AUTOCONOCIMIENTO
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Un perro callejero encuentra un hueso, viejo, poroso y seco; feliz se pone a morderlo y !zas!.. se corta la encía y comienza a manar sangre a borbollones. Sangre caliente, tibia y sabrosa que el perro lame y degusta con ansiedad y felicidad. El animal, en su ignorancia, cree que la alegría la da el hueso, desconociendo que él mismo se da ese placer, pues esa su propia sangre. Un bebé deriva alegría al chupar el dedo pulgar creyendo que es el pezón del seno de la madre. ¿Qué alegría puede sentir el dueño de la Mercedes Benz, si ganara un carro en un rifa? La
única persona que me puede hacer feliz a mi mismo...! es yo mismo¡ Soy feliz dictando clases porque esa felicidad fluye de mi hacia la actividad que hago y esa felicidad no fluye de la actividad hacia mi. No todos los maestros son felices dictando clases. Muchos, en esa actividad, se se sienten infelices, frustrados y deprimidos. ALFONSO
LOBO AMAYA ("LOBITO")
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