| AYER
Y HOYAl
pie de los arrayanes, mientras la luna brillaba le robé el pudor
un día a una inocente muchacha. Un cielo pleno de estrellas con
asombro nos miraba y en cada gesto, la moza, como aquellas parpadeaba, mientras
un río de lágrimas por sus mejillas rosadas iba apagando los
ímpetus de mi adolescencia ufana
Solía
correr por el campo jugar con la muchachada brincar por entre las charcos como
una potra indomada. En medio de aquellos juegos un par de ojos me buscaban procaces
e inquisitivos, los de la hermosa Rosalba. Alentado por la fuerza de
su constante mirada y abrasado por el fuego de mi pasión y mis ansias, busqué
el lugar más propicio y la noche más callada, solamente interrumpida por
el canto de las ranas
| | Por
Jesús Alonso Velásquez Claro (Nano) |
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Y al pie de los arrayanes por las lágrimas ahogada me dijo temblando
y triste con la voz entrecortada: "Pensaba que eras poeta pero estaba
equivocada y veo que nunca entendiste la razón de mis miradas; el
amor que te profeso es verdadero y sin mancha, solamente parecido a
los versos que tú cantas
" Desvelado
y pensativo al pie de la madrugada, con muchos años encima entretejiendo
nostalgias, volví a escuchar los sollozos de la inocente Rosalba, pero
esta vez en la voz melodiosa de mi Adriana la que hablándome al
oído y acurrucada en mi espalda me dice: "Tú eras el
poeta que mis sueños se robaba por eso, sin conocerte, desde
niña ya te amaba
" Girón,
Julio 22 de 2001 | |