Un pequeño homenaje a mis tres hijos,
quienes en estos momentos cuentan
en su mágica existencia con 6, 4 y 2 añitos, respectivamente.

MIS TRES TESOROS

Diego Alonso es la luz, la música, la espera,
la primera ilusión para mi alma,
la voz vivificante en que pusiera
un ruiseñor, su mágica tonada.
Él sabe comprender mis inquietudes
y me sigue los pasos, silencioso…
Cuando le llamo, como un rayo acude
y ante su risa jovial alegres surgen
mil deseos de luchar por sus antojos…

Camilo Ernesto es la llama que ilumina,
la vida rebosante, la ternura…
Cuando llego a mi hogar me salta encima
y muy quedo me dice con premura:
"Venga, papi, le quito la camisa,
venga le quito los zapatos
y le doy las pantuflas…"
…Y me abraza y me besa
y me hace renacer para la vida.
Cuando el sueño feliz acalla su dulzura,
en mi pecho se duerme su sonrisa…

Carlos Mario, el moreno, el más pequeño,
es mi nostalgia, un recuerdo peremne
de mi madre que a veces me visita en el sueño;
en su piel, en sus ojos y también en su frente
pareciera que Dios puso todo su empeño
en hacer que la viera en mi niño patente…

 


Pequeñito y travieso, Carlos Mario parece,
una rauda avecilla que surcara mis cielos;
con sus ojos oscuros que al mirar enternecen,
apacigua mis cuitas, mis carencias y miedos.
Yo quisiera que nunca dejara de ser niño,
porque en su alma de niño se afinca mi sentir,
que siguiera jugando con hormigas y grillos
para que no supiera la angustia del vivir…

Tres tesoros que alegran esta añeja existencia,
que despiertan mis sueños con sonrisas de gloria,
que serán el motivo, con su dulce presencia,
de mis luchas, mis logros y de toda mi historia…

JESÚS ALONSO VELÁSQUEZ CLARO ("nano")
La Playa de Belén, Febrero 25 de 1994