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Octaviano Tarazona Ramírez Yo
tengo un amigo con el que de niño hicimos un pacto de afecto y cariño. Aunque
saludarnos es poco frecuente, en todos mis actos lo tengo presente. Yo
tengo un amigo que quiero y respeto por el que nostálgico escribo estos
versos, Pues
sé que en el fondo de su pensamiento comparte conmigo mis propios silencios. Yo
tengo un amigo con el que soñamos estar siempre juntos tocando y cantando. Por
eso, si pulso mi vieja guitarra, un canto muy triste me roba la calma. Yo
tengo un amigo con el que planeamos proyectos y empresas que nunca llegaron, Pero
él siempre quiso volverse maestro y en ello ha girado su vasto universo. Yo
tengo un amigo con el que quisimos plantar de arbolitos todos los caminos, Hoy
siembra su campo de frutos y peces y en su sementera las plantas florecen. | | Yo
tengo un amigo que experto combina su existencia urbana con la campesina. Es
tan común verlo en la clase enseñando como arrodillado en las
eras, sembrando. Yo
tengo un amigo que nunca claudica si alguien contradice sus puntos de vista, Pero
es tierno y frágil cuando llega a casa y el nieto amoroso a su cuello
se abraza. Yo
tengo un amigo al que no han podido músicas extrañas profanar
su oído, Pues
fiel a su gusto y al amor de patria, su voz canta siempre lo de nuestra casa. Yo
tengo un amigo que en sus años mozos el fútbol jugaba con pasión
y gozo, Hoy
nada ha cambiado: libre y a sus anchas, lo he visto impetuoso corriendo la
cancha. Yo
tengo un amigo con el que brindamos cada vez que al tiempo le da por juntarnos. Entonces
soñamos, reímos, cantamos, nuestro viejo pacto siempre refrendamos.
Yo tengo un a migo que alegre y atento me ofrece su casa en todo momento. Yo
a cambio le brindo, de mi propia estancia, el lugar sagrado donde es reina
mi alma. Yo
tengo un amigo con el que acertamos siendo desde niños, amigos y hermanos Y
aunque en la distancia se pierdan mis pasos desde ya ensayamos el próximo
abrazo
JESÚS
ALONSO VELÁSQUEZ CLARO ("nano") Girón, Febrero
24 de 2011
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