En
el texto, la alegoría sobre "el cielo" se halla inscrita en el
Imaginario regional. Cuando a la abuelita, la tía Ía, María
Gracia Barriga (1892-1986), le preguntaban por el sitio en donde había
nacido, Aspasica, ella respondía: "Es un lugar cerca del Cielo".
El autor relaciona su respuesta con lo alto del caserío sobre la cima de
una montaña, coronado de nubes. Al ocañero, si se le indaga sobre
su lugar de nacimiento, responde: "en el cielo"; y si alguien no recuerda
tal nombre, le agrega: "¿Parece que no conocés la felicidad?".
Transcurre
su lectura en amena prosa. Producto de la ingeniosidad del escritor sobre la comarca,
la descripción del viaje en un taxi expreso a Aspasica, con la estela de
polvo que deja el automotor en la sempiterna abandonada vía, refleja un
legado de actualización costumbrista sobre la permanencia de las cosas
en una región en la que el tiempo parece que diera vueltas en redondo sobre
un mismo punto. El chofer del taxi, como un personaje dicharachero y con la chispa
de la ocurrencia de sus "apuntes", se identifica por su actitud de provincial.
El autor aprovecha lo genealógico para recrearnos y hacernos detener en
evidencias históricas, sociales, geográficas y políticas
relacionadas con sus ancestros, indicaciones que trascriben a la obra desde su
visión particular a una lectura de interés universal.
LO
POETICO
La
denominación de adorable que recae sobre Aspasica, lugar donde asentó
el personaje principal de la narración, el abuelo ANGEL RICARDO BARRIGA,
es propia de la sensibilidad como el escritor interpreta las relaciones filiales,
fraternales, familiares y de amistad. Esa sinceridad y humildad suya, expresada
en sus gestos y mirada, le habilitan la descripción poética de la
"tía Ia" y demás personajes en un retrato que plasma el
paso de los años con ideas egresadas del corazón. Las palabras sencillas
más amorosas y conseguidas al describir a su padre, GILBERTO BARRIGA PÉREZ,
son precisas y uniformadas de ternura, personaje que por su arte, ocupación
y oficio, añora gozoso como "mi padre, el carpintero"; ese que
en su torno de carpintería se destacaba con lo mejores trompos entre la
muchachada de su generación, descubriéndole, así mismo, la
guitarra y el tiple, para que con el tiempo, los amara, los ejercitara y los expusiera
en sus recitales de sonidos y poesías, que son, al final de cuentas, los
constitutivos del lenguaje poético con que levanta el andamiaje de su obra.
LO FILOSOFICO
Lo
referencial poético en el libro comentado va de la mano con la infraestructura
filosófica que transciende. Refiérese a la nostalgia como "esa
espina del alma que entre más se clava, más desilusiones da a la
vida". El estilo respetuoso como alude a la concepción del mundo del
chofer del taxi y que al inicio de la obra describe la picaresca de la región,
va tomando nota de los cuentos de un chofer "que tiene a la infidelidad como
el acto más sublime de la vida". O cuando al referirse a su pariente,
Dr. ARMANDO SOLANO BARRIGA, resalta la defensa por una concepción política
que semeja "entre Marx y Jesucristo" el fin social de sus ideologías.
Esta
tónica de hombre bueno y generoso es la constante en el desempeño
social de su apreciada familia. El Profesor Alfredo se refiere a ellos con visiones
objetivas, sin presunciones, comprobables por sus reconocimientos y logros como
hombres de bien en la sociedad. Tal es el caso del primo que recibió la
máxima condecoración que se da en Colombia, La Cruz de Boyacá,
en 1964, preguntándose: "¿cómo puede ser posible que
este primo tenga comportamientos amables y una voz tan dulce, si fue Sargento
Mayor del ejercito colombiano?
" Fue la bondad en conductas socio-laborales
el estímulo para el merecimiento de sus laureles.
LO COSTUMBRISTA
La
esencia del costumbrismo ocañero resalta lo paisajístico y bucólico
con características socio-geográficas de una idiosincrasia plasmada
en manifestaciones lúdicas, artísticas, de valores y tradiciones
que conforman el universo del Imaginario provincial al que en otras oportunidades
me he referido; como en mi ensayo, "El Imaginario ocañero".
De
ello nos nutre la obra del Profesor ALFREDO BARRIGA IBÁÑEZ. Deleita
los sentidos del recuerdo gustativo cuando se refiere al consumo del pescado salado
en los hogares de la Provincia de Ocaña y que traen de El Banco, Gamarra;
siendo mejor el de La Gloria, Cesar, "por su sabor especial, más rico
en su elaboración guisada al estar fresco", y el pescado "seco,
asado al carbón, el olor se reparte por las casas vecinas". Alude
a la sopa de arveja, de la verde, que reemplaza "a la carne consumida por
los pobres" y al gusto de la compra venta en Aspasica de aguacates criollos
a $500 pesos cada uno. En el viaje a este pueblito, travesía donde "descubrió
muchos primos y parientes lejanos", retrata la calidad de vida de una región
considerada como de las más infelices y abandonadas de Colombia, a la par
de El Chocó, cuando contento por conocer a una nueva pariente, nonagenaria,
se asoma al cuarto donde destaca: "la cama vestida por una estera y un colchón
inflado con altibajos de paja".
Una
técnica de redacción innovadora, en la novela en comento, trae el
hábil uso de lo variable, cuando sin tratarse de un relato de trama y desarrollo
secuencial permite la presencia, en escena, de múltiples personajes, especialmente
al aludir a los reinosos. Dice, después de un viaje demoledor: "Estos
reinosos, o vienen de Cáchira, o vienen con tifo". Aquí abro
un compás sobre la historia regional del siglo tras-anterior. En el siglo
XIX, la alusión a lo Reinoso era peyorativo. Se le dirigía generalmente
a lo habitantes de las regiones altas de la Cordillera Oriental que aún,
lograda la Independencia de España, continuaban dando vivas al rey. El
Reinoso más destacado fue el ocañero JAVIER ALVAREZ, quien lideró
la guerrilla de Los Colorados y fueron los ejecutantes en la plaza pública
de la heroína AGUSTINA FERRO. Como simple símil, los de las zonas
altas tienen los cachetes colorados y se les señalaba con tal palabra.
Como fuente histórica, soporta un análisis de explicación
geográfica en la alineación de los pueblos con génesis conservadora
y en la militancia de ese partido político en el Norte de Santander, en
los de las regiones altas y del sur del Departamento, precisamente lugares de
su influencia poblacional. Sin herir susceptibilidades, esos Reinosos eran en
el Siglo XIX algo así como la derecha, hoy. Estudio comparativo de la Constitución
de Cúcuta de 1821 (Bolivariana) y el proyecto de Constitución de
la Convención de Ocaña de 1828 (Santanderista) es lo que explica
la génesis de los dos partidos políticos colombianos.
EL
NEXO DE LA AMISTAD
Al
respecto, cada personalidad nombrada por el autor va con el sello del protagonismo.
El autor logra, en su fluido relato, en cada uno de ellos la encarnación
de un actor central. Esa habilidad es la que me lleva a ubicar la obra dentro
del género de novela. Obvio, rompo paradigmas; pero es que no nos encontramos
en épocas de Jorge Isaac y "María". Detallemos. Menciona
a RAÚL SANCHEZ ACOSTA, convencionista, pintor, educador, poeta, como el
"mejor escritor del Norte de Santander", consideración acertada,
quién hizo el Prólogo del libro. Formidable carta de presentación
que el más desprevenido lector, acepta. ¡Es su amigo y he ahí
su asistencia en el prólogo! Alude, con el especial fervor de quienes le
conocemos, al Dr. JUAN DE DIOS PELAÉZ HERRERA, "con quién departimos
momentos de literatura, academia y música en una bohemia envidiada hasta
por los dioses de la antigua Grecia". La naturaleza del ocañero por
sus ancestros caribes se refleja en las parrandas hasta el amanecer. En la mención
de Juancho, lo ubica como actor insustituible en tan original novela comentada.
Lo dionisiaco de la descripción del inseparable amigo deleita la imaginación,
que es precisamente la virtud finalista del escritor: que el lector fantasee y
recree también sus propios escenarios. Con la modestia que caracteriza
al autor, no menciona logros reconocidos hacia él, como miembro de la familia
BARRIGA, en la conformación del dueto musical JUANCHO Y ALFREDO que ha
enriquecido el repertorio musical ocañero y que en aras de la brevedad
menciona tan solo en el alegrísimo porro "Juancho y Alfredo",
compuesto por el inolvidable compositor convencionista CARLOS GUILLERMO LEMUS
SEPULVEDA "Memo Lemus". La referencia del autor de la Monografía
"La Playa de Belén", DR. GUIDO ANTONIO PÉREZ ARÉVALO,
complementa la Pléyada de personajes al que repito, con solo mencionarlos
les da el rol de actores, como quiera que en su estilo de relato lo anhele y a
mi veredicto, lo consigue. ¿Cómo? Con la Playa de Belén,
que es el escenario, junto con Aspasica, donde nace esta singular narración.
APORTES DE LA FAMILIA BARRIGA
Servir
a la sociedad es una característica de la familia BARRIGA delimitada en
su investigación. Por la negativa de la jerarquía de la Diócesis
de Ocaña, el autor no logró acceder a los archivos de los libros
eclesiásticos con anterioridad al año 1900, pero logró reconstruir
el árbol genealógico con indicaciones lógicas.
Encomiable
labor. Desde el instante en que toma la raíz de su prosapia con la denominación
de adorable a Aspasica, menciona a su personaje central, el abuelo ANGEL RICARDO
BARRIGA hacia 1871. Relata la descendencia en forma novelesca, es decir, aplicándoles
a los personajes la vivencia en sus actuaciones, logros y alcances como una característica
más del sentido retórico del argumento. Quizás se observe
que por técnica de talleril literario, la ansiedad por que ninguno de sus
familiares quedase por fuera del árbol genealógico, no facilitó
un método de nota referencial al margen para indicar a todos y cada uno
de los descendientes. Esto, obviamente para el lector extraño, puede significar
pesadez; y para otros comentaristas y/o críticos (que ojalá los
hubiere) puede descalificar el género novelesco al que hoy le atribuyo
a la obra.
El que el abuelo ANGEL RICARDO BARRIGA se haya desempeñado
como jefe Civil y Militar en la Guerra de los Mil Días, destaca en honor.
Sin proponérselo, centra en el trágico acontecimiento que despunta
la patria en el Siglo XX, la función de la familia BARRIGA en su entorno
social. Viviendo tranquilamente en Aspasica durante el desarrollo de esa guerra
fratricida sobrevino la muerte de CAMPO ELÌAS BARRIGA. El autor se propone
como meta de averiguación, el misterio que le causaba la expresión
de la tía "Ía": "nos mataron un hermanito en la guerra".
Con asombrosa didáctica se adentra en pasajes de la Guerra de los Mil Días,
ilustrando que en ella y en el sólo Palonegro, Bucaramanga, en catorce
días murieron diez mil combatientes. Conflagración que fue declarada
el 17 de octubre de 1899 y finalizada el mes de noviembre de 1902 en que se firmó,
entre otros, el Pacto de Chinácota, aunque las acciones bélicas
se prolongaron hasta 1903, reseñando como fechas extremas, la del inicio
de la confrontación, 17 de octubre de 1899 y la del 1º de junio de
1903. Tres años de guerra civil en que la primera afectada es la familia
colombiana, imperándole la muerte, la desaparición y perdiendo hasta
la más apetecida de las virtudes humanas del ayer: la honradez. Con nostalgia
reseña la suerte del tío EUGENIO, de la primera generación,
perdido para siempre y vuelto a recordar, en esta ocasión, por sus descendientes
ubicados en tierras de Valledupar. No sesga esfuerzo en relatar la muerte del
tío CAMPO ELIAS BARRIGA. Es que se trataba de un niño rollizo de
tan solo 14 años, despuntando en la adolescencia, extrovertido al extremo.
¿Que iba a ser él del partido conservador en el gobierno durante
esa guerra? Resulta que, luego de la batalla de Palonegro en que son derrotadas
las huestes liberales del general RAFAEL URIBE URIBE, una fracción de éstas
pasa en huida por Aspasica. Entre las gentes agolpadas, viendo desfilar a la soldadesca
vencida, lanza el infortunado CAMPO ELIAS un "Viva al partido conservador",
y la respuesta del soldado alienado fue la de un certero machetazo que ipso facto
acabó con su vida. Esto marcó la suerte de la familia BARRIGA, que
como afectada por la guerra, se desplazó a Ábrego; lo cuál
"se haría cumpliendo con el cuidado que practican los desplazados
de la actualidad para evitar caer en otra desgracia". Explicable la observación
del autor, puesto que, en ese coletazo de la derrota liberal en Palonegro, las
tropas del general liberal de Óiba, Justo L. Durán, atacaron a La
Cruz (Ábrego), las del general liberal Gabriel Vargas Soto penetraron por
las selvas de Teorama, en tanto que las de Rafael Uribe Uribe, después
de recorrer zonas de la provincia ocañera, en las regiones de Cúcuta
serían derrotadas por las del general conservador Ramón González
Valencia.
Como
un desenlace histórico, acorde con el desenvolvimiento del conflicto bélico
en Colombia, las páginas de ésta obra están signadas con
la referencia explicita o implícita a la violencia política que
continúa enlutando a nuestro país. Por causa de las beligerancias
que por años empobrece a la patria, recuenta seis asesinados en la familia
BARRIGA. Al mismo autor lo ubico, por haber nacido en la década de 1940,
dentro de la Generación de la Violencia. La familia BARRIGA, además
del Jefe Civil y Militar, Alcaldes, Empresarios, Comerciantes, registra un Orador
brillante y muchos Abogados, un Aviador, una Monja, un Sacerdote, un Representante,
un Senador y varios estudiosos de algunas ciencias. Destaca el significativo aporte
de GABRIEL MARÍA BARRIGA, quien trajo, vía Jamaica, semillas de
Café a Norte de Santander y por ende a Colombia; cuestión que, al
conocerla, se convierte en hito histórico de referencia a mis inconclusas
investigaciones sobre el origen de la Arepa ocañera, que centro, hasta
donde he podido lograrlo, en la Ruta del Café y de procedencia caldense.
Afirma
el autor, por cierto, que CARLOS EMIRO BARRIGA TORRADO fue quién inventó
El Capuchón, de uso en las fiestas carnavalescas a finales de los años
cincuenta y década de los sesenta del siglo próximo pasado. Para
entonces, la Alcaldía fijaba un número de identificación
a quien decidía usarlo para participar en los concurridos bailes de la
Pista Hacaritama, como se conocía el patio del Palacio Municipal de Ocaña,
contiguo a la Heladería Hacaritama de propiedad y administración
de los hermanos CARLOS EMIRO y ALBERTO "BETO" BARRIGA.
Luctuosa
para mi la reseña de la muerte del Dr. JAVIER BARRIGA VERJEL, quien había
nacido en Ocaña en el año de 1954 y asesinado en Cúcuta frente
al ISS, el 16 de junio de 1995. Fue mi alumno aventajado de Derecho Civil cuando
impartía clases en la Universidad Libre de Cúcuta. Miembro, en esta
ciudad, del Comité Departamental por la Libertad de Presos Políticos
y por la Defensa de los Derechos Humanos del que yo también hice parte
y presidí. Quizás, de toda la prosapia de la familia BARRIGA, además
del familiar, apreciado y destacado líder político del Sur del Cesar,
EDUARDO SOLANO, y de la amistad que me une con el autor del libro en comento,
destaco que a la familia BARRIGA la conocí por el inolvidable ALBERTO "BETO"
BARRIGA. Desde mi época de estudiante universitario descansaba y conversaba
con él en el Hotel Torcoroma, Bucaramanga, de su propiedad, posada inevitable
en el viaje de ida y regreso en la continuación de estudios en la Universidad
Nacional de Bogotá. Cuando fungí como Juez en Cúcuta, fue
mi catador de Vino en el Hotel Colón, situado en el parque del mismo nombre.
Era mi amigo y amigo de mis tíos. Aún tengo grabada la escena cuando
su esposa FANNY VERJEL pasaba por el almacén de mi abuelo, en la Calle
del Dulce Nombre, Ocaña, y compraba de a docena, medias blancas para niñas.
Cursaba mis estudios en el Colegio Caro y en descanso dominical a inacabables
lecturas, salí al portón de la casona y vi que camino a la Iglesia
de la Torcorama iban "BETO" BARRIGA por el anden, FANNY por la mitad
de la calle, y sus hijos, JAVIER y LUIS ANTONIO, así como las niñas
MARTHA, YOLANDA, LUZ ENITH, resaltando el azul celeste adornado de encajes en
su trajes, relucientes sus medias blancas apuntadas en finos zapatos de charol
negro. Me admiraba que todos fueran rubios. Aunque pasado, significa ello para
mí una vivencia del presente.
Libros como los del Profesor ALFREDO BARRIGA
IBAÑEZ merecen ser leídos. Impulsémosle para que se publique
in extenso su otra obra, "El Indeseable Retorno de Enola Gay", novela
con la que participó en el Concurso Mundial "Casa de Las Américas"
2009.
San José, Costa Rica, abril de 2009.