A GOLPE DE VERSOS
Alonso Velásquez Claro (Nano)

MI ÁRBOL

En La Playa de Belén, Semana Santa del año 2001.-

Un pino que yo mismo sembré
camino al cementerio
hace ya mucho tiempo,
cuando era alegre párvulo,
se vino abajo triste
bajo el cielo playero.
En las tardes fué un guardia
dirigiendo el tráfico del viento
y en las noches,
portero vigilante
que entregaba mis llaves
a los astros sonámbulos.
No amanecía la dulzura de la lluvia
sin entreabrir primero sus pestañas,
y cuando el sol jugaba por mi césped,
mi cotidiana lámpara
era su copa iluminada.
Era el lindero de la ausencia,
la sombra de mis huellas
en la tierra.
Señalando el horizonte me llevaba
más lejos que mis sueños;
y era la voz del aire
si hacíamos silencio.
Pero un dia, hacia la tarde,
dirigiendo sus pasos por la calle
que lleva al cementerio,
lo atropelló la brisa de repente,
y era tan alto y tan abierto
que no pudo apoyarse entre mis manos,
y se me vino al suelo...,
irremediablemente!!!!

B/manga, Agosto 28/2001

DIÁLOGO

En las Bodas de Oro de un par de amigos

ÉL:

Soy como un viajero sin caminos
que retorna a su hogar,
a buscar en tu sombra mi destino,
a calmar en tus brazos mi esperar.
Déjame en estos cincuenta años,
confesarte mi amor y mi amistad;
soy como un niño que a tu lado
busca ansioso la luz de la verdad.

ELLA:

Yo tengo en la dulzura de tus ojos
la estrella que me brinda claridad.
A tí confío amante y silenciosa,
este incansable amor de eternidad.
Acógeme en el tiempo que me resta
por vivir y realizar;
conviértete en mi cielo transparente
cuando me tienda a reposar.

ÉL:

Quisiera que cuidaras mis últimos momentos
con tu mirada maternal,
que florecieran allá en mi espíritu,
los frutos nuevos de tu bondad.
Quiero en mi viaje final, contigo
del dulce sueño no despertar...

Girón, Septiembre 15 de 2001

ONOMÁSTICO

Reina de mi tiempo:
para tí en tu día,
mis preciados sueños,
mi sonrisa franca,
mi abrazo perfecto,
mi dulce esperanza,
mi cariño entero,
este amor sin mancha...
Para tí en tu día,
numen de mis versos;
la conciencia grata
de saber que es cierto
lo de aquellas alas
que te están saliedo,
como a un ángel bueno,
detrás de la espalda...!!!

Floridablanca, Sept. 7 de 2001








ACRÓSTICO III

M e he detenido ante el umbral del tiempo
A contemplar la creación gloriosa.
R ecordando la obra de Dios y su portento,
I nvoco su bondad para darte en un verso,
A bnegada mujer, mi estima toda.

D e los claras virtudes que te adornan,
E s tu bondad lo más selecto,
L o que mas te equipara con la rosa

T
u nobleza de espíritu por todas partes ronda,
R onda como las golondrinas por el cielo;
A cada instante cuidando con esmero
N o sólo a los tuyos, sino a los que se honran
S intiendo de tu amor el sortilegio.
I ncesante en tu andar borras las sombras
T oscas y tristes con el pensamiento,
O con las palabras que tus labios bordan

R eclino mi espíritu para pedir que, jubilosa,
I nspires en los seres que te aman, sentimientos
V eraces para agradecerte tantas cosas,
E n las que has puesto tu afán, tu entendimiento:
R
resignación para aceptar las horas dolorosas.., y
A mi la dicha de saber, que mi madre ho ha muerto..!

Bucaramanga, Octubre 28 de 2001

SONETO A «LABRANZA»

En homenaje al amigo, transhumante de sueños y pintor de nostalgias, Jairo Rincón (q.e.p.d.)

Tu voz llega a mi sueño cabalgando
sobre un corcel de azul y madrugada;
y recojo tu sangre derramada
para que el corazón siga cantando.
Pasas con tus pinceles bosquejando
estoraques de tierra desolada;
y va tu sed de arenas habitada,
agua de cielo y luna devorando.
Los playones de arenas doloridas
anegan tu «Labranza» dolorosa,
enlutada por tu cruel partida.
Pánico cegador y estrella fría,
destrozaron tu lengua fervorosa
donde el canto era llama que ascendía...

Floridablanca, Diciembre 30 de 2001

ACRÓSTICO IV

R utilante lucero que el hogar dignificas,
U ngiendo con tu fuerza al «Gordo» y su heredad;
I mprimes tanto aliento que la fé resucitas,
Z afiro de alta estirpe, mujer de ensoñación.

A unque arrecien medrosas las tormentas, tu incitas
N imbada de consuelo, a deshacer las cuitas;
A l darte entera siempre, entera seguirás.

R osa fragante siempre, tu jardín magnificas
O poniendo a lo injusto el sol de tu verdad.
S eñora de la gracia, el afecto y la albricia,
A tí, santandereana, mis versos de amistad.

Bucaramanga, Diciembre 29 de 2001

ESTORAQUES, HOY

El tiempo se ha dormido entre las finas piedras,
pero tú sigues, tú vuelas, extiendes las abatidas alas
mas allá de las noches que arden en la historia.
¡Oh Playa, aún más reluciente que las nobles estrellas.
Reconstruyo tus calles, el oro de tus ruinas alzadas
en un soplo de gloria!
Lloro sobre tu suelo donde el olvido
muerde la entraña de los muertos estoraques.
¡Oh Playa enbravecida,
devorando a los hombres tocados por el diablo.
¿No escuchas, no sientes la fiebre podadora,
la llama y el cuchillo que destrozan tu sangre?
Mira allí desgarrado, arrastrando sus huesos
al hombre siglo XX bajo los bellos arcos;
mira cómo se alza y cae, cómo gime y se adhiere
a los muros solares, humillando la frente
sobre el polvo más cruel.
Sus ojos abrazados a terribles visiones,
a sombras que agonizan en los rudos aleros:
cuando el canto del gallo estremece los patios,
sucumben cien hidalgos.
Cien mendigos alargan la lengua hacia a los astros;
nadie sino la muerte cabalga estas llanuras,
dejando caer cruces en los desnudos árboles.
¡He aquí los estoraques roídos por la peste
de los atrios desolados,
donde antaño florecían las guitarras
en un temblor de senos ofuscantes!
¡Apagad las antorchas! Sóla esta la morada
y sólo cintas negras agita el viento aciago.
Adiós a los espejos, a los lucidos trajes
y a los ricos salones que en el tiempo brillaron.
... Aquí sólo hay derrumbes, polillas desatadas
y sólo se oye el errante gemido de la noche...
Nada pueden tus dioses, no escuchan tus plegarias,
huyen en el ladrido de los perros sonámbulos,
en el estruendo de los templos que caen.
¡Oh bruñidos estoraques cuyo lujo se extiende por los patios!
Ya no es el amor sino la muerte,
quien imprime su rastro por la vía o el sendero.
Nadie recoge flores, nadie canta en las grutas
del pasado esplendor. Uno a uno cayeron
y sólo reptiles duermen en las altas alcobas;
sólo ratas anidan en los violados cofres
y no habitan sino arañas al pie de las consolas...
Sinembargo, nada muere.
Todo fué y todo es y no habrá olvido...

...El sol dora los montes...¡Oh soledad del pueblo!
¡Oh soledad del campo!
¡Oh soledad de mis anchos y broncos estoraques!!!

Bucaramanga, Marzo 4 de 2002

EXILIO

Mariposas de colores
revoleteando mis sueños;
arrayanes florecidos
apuntalando el recuerdo.

Paisaje azul, luna clara
y candorosos luceros...
¡Cómo me duele en el alma
la lejanía de mi pueblo!

Estoraques silenciosos
custodiando tantos muertos.
Por las ventanas del alma,
destilan pesar mis versos.

Sus tres calles empedradas,
las palmas, el cementerio
donde mis padres y amigos
descansan a cielo abierto.

El Rampacho milenario,
justo encima del colegio,
como un Quijote aguantando
la guerra incruenta del tiempo.

El Playón con sus arenas...
en verano, siempre seco;
pero terrible y medroso
cuando arrecian los inviernos.

El exilio reproduce
nuestros propios universos
y la nostalgia hace mella
en lo anímico..., en el cuerpo.

En las madrugadas grises
cuando se rompen mis sueños,
añoro la blanca escuela
custodiada por los cerros...

... Y, en el recreo matinal
- me parece estarlo viendo -
comprar el turrón, las cochas,
las naranjas y el guineo;

jugar a cacho, a la bola
y después salir corriendo
como raudos cervatillos,
cabalgando sobre el viento.

¡Cómo olvidar las dos torres
que coronan nuestro templo!
enmarcadas de imponencia
por el azul firmamento.

Ellas son mudas testigas
de la hidalguía, del esfuerzo;
de una estirpe recia y noble
de ilustrado pensamiento...

...Esta lágrima preñada
de añoranza y sentimientos,
ilumina en la distancia
el altarcito con flores
del hogar..., allá en mi pueblo

Bucaramanga, Abril 18 de 2002

LOS OJOS NEGROS DE ANDREA

De par en par muy abiertos
cual las puertas del amor,
he visto en sueños dos ojos
que me han causado dolor:
golondrinas en mi otoño
y aureolas en mi cruz,
¡me alumbraron con su sombra,
me cegaron con su luz!
Son de una mujer amable
y terrible cuando quiere:
que mata cuando acaricia
y acaricia cuando hiere.
Ojos en cuyas ojeras
amor esbozó un violado
Jardín del Mal y dos manchas
sacrílegas de pecado.
Ojos fetiches sonámbulos,
ojos ardientes en celo,
ojos que tienen rugidos
como las iras de Otelo.
Ojos en que hay raros bailes
de salamandras lascivas,
ojos que muerden, que besan
y que son «dos aguas vivas».
Ojos que sois gloria y luto
de mi eterna pesadumbre,
que vuestro fulgor me ciegue
y vuestra sombra me alumbre.
Ojos de alegre tiniebla
y de triste resplandor;
sed los cirios de mi angustia,
sed la antorcha de mi amor.
¡Ojos que me crucifican
sueño a sueño en el azur,
transmigrados en los nítidos
clavos de la eterna cruz.
Son mis amigos remotos
y en la noche en que sucumba,
en el carro de los astros
me llevarán a la tumba...!!!

Bucaramanga, Julio 20 de 2002

REGRESO

Aquel niño que fuí vuelve llorando
a recoger las blancas margaritas,
rosas, claveles y hasta el lirio blanco
que sembrara en el patio «Catalina»

Vuelvo a cruzar las calles solitario
y en la primera esquina detenerme
a contemplar como antes, el milagro
de mi madre abrazándome sin verme.

Regreso para ver a «Miguel Ángel»
rompiendo las entrañas de la tierra,
para sacar de su morena cárcel
las cebollas de largas cabelleras.

Y quisiera encontrarme a «Moncho Claro»
con su eterna misión de nazareno.
Recordar que la magia de sus manos,
con muñecos de palo me durmieron.

Y a «Carmita» la tia que alcahueteaba
mis locuras de amor adolescente;
la que siempre ante el dolor me daba
la fuerza de su amor omnipresente.

Yo regreso a elevar los barrileletes
que el pasado indolente me robara
y que hoy tengo grabados en la mente
con los colores manchados de nostalgia.

II

¡Dádme paso, abrídme los postigos,
que vuelvo con mis versos y el amor.
Quizás con muchas canas por testigos
del hombre al que la vida modeló.
Este Alonso Velásquez que regresa
a repartir con creces su razón,
es el mismo que obviando su pobreza,
como hizo el ave fénix: renació...

Girón, Febrero 12 de 2003

SOLILOQUIO

Poema en homenaje al Col. Fray José Ma.
Arévalo de La Playa, (N.de S.) en la conmemoración
de sus 30 años de institucionalidad.

Monarca de un imperio de cenizas,
tres décadas yacen a tus plantas.
La luz del sol se te posó en la frente
y por tu vera corre jubilosa el agua.
Sumido en laberinto de recuerdos
descansas entre agrestes estoraques,
con la tristeza cósmica del alba
que troqueló tus genes ancestrales.
Musita el viento tu sentida historia
cuando en la soledad hilas silencios
y su voz te devuelve algo remoto,
pues sólo él lleva la inicial del tiempo.
La geografía antigua de tu frente,
guarda la luz del fuego primigenio
y en luminoso manantial de ideas
habla tu sangre en lengua de misterio.

Insaciable de fuentes siderales
se alza tu sed atávica de siglos;
alas de barro, corazón insomne
buscando huir del desdeñoso olvido...
Pájaro libertario, el pensamiento
encadenado a tí, buscando alturas
te hace sentir anclado en este mundo,
como árbol solitario en la llanura.
Legendaria clepsidra inexorable
bajo las órbitas de eternos astros,
mientras las horas caigan una a una
poco a poco te irás desdibujando.
Eterno vigilante, protegiendo La Playa,
cantas triunfante una canción de gloria.
El resplandor sutil de tu presencia,
brillará en el confín de la memoria.
Desde el fresco cobijo de la hierba
tu esencia ha de ascender al infinito
y volverás siendo como siempre: tierra,
transhumancia, milagro o espejismo.
Aunque lleves a tu última morada,
malherido tu hombro y tu costado
y un sin fín de preguntas y respuestas
acosando tu polvo enamorado,
Has de tornar como en sagrado rito,
con algo de Jesucristo y de Luzbel:
Tras tu airado mirar algo divino
capaz de todo el mal y todo el bien...!

Bucaramanga, Agosto 9 de 2002

MIS VIEJAS NAVIDADES

ANNY: Yo sé que vos también sentís la nostalgia de aquellos días lejanos, cuando nuestros sueños inocentes giraban en torno al pesebre del tio KIKO...

Recuerdo con nostalgia las viejas navidades,
queridas horas dulces colmadas de alegría,
las deslumbrantes galas de esas solemnidades
que vivía entre nubes de ensueño y fantasía.

Aquellas «Nochebuenas», aquellos «Fines de Año»,
buñuelos, Villancicos, Las Misas de Aguinaldo,
el rezo tras la cena. Festín por un extraño
que trae nuevos destinos en otro calendario.

Las casas de cartón de añejo nacimiento,
figuras milenarias bailando alegre danza,
al son de una canción que trae lejano aliento,
susurro de plegaria henchido de esperanza.

La estrella rutilante alumbra pobre cuna,
en ella está Jesús, auténtico Dios-niño,
que viene jubiloso a dar paz y fortuna
a este planeta azul, hambriento de cariño.

La máxima ilusión de mi inocente infancia
era, en la noche mágica del celestial regalo,
descubrir extasiado..., por mi perseverancia,
debajo de mi almohada, un carrito de palo...

No espero ya a los Magos, tampoco al Año Nuevo,
las viejas navidades están en mi morada;
en mi íntimo santuario, recuerdos que ahora llevo
en el rico equipaje de mi vida pasada.

Aguardo con paciencia el fin de este sendero,
las nuevas navidades con los que yo he querido,
pesebre con presencia del niño verdadero
y el amor insondable del Dios que hemos herido...

Floridablanca , Diciembre, 5 de 2002