirtiéndome que el único detalle salido de contexto, había
estado en el inicio, cuando manifesté: "Como ustedes habrán
oído por la prensa y leído por la radio..."
Del
profesor CIRO ORTEGA VELÁSQUEZ conservo, aparte de mi aprecio y
gratitud, un profundo sentimiento de admiración por su inteligencia, su
sabiduría, su manera reposada y práctica de mirar el mundo, quizás
por ello mucho tiempo después le dio por licenciase en filosofía.
Yo sentía una especial curiosidad por saber por qué nunca lográbamos
que errara en sus respuestas a cuanta pregunta por difícil que fuera, le
hiciéramos, pues aun en momentos de solaz y distracción cuando echábamos
mano de alguna espirituosa copa y el licor embriagaba los sentidos, suponíamos
que sería la hora apropiada, entonces buscábamos un nombre de algún
deportista extranjero para solicitarle nos explicara todo sobre ese historiador
y el profe Ciro, con su mechón sobre la frente y con esa eterna sonrisa
de "no me crean estúpido", comenzaba a narrarnos la historia
del personaje con lujo de detalles en cuanto a fechas, deporte al que pertenecía,
funciones y todo lo que para nuestro asombro, debía ser del conocimiento
natural de alguien bien entendido en la materia y no de un simple profesor de
matemáticas...
JOSÉ
DE LOS ÁNGELES NAVARRO (Chepe), nos signó con la huella indeleble
del miedo al ejercicio físico, cuando en aquellos días se desempeñaba
como docente de Educación Física, era tan estricto su programa de
trabajo, que la mayoría de sus alumnos temíamos la llegada de las
dichosas clases, sobre todo las mujeres quienes por razón de su género,
había momentos en que no podían ni debían realizar pruebas
de resistencia física. Hasta que un día, en el templo del fútbol
playero, la Cancha de Los Estoraques, ocurrió lo que más de uno
habíamos deseado con vehemencia. Una de nuestras compañeras no resistió
la prueba a que estábamos siendo sometidos y cayó, cuan larga era
sobre la arenosa cancha. A partir de esos momentos, el modus operandi de la famosa
materia dio un giro de muchos grados para satisfacción de todos, especialmente
de las féminas, que veían la clase como una verdadera tortura. Pero
sea el momento para agradecer al profesor Chepe, por tantos años, mas o
menos 35 al servicio de la causa educativa y siempre con la misma resolución
y entusiasmo de aquellos lejanos años.
ROSELIA
PACHECO CARRASCAL, tiene un lugar especial en mi corazón por ser la
artífice de un sueño que siempre había rondado en mi cabeza,
la creación de un periódico mural. De esa benefactora alcahuetería,
nació IMPACTO, quizás el primer periódico que tuvo nuestro
pueblo a nivel educativo. Fue la expresión sencilla en primer momento de
mi sensibilidad hacia la literatura. Se elaboraba a máquina y se colocaba
en la cartelera principal del colegio, con escritos en su mayoría de mi
autoría y de algunos maestros que colaboraban pero sin identificarse. Posteriormente
la idea fue adquiriendo un arraigo especial entre los compañeros, entonces
con la ayuda de Roselia, procedimos a buscar articulistas dentro de los grupos
y a definir el periódico por secciones (Editorial, cultura, deportes, literatura,
entretenimiento...etc.) y con el apoyo directivo, comenzamos a imprimirlo en un
mimeógrafo que había sido obsequiado por una entidad gubernamental
de la ciudad de Cúcuta. Largas y dispendiosas noches de insomnio nos deparó
la publicación de los cincuenta ejemplares que trimestralmente se sacaban
a la luz pública. Con el paso de los días y la confianza que fuimos
adquiriendo de los lectores que con avidez esperaban la siguiente edición,
me convertí en el eco contestatario de todo lo que tuviera que ver con
fallas en la administración municipal y otros aspectos de la vida pública,
lo que produjo malestar en algunas autoridades hasta el punto de verme involucrado
sumariamente y a tan corta edad, en un proceso judicial, situación que
puso fin a la corta historia de tan hermoso proyecto.
CARMELA
OJEDA, fue también mi profesora de español en el año
de 1995, época en la cual, gracias a su amistad personal, logré
conocer las hermosas tierras de Convención, municipio emprendedor por excelencia,
productor de panela y patria chica de una serie de personajes de amplia relevancia
a nivel provincial, departamental y nacional. A ella mis afectos donde quiera
que el destino la tenga cumpliendo su extraordinaria labor.
En mi paso por
el Colegio José Eusebio Caro de Ocaña, de donde egresé en
el año de de 1977, también tuve la fortuna de conocer excepcionales
maestros que dedicaron y dedican sus mejores horas al ejercicio de la docencia,
sin menoscabo del cariño y la solicitud con que siempre se desempeñaron.
Mi
recuerdo perdurable para RUTH BARBOSA y sus magistrales clases de literatura.
Ni una coma pasó sin corregir ante su ojo avizor, ni una tilde, ni un sigo
gramatical. Llegan a mi memoria los momentos difíciles de tantos compañeros
que fueron víctimas de la rigurosidad de nuestra profesora. Tan estrictas
eran sus normas que muchos compañeros irremediablemente le quedaban debiendo
nota para la próxima previa, gracias a la cantidad de errores ortográficos
que cometían en el desarrollo de la misma.
HELIO
VERA, se movía como pez en el agua por entre la tabla de elementos,
cosa que no podía decir yo, debido a mi odio visceral por la materia y
lo único que recuerdo haberme grabado fueron las abreviaturas de los elementos
químicos mas comunes. El profesor PABA (q.e.p.d.) era un virtuoso
de las matemáticas y tenía una paciencia y una técnica casi
sublimes, para tratar de volver sobre lo visto, ya que había conmigo unos
personajes a los que se nos dificultaba el estudio de los números por más
esfuerzo que pusiéramos en tan dura tarea.
A
MARIA NURY VELÁSQUEZ, no la recuerdo tanto por enseñarnos
el pensamiento filosófico de Kant, Aristóteles, Descartes y sus
corrientes filosóficas como el Realismo, el Racionalismo, el Idealismo,
sino por ser dueña de una belleza esplendorosa y unas formas de ensueño
que llegaron a convertirse en una obsesiva esperanza por acceder a sus favores,
situación que estaba muy lejos de los límites de lo real, puesto
que las diferencias sociales por ese entonces eran muy marcadas... Yo me consolaba
con escribirle largos poemas en alabanza de sus atributos, cosa que a ella le
provocaba la simple curiosidad de quien se siente alagado.
ALONSO
QUIJANO, era un híbrido entre Sócrates, Baldor y Berthold Brecht,
con él compartimos muchos gustos en común, sobre todo la pasión
por el teatro y la música. Bajo su batuta fuimos integrantes del grupo
teatral "Los Trashumantes", con el cual se pusieron en escena varias
obras de corte moderno y de alto contenido social como "La cantata de Santa
María de Iquique" escrita por el músico chileno Luis Advis
en 1969 y "El sol bajo las patas de los caballos" del escritor ecuatoriano
Jorge Enrique Adoum en el año de 1970. La última vez que nos vimos
fue en La Playa de Belén, por el año de 1992, donde pudimos departir
un rato, recordando aquellas épocas de gloriosa ventura, cuando los hombres
se medían más por su cultura que por su posición social.
Por
último, un abrazo cálido para quienes sin ser mis directos maestros
han sido autores de muchos de mis logros gracias a su permanente estímulo,
a su incondicional amistad y al respeto con que a través del tiempo hemos
mantenido una relación desinteresada, sin más ánimo que sentirnos
felices por los triunfos del otro. A Guido, a Mariano y a Tavo, la confirmación
de mi perenne gratitud y la promesa de un no-olvido...
Con
mi felicitación a todos los maestros que me leen, les pido una mirada al
pasado y otra al futuro y les dejo el aforismo de Nietzsche: "Se recompensa
mal a un maestro si se permanece siempre discípulo...
N
A N O
Girón,
Mayo 17 de 2009