Más abajo del CIELO
Nuestra familia, Barriga. Desde 1853 hasta 2008
ALFREDO BARRIGA IBÁÑEZ

INTRODUCCIÓN

PRELIMINARES

La palabra "Barriga" es una de las más universales del idioma castellano. El significado suyo es el mismo que se conoce en España, en Ábrego, en Argentina, en Malambo, en México, en Valledupar; en fin, en todos los pueblos y países que utilizan dicha lengua en la comunicación cotidiana. Se emplea para señalar un objeto que, en su sentido, corresponde a "Vientre"; o para determinar la figura de un cuerpo cuya ubicación, de acuerdo con el diccionario, está dada en "la parte media abultada de una vasija", lo que en el organismo humano se denomina "Estómago"; vocablo que en muchas regiones también designan como "Abdomen", o como "Panza", "Tripa", "Mondongo", "Pipa", "Bolsa", o simplemente como "Buche". Lo dichoso fuera que únicamente sirviera para eso; esto es, nombrar al objeto o su respectiva cualidad. Pero, ¡Carajo!, llevarlo de apellido constituye la más decepcionante de las incomodidades; sobre todo, cuando se es niño.

En mi caso, además del descontento, me daba envidia el que identificaba a cada compañero de la escuela. Saber que había un estudiante a quien, para señalarlo, el profesor pronunciaba en espectacular sobremanera: "Gutiérrez de Piñeres, ¡Salga al tablero!". O aquel otro a quien el rector le preguntó: "¡Reyes!, ¿Podría dejar de patanear?"; todo ello hacía parte de mi resentimiento. Como también una amargura de noventa por ciento cuando el maestro gritaba: "¡Barriga, tiene uno por haber hecho mal la tarea!", noventa por el apellido y diez por la calificación. Y el ciento por ciento; o de pronto el mil por ciento, cuando un condiscípulo con intenciones de embromar, me decía: "Tú no puedes casarte con una señora que tenga el apellido "Parada". ¡Pobrecita!, quedaría "Parada de Barriga". De igual manera te sucedería con una mujer que se llame "Dolores", o "Lastenia", o "Elba", o "Victoria", o "Angustia", o "Lucila", o "Evita", por los resultados graciosos de la combinación. Eso de expresar, "Dolores de Barriga", o "Lucila de Barriga", es un sacrificio que tendría que soportar la mujer sometida a tu propuesta matrimonial", me decía el compañero. Y en esa afirmación sentía disgustos por mi apelativo; originario del idioma vascuence; terror de la pronunciación en la época de la niñez, como inquietantes las acciones de los vascos al querer sus protagonistas separarse de la región española en donde viven por tradición.

En cuanto a los resultados de la combinación, es natural que lo expresado por el condiscípulo suene horrible; sin embargo, esa situación no podrá influir para que se detenga el amor; pues, así se llame "Tránsito", y quede "Tránsito de Barriga; o "Lidia", resultando "Lidia de Barriga", las llamadas del altar son apremiantes por contener invitaciones a la felicidad que ninguna mujer rechazaría. En el mundo de las denominaciones hay casos más venenosos; el de los indígenas de Norte América, por ejemplo, al identificar a "Cuervo sin Cielo", a "Toro Sentado", a "Lobo con Sueño" o a "Vaca Preñada", como miembros de su etnia; designaciones que, entre otras de animales, trascendieron a las listas españolas de la civilización: Toro, Vaca, Cuervo, Lobo, Pájaro, León, Grillo, y más; o apellidos que por insoportables, obligaron a sus dueños a visitar Notarías a fin de suprimirlos por lo que restaba del tiempo de sus vidas. Todo ello es espinoso; como indiferente lo de árboles y frutas: Manzano, Piña, Mora, Palmera, Pino, Naranjo, Pimiento. Hay un apellido muy hídrico y envidiado, "De la Fuente", y era el que identificaba a un "niño burlón" que, por cierto, usaba adrede para comparar y ofender al "Barriga" que poseía un pariente de la región costeña; el cual, ya cansado de "tanta jodedera", se paró de frente y con el índice sobre el "estómago" del criticón, le dijo:

-"¡Eche no joda, el tuyo es lindo; pero es el de tu madre!".

Lo de la incomodidad y pena por el apellido fue ayer, siendo niños. Mas hoy, cuando el tiempo ha transcurrido en nuestras vidas y desbaratado lozanías, la realidad es otra; y es la que atañe al amor que tuvimos para con nuestros progenitores, personajes de la pulcritud a quienes el recuerdo no sólo se produce por sus bondades sino también por aquellas acciones que en lo trascendentales hicieron crecer amables complacencias. Su apellido Barriga fue el mismo que tuvieron varios antepasados, Francisco, Joaquín e Isidoro, amigos de Bolívar y generales de su ejército; el mismo de un mártir de la libertad en las regiones de nuestra Ocaña ancestral, llamado Miguel; el mismo de uno de los pioneros de la siembra del café en Colombia, nombrado Gabriel María; el mismo que en la generación anterior de la familia ocupara posiciones de privilegio académico, político y profesional, denominado Jorge, o Armando, o Ciro o Eduardo; y son los oficios que en la generación presente se siguen con el complemento de acciones comerciales, científicas, altruistas y gubernamentales en personalidades que como Pedro León, Pedro Luís, Carlos Emiro, Jorge Alexander, Jorge Alberto, Augusto, y más, acrecientan la dignidad y suspenden la incomodidad que sobre el apellido se tuvo desde niños. Qué importan siete letras si lo importante está en las de ocho: Triunfar.

El cariño por nuestros padres y abuelos, por sus realizaciones; por las que desarrollan en la actualidad las generaciones presentes, fue el motivo para que la investigación sobre nuestra "Familia Barriga" se cumpliera. Y ella no hubiera podido llevarse a cabo si no hubiese existido la iniciativa del Dr. Santiago Moreno Martínez, q.e.p.d, esposo de Rosita Barriga Ibáñez, quien reiteradamente expuso su intención a varios parientes y fuera yo quien la acogiera; siendo ésta una forma de aprecio por "Mi padre, ya fallecido", y en él, al suyo, a sus hermanos, sus sobrinos, sus hijos y toda forma de parentela que al llevar el apellido intenta cumplir, en su profesión u oficio, la actitud más dichosa de la vida: "Servir".

Para hacer el presente ensayo, recorrí ciudades, montañas, valles, ríos y pueblos en donde viviera un familiar nuestro. Viajé en avión, en carro sobre carreteras horribles o buenas; y hasta en mulas para poder llegar al lugar en donde las informaciones geográficas, temporales, históricas y humanas enriquecieran el conocimiento sobre los ancestros. Descubrí nuevos primos, amables y buenos; parientes lejanos, alegres y con caminos en dirección al perfeccionamiento de sus vidas. Me alegré de sus triunfos y sufrí con historias inmersas en hechos patrocinados por el abandono y por la violencia que por años ha soportado la patria. Fue muy agradable haber escudriñado las cosas propias de nuestra sangre.

El trabajo contiene una visión sobre los hechos realizados por Ángel Ricardo Barriga. Él es, precisamente, el abuelo del cual no se sabía absolutamente nada y de quien se desprenden todas las generaciones que hacen parte de la familia, incluidas las del presente tiempo, 2008, así no conserven su apellido. Se hacen alusiones, unas veces, con datos encontrados en libros eclesiásticos o civiles; y otras, con aproximaciones lógicas sobre ocho de sus nueve hijos y su respectiva descendencia; de uno de ellos, por escasa información, no se pudo decir algo sustancioso. Contempla; así mismo, un ensayo para cada representante del apellido que sobresalió con sus realizaciones; aclarando que, aunque existen familiares que merecen uno propio, la dificultad en la obtención de referencias no lo hizo posible.

A usted, que es amigo de la familia, si este estudio, "intencionadamente particular", llegó a sus manos y lo piensa leer, reciba mi agradecimiento y mi disculpa por alguna incomodidad en su interpretación. Para aminorar ésta, procuré ser lo más objetivo posible, mostrando no sólo complacencias, también los desconsuelos de realidades históricas con una escritura lejana de presunciones. Y a usted, familiar de ahora y descendiente en el mañana, ojalá le guste este cuento, que, aunque le faltan palabras por datos que no se pudieron hallar, lleva la intención de estimularle con cosas buenas del ayer, para que las del futuro suyo sean triunfales.

Con afecto.

Alfredo Barriga Ibáñez.
Cúcuta, septiembre de 2008
Autor

PRELIMINARES

Al leer este ensayo, usted encontrará una serie de datos relacionados con la familia Barriga que estableciera el primer abuelo, Ángel Ricardo, a mediados de la década de 1870. Él nació "aproximadamente" en 1853. Todos sus hijos nacieron en el último cuarto del siglo diez y nueve y murieron en diferentes periodos del siglo veinte. Fue gente buena, inolvidable, trabajadora y muy honesta en la sociedad en que le correspondió vivir. En el presente estudio, sus hijos, sus nietos, bisnietos, tataranietos y choznos, (Hijos del tataranieto), corresponden a ocho ramas del árbol genealógico investigado. Al leerlo, hallará complementaciones de las siguientes referencias:

-Hay calificativos poco comunes, como éstos: Telésfora, Agapito, Narcisa, Liboria, Leopoldo, Rodelinda, Olimpia, Honorato, Secundino, Marcelo, Venceslao, Ecilda, Epigmenia, Naciancena, Rosalía, Medardo, Lesbia, Orfa, Vidal, Felipa, Dídimo, Ambrosio, Eusebia; y de último, ¿Por qué ocultarlo?: Barriga.

-La primera esposa del abuelo Ángel Ricardo murió a los veintinueve años. Con la segunda, prima de la anterior, se "unió" cuando ella no llegaba ni a sus catorce añitos.

El Obispo de Santa Marta, antropólogo, Rafael Celedón, presenció el matrimonio de Ángel Ricardo Barriga con Telésfora Pérez, su segunda cónyuge. Y siendo Alcalde de Ábrego, al abuelo le tocó organizar y asistir, en esta misma población, al entierro del citado religioso.

-Entre los descendientes hay seis asesinados por causa de la violencia tradicional colombiana.

-Sólo un sucesor se ordenó de sacerdote. También hubo una monja que murió recientemente.

-Hay un carpintero, un aviador, tres pintores, seis científicos y cinco músicos, entre los descendientes. Uno de éstos es ganador, con su orquesta "Cumbia Caribe", del codiciado premio "Congo de Oro" que se otorgó en época carnavalesca del 2007 en la ciudad de Barranquilla.

-De similar importancia, hay también un ciclista profesional con recorridos internacionales.

-La mujer más anciana de nuestra familia alcanzó hasta los 97 años en el 2007, tiempo en que precisamente falleció. Y hay diez niños recién nacidos en el período de la edición del presente libro. El último se llama Gabriel Felipe.

-Los Barriga más ancianos poseen actualmente 83 años. Uno de los dos recibió la máxima condecoración en Colombia: La "Cruz de Boyacá".

-La muerte llegó por cuestiones del corazón; en su mayoría, en una edad considerada como "no tan vieja". También, quienes se fueron, eran "EXCELENTES" fumadores. He ahí la causa.

-Hay una familiar que fue candidata al Reinado Nacional del Bambuco.

-El "Capuchón", especie de disfraz fantasmal, fue ideado en Ocaña por un Barriga.

-Hubo un antiguo Barriga que se perdió a los diez y siete años y sus hermanos jamás le volvieron a ver.

-La política también ha sido desempeñada: Hay un Senador, un Representante a la Cámara, tres Diputados y múltiples Alcaldes y Concejales.

-Un Barriga fue Alcalde (e) de la ciudad de Bucaramanga y otro de Maicao.

-Hubo un alto funcionario del Ministerio de Hacienda. Precisamente en el 2007 fue nombrado por el Presidente de la República como Gerente General de la Caja Nacional de Previsión.

-Así mismo, varios Profesores y Rectores de Universidades, Colegios y notables ejecutivos bancarios.

-Una niña fue artista de televisión.

-Un Barriga murió rezando el Padre Nuestro.

-Un ancestro edificó las hermosas torres de una iglesia; y su propio hijo las demolió.

-En vez de seguir a su prometida, un Barriga huyó de ella, y al ser perseguido y encontrado, le tocó casarse felizmente... con otra.

-En el hogar de un Barriga, después de una fiesta de grado muy entusiasta, la carne ingerida provocó diarrea a todos los asistentes.

-A un descendiente, los motilones le atravesaron un flechazo en la garganta; y no murió.

-Y una mujer, también familiar nuestra, todavía conserva en su cuerpo las cuatro balas de los tiros que le propinaron en el año 1947.

-Para ir de Ocaña a Aspasica, a un Barriga le tocó pagar doscientos mil pesos al taxista; y valía cuatro veces menos. Es el único "Pendejo" de la familia.

-Existe la tendencia de recordar al padre o hermano, colocando su nombre a los hijos o nietos

-El nombre que más se repite: "María". De los hijos de un Barriga, cinco mujeres y dos hombres, seis llevaron ese nombre.

-También hubo, con las actuales, ocho Emelinas.

-El nombre Sixto, de igual manera se asigna a varios descendientes. Uno de ellos fue hijo de Joaquín Barriga, General, junto a dos hermanos más, del ejército de Bolívar.

.-A un ancestro se le conocieron siete hijos del matrimonio; y tuvo únicamente: QUINCE.

-Las facilidades para el estudio han hecho que casi la totalidad de los Barriga de la generación actual, sean profesionales.

-Además del Japón, Italia, Hungría, Canadá, Venezuela, Inglaterra y España, la mayor concentración de algunos integrantes de nuestra familia, en el extranjero, se da en los Estados Unidos.

-En vez del apellido "Barriga", debimos llevar el apellido "Torrado". ¡Oh!.

Y no le molesto más con estas cosas. Más bien le agradezco seguir la lectura de la obra. Y si tiene algo para criticar, por favor hágalo; pues, aunque soy descendiente de un "abuelo" que tenía un genio "de alacrán", yo no me disgusto. Su nombre y todos los temas relacionados anteriormente también los encontrará por dentro. Gracias.

Alfredo Barriga Ibáñez
Autor